La idea de escribir un libro sobre la Guerra Civil Rusa venía rondando en la mente del prestigioso historiador militar británico Antony Beevor desde hace más de 30 años. Pero sus editores lo persuadieron para que no lo hiciera, ya que no era el momento, por lo que se dedicó a investigar sobre la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), convirtiéndose en el mayor experto sobre el tema. A través de nueve libros repletos de datos desconocidos e infinitos detalles que ha logrado recopilar gracias a años de investigación en terreno, Beevor ha abordado el mayor conflicto bélico del siglo XX a través de distintos ángulos. Entre sus mayores obras destacan Stalingrado y Berlín, la caída: 1945, que narran y explican las batallas de los aliados contra la Alemania nazi.
Así, poco antes de que Rusia invadiera Ucrania, el 24 de febrero pasado, solo por coincidencia, Beevor termina Rusia: Revolución y guerra civil 1917-1921, un relato lleno de sangre y atrocidades que prioriza la dimensión humana. “La importancia radica en que tanto la Revolución Rusa como la Primera Guerra Mundial fueron las verdaderas catástrofes del siglo XX. La importancia de la guerra civil rusa es que fue el conflicto más influyente de todo el siglo XX, porque se trató del choque que produjo la gran división entre izquierda y derecha, entre el Ejército Rojo y el Blanco, entre los nazis y los comunistas, fue lo que llevó a la Guerra Civil Española y luego a la Segunda Guerra Mundial”, explica en conversación por videoconferencia con La Tercera.
Teniendo en cuenta de que se han editado muchos libros sobre la Revolución Rusa, ¿por qué decidió escribir uno y qué es lo novedoso de este?
Tal como dices, muchos libros se han escrito sobre la Revolución, pero la mayoría son de análisis político y tratan, principalmente, sobre todo el asunto de la ideología bolchevique y las diferentes discusiones dentro del movimiento socialista en ese momento. Pero muy pocos libros han entregado una idea de lo que realmente ocurrió en este tiempo, cómo fue para todos los que participaron. Así que gracias completamente a Lyuba Vinogradova -con quien he trabajado por 28 años, cuando comenzamos en 1994 con mi libro Stalingrado-, ella desde hace seis años empezó a trabajar en los archivos rusos. De hecho, estaba a la mitad de mi libro anterior cuando ella hizo este trabajo, por eso el libro está dedicado a ella, por todo su trabajo para encontrar exactamente la clase de material que uno quería de los archivos, no solo rusos, sino que también de los estadounidenses, donde se pueden encontrar muchos testimonios de los sobrevivientes. La verdadera diferencia fue este tipo de detalle humano, este material de ambos lados, que Lyuba, y también otras fuentes, juntaron para escribir el libro.
Tras su investigación, ¿cuáles son los principales mitos de la Revolución Rusa?
Lo que hay que recordar es que la Unión Soviética nació de mentiras. Había tres mentiras principales, todas creadas por Lenin, lo cual fue muy inteligente de su parte. Ya sabes, si vas a alcanzar el poder de la manera que él quería, necesitaba el apoyo de tres categorías. Obviamente, el proletariado, los obreros de las fábricas, el campesinado y los soldados. Y aquí estamos hablando, obviamente, del otoño de 1917. Así que Lenin es capaz de prometer, aunque le desagrada completamente la idea, a los campesinos que tendrán tierra y libertad, que ellos controlarán la tierra y todo lo demás. Cuando no tenía absolutamente ninguna intención de permitir que los campesinos fueran dueños de la tierra o algo por el estilo, eso iba a pertenecer al Estado y se iban a ver obligados a trabajar en granjas colectivas. En lo que respecta a los trabajadores de las fábricas, les dice que ellos mismos iban a estar dirigiendo las fábricas a través de los soviets. Pero, por supuesto, él no revela que en realidad los propios soviets serán controlados desde arriba, no desde abajo. Y la tercera gran mentira fue para los soldados, a quienes les prometió la paz cuando él tenía toda la intención, como admitió en privado, de convertir la guerra imperialista contra Alemania en una guerra civil internacional. Y eso fue, por supuesto, extremadamente efectivo. Y aquí es donde los bolcheviques lograron obtener tanto apoyo sobre la base de esas tres mentiras durante ese período particular de septiembre, octubre. Creo que desde entonces, seamos realistas, la verdad objetiva nunca ha salido realmente del Kremlin. Quiero decir, ya sea bajo Lenin, Stalin o lo que sea, y ciertamente no bajo Putin.
¿Pensó antes de escribirlo, antes de la investigación, que se encontraría con un escenario tan brutal y violento como el que describe en el libro?
Sabía que era brutal, sabía que podía ser peor. Obviamente, en la Guerra Civil Española hubo mucha matanza, pero no hubo nada como la clase de torturas, el sadismo que uno encuentra en el caso de la Guerra Civil Rusa. Y esto aún es un asunto que se debate y es una discusión muy difícil y complicada cuando se trata de la guerra en Ucrania. Aquí ha habido mucha discusión. Comenzó con un artículo en el diario The Times de David Aaronovitch, sobre el salvajismo casual de las tropas rusas en Ucrania y de dónde viene esto. Y uno tiene que ser muy cuidadoso, por supuesto, con las generalizaciones de cualquier país, y especialmente un país como Rusia, con tantas nacionalidades y tantas contradicciones y cambios. Pero aun así, la mayoría de los países tienen su propia narrativa nacional. Y en el caso de Rusia, hay algo diferente. Ciertamente es diferente a muchos de los ejércitos de los países de Europa Occidental en términos de las actitudes hacia la violencia. Y, sabes, creo que hay un fuerte argumento para decir que esto se remonta a hace mucho tiempo, al siglo XIII, en las invasiones mongolas, la idea de que la crueldad y el terror conspicuos son un arma esencial de guerra. Ese fue el caso en gran medida con los mongoles. Fue el caso, como vimos en la Guerra Civil Rusa y luego en la Segunda Guerra Mundial con la venganza del Ejército Rojo sobre Alemania. Y lo estamos viendo de nuevo en Ucrania, de nuevo con los mismos elementos de terror, de destrucción y matanza, de civiles, violaciones, saqueos. Así que hay, si se quiere, una repetición de la historia de esta manera particular, que no creo que podamos ignorar.
¿Ve alguna similitud entre el Ejército soviético y la Segunda Guerra Mundial y lo que Putin llama la operación militar en Ucrania?
Uno siempre tiene que tener cuidado. Hay similitudes en términos de lo que acabo de hablar. Pero también la diferencia es el nivel de corrupción. Hubo casos espantosos de incompetencia en el Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial. El hecho de que Stalin, sabiendo que más de 20 millones de rusos habían muerto en la Segunda Guerra Mundial, solo admitiera que habían muerto siete millones. Sin embargo, entre las similitudes se encuentran que tratan a sus soldados con casi el mismo desprecio que a sus enemigos. Incluso, a principios de los 90, en el Ejército ruso había casi 5.000 suicidios cada año entre los reclutas. Estamos viendo en el caso de la guerra en Ucrania, por ejemplo, que para evitar cualquier problema en ciudades como Moscú o San Petersburgo, no están enviando tropas provenientes de las grandes ciudades. Todos vienen de Asia Central, simplemente porque sintieron que no están tan bien educados y necesitan el dinero y todo lo demás. Bueno, quiero decir, esto es grotesco, porque están muy conscientes de que están siendo utilizados como carne de cañón en esta guerra en Ucrania. Así que creo que eso va a tener sus efectos negativos. Pero toda la actitud hacia sus propias tropas, por ejemplo, no están trayendo los cuerpos para enterrarlos en Rusia, sino que básicamente queman los cuerpos con incineradores móviles o simplemente el uso de fosas comunes, muestran que hay una falta total de cualquier forma de humanidad, incluso hacia ellos mismos y mucho menos al enemigo.
Usted escribió un artículo en la revista The Atlantic y mencionó que Putin ha cometido los mismos errores del pasado, de sus predecesores soviéticos. ¿A qué se refiere con esta afirmación?
Putin está obsesionado con el pasado. Está obsesionado con el Imperio Ruso incluso más que con la Unión Soviética. Pero también está obsesionado con la victoria del 9 de mayo de 1945 y trata de presentar la guerra como una extensión, donde los ucranianos son los nazis. Y nuevamente, el papel de la OTAN en esta idea particular de lo que se suponía que debía hacer. Pero, quiero decir, sus paralelos históricos están tan distorsionados y tan confusos que uno no debe tomarlos en serio en absoluto. Y, de hecho, es mejor tratar de evitarlos, porque de lo contrario solo confunde todo el problema. Pero la obsesión de Putin con la victoria, en la forma en que curiosamente se parece más a Hitler que a Stalin, al tratar de microgestionar la guerra interfiriendo con los generales, diciéndoles qué hacer. Quiero decir, esto es exactamente lo que Stalin aprendió a no hacer y lo que Hitler comenzó a hacer cada vez más a medida que la guerra iba mal. También está obsesionado, por supuesto, con los tanques, en parte porque fueron un gran símbolo de poder en la Segunda Guerra Mundial. Y está obsesionado con la idea de los tanques en la Plaza Roja el 9 de mayo de cada año, porque para él ese es el único momento de unidad nacional. Incluso aquellos que odiaban a Stalin, que habían sufrido bajo el terror estalinista, aún podían sentirse orgullosos de la gran victoria sobre la Alemania nazi en 1945. Y esta es una de las razones por las que él recuerda eso. También ha utilizado la Guerra Civil Rusa en el sentido de que ha jugado en ambos bandos. Ha traído los cuerpos de generales del Ejército Blanco, como Vladimir Kappel y Anton Denikin, para volver a enterrarlos con honor en Rusia. Porque Putin sabe en el fondo que uno de los grandes miedos viscerales en Rusia es que haya otra guerra civil. Y esto se remonta no solo a la muerte de Stalin, cuando incluso aquellos que sufrieron bajo Stalin estaban llorando. Lo que temían era que pudiera haber otra guerra civil después de la muerte del gran hombre. El otro aspecto, por supuesto, es que también había un miedo tremendo a otra guerra civil cuando se produjo el intento de golpe contra Gorbachov. Y esa idea, ese miedo de fondo, existe mucho en Rusia hoy. Y, en general, Putin ha sido bastante más inteligente en la forma en que ha manejado eso que en sus ideas de la historia, que a veces son absolutamente absurdas.
¿Cuál es su evaluación de la guerra hasta ahora? ¿Cree que Putin la está perdiendo?
No la está ganando, pero es demasiado pronto para decirlo, y está mal decir que Ucrania la está ganando. Es muy difícil predecir lo que va a pasar, excepto que creo que uno puede predecir que va a ser muy horrible y que continuará hasta el invierno, incluso quizás hasta el próximo año. Mucho dependerá completamente del armamento que proporcione Occidente y si eso será suficiente para mantener a raya a los rusos. Pero el verdadero problema es que no se puede confiar en Putin ni por un momento. Es posible que quiera aceptar un acuerdo de cese el fuego, un tratado de paz temporal, pero Ucrania sabe muy bien que no puede aceptarlo, porque Putin lo usará, por así decirlo, como en la idea napoleónica de que se retrocede para luego atacar de nuevo. Y los ucranianos no puedan confiar en la palabra de Putin. Entonces, Occidente o la OTAN tienen que ofrecer el equivalente de una garantía del artículo cinco a Ucrania, de decir que si atacas a Ucrania eso será el equivalente a atacar a la OTAN después. Si hay un acuerdo, eso es algo que Putin no aceptará. Y creo que ante cualquier idea, como tener que permitir que Putin salve las apariencias, no debes humillarlo. Así que se le debe permitir tener algún tipo de acuerdo de paz donde parezca que ha ganado. Y esa es la única manera de tener paz. Bueno, eso no es proporcionar paz en absoluto. Solo está alentando a Putin a atacar una vez más, y tal vez ni siquiera a Ucrania. Incluso podría ser a los Estados bálticos, o Eslovaquia, o algo así. Así que es alguien en quien simplemente no se puede confiar de ninguna manera.
Con todo lo que ha ocurrido este año, ¿cómo ve usted el reordenamiento mundial?
Estás absolutamente en lo correcto. Me temo que el año 2022 será recordado como el equivalente de, digamos, 1914, no desde un punto de vista puramente bélico, sino porque la forma que desencadenará no solo una catástrofe económica mundial, sino sobre todo una catástrofe humanitaria aterradora, que provocará grandes oleadas migratorias, que será muy difícil para América del Norte, pero sobre todo para Europa y especialmente para el sur de Europa. Así que creo que vamos a ver algún tipo de crisis global a menos que puedan hacer algo con la Isla de las Serpientes y que los turcos estén preparados para permitir que los barcos de guerra entren en el Mar Negro para escoltar a los barcos con granos. Si no, vamos a ver hambruna en África y Medio Oriente, y América del Sur también va a sufrir mucho desde ese punto de vista. Va a ser un desastre mundial.