Ados días de una de las jornadas más importantes de la política de Estados Unidos, el famoso “Supermartes”, una cita que suele ser clave para elegir a los representantes de los dos partidos más importantes del país, todo apunta a que la icónica fecha electoral, de este 5 de marzo, será una de las menos competitivas de las elecciones recientes.
Mientras en la vereda del Partido Demócrata ningún nombre parece hacerle mella al Presidente Joe Biden -como suele ocurrir cuando un mandatario busca la reelección-, salvo algunas protestas por su postura frente a la guerra entre Israel y Hamas, en la de los republicanos, Donald Trump, el magnate parece más todopoderoso que nunca en la interna de su partido, con un récord impecable de victorias frente a su única -pero diluida- amenaza, Nikki Haley.
Clyde Wilcox, profesor de Gobierno en la Universidad de Georgetown, aseguró a La Tercera que, “actualmente, no hay nadie que pueda derrotar a Biden y Trump, aparte de Biden y Trump”. Y añade: “Este es un año muy extraño, porque esencialmente hay dos presidentes que buscan la reelección. Los candidatos en el poder (o semipresidentes, como Trump) no pierden las batallas por la nominación. La cuestión es cuán dividido quedará el partido después de las convenciones, de cara a las elecciones generales”, reflexionó.
De hecho, el consenso parece ser que el segundo no se juega nada este martes. Al contrario, todo apunta a una coronación incipiente.
El carácter inédito de esta fecha clave lo recalcó el politólogo y profesor emérito de la Michigan State University, William B. Allen. “Nunca antes había ocurrido que se hayan celebrado elecciones primarias en 16 estados simultáneamente, con un candidato que no esté en la Casa Blanca y en las que se podría esperar que gane todas las primarias del ‘Supermartes’. Si bien eso podría suceder para el contendor en el poder, como ocurre con Biden este año, no es la lógica para los no titulares”, como ocurre con Trump, argumentó a este periódico.
Ahora, las dudas que se abren son si prácticamente nueve meses de campaña presidencial, considerando que las elecciones se llevarán a cabo el 5 de noviembre, desgastarán la candidatura de alguno de los dos, o si la racha de victorias de Trump debilitará la de su contrincante, Joe Biden. A continuación, las claves del próximo “Supermartes”.
¿Qué es el “Supermartes”?
Tradicionalmente, se le considera como una de las fechas más importantes del calendario político estadounidense, pues se trata del día en que más estados votan en el ciclo de primarias presidenciales de Estados Unidos. Si bien varía año a año el número de lugares que votan, suele ocurrir que un tercio de los delegados para las convenciones, ya sea la demócrata o la republicana, son asignados durante el “Supermartes”.
Por ejemplo, este martes 5 serán electos 874 de los 2429 delegados republicanos, incluidos los de California y Texas, los dos estados más poblados del país, lo que equivale al 36% del total. La importancia de la fecha radica en que son precisamente estos delegados los que luego votarán en la Convención Nacional Republicana de julio o en la Convención Nacional Demócrata de agosto para seleccionar.
El primero se desarrollará del 15 al 18 de julio en Milwaukee, Wisconsin. La cifra mágica para conseguir la nominación republicana es de, al menos, 1.215 delegados, detalló la agencia de noticias Reuters. En el segundo caso, la convención demócrata se realizará en Chicago entre el 19 y 22 de agosto.
Este año, en el “Supermartes” serán 15 estados y un territorio de Estados Unidos los que celebrarán elecciones simultáneas, pero nadie espera grandes sobresaltos. Más bien, la confirmación de lo que parece obvio: una revancha entre Donald Trump y Joe Biden.
Pese a ello, se trata de la última posibilidad real de Nikki Haley de al menos frenar el camino -aparentemente- imparable del millonario exmandatario hacia la nominación, quien ha vencido en Iowa, Nuevo Hampshire, Nevada, las Islas Vírgenes y Carolina del Sur, las cinco elecciones republicanas ya realizadas.
¿El menos competitivo?
La falta de competitividad se debe, en opinión de William B. Allen, a que “este año las elecciones son contradictorias simplemente porque Trump obtuvo un apoyo abrumador en una etapa muy temprana y no ha enfrentado ningún desafío serio. La persistente campaña de Nikki Haley no es para la presidencia. Se trata más bien de mantener vivo, tanto y durante el mayor tiempo posible, un ataque sostenido contra Trump para disminuir sus posibilidades de prevalecer en las elecciones de noviembre”.
Tal como afirmó al inicio de la entrevista, Clyde Wilcox señaló que Trump solo compite contra sí mismo. “Trump es ahora incoherente en los discursos, pero Haley no puede ganarle. Podría derrotarse a sí mismo con su discurso o comportamiento y, por supuesto, aún podría ser condenado por algo”.
Del lado demócrata, en tanto, nada indica una competencia seria, principalmente porque cuando un mandatario corre por la reelección, pocas veces le sale alguien a disputar el puesto de representante del partido.
Gran parte de los medios estadounidenses ya se anticipan a lo que posiblemente será una de las elecciones generales más largas de la historia moderna, ya que, de imponerse Trump, y sin posibles rivales de Biden, podrían iniciar una campaña que durará hasta nueve meses, mucho más que los tres o cuatro que se dan tras las nominaciones de las respectivas convenciones.
¿Trump tiene rivales?
The New York Times fue tajante luego de que Trump venciera a Haley en Carolina del Sur, el estado natal de la contendora, donde incluso fue gobernadora. “La carrera por la nominación republicana no es una competición. Es una coronación”, aseveró el diario neoyorquino.
Según el mismo medio, si Haley hubiera ganado en Carolina del Sur el 24 de febrero, o en Michigan, el 27 de febrero, la historia de este “Supermartes” sería otra, pues se trataría de la prueba definitiva para dirimir si su campaña era rentable a nivel nacional. Esto, porque la mayoría de los estados que votan el próximo 5 de marzo permiten la votación de personas no afiliadas a los partidos políticos participantes, lo que, en teoría, le daba a la contendora de Trump la oportunidad numérica de recrear el 40 por ciento que obtuvo en Nuevo Hampshire.
Pero las dos derrotas de fines de febrero hicieron que las chances reales de una nominación se hagan prácticamente cero. Si bien una victoria total de Trump el próximo martes no le entregaría los delegados necesarios para sellar su nominación, no quedarán competidores serios en carrera.
Haley se defiende argumentando que los votantes “tienen derecho a una elección real, no a unas elecciones al estilo soviético con un solo candidato”, dijo tras perder en su estado natal. “Tengo el deber de darles esa opción”.
En la otra vereda, el rubio magnate se sabe todopoderoso dentro del Partido Republicano, ese que llegó a transformar en 2016. “Nunca he visto al Partido Republicano tan unificado como ahora”, dijo el expresidente.
Sondeos citados por Reuters indican que Trump aparece como el abrumador favorito tanto en California como en Texas, los dos mayores estados en cuanto a electores entregados, con 54 y 40 respectivamente. Pero también lidera en las encuestas en Alabama, Maine y Minnesota, y su equipo prevé que logrará al menos 773 delegados durante el “Supermartes”, lo que permitiría que, en un plazo no mayor a una o dos semanas después, logre formalmente la nominación.
¿Se verá afectado Biden?
La gran pregunta es si el buen momento de quien probablemente sea su rival por segunda ocasión consecutiva afectará el desempeño de Joe Biden. Una de las más recientes encuestas de Reuters/Ipsos reveló que, a principios de febrero, Trump tenía el 37% de los apoyos entre los encuestados, mientras que el actual presidente norteamericano obtuvo el 34% de las preferencias.
Si bien es posible que Trump deba pasar gran parte de la primavera estadounidense enfrentando cargos por delitos en los tribunales, Biden enfrenta sus propios retos. Convencer a los votantes de que su edad (81) no es un impedimento para ejercer uno de los cargos más importantes del mundo por cuatro años más se sobrepone con la molestia entre algunos demócratas por el rol de Estados Unidos en el conflicto en Medio Oriente, y la postura que el país ha tomado en la defensa de Israel.
“Biden se enfrenta a algunos votos de protesta por su gestión de Medio Oriente, entre otras cosas, pero carece de la energía y la fuerza física para hacer una verdadera campaña presidencial. Así que muchos demócratas esperan que se haga a un lado en algún momento. Pero el tiempo corre en su contra”, planteó Clyde Wilcox.
Por otro lado, Allen señaló que “la candidatura de Joe Biden refleja la trampa que el Partido Demócrata se tendió a sí mismo cuando colocó a la vicepresidenta Harris en la boleta. Debido a que se entiende por consenso que ella no es viable como candidata, Biden debe postularse. Porque no puede sacarla de la candidatura sin perder un voto crucial de la gran mayoría de los votantes negros”.
Es por esto que, ante la pregunta sobre si el “Supermartes” afectará la candidatura de Biden, el académico de la Michigan State University señaló que “no hay correlación con lo que ocurrirá el próximo martes”.