En 2021, el entonces senador Carlos Montes fue uno de los primeros socialistas en cerrar filas con la candidatura del abanderado del Frente Amplio, Gabriel Boric. En su primer gabinete, Montes asumió el Ministerio de Vivienda, donde sólo hace meses estalló un caso derivado de convenios suscritos con fundaciones que hoy están siendo investigados por la justicia por fraude al Fisco, entre otros delitos.

¿Se considera un sobreviviente del último cambio de gabinete? Estaba en el ojo del huracán por el lío de platas.

No, fíjese. No me siento sobreviviente, porque la verdad es que mi vínculo con el caso, siendo bien objetivo, es que soy ministro y tengo que ver las orientaciones políticas de un programa, lo operativo no era mi responsabilidad. Mirando desde hoy para atrás me dije ¿por qué no pregunté más por esta cuestión? Pero no era mi responsabilidad. Confié en que el dispositivo que venía de antes era adecuado. Siempre pensé que no correspondía mi renuncia, sé que hubo presión política, pero desde el comienzo dije que no iba a renunciar, porque no correspondía en esas condiciones. Además, nosotros reaccionamos inmediatamente. No hubo ningún intento de que no se supiera. Nadie intentó que no se supiera.

Usted fue uno de los primeros socialistas en entusiasmarse con esta nueva generación política, la del Frente Amplio. ¿Le generó alguna decepción adicional todo esto del lío de platas?

Me dolió. Me dolió que ocurrieran estos hechos, tanto los hechos propiamente de corrupción, como los hechos de torpeza e ineficiencia básica. O sea, esto es plata de campamentos. No es plata de otros programas, aquí es plata directamente de las personas que están en peores condiciones en la sociedad. Entonces, a mí me sorprendió, no lo esperaba. Esto es una operación típica de corrupción, aprovechar un espacio para tratar de armar un poder político. A mí me sorprendió que RD tenía un trabajo mejor que otros partidos allá en la zona. Eso me llamó la atención unos ocho meses antes. Después, antes de todo esto también, que estaban contratando mucha gente RD en la Seremi de Antofagasta. Llamé a la subsecretaria y le dije, ¿por qué no investiga qué es lo que hay de esto? Para ver si era efectivo. Ella es RD. Y me dice que no, que había habido una contratación excesiva, pero que ya no. Ahí quedó. Después ya aparece el 16 de junio el caso como lo conocemos, que todas estas cosas estaban ligadas.

¿Qué le dolió?

Me duele por varias cosas. Porque, rápidamente, hay un sector de la derecha que dice ‘esto tenemos que aprovecharlo para matar a una generación’. Para matarla políticamente, para debilitarla políticamente. Y empieza un conjunto de acciones para eso. Creo que es muy injusto que a partir de la actitud corrupta de un grupo se pretenda liquidar a toda una generación, que fue lo que empezó a ocurrir. RD quedó bien dañado con todo esto, ¿no es cierto? Gente como Giorgio Jackson, que no hay ningún elemento que permita decir lo que se ha dicho de él, es parte de una cierta operación que surge de distintos lados para golpear y debilitar a una generación. Siempre he sido partidario de una mezcla de generaciones, esta generación es importante que emergiera. Tengo un valor por la renovación de las generaciones políticas y en el mundo nuestro había costado mucho que eso ocurriera.

¿No se arrepiente de haber puesto su capital político al servicio de esta generación?

No fui candidato a senador de nuevo porque no quería seguir y tenía que cumplir asuntos familiares, pero después que me plantean entrar al gobierno lo hago como una forma de contribuir. Este tema de Vivienda más o menos lo manejo, y mientras pueda colaborar voy a estar acá. Además, creo que es muy importante que se reconstruya un gran frente de centroizquierda, y de una izquierda muy amplia, porque si no, no va a haber transformación significativa en este país.

¿Cuán debilitada ha quedado esta nueva generación con este caso?

No tengo una opinión definitiva de eso. Yo creo que puede quedar muy debilitada. Ha habido un intento de dañar a una generación, con un Caval para estos tiempos, porque a Michelle le golpeó mucho Caval.

¿Y al Presidente Gabriel Boric lo ha visto muy golpeado por este caso?

Le dolió, le sorprendió, pero después, con la avalancha de desacreditación a Jackson, eso sí que lo afectó harto.

Se van a cumplir tres meses del lío de platas. ¿Se puede tener una idea acabada de la crisis?

Mire, esto fue una sorpresa. Hemos investigado harto. Inmediatamente reaccionamos con un equipo que partió al norte para ver que era esto, ya que para nosotros era una sorpresa en los términos que estaba planteado. Después de eso hemos tenido equipos en varias otras regiones. Hay aspectos que son claros y otros que tenemos que ir viendo su alcance todavía. Hay algunas cosas que no tenemos posibilidad de investigar nosotros, que tienen que ver con el Ministerio Público. Porque requiere otro procedimiento, interrogatorios, de citación, en fin.

Hasta ahora, ¿qué se puede decir?

Hasta el momento, con los datos que tenemos, que el caso específicamente de corrupción está en Antofagasta con Democracia Viva. Es una conclusión clara, principalmente por dos factores. Uno, por el tema del conflicto de interés. El tipo de vínculo que tiene el seremi con los miembros de Democracia Viva. Y el otro, el hecho de que se contrate funcionarios con plata destinada a campamentos para trabajar dentro del ministerio. Esos son los dos aspectos que tienen una connotación mayor. Respecto al resto de las regiones, hasta el momento lo que puedo decir es que lo que se ve son cuestiones de ineficiencia, inoperancia. No me atrevería a decir que hay casos de corrupción manifiestos.

¿Qué cree que se hizo mal que llegaron a sorprenderse con un caso de esta connotación pública?

La sorpresa no está en la existencia de Democracia Viva. Yo le había rendido incluso al Parlamento un informe que decía que había estos proyectos, lo que pasa es que no teníamos idea de quiénes eran los de Democracia Viva. Esa información a nivel central no la teníamos. Y el tema principal es el hecho de que había conflicto de interés abierto. O sea, se le adjudicó proyectos a una institución que tenía un tipo de vínculo con el seremi y, a su vez, que tenía un historial que no estaba vinculado a estos temas. Llevaba muy poco tiempo y no tenía ni siquiera el giro propiamente constituido.

¿Cuál es su balance respecto a cómo reaccionó el gobierno?

Una de las cosas que ha permitido enfrentar mejor las cosas es que reaccionamos muy rápido, en todos los planos que se podía. O sea, partir apenas el lunes, que va la comisión investigadora con la gente más calificada acá va a buscar información, apenas vuelve, analizamos todo y dijimos que todo esto hay que entregárselo al fiscal y partimos no sé si en esa misma semana, pero muy rápido a entregárselo directamente al fiscal, y voy con varias carpetas y le entregamos toda la información. Y a partir de esto decimos veamos qué pasa en otro lado, y es por eso que decidimos hacer el mismo tipo de investigación en otras regiones.

Lo que se ha planteado respecto del caso lío de platas es la existencia de un mecanismo o un modo operandi destinado a defraudar plata fiscal. ¿Usted tiene esa convicción?

No me atrevería a decir categóricamente eso, porque eso hay que terminar de verlo con toda la investigación. ¿Cuál es el tema del mecanismo, para precisar? ¿Qué es lo que permite que ocurran cosas así? Lo permite un modelo de trabajo con las fundaciones que es el modelo que se ocupa con los municipios. Por el 2019 se extendió un modelo. ¿Por qué se llega? Porque los municipios dejaron de estar en condiciones de responder. Muchos municipios no estaban cumpliendo, no estaban rindiendo, no estaban haciendo las cosas cuando correspondían. Entonces, se incorporan las fundaciones, alcanzan a estar hasta el 2023, pero casi nada del 2023, porque nosotros casi no asignamos proyectos. Esto representa el 0,3% del presupuesto de vivienda. Y el 1% es todo lo que es campamento. O sea, el grueso de los recursos seguía yendo por municipios y por Serviu. Hay una cosa que es difícil de explicarla, pero cuando hay una toma, el Estado tiene hartos problemas para trabajar ahí. No puede trabajar adentro de la toma cuando es un terreno privado. Y una de las razones por las que se llega a decir ‘hagámoslo con estas fundaciones’ es que estas pueden tener más flexibilidad para operar. Esa es una de las razones que indujeron a varios a proponer trabajar con fundaciones.

¿Qué debilidades tiene esta situación?

No hay un modelo que permita tener desde el comienzo la información de cómo se selecciona a las fundaciones, después cómo se establecen los proyectos, cómo se priorizan, cómo se diseña la obra, cómo se valoriza todo lo que tiene que ver con las garantías. Son parte de un modelo que tiene imperfecciones. El modelo no era adecuado para entes privados, estaba hecho para organismos públicos.

¿A qué atribuye que este caso esté focalizados en Revolución Democrática, particularmente? ¿Aquí hubo proselitismo o se echaron la plata al bolsillo?

Hay distintas maneras de proselitismo. Una es que personas que son contratadas a nivel del Serviu o la seremi, porque ahí se llegaron a contratar 12 personas, de las cuales por lo menos tenemos antecedentes que tres o cuatro eran técnicos, para la rendición y todo eso. Los demás podían tener un rol más político, no alcanzaron a tenerlo, porque esto apareció muy rápido. Esto es lo que ocurre en todos los casos de corrupción. O sea, un grupo que dice quiero tener poder. Y trata de aliarse y aprovecharse para tener ciertos recursos, para contratar a cierta gente y tener poder. O sea, aquí no podríamos decir que se llevaron la plata para la casa, aquí no hay ningún elemento que permita decirlo. Lo que sí hay es un intento de construir poder. Afortunadamente, el gremio hizo la denuncia, llegó acá, y esto no permitió que adquiriera todo el vuelo y todos los riesgos que podría haber tenido. No hay datos, hasta ahora, que nos permitan decir que este se ñor Andrade tenía redes en otros lados y estaba haciendo lo mismo. Probablemente si no hubiéramos demorado un año eso hubiera existido. Parece que el conflicto de base que hubo que podría tener una connotación más política, fue un conflicto entre una señora del Serviu con el seremi de disputa de la cantidad de asesores que se podía contratar.

¿Pudo haber tenido una mayor potencialidad?

Eso no lo sabemos, creo que es posible plantearse la hipótesis de que esto iba por muy mal camino, pero no llegó. ¿Cuánto se podía ramificar? Si uno conversa con gente que sabe casos como este, dice: esto se ramifica después. No hay nada que indique que se haya ramificado.

Fotos: Andrés Pérez.

Usted señala que aquí se ha querido dañar una generación, pero los argumentos no son débiles, ya que había un germen de corrupción…

Esto fue una oportunidad que se le abrió a la derecha para golpear a una generación que se había planteado por encima del bien y el mal y que de repente aparece con un foco de esto. Pero no se puede descalificar a todos.

¿Le pareció una mala decisión que Giorgio Jackson abandonara el gabinete? O cree que su posición política había llegado a un límite…

Es una decisión que tomó él, fue valiente, costosa. Fui al acto de solidaridad con él en el Círculo Español y tuvo un discurso ahí bastante sólido, consistente. Ya está pensando más, está repensando lo que ocurrió. Él siente que fue usado para esto, o sea, fue parte de una avalancha de críticas, por un cierto vínculo de otra naturaleza, porque a él le tienen bronca en el Congreso por su forma de relacionarse. Pero esto es muy fuerte.

Claro, su figura excede harto al caso de Democracia Viva...

Creo que él cometió muchos errores, eso no tengo duda. Y a veces no solo de hacer cosas malas, sino cosas que no hizo. Entonces, se decía “pasaba siempre por su lado y no me saludaba”. Son formas de relacionarse con un ministro, él demostró inexperiencia en eso, en el trato. Pero creo que es una persona que tiene muchas condiciones.

El Presidente lo definió como “el mejor de los nuestros”. ¿Qué opina?

En la historia del Frente Amplio creo que claramente él es un factor bien central en lo que avanzó, e incluso en la propia candidatura de Boric, acuérdense que eran los dos, uno o el otro. O sea, él jugó un rol muy articulador de ese sector en ese sentido.

¿Espera que vuelva a la primera línea política?

No tengo dudas de que de alguna manera va a volver, no sé si en este gobierno, pero va a volver a jugar roles significativos en la política chilena.

Jackson está evaluando querellarse por las acusaciones que se le hicieron, ¿usted lo pensó en algún minuto por las críticas de la oposición que surgieron directamente contra usted?

Nadie me criticaba por el tema de probidad, todos decían que había sido gil, que no había captado, que no había entendido. Pero no vi nunca a nadie que me acusara, al contrario, me defendió casi toda la derecha. Todos daban fe de que no era ese el problema... Nunca pensé que iba a terminar mi vida política metido en un enredo como este, eso está claro.

¿En qué pie queda la asociación con organismos privados y su ministerio después de todo lo que ha pasado?

Con los privados en general tenemos un trabajo muy permanente con los empresarios de la construcción, trabajamos con 1.500 empresas, en distintos proyectos, de distintas maneras. Esto es público y privado casi por definición, no podría ser solo público. Y hemos logrado construir una buena relación con la Cámara de la Construcción y con la mayor parte de los organismos.

¿No queda en entredicho esa relación con las empresas a propósito de este caso?

No, respecto a las fundaciones, si lo llama privado, hay algo por definirse, cómo se va a seguir trabajando.

Teme que a propósito de la discusión presupuestaria la derecha tome una actitud ofensiva por lo que ha pasado?

Llevo años metido en esto, nunca en los peores momentos, por arriba o por abajo, se ha sobrepolitizado el tema de las viviendas dado el carácter de la necesidad. Es lógico que ellos exijan mucha información, mucha claridad y se dedique mucho tiempo a conversarlo y tengamos que dar los argumentos más precisos, los datos. Sin embargo, creo que esto se debería aprobar, porque tenemos que actuar. El tema de Vivienda no es un tema igual que otros, aquí lo que no se hace ahora a cualquier gobierno que venga le va a llegar como diablo, o sea, si en este gobierno logramos disminuir o contener el déficit con las 260.000 viviendas, logramos relegitimar un camino para acceder a la vivienda, tanto en campamentos como el conducto regular; si logramos eso, el gobierno que viene va a poder seguir una actividad constructiva. Si no se logra eso y se genera un despelote, se genera una situación de descontrol, obviamente lo van a sufrir los gobiernos que vienen. No solo las familias, sino que el país entero. Esto genera una responsabilidad humana en todos los que podrían colaborar políticamente.