Emmanuel Macron (Francia), Pedro Sánchez (España) y Olaf Scholz (Alemania). Esos fueron algunos de los líderes que felicitaron al Presidente Gabriel Boric tras dar un discurso de poco más de seis minutos ante la III Cumbre entre la Celac y la Unión Europea este martes, en Bruselas, en uno de los hitos principales de su debut en ese continente.
Si el Mandatario ya había llamado la atención de sus pares en la previa -lo que hizo que el canciller Alberto van Klaveren tuviese que decirles a varios países que querían reunirse con Boric que no le daban los tiempos para administrar la veintena de solicitudes de bilaterales que tenía-, el emplazamiento categórico que hizo a América Latina para condenar sin matices la “guerra de agresión imperial inaceptable” de Rusia contra Ucrania, subió la apuesta.
El Mandatario llamó a sus pares de la región a no titubear cuando se trata de defender el respeto por el derecho internacional “por complacencias que se puedan tener en uno u otro momento con cualquier líder. Da lo mismo si cae bien o cae mal el presidente de un país. Lo importante es el respeto al derecho internacional, y acá de ha violado claramente, no por las dos partes, por una parte que es invasora y que es Rusia”.
La posición de Chile era conocida, pero a varios presentes en el plenario, que reunió a 45 países, les sorprendió la alusión directa a algunos de sus vecinos y que a esas alturas estaban obstruyendo que la declaración final incluyera una condena explícita a la ofensiva de Vladimir Putin. Por eso, el gesto -que le valdría tensiones en América Latina- fue considerado por su delegación como uno de los grandes aciertos del paso del Mandatario por Europa.
El Presidente tenía como uno de sus principales horizontes diferenciarse de otros líderes progresistas de América Latina, copando un espacio que le permitiera alzarse como un referente confiable para los europeos y lo logró, según transmiten desde la comitiva que lo acompañó por 10 días en un viaje que tuvo otras tres paradas: Madrid, Suiza y Francia.
Así también lo consignaron algunos medios internacionales. El diario alemán Die Welt hizo notar que la declaración final de la cumbre UE-Celac solo expresó una “profunda preocupación por la guerra que prosigue en Ucrania”, y apuntó: “Sin embargo, después de todo, hubo una postura clara contra la invasión moscovita, y provino nada menos que de un presidente de izquierda: el Presidente de Chile, Gabriel Boric, criticó las empantanadas posiciones de los latinoamericanos”·
El diario ucraniano Kyiv Post también destacó el rol del Mandatario en el foro multilateral. “En la cumbre de Bruselas de la UE y los países latinoamericanos, Nicaragua se negó a firmar la sección que expresó ‘profunda preocupación’ por la invasión a gran escala de Rusia, mientras que Boric apoyó la ‘clara condena’”, destacó el medio. “Algunos otros líderes de la Celac se mostraron tibios a la hora de condenar a Rusia con declaraciones más fuertes. En los últimos meses, el Presidente brasileño, Lula da Silva, culpó a Ucrania por la guerra y dijo que la ayuda militar occidental ha alimentado el conflicto, mientras que Argentina y Colombia se han mantenido neutrales”, agregó.
Pese a que Alemania no estuvo en su agenda en Europa, la prensa de ese país también se refirió a su posición. Así, según consignó la cadena Deutsche Welle, el periódico económico Handelsblatt resaltó la figura del Mandatario chileno, en un artículo titulado “El salvador de la cumbre”.
“En Latinoamérica, los chilenos tienen fama de ser fiables y serios. Gabriel Boric, el Presidente de Chile (de 37 años), acaba de mostrar en la cumbre de Bruselas que algo de cierto debe haber en ese cliché. Los representantes gubernamentales no tenían preparado nada en lo que ponerse de acuerdo. Se esperaba, sobre todo, que avanzara el acuerdo de la UE y el Mercosur. (…) Pero Brasil no elaboró en los últimos meses una propuesta de negociación conjunta del Mercosur”, señaló el medio.
“Muy diferente es el caso de Gabriel Boric, de Chile. Él cumplió lo que había prometido hace un mes a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y previamente al canciller alemán, Olaf Scholz, y salvó así la cumbre: el país andino firmó con la UE una declaración de intenciones para una estrecha cooperación futura en materia de cadenas de valor de materias primas”, destacó.
Impasse con Lula
Pero a los elogios de Europa se sumarían también señales de distancia de líderes como Luiz Inácio Lula Da Silva. El Presidente de Brasil afirmó que la posición defendida por Boric en Bruselas se debía a la “ansiedad y prisa” de su juventud.
Y no era primera vez que Boric incomodaba al líder del Partido de Los Trabajadores (PT). A fines de mayo -aún cuando Lula oficiaba de anfitrión en Itamaraty para la Reunión de Países de América del Sur-, el Mandatario marcó un contrapunto asegurando que no compartía sus declaraciones respecto de la situación de derechos humanos en Venezuela. Tras reunirse con Nicolás Maduro, Lula había asegurado que lo que vivían los venezolanos era una “narrativa construida” sobre “prejuicios”.
En Brasil, ya desde esa época, publicaciones de prensa aseguraban que la distancia de Lula con Boric se había profundizado. “El gobierno de Lula ve a Boric como un rehén de la derecha y a Chile como un mal ejemplo para la izquierda de América Latina”, escribió Mónica Bergamo, columnista de Folha de Sao Paulo.
El desmarque del brasileño en Bruselas, sin embargo, fue desdramatizado desde la delegación chilena. “Está picado”, se repetía. Las mismas fuentes señalaban que el encono de Lula con Boric respondía precisamente a que su rol en Europa terminó opacando la posición más “tibia” que ha defendido el líder de Planalto. “La del Presidente Boric es una posición de principios, y puede que moleste a algunos”, dijo el viernes el canciller Van Klaveren.
En círculos diplomáticos, en tanto, afirman que el duelo entre Boric y Lula hay que leerlo en lógica de vieja y nueva izquierda. Algo de eso interpretaron también en Francia. Altos representantes del gobierno de Macron, tras la cita que ambos tuvieron este viernes en el Palacio del Elíseo, afirmaban que el Presidente chileno representaba “un aire nuevo” en la izquierda de América Latina.
El gesto a Garzón que enredó Madrid
Pero no todo en la gira del Presidente fue bien evaluado internamente en el gobierno. El homenaje que hizo el Mandatario en nombre del Estado de Chile al exjuez Baltasar Garzón, en el marco de una actividad por los 50 años del Golpe de Estado, terminó convirtiéndose en un flanco que empañó sus primeros días en Europa.
En la delegación admitían que sus palabras pudieron ser más cuidadas, cuando desde la derecha lo acusaron de ofender a un sector importante del país. El Mandatario agradeció directamente al exmagistrado por ordenar la detención de Augusto Pinochet en Londres, señalando que fue una luz de “esperanza” para Chile, ocasión en que también le entregó una medalla.
Pero las críticas opositoras no fueron lo que realmente inquietó a la delegación presidencial. El hecho de que el canciller Van Klaveren no hubiese estado informado del gesto que se le haría al exjuez, el que además no compartía por el rol de Garzón en la defensa de Bolivia ante el diferendo marítimo contra Chile, fue lo que crispó el ambiente. Tras llegar a Bruselas, se instaló la duda de si el ministro de Relaciones Exteriores había aprobado la decisión presidencial. Para despejar, el ministro improvisó un punto de prensa donde no terminó de aclarar su posición. Es más, dejó entrever que su opinión no era la misma que la del Mandatario.
En medio de ese ambiente, el que el canciller no viajara en el mismo tren que Boric desde Suiza hasta la Estación de Lyon de París, causó suspicacias entre la prensa. Pero no se trataba de un agravio. El canciller aprovechó de visitar a su hija y nietos en Ginebra.
El episodio de Garzón fue considerado un error en círculos diplomáticos, los cuales interpretaron una falta de coordinación evidente en los equipos y, además, falta de control por parte de la Cancillería respecto de la agenda.
El rol que jugó el controvertido embajador Javier Velasco, además, complicaba más las cosas. En la comitiva presidencial nunca pudieron descartar que la idea de hacerle un homenaje a Garzón no vino de él, sobre todo, porque el también amigo del Presidente estuvo a cargo de organizar la actividad en Casa de América y el gesto a Garzón habría surgido como una idea cuando Boric ya estaba en España. A Velasco se le vio contenido, a petición expresa de los equipos de la delegación, para evitar abrirle flancos innecesarios al Presidente, respecto del que se le escuchó nombrarlo varias veces como “Gabriel”.
“Me encanta dar entrevistas, pero ahora no voy a hablar”, dijo Velasco tras acompañar al canciller en un punto de prensa. Velasco y Boric -amigos desde hace años- fueron juntos a la librería La Mistral, en la que el Presidente se compró el último libro de Alejandro Zambra y otros textos de política. En la noche también comieron juntos.
El papel que jugó el agregado cultural de Chile, Germán Berger, en el evento de los 50 años en Madrid también generó cierta incomodidad. Su estilo y sus propuestas -varias de ellas no quedaron en el diseño final- fueron comentario entre quienes conocieron de la organización del evento.
El tema también salpicó al asesor en temas internacionales del Segundo Piso, Carlos Figueroa, quien -según varias fuentes- debió informar al canciller.
Las otras salidas de libreto
Un rol “valioso y protagónico” tuvieron -según la delegación- las empresarias que acompañaron al Mandatario a Europa. La presidenta de la Sofofa, Rosario Navarro; la vicepresidenta de la CPC, Susana Jiménez, y la directora ejecutiva de Kodea, Mónica Retamal, entre otras líderes empresariales, estuvieron con Boric en la mayoría de sus actividades, incluyendo las relativas a la conmemoración de los 50 años del Golpe. Cada vez que podía, el Jefe de Estado las mencionaba como “mujeres poderosas”, para relevar el énfasis en atraer inversión a Chile que también marcó la gira.
Al llegar a Madrid, el Presidente se encontró con ellas en el hall del hotel donde se hospedaron y las invitó a cenar. En el encuentro, compartieron pulpo, salmón, cordero y comida mediterránea, y aprovecharon de compartir sus expectativas del viaje.
La única salida de libreto de las empresarias se dio el jueves, en París. En una actividad oficial del Presidente, mientras él se reunía con la alcaldesa Anne Hidalgo, Navarro y compañía se dedicaron a tomarse fotos en un salón del ayuntamiento, imitando las poses de las mujeres que aparecían en los cuadros.
Jackson y sus líos llegan a Europa
Varias veces habló el Presidente con su amigo y ministro Giorgio Jackson durante esta gira. En permanente coordinación con su comité político, el Jefe de Estado se enteró la mañana del jueves del robo de 23 computadores en el Ministerio de Desarrollo Social, hecho que la derecha tomó para levantar suspicacias sobre el rol del fundador de RD en el esquema de posible corrupción que investiga el Ministerio Público en los convenios entre el Estado y fundaciones sin fines de lucro.
El tema terminó salpicando la recta final del periplo del Mandatario, quien evitó referirse a las solicitudes de renuncia en contra de Jackson cuando fue consultado, pero, además, no realizó el tradicional punto de prensa de balance para cerrar su paso por París. Fueron sus ministros quienes tomaron la palabra este viernes tras su última actividad. Pese a eso, el Mandatario reconoció que el tema de la corrupción es una amenaza para las democracias -sin eludir el escenario chileno- y llamó a todos los sectores a aportar en el restablecimiento de las confianzas. Al ser consultado sobre si el lío de Jackson opacó la gira de Boric, el canciller se limitó a decir este viernes que “no, por favor, cómo lo va a opacar. Nadie tiene la menor idea fuera de Chile de este tema”.