Donald Trump

El candidato presidencial republicano y expresidente estadounidense Donald Trump hace un gesto durante un mitin de campaña en Gastonia, Carolina del Norte, el 2 de noviembre de 2024. Foto: Reuters

Millonario a los 8 años

Trump nació el 14 de junio de 1946 en Queens, Nueva York, siendo el cuarto hijo de Fred Trump y Mary Anne MacLeod Trump. Fred era hijo de inmigrantes alemanes y tuvo un gran éxito en el negocio inmobiliario que habían iniciado sus padres. Mary Anne nació en Escocia y su primera lengua fue el gaélico. Emigró a Estados Unidos en 1930 y conoció a Fred, que ya era promotor inmobiliario y constructor, a mediados de la década de 1930.

Según The New York Times, Donald “a los ocho años ya era millonario”, gracias a un fondo fiduciario creado por Fred en 1976. Pese a la riqueza, su niñez fue fría y solitaria. “Su madre estaba muy enferma. Casi muere, de hecho. Y en lugar de quedarse en casa y ser un padre cariñoso, el padre de Trump simplemente se puso un traje, se fue a trabajar y los niños realmente no estaban bien cuidados”, cuenta Martha Brockenbrough, biógrafa de Trump, quien en 2018 publicó su libro Unpresidented: A Biography of Donald Trump.

De adolescente fue problemático. “Lo enviaban a detención muchas veces. Su padre clasificaba a las personas en ganadores y perdedores, y ser un perdedor era lo peor del mundo. Así que cuando Trump fue enviado a una escuela militar de niño (a los 13), era un verdadero perdedor. Yo diría que eso realmente influyó en sus miedos. La tesis de mi libro es que hay que hacer cualquier cosa para ganar, y esto es lo que hará Trump para no ser un perdedor”, explicó Brockenbrough a La Tercera.

Industria inmobiliaria

En 1971, con 25 años, asumió la presidencia de The Trump Organization. En 1973, el Departamento de Justicia de EE.UU. demandó a la empresa por discriminar a personas negras en el arriendo de viviendas, lo que fue confirmado por registros judiciales que evidenciaron codificación racial en las solicitudes. Pero lo peor vino en la década de 1980, cuando tuvo una serie de fracasos y sus empresas se declararon seis veces en quiebra.

La Torre Trump se ve a través de las barricadas cercanas de la policía de Nueva York, después de la acusación formal a Donald Trump por parte de un gran jurado de Manhattan, el 2 de abril de 2023. Foto: Reuters

“Estos fracasos fueron colosales. No pudo pagar a los bancos cuando les debía, y los bancos lo iban a hundir. Trump logró persuadir a los bancos de que tenían que seguir prestándole dinero, porque sus negocios colapsarían por completo, y los bancos se quedarían sin reembolso si permitían que las empresas cerraran”, cuenta Marc Fisher, coautor del libro Trump Revealed: An American Journey of Ambition, Ego, Money, and Power.

“Trump los convenció de que su nombre, su marca, era más valioso que cualquiera de las propiedades o negocios que poseía, y esa comprensión de que realmente era valioso por su nombre y por su marca más que por cualquier propiedad física, eso es lo que dio forma al resto de su vida y carrera, ya que vendió la marca Trump en lugar de cualquier negocio específico”, explica a La Tercera el editor senior de The Washington Post.

The Apprentice

A inicios de los 2000, Trump alcanzó la fama como celebridad al ser dueño de los concursos Miss Universo, Miss USA y Miss Teen USA, y luego como presentador del reality de NBC The Apprentice, donde su frase “¡Estás despedido!” lo convirtió en un nombre familiar para los estadounidenses.

Trump alcanzó la fama como presentador del reality de NBC The Apprentice, donde su frase “¡Estás despedido!” lo convirtió en un nombre familiar para los estadounidenses.

El programa “fue en gran medida un cambio en la dirección de su empresa, porque fue capaz de persuadir al país de que no era un chiste, de que no era un perdedor, al salir en televisión y desempeñar este papel del icono empresarial extremadamente exitoso que tenía un poder enorme y era completamente franco, y decía y hacía cosas que nadie más haría. (...) La gente de NBC lo ayudó a construir ese personaje, aunque tenía muy poco que ver con el éxito real que tuvo en su negocio”, asegura Fisher.

Elección de 2016

Trump siempre dijo que quería ser presidente, pero nadie lo tomaba en serio. Cuando en The Apprentice hizo lo suyo, “mucha gente creyó que el gobierno debería funcionar como una empresa. Y entonces pensaron, ‘bueno, ¿por qué no poner a un empresario exitoso en ese puesto?’”, explica Brockenbrough. También cautivó a muchos estadounidenses al prometer que iba a “drenar el pantano”, su forma de decir que lucharía contra la corrupción.

Así, aseguró que abordaría las preocupaciones económicas de la clase media que se sentía abandonada. “Trump entendió instintivamente que tenía la capacidad de conectar con la gente común, porque reflejaba su ira y su frustración. Reflejaba su creencia de que el sistema estaba amañado en su contra”, complementa Fisher.

Impeachment y juicios

En 2019, Trump enfrentó un juicio político por abuso de poder y obstrucción al Congreso, y el 6 de enero de 2021, sus seguidores asaltaron el Capitolio tras sus afirmaciones de fraude electoral. En 2023 fue acusado de 34 cargos de falsificación de registros, y en 2024, un jurado lo declaró culpable de todos los cargos, convirtiéndose en el primer expresidente de EE.UU. condenado por un delito grave. Tiene una sentencia programada para el 26 de noviembre.

Un quiosco muestra titulares de los diarios tras el anuncio del veredicto contra Donald Trump por el caso Stormy Daniels, en Nyack, Nueva York, el 31 de mayo de 2024. Foto: Reuters

Pese a todo ello, no hubo ninguna ley que prohibiera su postulación presidencial. “Esas leyes se aplican a personas por debajo del nivel de presidente. A los padres fundadores nunca se les ocurrió que alguien como Trump se presentaría, y mucho menos que sería elegido como presidente. Y la Corte Suprema dictaminó que tiene inmunidad por muchas de las cosas que hizo como presidente. Entonces, su modo de operar es hacer lo que cree que puede hacer para que la gente intente detenerlo”, asegura la biógrafa.

Kamala Harris

La candidata presidencial demócrata y vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, hace un gesto durante un mitin de campaña en Atlanta, Georgia, el 2 de noviembre de 2024. Foto: Reuters

Familia inmigrante

Harris nació el 20 de octubre de 1964 en Oakland, California, y es hija de Shyamala Gopalan, quien migró de India a EE.UU. para estudiar un posgrado en nutrición, y de Donald J. Harris, quien se trasladó desde Jamaica en 1961 para realizar estudios de posgrado en economía.

“Para quienes no lo saben, Oakland tiene una historia muy única en EE.UU. como el lugar donde surgió el grupo activista muy famoso, las Panteras Negras, en los años 60 y 70. La liberación negra y el movimiento por la liberación negra, hasta el cofundador del movimiento Black Lives Matter hace unos años, todos provienen de allí. Y de allí viene Kamala”, enfatiza Aimee Allison, fundadora y presidenta de She The People, una ONG que amplifica la voz de las mujeres de color en el ámbito político, con la que Harris ha colaborado.

Kamala Harris y su hermana Maya (derecha) durante una visita de campaña al Narrow Way Cafe and Shop en Detroit, Michigan, el 29 de julio de 2019. Foto: Reuters

En 1971, sus papás se separaron. “Los papeles del divorcio muestran que dividieron sus propiedades como es la ley en California. Y tenían una cuenta bancaria que tenía unos 750 dólares en ella que dividieron. Así que tenían muy poco dinero. Sus padres eran intelectualmente de élite, pero no tenían dinero”, comenta Dan Morain, biógrafo de Harris que en 2021 publicó Kamala’s Way: An American Life.

Su paso por la universidad

En 1964, Berkeley era muy segregada, no como hoy que es liberal y progresista. “La gente de color vivía en las llanuras, cerca de la autopista, y la gente que era blanca y tenía más dinero vivía en las colinas. Cuando Kamala llegó a la edad escolar ella fue de la segunda generación de niños de las zonas humildes que fueron trasladados en bus hacia las escuelas de la parte alta, donde asistían los niños blancos”, cuenta Morain.

Harris se graduó en 1986 con un título en ciencias políticas y economía de la Universidad Howard (HBCU), una casa de estudios históricamente negra. Allí es donde comenzó su interés por la política: fue pasante en la oficina del senador Alan Cranston, de California. Años después, en 2016, ganó el mismo escaño que él había ocupado y que dejó su sucesora, Barbara Boxer.

Más tarde, asistió al Hastings College of the Law de la Universidad de California, en San Francisco, donde se graduó con un título de Doctora en Jurisprudencia en 1989.

Fiscal jefa de California

Harris comenzó su carrera como fiscal de distrito del condado de Alameda y, de 2004 a 2011, de la ciudad de San Francisco. Su siguiente ascenso fue como fiscal general de California, convirtiéndose en la primera mujer y la primera persona negra elegida para ocupar el cargo en el estado más poblado de Estados Unidos.

“Yo la conocí cuando se postulaba para fiscal de distrito en San Francisco. Me involucré con su campaña estatal como fiscal general, consiguiendo apoyo, y continuamos apoyándola en su candidatura al Senado. Cuando fundé She the People, la organización celebró un foro presidencial en 2019 en Texas. Y teníamos ocho aspirantes a la presidencia allí, incluida Kamala, que se postulaba a la presidencia en ese momento. Y ella me dijo entre bastidores, ‘guau, mira lo que hiciste. Esto es completamente hermoso y completamente Oakland’”, cuenta Allison.

Kamala Harris jura como nueva fiscal de distrito de San Francisco, mientras su madre, Shyamala Gopalan, sostiene una copia de la "Carta de Derechos", el 8 de enero de 2004. Foto: Archivo

Heidi Sieck, directora financiera de la alcaldesa de San Francisco, London Breed, y presidenta del Comité Nacional de Finanzas de Kamala Harris, también la conoció en 2003 y hasta hoy mantienen una amistad. “Trabajé en todas sus campañas. Yo estaba trabajando para el alcalde de San Francisco en ese momento y escuché este rumor de que había una mujer joven que se postulaba para fiscal de distrito”, cuenta.

En esa época, “el enfoque estadounidense de la justicia penal consistía en encarcelar a la gente. Era una cultura muy carcelaria. Y aquí estaba una mujer joven que estaba hablando sobre justicia penal de una manera totalmente transformadora. Estaba hablando de las bases de la justicia económica. Cómo evitar que la gente sea encarcelada y cómo prevenir la reincidencia”, rememora Sieck.

La elegida de Biden

Harris utilizó el éxito de su carrera como fiscal para impulsar su campaña de 2016 para el Senado de EE.UU. en California. Luego hizo una campaña presidencial en 2020, que comenzó con gran entusiasmo, pero fracasó. Su candidatura terminó en menos de un año, pero fue reavivada por Joe Biden al seleccionarla como su vicepresidenta, devolviéndola al centro de atención nacional, explica BBC.

“Creo que la gente empezó a entenderla cuando era senadora de Estados Unidos. Su campaña presidencial fue en realidad más una expansión de su perspectiva. Y creo que estoy muy emocionada de que el Presidente Biden haya visto qué persona increíble es y qué líder innovadora increíble es. Ese proceso de selección fue bastante abierto al mundo sobre a quién estaba eligiendo”, recuerda Sieck.

El salto como candidata

En julio pasado, el Presidente Joe Biden retiró su candidatura presidencial contra Trump, tras semanas de presión del Partido Demócrata, dudas sobre su estado de salud y un debate que dejó ver sus debilidades. Inmediatamente, Biden respaldó a Harris para que fuera su reemplazo en la contienda. Así, se convirtió en la candidata oficial del Partido Demócrata el 5 de agosto tras una votación nominal virtual.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la vicepresidenta Kamala Harris levantan las manos durante una celebración del Día de la Independencia en Washington, el 4 de julio de 2024. Foto: Reuters

Harris “siempre ha estado muy centrada en su misión. Tiene claro cómo quiere ser útil. Definitivamente, el trabajo era muy importante para ella. Tiene una visión muy amplia de lo que es posible con la política y la teoría económicas, así que estoy muy emocionada de verla cuando se convierta en presidenta de Estados Unidos. Es una ilusión, una esperanza, que nuestra política económica en el país se vea bien servida por eso”, expresa Sieck.