Cuando el martes 10 de mayo el príncipe de Gales, con su hijo Guillermo a su lado, asistió a la Apertura de Estado del Parlamento y pronunció el discurso de la Reina, vestido con su uniforme de almirante de la flota, mirando pensativamente la corona del estado imperial sobre un cojín a su lado, para muchos observadores de la realeza el mensaje estaba claro: la transición había comenzado.
Mediante un comunicado, el Palacio de Buckingham había informado que debido a problemas de movilidad esporádicos la monarca -que en junio celebra sus 70 años en el trono- había decidido “a regañadientes” que no iba a asistir a la apertura del Parlamento. La ceremonia es una de las principales responsabilidades constitucionales de la monarca británica. No puede llevarse a cabo sin ella, al igual que la firma de las leyes parlamentarias y el nombramiento de los nuevos primeros ministros. Aunque su papel es puramente ceremonial y solo actúa por consejo de los ministros, la democracia británica se paralizaría sin ella.
El historiador y biógrafo real Robert Lacey afirmó, en conversación con la revista People, que el evento debe verse como un claro movimiento hacia la sucesión. “Ella claramente está pensando en el futuro y esto se puede ver junto con el momento en que dijo que deseaba que Camilla fuera conocida como Reina Consorte, que fue otro desarrollo importante este año”, indicó.
“Pedirle a su hijo Carlos y también a Guillermo que asistan es claramente sobre la sucesión, sobre enfatizar una asociación y trabajo en equipo”, añadió.
En la misma línea, una alta fuente del Palacio de Buckingham dijo al diario The Times que los eventos de ese martes fueron planeados por la reina Isabel II, Carlos y sus ayudantes para “suavizar la transición”. “No se equivoquen, este fue el tráiler”, añadió. “El príncipe estaba vestido de manera muy real, pero no hasta el punto de apropiarse del soberano”, indicó al periódico la fuente. “Una vez que ajustas tus ojos a eso, no será tan diferente cuando lo veamos usando la corona. Técnicamente, ni siquiera era necesario que leyera el discurso”, comentó.
De hecho, recuerda el diario, en el pasado hubo ocasiones en las que Isabel II se perdió la inauguración estatal, como cuando estaba embarazada en 1959 y 1963 y el lord canciller leyó sus discursos. “Hacer que su heredero lo leyera fue una decisión muy consciente de su parte. Juega hasta ese punto de crear en la mente de las personas que su papel está por llegar, que no quede ninguna duda. Parpadea, y no podrías notar la diferencia entre el martes y cuando lee por primera vez el discurso como rey”, indicó una fuente cercana.
Asimismo, la prensa señaló que fue ella quien insistió en que Carlos, y no Dominic Raab, el lord canciller, tenía que pronunciar el discurso. Para ello, Isabel II tuvo que firmar una notificación legal conocida como Patente Real, en la que le da al príncipe Carlos y al príncipe Guillermo la autoridad de abrir el Parlamento en su nombre. Los otros dos suplentes en el sistema actual son los príncipes Andrés y Harry, que han renunciado o han sido despojados de sus responsabilidades reales.
Comienzos de la transición
Si bien, hasta ahora, no existen indicios de que la reina vaya a abdicar y entregar la corona a Carlos - el heredero al trono más longevo de la historia británica- ni de que éste se convierta en regente (príncipe que gobierna una monarquía como regente en lugar de un monarca, por ejemplo, como resultado de la incapacidad del soberano o su ausencia). Al ser nombrado como consejeros de Estado, donde la reina delega su poder soberano para fines específicos, ahora debe estar disponible para tareas puntuales.
Así, la lectura del discurso fue el papel constitucional de más alto perfil que Carlos haya tenido que asumir públicamente para su madre.Sin embargo, advirtió The Times, la transición ha estado ocurriendo durante un tiempo, especialmente si se considera que Isabel tiene 96 años y Carlos ya tiene 73. Carlos ya ha desempeñado labores como colocar la corona nacional del Domingo del Recuerdo en el Cenotafio en nombre de la reina desde 2017; también representó a su madre en el reciente servicio del Día de la Commonwealth en la Abadía de Westminster y el servicio Royal Maundy en la Capilla de San Jorge, Windsor, y fue anfitrión de las fiestas del primer jardín de la temporada en el Palacio de Buckingham.
“Las cosas han estado cambiando por un tiempo. La reina aún puede desempeñar el papel de (jefa de Estado), aunque no tanto en público, pero la gente se está acostumbrando a eso. Ella todavía está firmando toda la legislación, todavía recibiendo visitas de jefes de Estado y embajadores, porque puede hacer todo eso desde su oficina. Pero hemos visto más y más elementos de la entrega del jefe de la nación: las investiduras, las organizaciones benéficas y los patrocinios”, dijo una fuente a The Times.
Los cercanos al palacio destacan que la soberana es muy inteligente y continúa al mando. Al anunciar su ausencia en la inauguración del Estado, los cortesanos destacaron que era la monarca quien se reuniría con sus consejeros privados los días miércoles y que era ella quien realizaba audiencias semanales con el primer ministro, Boris Johnson.
De hecho, haciendo frente a los rumores sobre su salud y de que no estaba apta para tomar decisiones, ha divulgado fotografías como las del Día de la Adhesión publicadas por el Palacio de Buckingham el 6 de febrero, en las que la muestran trabajando con su secretario privado, sir Edward Young, a cargo de su caja roja de correspondencia.
Como heredero al trono, Carlos está muy al tanto de todos los documentos del gobierno que revisa la jefa de Estado. “Él es lo más cercano posible a la información. Puede ver casi todo y está tan al lado de la reina en asuntos de Estado como sea apropiado. Madre e hijo se ven en privado mucho más de lo que la gente cree, y estoy seguro de que están hablando tanto de asuntos de Estado como de familia”, indicó una fuente a The Times.
Los expertos reales dicen que la reina está en el asiento del conductor con respecto a la dirección de viaje de la transición, pero Carlos “no es un pasajero pasivo”. Una fuente cercana al príncipe dice: “Él está impulsando a su equipo muy duro para asegurarse de que todo esté en buen estado y listo, pero eso es muy diferente a ser precipitado o querer que suceda”.
Desde hace años que el príncipe de Gales ha empezado a ocupar un rol más preponderante en la monarquía. En noviembre de 2019, el diario The Daily Mail advirtió que Carlos, por ejemplo, tuvo un rol clave en el retiro del príncipe Andrés de la vida pública, debido al escándalo producto del caso Epstein. Este hecho alimentó la especulación de que Carlos se está preparando para adoptar un rol moderno de “príncipe regente”, que haría que Carlos controle los asuntos diarios de la realeza.
Así, la prensa ya ha comenzado a especular sobre cómo sería una monarquía de Carlos. Según los informes, revisados por el diario The Telegraph, el príncipe de Gales y el duque de Cambridge celebraron una cumbre para decidir el futuro de la monarquía durante las próximas dos generaciones tras la muerte del duque de Edimburgo en abril de 2021.
Carlos -que terminó esta semana una visita a Canadá- ha favorecido durante mucho tiempo una monarquía reducida, que originalmente se modeló en torno a un núcleo compacto de siete personas: la reina y el duque de Edimburgo; el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles; el duque y la duquesa de Cambridge y el príncipe Harry.
Pero tras la salida de los Sussex de la vida real, así como el hecho de que el príncipe Andrés ya no asume funciones oficiales, hay “muy pocos miembros de la realeza” en comparación con lo que el público está acostumbrado.
Fuentes reales explicaron que Carlos y Guillermo, con la ayuda de la reina, deberán decidir en los próximos meses si la monarquía continúa con su modelo tradicional de miles de compromisos cada año, repartidos entre una amplia base de miembros de la realeza que trabajan a tiempo completo y a tiempo parcial, o reducir la cantidad de compromisos y patrocinios y usar menos miembros de la familia para cumplirlos.
Una fuente dijo a The Telegraph: “La pregunta es si comienza decidiendo cuántos patrocinios y compromisos debe haber, y luego determina cuántas personas se necesitan para lograrlos”.
El príncipe de Gales vivirá en un “piso encima de la tienda” que hay en el Palacio de Buckingham cuando se convierta en rey, según los planes informados por el semanario The Sunday Mail . Se cree que la residencia icónica, que se encuentra en una renovación de 369 millones de libras esterlinas, se abrirá a los visitantes durante todo el año en lugar de la oferta actual de temporada, lo que brindará a los miembros del público más acceso que nunca.
Si bien la reina aún se niega a retirarse de sus deberes como monarca - incluso el martes pasado apareció en público para inaugurar una línea en el Metro que lleva su nombre-, una encuesta de YouGov encontró que un tercio de los británicos piensa que debería abdicar.