Fue una de las ediciones más vendidas en la historia de revista Cosas. Y una de las más inolvidables: aquella donde el tenista Marcelo Ríos aparecía en portada bailando apasionadamente con una mujer en una discoteca en París, un paparazzeo que le costó el quiebre con su novia de ese entonces -aunque más tarde su esposa- Giuliana Sotela.
La responsable de poner la imagen encabezando esa edición de 1999 fue Mónica González, más vinculada al área política y por entonces periodista de la publicación que estaba en reemplazo de la directora, Mónica Comandari.
Cuando llegó a sus manos la última edición de Paris Match con Ríos disfrutando de la noche parisina -medio del que Cosas tenía los derechos para reproducir en Chile y desde donde extrajo la imagen-, la reportera y Premio Nacional de Periodismo no lo pensó demasiado.
“No dudé dos minutos, di la instrucción de cambiar la portada y diseñar una como la de Paris Match pero al estilo Cosas, y me puse de inmediato a traducir la nota. Fue un golpe total”, dice González sobre la trastienda de esta historia en las páginas de Cosas. The Book, un libro que recopila la historia de la emblemática revista en sus 42 años en quioscos (1976-2018), y donde precisamente el relato que involucró a Ríos, González y un acierto fotográfico -al menos para el periodismo de espectáculos, difícilmente para el deportista- simboliza a un medio que logró hermanar el intenso pulso social y político de su época con notas acerca de la realeza europea, la naciente farándula chilena o la cultura global.
Por esa misma mixtura, el texto de 330 páginas que se lanzará este miércoles 9 apuesta por una trascendencia mayor. “Cuando Cosas cerró hace dos años me pareció interesante rescatar lo que había sido la historia de la revista. Pero además de eso lo que me interesó era contar la historia de Chile a través de la revista”, cuenta Luis De Mussy, historiador y director de Lak Editores, la editorial del proyecto.
“Aquí se abordan temas que tienen que ver con diversidad, con cultura, con debates de identidad, no es solo el estereotipo que creo que la gente tiene que Cosas era una revista de papel couché donde aparecía gente bonita. Eso es superfalso porque si lo miras en detalle, encontramos que todos los personajes de la vida política de Chile de los últimos 50 años, todos, aparecieron en algún momento en la revista”, profundiza De Mussy.
“Si agarras una revista Cosas del año 70, del 90 o de 2015, te das cuenta justo lo que estaba pasando no solo en términos de periodismo, sino también qué lugar estaba de moda, qué se estaba hablando en ese momento. Es una especie de burbuja del tiempo guardada en estas páginas”, complementa Manuel Santelices, histórico periodista de Cosas y también coeditor de este proyecto.
Para dar vida al libro, revisaron más de mil ejemplares, de los que se seleccionaron las imágenes, citas, reportajes y entrevistas más icónicas. Una labor que hizo el equipo de la editorial junto a la misma fundadora y directora de la revista, Mónica Comandari, además de su hija Francisca Reyes -exeditora de la revista-.
En ese proceso decidieron no solo concentrarse en los hechos o plumas que dieron vida a sus páginas, sino que también convocaron a nueve figuras con diferentes lazos con la revista para hablar sobre ella.
Así, toda una primera parte de Cosas. The Book incluye estos textos, donde aparece la mencionada Mónica González, más otros experiodistas de diferentes épocas: Elizabeth Subercaseaux, André Jouffé, Paula Coddou, Jon Reyes y el ya nombrado Manuel Santelices. A ellos se sumaron otros nombres que dan su propia mirada: Andrés Benítez, gerente general de grupo Copesa; Ariel Richards, periodista y activista LGBTI; y el escritor Rafael Gumucio.
Este último, quien define su relación con la revista como “bastante rara”, rememora cuando por una entrevista otorgada a la periodista Paula Coddu terminaron ambos en la cárcel, ya que el escritor se lanzó contra el entonces ministro de la Corte Suprema, Servando Jordán. “La intervención de la Mónica (Comandari) fue muy entretenida. Fue muy divertido lo que pasó”, cuenta, luego que la directora llegara en su rescate, incluso con medicamentos para tranquilizarlo. “Eso mostraba también un compromiso con la libertad de expresión, por el periodismo de verdad que uno no esperaba de una revista que se supone era muy frívola”, reflexiona.
“La revista hizo mi carrera, me permitió desarrollarla. Le debo mucho”, dice por su lado Elizabeth Subercaseaux, quien trabajó en Cosas de 1977 a 1982. “Me marcaron mucho los viajes que tuve que hacer a Bolivia, correr bajo las balas de un golpe de Estado, entrevistar a presidentes, y así como que me enamoré de Bolivia”, añade la escritora hoy radicada en Estados Unidos, aludiendo al libro sobre Evo Morales que escribió junto a su colega en Cosas, Malú Sierra.
La segunda parte del libro, que aparece de atrás hacia adelante como otra portada, es una suerte de antología de las publicaciones más llamativas, divididas en tres secciones: Política, Cultura y Sociedad.
En Cultura, entrevistas a personajes como Salvador Dalí, Andy Warhol y Raúl Zurita se cruzan con Michael Jackson, Julio Iglesias, Mon Laferte y Don Francisco. Y en Sociedad, acontecimientos como el matrimonio de Carolina de Mónaco en 1978 comparte páginas con el matrimonio de Cecilia Bolocco y Michael Young (1990), mientras que un glamoroso baile de máscaras en el Teatro Municipal (1979) se entrelaza con una famosa cita de 1989 de Raquel Argandoña: “Tendré un hijo, con o sin libreta”.
“Dijo eso y la echaron de Canal 13. Eso te muestra la diferencia del país, decir eso entonces era así de grave”, dice Santelices, responsable de aquella entrevista.
“Para muchas personas, haber aparecido en las sociales de Cosas era un hito en su vida, casi como una chapita socialité, y eso no me cabe duda que todos lo sintieron. La persona que diga ‘no, yo soy un político, un intelectual, eso es demasiado bajo para mí’, mentiroso”, dice De Mussy.
Pero esta segunda parte del libro empieza con el segmento de Política, donde se muestran a entrevistas a Eduardo Frei Montalva, Augusto Pinochet, Manuel Contreras y Sola Sierra, además de coberturas como el caso de Rodrigo Anfruns.
“La revista cumplió un papel bien importante, porque hizo como una apertura política. Las primeras voces contra de la dictadura se publicaron en esa revista”, asegura Subercaseaux. En ese punto De Mussy analiza: “La revista hacía su pega porque la dictadura no la entendía en su totalidad: la vieron como una revista superficial, pero en el fondo, si uno leía con atención, estaba abriendo espacio político”.
Por lo demás, el libro parte con una imagen del reciente estallido social en Plaza Italia: aunque ya fuera de circulación, Cosas quiere seguir conectada con su tiempo.