Una nueva Convención. Esa fue la propuesta dada a conocer por el Presidente Gabriel Boric el viernes 15 en caso de que la opción Rechazo se imponga en el plebiscito de septiembre. La vocera Camila Vallejo asegura que la arremetida del Mandatario -que incluso sorprendió al oficialismo- no tenía por objetivo apuntalar ninguna de las alternativas que se enfrentarán en la consulta. Y estas son sus razones.

No pocos interpretaron la señal del Presidente como la constatación de que el fracaso del Apruebo es irremontable.

No, al contrario, nosotros tenemos alta esperanza en este proceso y en el plebiscito, pero también consideramos que era importante ya responder a la inquietud, y ser sumamente claros y claras en que hoy día tenemos dos opciones en el plebiscito de salida: aprobar o rechazar. En el caso de triunfar el Apruebo, lo que nos corresponde es implementar la propuesta de nueva Constitución. Evidentemente con mejoras, con perfeccionamientos, con algunas reformas en las cuales hemos estado abiertos y disponibles para empujar. De no triunfar el Apruebo, cumplir con el mandato popular del 25 de octubre, donde la ciudadanía fue sumamente clara en expresar la necesidad de una nueva Constitución, y no simplemente reformar la Constitución del 80, pero, además, definió que para determinar esa propuesta se eligiera a una persona de manera democrática con el único fin de hacer esa tarea. Lo correcto es, por principio democrático, hacer una convocatoria a un nuevo proceso constituyente.

La tesis inicial era que había sólo dos opciones y que abrir vías intermedias o planes B podría lapidar al Apruebo y, por tanto, debían debatirse después del plebiscito. ¿Qué cambió?

No tenemos vía intermedia. Tenemos sólo dos opciones: aprobar o rechazar. La pregunta es qué es lo que sucede después, y es que la democracia sigue funcionando. El juego democrático nos permite mejorar la propuesta, en caso de ganar el Apruebo, pero también -en el caso de imponerse el Rechazo- convocar un nuevo proceso constituyente para no contravenir el mandato popular. Aquí no hay una tercera papeleta, es básicamente ser muy claros en que una opción ya cierra definitivamente el proceso constituyente a través del Apruebo, en lo grueso. Y la otra lo que hace es obligarnos a iniciar un nuevo proceso constituyente, que es un camino un poco más incierto, más largo, posterga probablemente muchos cambios fundamentales que la ciudadanía viene demandando hace bastantes años, como la consagración de derechos fundamentales, pero creemos que es lo correcto desde el punto de vista de lo que estableció la ciudadanía mayoritariamente el 25 de octubre de 2020.

Pero usted me va a conceder que esta idea que el Presidente anticipa se interpreta como un Plan B a lo que estableció el acuerdo del 15 de noviembre, que no resuelve qué ocurre de ganar el Rechazo. No me ha respondido qué cambia en el escenario para dar esta señal en este momento.

Bueno, evidentemente que si no triunfa el Apruebo y gana el Rechazo la Constitución de Pinochet nos rige hasta que se convoque y se redacte una nueva propuesta. Es como lógico, no quedamos con un texto vacío. Y el gobierno gobierna con la Constitución vigente, pero con un proceso constituyente iniciado. Y lo que nosotros definimos, y con total honestidad, es que teníamos que aclarar la duda que permanecía en el aire. Y que tanto los medios como los partidos y particularmente la oposición, pero también en algunos sectores oficialistas tenían. Entonces, despejar esas dudas nos permite también concentrarnos en lo importante, que es conversar sobre los contenidos, sobre la campaña de Chile vota informado. Esto está claro, resuelto, estos son los caminos, en el marco de estas dos opciones que tenemos, porque no hay más opciones. Y entonces ponernos a hablar como ciudadanos y ciudadanas cuál consideramos que es la mejor opción en el marco de lo que nos ofrece la propuesta de nuevo texto constitucional.

¿No pesan las encuestas, que dan casi por ganada la carrera en favor del Rechazo?

Siempre estamos monitoreando las encuestas, pero al final son decisiones políticas que tomamos para poder cumplir con un compromiso que es garantizar que todos y todas puedan informarse lo más posible en un momento que es clave para la historia de nuestro país, porque va a determinar el futuro. Necesitamos cumplir con ese mandato, que es informar, que toda la gente pueda leer el texto, que pueda formarse su propia opinión, con un proceso de reflexión interna y decida libremente el 4 de septiembre. Evidentemente, uno mira las encuestas, se van tomando insumos. Pero la definición al final es una definición política de acuerdo a nuestra responsabilidad y nuestro mandato.

Usted había dicho que la elección estaba abierta. ¿Ahora eso cambia? ¿Qué números manejan?

Es súper importante decir que una encuesta no pesa más que una elección. Hay encuestas y estudios que dan distintos resultados. Pero no es lo determinante. Lo fundamental para nosotros es entregar certezas y llegar con información fidedigna a todos los rincones de Chile.

¿No hay encuestas de La Moneda que den por ganador al Rechazo?

No, y si así fuera no es una información que le podría proveer en este momento. Pero la decisión no tiene que ver con las encuestas, tiene que ver con la necesidad política de poder despejar la duda en torno a lo que pasaría después, para justamente poder centrar la discusión en lo verdaderamente importante ahora para los ciudadanos y ciudadanas, que es leer el texto, hablar de los contenidos, formarse una propia opinión. A mí me ha tocado estar presente en los territorios y la gente desea poder leer el texto, y lo solicitan y quieren, y tienen la disposición de informarse, porque entienden que es importante. La gran mayoría entiende que es importante, independiente de que no han definido su posición, si es Apruebo o Rechazo. Entienden que el plebiscito es un momento muy importante para el país, entonces nuestra responsabilidad política no está determinada por las encuestas del momento.

Usted habla de despejar dudas, pero parece que se instalaron muchas más después de lo que dijo el Presidente, incluso en la propia coalición oficialista. Algunos acusan que esto puede afectar la campaña del Apruebo, mermar aún más sus posibilidades. ¿Cómo se hace cargo el gobierno de eso?

Las opiniones que hemos recibido, tanto de presidentes de partidos como de jefaturas de bancadas, son bastante positivas en general. Entendemos que ante un anuncio de esta envergadura haya controversia, haya debate, pero consideramos que va a ir decantando y que es importante poner todos los esfuerzos, en eso hago un llamado a todos los partidos y organizaciones, a poner esfuerzos en compartir el texto, información fidedigna y poder centrarnos en lo importante, en lo que ha sido un debate fundamental para la gente durante mucho tiempo, más que en torno a los mecanismos, en torno a la necesidad de contar con derechos. Esta propuesta consagra derechos que estamos buscando, eso es lo que les importa a las personas: qué va a pasar con el derecho a la vivienda, a la salud, a las pensiones, con las protección del medioambiente, con los derechos de las mujeres.

¿No cree que desdramatizar la posibilidad de que se imponga el Rechazo, pensando que va a haber una vía alternativa, afecte electoralmente al Apruebo?

Eso depende de la percepción de la ciudadanía, que puede ser distinta y variada, no solamente de un dirigente o una dirigenta política, que tendrá que sopesar si quieren cerrar el proceso constituyente ahora o si prefieren reabrirlo. Eso es algo que cada uno tendrá que ir reflexionado.

¿Y su opinión?

No puedo dar una opinión al respecto... Pero es obvio y evidente que mi opinión personal, como la de los ministros y el Presidente, es aprobar, es poder concretar ahora los cambios, no tenemos por dónde perdernos en ese sentido, sobre todo si creemos que es posible mejorar la propuesta. Pero el resto lo tendrá que definir la ciudadanía.

Ministra, ¿por qué amarrarse a un mecanismo particular cuando muchas encuestas revelan que el gran problema del Apruebo es que la gente resiente las dinámicas que se dieron al interior de la Convención Constitucional?

Primero, porque la ciudadanía definió que el poder constituyente no recayera en el Congreso y que el proceso no se diera mediante reformas, sino que un proceso constituyente para una nueva Constitución. Segundo, porque justamente lo importante es hablar de contenidos, porque la misma pregunta que hace señala la respuesta. Necesitamos hablar de contenidos y dejar atrás la discusión sobre la forma y la polémica. Uno podrá tener distintas opiniones sobre uno u otro convencional, cómo discutieron y sus declaraciones, pero ahora lo importante es hablar del texto, porque eso es lo que vamos a definir en el plebiscito, eso es lo que va a guiar el futuro de Chile.

¿Y cómo se hacen cargo de las críticas y dudas que dejó la revelación de esta estrategia? La oposición cuestionó la fórmula.

La pregunta es si la oposición va a estar disponible a respetar el mandato popular de no triunfar el Apruebo. Es legítimo que exista esa interrogante y que ellos puedan finalmente fijar una posición única y clara en torno a eso. Si insiste en reformar la Constitución del 80 o respetar el mandato popular del 25 de octubre. En el resto, me parece que en general hay bastante claridad. Se nos puede criticar, pero es cuestión de tiempo. Creemos que había demasiadas dudas, inquietudes en torno a qué iba a pasar. Nosotros despejamos esas dudas. Ahora lo que creemos que es fundamental es centrarnos en el debate de fondo. Ahora, los que quieren mantener la Constitución del 80 probablemente su interés sea hablar de la forma y no de los contenidos de la propuesta.

¿Descarta intervencionismo electoral como acusaron desde la derecha?

Es que es muy difícil... El Presidente no puede mantenerse callado cuando le piden hablar, y después lo critican porque habla y lo acusan de intervencionismo. No sé, ¿tautológico se llama eso?... Pero no tiene mucho sentido esa crítica, más cuando se le pide pronunciarse.

Los partidos oficialistas quedaron desconcertados, algunos no entendieron ni compartieron el momento, acusan que puede afectar la campaña que les toca liderar, pero además que no se les avisó previamente.

Siempre las cosas se pueden hacer mejor. Al final, más que discutir de forma, lo que nos interesa discutir es el fondo. Insisto, puede haber reacciones, porque es un anuncio importante y es legítimo que haya un debate controversial, pero también nuestro deber y nuestra tarea es poner en el centro lo más fundamental y lo importante: que a la gente y a las personas se les permita un debate y una información que vaya en la línea de fijar posiciones.

¿Ustedes se imaginan una Convención con paridad, con facilidades para los independientes y con escaños reservados?

Eso lo trabajaremos posterior al plebiscito y el Presidente ha sido bastante claro que lo fundamental es respetar el mandato popular e iniciar un nuevo proceso constituyente. Y en eso nos vamos a poner a trabajar en esa eventualidad que, más allá de que cada uno puede tener una opinión si va a pasar o no, pero ese sería el escenario.

Está claro el camino del gobierno si gana el Rechazo, pero si gana el Apruebo, ¿La Moneda está comprometida a impulsar reformas al nuevo texto constitucional?

Nosotros tenemos voluntad y disposición a mejorarlo. Creemos que siempre hay cosas que se pueden revisar y mejorar. Si me preguntas personalmente, con el Presidente tenemos una decisión muy clara de voto y lo tenemos porque consideramos que en lo grueso hay avances sustantivos.

¿Pero comparte las dudas del Presidente sobre sistemas de justicia, por ejemplo?

Son cosas que se pueden discutir y mejorar, y eso es un trabajo que habrá que hacer después. Para poder definir eso, hay que permitirle a la ciudadanía que vaya conversando sobre los contenidos, tanto los positivos como los que considera que no lo son o que le gustaría cambiar.

Para que un nuevo proceso se abra se requieren 2/3 del actual Congreso. ¿Esta propuesta es negociable?

Esta es nuestra posición y es lo que el gobierno definió.

La reforma que impulsa la DC en el Parlamento y que busca rebajar el quórum de reforma constitucional a 4/7 podría favorecer el camino que trazó el Presidente. ¿Lo van a apoyar ahora?

No tenemos ningún problema, el Presidente ya se refirió en su declaración a eso, es un debate que se está cursando y que es legítimo.