Como compañeros de banco en el hemiciclo de la Cámara de Diputados, Pablo Vidal (37) y Pamela Jiles (60) forjaron una relación cordial, no de amistad, pero sí de respeto. Pero esta semana, luego de ser proclamado candidato presidencial -por el Partido Liberal y el movimiento Nuevo Trato-, el diputado ex RD rompió ese antiguo fair play y criticó a Jiles por poner como condición el hecho de bajar su candidatura si La Moneda se allanaba a apoyar el tercer retiro de fondos previsionales.
“No podemos usar el dolor de la gente que está angustiada por esta crisis, que está sufriendo y que tiene miedo de no poder parar la olla a fin de mes... Que alguien festine con esto o busque un beneficio político personal o familiar me parece que está mal”, dijo Vidal el miércoles, en Radio Pauta, junto con tomar distancia de la eventual aventura presidencial de Jiles. “Hay candidaturas de las cuales no he escuchado ningún conjunto de propuestas, por lo tanto, me cuesta pensar que podemos llegar a converger…”.
Vidal es de los presidenciables que han optado por salir a enfrentar a la parlamentaria, a diferencia de otros, cuya estrategia ha sido ignorarla deliberadamente, asumiendo la vieja teoría que dice que lo que importa es que se hable de uno, aunque sea para mal. Y creen que referirse a Jiles es hacerle el juego.
Al igual que Vidal, el candidato presidencial de Convergencia Social, RD y Fuerza Común, Gabriel Boric, está en la línea de confrontar a la periodista, quien en la última encuesta Cadem lidera con un 20% la intención de voto, la mayor expresada para cualquier figura en las mediciones presidenciales que ha hecho Cadem en este ciclo.
Pero a diferencia de Vidal, con quien Jiles tenía una relación tranquila, con Boric la historia ha sido tensa, tanto en persona como a través de las redes sociales. Mal podría, entonces, comenzar ahora a ignorar a quien le dio los mayores dolores de cabeza cuando ambos pertenecían al mismo bloque.
En conversación con Teletrece, Boric señaló este jueves que al interior del Frente Amplio “existe una autocrítica” por impulsar en el Congreso a figuras como Florcita Alarcón o Pamela Jiles. “Para adelante es muy importante que los partidos de nuestra coalición puedan asegurar que las candidaturas tengan un vínculo real con un proyecto colectivo y no sean individualidades que puedan sacar muchos votos, pero que al final terminan respondiendo a intereses particulares”, dijo.
Boric enumeró algunas de las posiciones asumidas últimamente por Jiles que no se ajustan a su partido ni al FA: “Ella dice que está a favor de reponer la pena de muerte, vota en contra de la despenalización del cannabis medicinal y a favor de reponer el voto obligatorio en el plebiscito de octubre… Son diferencias que van más allá de si nos gusta o incomoda su figura”. Y remató: “Si uno está insultando todo el día, al final le está faltando el respeto al mismo pueblo”.
La otra carta presidencial del FA, Marcelo Díaz (hoy Unir, ex PS), resta dramatismo al liderazgo de la periodista: “Ella claramente conoce el mundo de las comunicaciones mejor que cualquier otro candidato y usa esa ventaja a su favor. Sabe que hoy la política se desarrolla mucho en ese campo, donde priman más las emociones que los contenidos. Eso es un hecho y no tiene por qué desatar una especie de neurosis como a veces se aprecia”.
Entre Jiles y el candidato del PC, Daniel Jadue, tampoco existe una buena relación. Ambos se han criticado mutuamente. Él dijo que ella ganó reconocimiento público por el retiro de fondos de las AFP, y ella le respondió que tenía que resolver el caso Luminarias. Pero en el PC tienen clara su postura frente a la expanelista de TV y exmilitante de sus filas. “Ella puede marcar hoy en las encuestas, pero no tiene una base electoral como la nuestra. No estará ni en la papeleta de las primarias ni en la presidencial”, señala un dirigente del PC.
Un factor que avala este análisis: mientras el PC está constituido en todo el país y, por ende, puede presentar candidato presidencial, el PH está corriendo contra el tiempo para conseguir su legalización en las regiones de Los Lagos y Aysén, sin la cual no podrían llevar a Jiles como postulante a La Moneda al ser un requisito que fija la ley.
Por ello, hay muchos que creen que las Jiles está hoy pensando en el Senado. En los cálculos que ven a Jiles como una opción real a la Cámara Alta hay un factor que pesa: la RM elegirá cinco senadores este año en una sola circunscripción, terminándose la lógica de los cupos en la zona oriente y poniente. Esto hace que un candidato tenga chances reales de ser electo con entre el 15% y el 20%.
Ojos que no ven...
Más hacia el centro del arco político las aproximaciones a Pamela Jiles son otras. En el caso de Ximena Rincón, por ejemplo, cuentan que el problema de la senadora DC es no saber bien a quién se enfrenta realmente cuando ha tenido algún acercamiento con ella en el Parlamento: a Pamela Jiles, que en privado -admiten- es una persona amable; o a “la abuela”, el personaje que ha creado y le ha rentado en las redes sociales. Por ello, ante algunos recados enviados por Jiles a Rincón, la candidata presidencial de la DC junto a su equipo optaron por no entrar en ningún debate ni relación con ella.
Una línea similar adoptó el candidato del PPD Heraldo Muñoz. Desde su comando señalan que ella no es tema y que todas sus energías están puestas en el avance de su postulación. Recuerdan que el excanciller solo se ha referido a Jiles cuando le han consultado por algunas de sus propuestas que ha calificado de “populistas”. No obstante, reconocen la destreza que tuvo para apoderarse del tema de los retiros del 10%.
Distinto opina el abanderado radical, Carlos Maldonado, quien hace unas semanas convocó a todos los presidenciables de la oposición a un encuentro por Zoom, incluida Jiles, lo cual no cayó bien a varios de los contertulios. “Nuestra estrategia es hablarle a Chile de los cambios que se necesitan para ser un país más justo, no olvidando en ningún momento que para ello en la oposición debemos sumar, no restar ni dividir”, dice el exministro de Justicia.
Paula Narváez, en tanto, tiene una particular mirada sobre el “fenómeno mediático” que es Pamela Jiles, el cual, precisa, “es volátil. Las cosas cambian y hay que tener prudencia para ver cómo evoluciona...”.
A su juicio, el gobierno de Piñera es el gran responsable de “la notoriedad” de la diputada, al crear “un caldo de cultivo para que surjan voces” como la suya. “Ella tuvo la habilidad de aprovechar un vacío en la conducción política del gobierno, en el manejo ineficiente de la pandemia en términos de ayuda social (…). Logró capturar una necesidad de la población que se quedaba sin ingresos y que capitalizó con el tema de los retiros del 10%”, dijo Narváez el viernes en Radio Duna, junto con reconocer -también- la ausencia de liderazgos fuertes hoy en la oposición.
Desde su comando, agregan que Jiles no es una preocupación en momentos en que están centrados en fortalecer la candidatura de la exvocera de Bachelet. En todo caso, hace algunas semanas, Jiles le envió un recado a la sicóloga: “Ella debería ser la gestora de una primaria amplia, sin exclusiones, de toda la oposición, incluida la DC. Eso espero de ella”.
La amistad con Desbordes
Hace poco menos de un año, el entonces diputado y presidente de RN, Mario Desbordes, recibió en sus manos los resultados de una encuesta sobre elecciones senatoriales en la RM, que él había encargado. El resultado fue grato para él: figuraba entre los primeros lugares del oficialismo, pero muy lejos del primer lugar opositor que obtenía Jiles, quien por esos días aún no tomaba como su bandera de lucha el retiro del 10%.
Desbordes le comentó el resultado a la diputada y a su jefe de gabinete, Pablo Maltés, y les dio una copia del estudio.
Jiles y Desbordes mantienen una buena relación, la que se consolidó en las tratativas del primer retiro de ahorros de la AFP. “Hace muchos años dije que Desbordes era un político con futuro y creo que no me equivoqué. Jugó un rol clave en el primer retiro y lo arriesgó todo. Él me dijo ‘no te preocupes, Pamela, vas a tener los votos, yo te los comprometo’. Y cumplió su palabra”, comentó la periodista el 1 de marzo en el programa Mentiras Verdaderas de La Red.
Consultado hoy, el presidenciable de RN llama a su sector a tomarse en serio el liderazgo de Jiles: “Ella está muy consolidada en las encuestas desde antes del 10% y ha sintonizado con necesidades o carencias que la gente siente como urgencias. Y el que crea que es un fenómeno de redes sociales, de gente antisistema, está muy equivocado”.
De paso, Desbordes también cree que en Chile Vamos se está subestimando a Jadue: “Daniel ha hecho la pega, está muy consolidado, y hay muchos de mi sector que creen que él está en las encuestas sólo por la Farmacia Popular en Recoleta. Están muy equivocados”.
A Joaquín Lavín se le oye hablar poco de Pamela Jiles. De hecho, nadie del equipo del candidato más fuerte de la derecha quiso hablar para este reportaje. Distinto es a la inversa; ella ha dicho que Lavín será el sucesor de Piñera. “Yo creo en las encuestas y Joaquín Lavín es el más probable próximo presidente del país (…). Ahora, yo le estoy soplando la nuca a Lavín”, dijo hace unas semanas en La Red.
El presidenciable de Evópoli, Ignacio Briones, señala: “Diferenciarse de Pamela Jiles es un problema para los candidatos que bailan al ritmo de su música y votan con ella. No es nuestro caso. El espectáculo de la diputada solo me permite decirle a los chilenos que mi candidatura y el proyecto detrás de esta, es la antítesis de lo que ella representa, en fondo y forma, respecto a cómo tratar y trabajar por el futuro de las personas. Y en cómo avanzar en políticas públicas ambiciosas, realistas y serias y no de fantasía como las que ella plantea, que faltan a la verdad y que suponen altos costos futuros para el bienestar de millones de chilenos”.
Una opinión parecida tienen en el equipo de Evelyn Matthei: “No hay que seguirle su juego, siempre hemos pensado que no vale mucho la pena caer en sus provocaciones, ni tampoco discutir con ella, puesto que es una figura que se alimenta del conflicto y de eslóganes comunicacionales”, señala un asesor de la alcaldesa de Providencia.
El líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, es partidario, en cambio, de enfrentarla “sin miedo” y con la misma rudeza que ella muestra. “Tenemos una identidad clara y convicciones profundas y ese es el mejor argumento para derrotar al populismo. Por eso, creo que somos la mejor alternativa para enfrentarla a ella o a Jadue en una segunda vuelta”.
En el equipo de Sebastián Sichel señalan que para él Jiles y Jadue son una motivación a su candidatura independiente, al “permitirle destacar las diferencias entre su propuesta seria de país y las inconsistencias del populismo de izquierda de ellos, sin matices”.