La mañana del lunes, un día después de las elecciones generales en Argentina, Alberto Fernández -que se impuso con un 48% frente a Mauricio Macri (40%)- aceptó desayunar con el Presidente en la Casa Rosada. El encuentro fue cordial y diametralmente opuesto a lo que ocurrió en 2015, cuando Cristina Kirchner le hizo la vida imposible a Macri tras los comicios de ese año. Alberto Fernández dio así una señal contundente del estilo que quiere imponer a su gestión: pese a que Cristina lo secundará en su calidad de vicepresidenta, el futuro mandatario optaría por la moderación y el pragmatismo, aparentemente lejos del kirchnerismo más puro y duro.
En los días siguientes, A. Fernández dio más señales: su foco será la economía, con un peronismo unido y el México de Andrés Manuel López Obrador como su gran aliado en la región. Además, el presidente electo sabe que enfrentará una oposición articulada y con un líder claro: el propio Macri, que obtuvo el voto de cuatro de cada 10 argentinos, superando así el 32% que logró en las primarias.
Donde no hay una transición precisamente tranquila es en Bolivia. Evo Morales, que según los resultados oficiales se impuso en primera vuelta, ha sido cuestionado por la oposición y organismos como la OEA por supuesta manipulación de los resultados de las elecciones del 20 de octubre. Carlos Mesa, el líder opositor, ha organizado una serie de cabildos y ha denunciado una y otra vez supuestas maniobras del mandatario. Al mismo tiempo, el gobierno ha insistido en que si después de una auditoría se descubren irregularidades, se hará una segunda vuelta, pero las protestas ya dejan al menos dos muertos.
Esta semana también estuvo marcada por la muerte del líder del Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi, que una vez que se vio acorralado por las fuerzas estadounidenses en Idlib, Siria, se inmoló junto a sus tres hijos.
No obstante, justo cuando Donald Trump celebraba la caída del máximo dirigente del grupo yihadista, el teniente coronel Alexander Vindman, con 20 años de servicio en el Ejército y asignado al Consejo de Seguridad Nacional (CSN) para asuntos relacionados con Ucrania, declaró el martes que en dos oportunidades informó de su preocupación ante los intentos de la Casa Blanca para que Kiev realizara investigaciones para favorecer políticamente a Trump.
Y en Reino Unido, finalmente la "pesadilla" del Brexit no se concretó el jueves, ya que la Unión Europea dio tres meses de plazo, mientras Boris Johnson convocó a nuevas elecciones el 12 de diciembre.