Columna de Alejandro Tapia: Balotaje uruguayo y protestas en Colombia
Hubo algunos desmanes, destrozos en estaciones del TransMilenio y un masivo cacerolazo nocturno, pero así y todo hasta el propio Presidente colombiano Iván Duque consideró que las protestas del jueves tuvieron un carácter "legítimo" y "pacifico". Ese día, el mandatario no anunció ninguna medida concreta para contener el creciente rechazo a sus reformas (laboral y de pensiones) y las marchas no terminaron ahí. El viernes, un día después, los colombianos volvieron a la calle y algunas manifestaciones concluyeron de manera violenta, por lo que se decretó toque de queda en algunas ciudades. Recién entonces Duque volvió a tomar la palabra y prometió una "conversación nacional" para impulsar sus reformas. Lo ocurrido en Colombia da cuenta que las protestas podrían extenderse y que el descontento ciudadano es más profundo de lo que se piensa, pese a que el país exhibe un crecimiento que alcanzó el 3,3% del PIB en el tercer trimestre. Al mismo tiempo el rechazo a Duque va en aumento y sólo el 26% lo aprueba.
Donde las protestas no han sido para nada pacíficas es en Bolivia. Los seguidores de Evo Morales han bloqueado las más importantes carreteras del país y se han enfrentado a la policía con piedras y palos. Desde el inicio del estallido boliviano han muerto más de 30 personas y el país ha comenzado a sufrir desabastecimiento y alza de precios de los productos básicos. Desde México, el renunciado Presidente boliviano ha dado señales ambiguas sobre su eventual regreso. Así, le dijo a The Wall Street Journal que su propuesta es que lo dejen terminar su mandato -que concluye en enero- a cambio de no participar en las futuras elecciones. Pero ni siquiera en el Movimiento Al Socialismo (MAS) todos están de acuerdo, mientras que durante la semana el gobierno interino de Jeanine Áñez dio más señales de querer extender su administración en vez de fijar un rápido calendario de elecciones.
Quien se prepara para las elecciones, aunque en 2022, es Jair Bolsonaro, que el jueves lanzó su nuevo partido: Alianza para Brasil, con el lema "Dios, familia y patria". Se trata del noveno partido de Bolsonaro en sus tres décadas de carrera política.
Y si de elecciones se trata, los uruguayos volverán hoy a las urnas, para definir en segunda vuelta al hombre que los gobernará por los próximos cinco años. En unos comicios que podrían tener un importante efecto para la región, el centroderechista Luis Lacalle Pou -hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle- podría destronar al Frente Amplio, que lleva 15 años en el poder. Si bien el oficialista Daniel Martínez ganó la primera vuelta, hoy podría sufrir una dura derrota.
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