El martes 4 se juntaron -en reserva- en el Congreso de Valparaíso el presidente de la UDI, Javier Macaya, y el del Partido Republicano, Arturo Squella.

A solo tres días de la cuenta pública del Presidente Gabriel Boric, el ambiente político era tenso. Chile Vamos y el partido fundado por José Antonio Kast habían marcado con fuerza sus diferencias en la reacción al discurso. El anuncio del Mandatario del envío -este año- de un proyecto de aborto legal llevó a la tienda de Kast a anunciar un corte de relaciones con La Moneda. Un endurecimiento que dejó en una incómoda posición al bloque que integran la UDI, RN y Evópoli, los que -a pesar de haber acusado que este proyecto ponía en riesgo el diálogo por las reformas- igual dejaban abierta la puerta a mantener una conversación con el oficialismo.

Todo, en medio del delicado equilibrio para la presidencial, donde la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei (UDI), busca apuntar a un voto más transversal, mientras Kast -en las últimas semanas- le ha hablado a un electorado más duro. Y de la difícil negociación municipal opositora que sigue con una serie de nudos y que comienza su recta final a partir de las primarias de hoy.

“¿Qué quieren los republicanos? ¿Nos quieren dejar ante el país como los blandos? ¿Como partidarios del aborto libre?”, reclama un parlamentario de la UDI.

Un ejemplo de ese impasse se dio el mismo martes 4, cuando el partido de Kast objetó el ingreso de Ana Lya Uriarte a las comisiones de Gobierno Interior y de Defensa, decisión que convirtió a la exministra de la Segpres -hoy asesora legislativa del Ministerio del Interior- en la primera damnificada de la tienda de Kast. La postura no fue compartida por Chile Vamos, puesto que con ello no se pudo avanzar en dos proyectos clave en seguridad: el misceláneo sobre migraciones y el sistema de inteligencia.

“Sería imperdonable para la ciudadanía que nosotros estancáramos nuevamente este proyecto de ley (el de Inteligencia) por la oposición legítima de un partido político, dados los anuncios del Presidente de la República”, fue el reclamo del diputado de Evópoli Francisco Undurraga, presidente de la Comisión de Defensa.

Pero el choque político estratégico entre las dos derechas no es puntual. Y se avecinan una serie de movimientos que solo indican que ello seguirá en colisión. Pues si bien comparten los temas macro en seguridad, crecimiento económico, estabilidad y libre mercado, hay otros -políticos, electorales y de posicionamiento- que van por carriles distintos.

El tono republicano

En la tienda de Kast sostienen que no hay un giro estratégico. Que siempre han sido detractores al actual gobierno y que, en esa línea, el diseño apunta a posicionar al partido como una “oposición verdadera” al Ejecutivo, sin eufemismos, con miras a los comicios de octubre y a las parlamentarias y las presidenciales del próximo año.

La idea es antagonizar con firmeza el liderazgo de Boric, cuya gestión -según afirman- ha significado un retroceso para el país. “Vamos a aprobar solo lo que consideremos positivo para los ciudadanos y vamos a rechazar sin complejos lo malo. Esa actitud no solo es una responsabilidad, sino que un deber”, dice un integrante de esas filas.

A. Pérez Meca / Europa Press

Claras en esa línea han sido las últimas intervenciones del propio Kast, quien ha aprovechado plataformas internacionales para amplificar sus críticas en contra del Jefe del Estado. El 26 de abril, en Hungría, dijo que en Chile estábamos gobernados por un Presidente “woke”; que “tiene menos de 40 años, que sale andar en bicicleta por la calle con escoltas policiales, que llega a trabajar tarde, que se va para la casa temprano, e incluso hay días en que ni siquiera va a trabajar”. Y el 19 de mayo, en la cumbre del partido español ultraderechista VOX en Madrid, no solo aseguró que “hoy nos gobierna un ‘travesti político”, sino que lo tildó de “antipatriota”.

Rápidamente, tres figuras cercanas a Matthei -Guillermo Ramírez y Jaime Bellolio, de la UDI, e Ignacio Briones, de Evópoli- salieron a marcar posiciones en defensa de la institucionalidad.

“A mí no me gustan esas declaraciones, creo que hay que respetar al Presidente de la República sea quién sea. Lo verdaderamente republicano es tener un respeto por la propia institucionalidad, por la autoridad”, dijo Bellolio.

Kast no se declaró sorprendido con la reacción de Chile Vamos, “porque -dijo- detrás de lo que pueden plantear hoy hay una motivación política. Ellos quieren diferenciarse de los republicanos”.

La apuesta de sus seguidores está en que otra vez, al igual como ocurrió en las elecciones de los consejeros constitucionales del 7 de mayo de 2023, el estilo y la marca republicana sea la que allegue votos a sus candidatos en las cuatro elecciones que se celebran el 27 de octubre: gobernadores, alcaldes, concejales y consejeros regionales. En la tienda creen que los electores que estén en contra de la administración Boric van a buscar, en la papeleta, al representante de aquel partido que sea claramente opositor a su gobierno. Y ese -dicen- es el Partido Republicano.

Desde Chile Vamos la decisión política es tomar distancia -al menos frente a las formas y el tono- de las tácticas republicanas. No están dispuestos a arriesgar -dicen- la construcción de un estilo más transversal y abierto al diálogo, que consideran clave para ganar la presidencial con Matthei en 2025, ante un Kast que -según ellos- tiene “techo”.

Para los dirigentes de esta coalición, mientras Matthei se siga consolidando como la candidata más competitiva, va a ser más difícil la relación con republicanos. Porque -según evalúan- desde la tienda de Kast van a seguir presionándolos para lograr posiciones más duras y así llevarlos a su cancha, y porque -a diferencia de la discusión constitucional, donde los republicanos pusieron en duda la continuidad del aborto en tres causales, tema que influyó en la derrota del “A Favor”- esta vez no están dispuestos a apoyarlos en todo.

En el staff programático de la alcaldesa -que encabeza Juan Luis Ossa y que está a cargo del Instituto Libertad (RN), Horizontal (Evópoli), la Fundación Jaime Guzmán (UDI) e Idea País- aseguran que para ganar las contiendas que se avecinan no basta con descansar en los errores del gobierno ni tampoco asumir que por default llegarán a La Moneda, sino que ese camino exige sacrificios de todos los involucrados.

La última encuesta Pulso Ciudadano, del 2 de junio, reveló que -en preferencias presidenciales y en menciones espontáneas- la alcaldesa Evelyn Matthei obtiene un 26,2%; José Antonio Kast la sigue a distancia, con un 12,1%, y se empieza a acercar a él la expresidenta Michelle Bachelet, con un 9,8%.

La fotografía -aunque no es auspiciosa- no pone ansiosos a los republicanos. “Hace un año, Kast estaba por sobre Matthei y nosotros no estábamos midiendo las cortinas de La Moneda. Sabemos que las dinámicas cambian”, afirma un integrante de la tienda.

En el círculo de la alcaldesa se confidencia que ella no está dispuesta a ingresar a planos de confrontación entre las “oposiciones”, como las llama, y que en un par de semanas iniciará un despliegue de giras para apoyar a los candidatos de su sector en los espacios libres que le deja su jefatura comunal, cargo que ejerce hasta diciembre. Esto por la inquietud que existe entre sus partidarios ante el desplazamiento de Kast, quien en la misma fecha -sin los amarres de un puesto- planea recorrer el país varias veces.

Las dudas de Chile Vamos

La colisión entre los tonos de ambas derechas se da en medio de una dura negociación por la municipal y las gobernaciones. Hace tres semanas, el Partido Republicano sostuvo que la mesa de coordinación -que integra esa tienda junto con Chile Vamos, Amarillos y Demócratas- está con “respirador artificial”, porque, según sostienen, RN, la UDI y Evópoli no quieren ceder. Pero la misma queja tienen estos últimos, quienes acusan que la colectividad de Kast se ha dedicado a “blufear” y a construir una estrategia que apunta a solidificar su posición para las parlamentarias de 2025.

Los republicanos aseguran haber despejado el camino en 280 alcaldías, pero quedan más de 60 por resolver. Entre ellas, algunas ícono, como Recoleta, Peñalolén, Maipú, Valparaíso, Viña del Mar y Concepción. Y a nivel de gobernaciones, los republicanos competirán en 14 de 16, donde las más complejas son Valparaíso y la Región Metropolitana.

En la UDI, RN y Evópoli ya hay voces que internamente están planteando que ese escenario es el peor para la oposición. Esto, porque aunque hay balotaje, la competencia podría evitar que el sector logre al menos unas cinco gobernaciones en la primera vuelta, afectando -con ello- el despliegue de voces opositoras al gobierno en regiones.

El jueves se realizó una reunión del equipo negociador de Chile Vamos, para seguir ajustando la plantilla. El plan es que -saliendo de las primarias, donde esa coalición participa en 20 elecciones municipales y en dos para gobernadores- los presidentes de los partidos hagan un gran anuncio, con el acuerdo en unas 300 comunas, quedando el resto (45), que son las más complejas, para el final. La esperanza está en que republicanos no levante candidatos en aquellas que CHV resolvió vía primarias y que los casos más difíciles sean resueltos vía encuestas.

“Nos gustaría ver en ellos una mayor vocación por la unidad y una estrategia común para derrotar a la izquierda radical que nos gobierna. Estoy segura de que en estos dos meses lo vamos a lograr”, sostiene María José Hoffmann, secretaria general de la UDI.

En Chile Vamos cunden las dudas respecto del objetivo de los republicanos en esta negociación. Hay quienes creen que no quieren ganar ciertas alcaldías -donde sus candidatos casi no marcan en las encuestas-, porque lo que buscan en realidad es hacer ahora una precampaña para la parlamentaria del próximo año. Y así arrebatarle a CHV parte de los escaños que tiene en el Parlamento. Una tesis que es desmentida desde la tienda de Kast, porque -según dicen- ya tienen equipos preparando candidatos para los distintos distritos, los que no tienen que ver necesariamente con los nombres que están levantando para la actual contienda.

“Sabemos que hay quienes creen que buscamos la hegemonía del sector, pero eso no está en la pizarra de conceptos”, dice un integrante de esa tienda.

“En el Partido Republicano tenemos claro que el adversario político es el Frente Amplio y el Partido Comunista, y es fundamental que todos los partidos de oposición lo tengan presente también. Si nos ven a nosotros como rivales, se hace cuesta arriba ganar en octubre”, advierte el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella.

Foto: Luis Sevilla

El cálculo de algunos es que si se mantiene el nivel de adhesión a la tienda de Kast, que muestran sus mediciones internas, y Matthei no logra traspasar su alta adhesión personal a algunos candidatos de CHV, el tablero electoral podría arrojar sorpresas, tal como sucedió en mayo de 2023. Y reconfigurar, de paso, la discusión electoral del próximo año.

Con ese objetivo declaran que no tienen tiempos ni espacios que perder. De ahí que el 15 de mayo lanzara junto al Centro de Estudios Ideas Republicanas la Guía Re, una suerte de “carta de navegación” para sus candidatos a la municipal y a los gobiernos regionales. Y que antes de la cuenta pública -cuando La Moneda empezó a difundir como bajadas comunicacionales el concepto de estabilidad logrado por la actual administración- decidieran, a nivel directivo, acuñar la idea de la “cuenta regresiva”, para remarcar que el período del Ejecutivo se acabó. Y grabar un video de Kast -en una cuidada puesta en escena, en modo presidencial- cuestionando la gestión Boric, justo en la mitad de su período y cuando se abre la temporada de elecciones.