Desde el primer minuto de los gigantescos incendios que azotaron a la Región de Valparaíso, a partir del 2 de febrero pasado, y que terminaron con la vida de 134 personas, buena parte de las acciones y decisiones tomadas por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) y por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) quedaron registradas. Se trata del Libro de Novedades, escrito a mano por los funcionarios de Senapred Valparaíso y del Sistema de Información Digital para Control de Operaciones (Sidco) de Conaf, en el que se ingresaron minuto a minuto cada una de las acciones de combate terrestre y aéreo del fuego, que partió a la altura del kilómetro 91 de la Ruta 68 y que luego avanzó más de 15 kilómetros para consumir villas completas en Viña del Mar y Quilpué.
La Tercera Domingo tuvo acceso a esos documentos y reunió testimonios de actores claves en la emergencia, con los que reconstruyó hora a hora episodios inéditos sobre el manejo de la emergencia: una moderna camioneta para el primer ataque del fuego que no estuvo disponible, un tardío vuelo de reconocimiento, helicópteros de las Fuerzas Armadas que no llegaron cuando eran requeridos, la falta de coordinación con bomberos y una masiva caída en las comunicaciones que sólo agudizaron la emergencia. Pese a numerosos intentos, Conaf nunca respondió las preguntas para este reportaje.
12.05: el avistamiento del fuego
A esa hora del viernes 2 de febrero pasado, los guardaparques de la Reserva Nacional Lago Peñuelas detectaron desde una torre de vigilancia que un incendio había comenzado en el sector de Melosilla, a unos 1.600 metros al sur de la administración de la reserva. En el Sidco de Conaf quedó consignado que cinco minutos después de avistar el humo, a las 12.10 horas, los mismos guardaparques fueron los primeros en llegar al punto de inicio del fuego, pero existen dudas sobre qué acciones tomaron.
Exactamente a la misma hora, en la Unidad de Alerta Temprana de Senapred Valparaíso recibieron la primera noticia de la emergencia. En la bitácora de la entidad quedó plasmado que a las 12.10 horas ya había “cuatro focos de R-20 (incendio forestal), Las Tablas, Melosilla, todos misma área”. A las 12.30 horas, la central de comunicaciones de Conaf ya calificaba el trabajo sobre el siniestro como “complejo”. A esa hora tres aviones y dos helicópteros habían comenzado el combate aéreo.
“Se había informado inicialmente de un foco grande que nace en Melosilla. Y, después, en el sector de Las Tablas (2 kilómetros al noroeste), se habla de un foco de alrededor de dos hectáreas”, recuerda Vicente Maggiolo, comandante del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso. Tras llegar al lugar, Maggiolo señala que “el oficial que está a cargo dice que él visualiza un segundo foco. Que va en camino a verificarlo, y cuando llega a verlo, él habla de un tercer foco”. La simultaneidad y ubicación de todos los incendios alimentó las sospechas de intencionalidad.
13.00: el primer ataque y una licitación fallida
El real tiempo de reacción para hacer el primer control del fuego en tierra, antes de que cruzara la Ruta 68 y continuara su descontrolado avance hacia Viña del Mar, hoy está en duda de acuerdo a testimonios de funcionarios de Conaf y Senapred que fueron recogidos por La Tercera Domingo. “La información que se ingresó en tiempo real a la bitácora de Conaf y la información que hoy se puede ver en ella no coinciden, alguien la modificó”, denuncia un ejecutivo de la corporación forestal que trabajó en la emergencia.
En efecto, registros iniciales de la plataforma Sidco de Conaf, que incluso fueron parte de una presentación que se realizó al ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, en Valparaíso el 13 de febrero pasado, muestran que el “primer ataque” al fuego fue realizado por “GP-RNLP”, en referencia a los guardaparques de la reserva, quienes sólo contaban con una antigua camioneta Nissan D-21 gris y un estanque de 500 litros de agua para intentar aplacar las llamas.
Hoy, en cambio, la bitácora digital de Conaf, consultada por La Tercera Domingo, indica que el “primer ataque” ya no fue de los guardaparques, sino que hecho por “BC-Palma-8-24″, en referencia a una de las brigadas forestales mejor equipadas de la corporación forestal, la que habría llegado al lugar a las 12.30 horas, 20 minutos más tarde que los guardaparques. Los cambios en los registros oficiales, aseguran las mismas fuentes, habrían dejado horarios de acción “poco coherentes”. Por ejemplo, la plataforma hoy muestra que, pese a ser los primeros en llegar al incendio a las 12.10 horas, los guardaparques habrían comenzado a tratar de apagar el incendio recién a las 13.00 horas. Es decir, 50 minutos después de llegar al lugar.
En 2021, el gobierno regional de Valparaíso adjudicó a la corporación forestal $ 292 millones para comprar un “carro de ataque inicial y dron para incendios forestales y monitoreo”, que buscaba equipar, justamente, a los guardaparques de la Reserva Nacional Lago Peñuelas. La unidad, argumentó Conaf en su postulación, “cuenta con una brigada preparada para el combate de incendios forestales, sin embargo, no cuenta con el equipamiento necesario para su activación”. Pese a que los fondos están disponibles desde 2021, la compra no se ha realizado y el vehículo todoterreno, con capacidad para 3.000 litros de agua y espuma retardante, no estuvo disponible para el incendio del 2 de febrero pasado.
El retraso en la adquisición del equipo fue advertido por escrito al director ejecutivo de Conaf, Christian Little, el 29 de enero pasado: cuatro días antes del siniestro. En el memorándum N°454, el entonces gerente general de Áreas Silvestres Protegidas, Renzo Galgano, acusó que el proyecto tenía “riesgo de ejecución”, entre otros motivos, por “falta de oferentes” y porque las “bases de licitación fueron modificadas sin una revisión previa”. Los hechos hoy son investigados por la Contraloría.
14.34: alerta roja y el puesto de mando en peligro
El fuego ya había cruzado la Ruta 68 y llegado a la Reserva Lago Peñuelas. Peor aún: a esa hora la Conaf solicitó a Senapred declarar alerta roja para la comuna de Quilpué por un nuevo incendio forestal en el sector de Lo Moscoso, que había partido 40 minutos antes y amenazaba rápidamente con llegar a las viviendas.
Una hora y media antes, a las 13.00 horas, al interior de la reserva se había instalado el “Puma-53″, vehículo con el puesto de mando de la Conaf que cuenta con el equipamiento para hacer los análisis y la proyección del avance del fuego en base al sistema “Wildfire Analyst”. Allí, entre las 13.18 horas y las 14.42 horas, el funcionario de la corporación José González Lara quedó como “comandante del incidente”. Luego, desde las 14.42 horas, sería el jefe de brigada de Conaf, Luis Antonio Correa Jiménez, quien se quedaría a cargo de la emergencia durante ocho días.
Testigos del manejo de crisis en esos momentos aseguran que la situación se volvió un tanto caótica cuando el mismo “puesto de mando” de Conaf tuvo que ser evacuado en dos oportunidades por el riesgo al personal y los equipos. “Con el jefe de Conaf concordamos que lo mejor era sacar el puesto de comando a la ruta, porque había muchas pavesas que caían en el sector”, afirma el comandante del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, Vicente Maggiolo, quien era parte del “comando unificado”.
Veintiséis minutos más tarde de la alerta roja para Quilpué, a las 15.00 horas, se declaró también la alerta roja para las provincias de Valparaíso y Marga-Marga, lo que configuró un complejo escenario de dos frentes. Por lo mismo, a las 15.10 horas se ordenó el acuartelamiento de los bomberos de Viña del Mar.
16.35: todos los ojos sobre Quilpué
Conaf ya cifraba en 460 las hectáreas consumidas por el incendio en el lago Peñuelas, pero aún sin peligro para viviendas o infraestructura. Sin embargo, la segunda emergencia en Lo Moscoso se volvió violenta mucho más rápido. A esta hora se despachó el primer mensaje SAE de alerta de evacuación para los sectores de Quebrada Escobares y Fundo El Rincón, en la comuna de Villa Alemana.
De acuerdo a lo escrito en la bitácora de Senapred, este es el único mensaje en el que se dejó registrado que el texto, efectivamente, había llegado a las personas. “Mensaje SAE recibido en los sectores indicados”, escribieron los operadores a las 16.46 horas. Del resto de los 46 mensajes de evacuación enviados entre el 2 y el 3 de febrero, no se consignó si se pudo confirmar su recepción en los teléfonos. “A días de ocurrido el evento, desde Senapred se ofició a la Subsecretaría de Telecomunicaciones con motivo de recoger información en detalle sobre la operación del sistema en lo que refiere al funcionamiento de las celdas y antenas repetidoras de las empresas de telefonía móvil en la zona de envío”, explicaron desde Senapred.
A las 16.45 horas, desde Senapred Valparaíso “se solicita enviar nuevamente (mensaje SAE) por complejidad de la situación” en el siniestro que afectaba a Quilpué y Villa Alemana. De parte de Conaf, en ese momento estaban trabajando en ese incendio tan sólo un funcionario técnico, cuatro brigadas terrestres y un avión tanquero. En el historial de combate terrestre de Conaf es posible ver que el puesto de mando “Puma-52″ de la institución, crucial para enfrentar la emergencia, proyectar escenarios y tomar decisiones de evacuación, recién llegó a Quilpué y se instaló a las 19.30 horas.
17.00: el tardío vuelo de reconocimiento
En Valparaíso, el puesto de mando unificado entre Conaf y Bomberos de esa comuna finalmente se reubicó en un lugar más seguro, a un costado de la Ruta 68, que a esa hora se mantenía cortada. En ese mismo lugar y luego de dar un punto de prensa en el que se informó que los cuatro focos iniciales ya habían convergido en un solo gran incendio, las autoridades decidieron hacer el primer vuelo de reconocimiento tras casi seis horas de avance del fuego para ver, desde el aire, la magnitud del siniestro.
Por ello, el helicóptero matrícula EC-LXH, que se encontraba lanzando agua a las llamas, a las 17.00 horas se posó sobre la autopista para recoger a Juan Atienza, jefe regional del Departamento de Protección contra Incendios Forestales de Conaf, y a Patricio Lara, segundo comandante del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso. Durante 25 minutos, ambos vieron cómo el cambio en la dirección del viento estaba llevando el fuego hacia Viña del Mar. Pero, al mismo tiempo, confirmaron que la situación más crítica estaba en Quilpué.
Al descender, se tomaron decisiones que, según testigos, fueron cruciales. A las 17.26 horas se registró en la bitácora de Senapred que “todos los recursos aéreos se dirigen al incendio Lo Moscoso (Quilpué) para apoyar”, retirándolos momentáneamente del combate del fuego que avanzaba hacia Viña del Mar. En tierra, Conaf decidió mover su puesto de mando. “Nos dijeron que se iban a instalar en la Villa Olímpica de Quilpué, donde se podrían tomar mejores decisiones, porque podrían ver directamente el avance del fuego”, relata un oficial de bomberos. Pero nunca llegaron a ese lugar y, en cambio, se ubicaron en el estadio Sausalito de Viña del Mar, donde se estaban concentrando todas las autoridades comunales y regionales.
17.34: los helicópteros de las Fuerzas Armadas que no llegaron
Pese a que ya estaban trabajando 11 aviones cisterna, nueve helicópteros y dos aviones tanqueros, la preocupación por la escasez de aeronaves para combatir los agresivos focos simultáneos en Viña del Mar y Quilpué quedó patente en los registros escritos a mano por los operadores de Senapred Valparaíso. De hecho, a las 16.05 horas, desde la región “se consulta al jefe de la Unidad de Alerta Temprana Valparaíso por helicópteros” adicionales. ¿La respuesta?: “Dice que no hay y se reiterará la solicitud”.
Una media hora más tarde se informó por correo electrónico que tan sólo hay un helicóptero extra disponible de la empresa Rotortec. Según los registros de combate aéreo de Conaf, la aeronave, matrícula CC-DHZ y pilotada por Francisco Fluxá, recién comenzó a operar en la zona a las 8.00 horas del día siguiente. Algo similar ocurrió con el equipamiento aéreo de las Fuerzas Armadas.
A las 17.23 horas del 2 de febrero, la bitácora de Senapred consigna que “se solicita apoyo a las FF.AA. vía correo para gestionar recursos aéreos con el Estado Mayor Conjunto (EMCO) por multiplicidad de incendios forestales”. Once minutos más tarde, a las 17.34 horas llega “respuesta por solicitud de recursos aéreos EMCO: que se indique por parte de Conaf la frecuencia de comunicación para evaluar antes”.
Del urgente requerimiento no se tienen novedades hasta las 18.48 horas, cuando ya se había comenzado a desatar lo peor de la tragedia con el fuego consumiendo villas completas en Viña del Mar y Quilpué. “Senapred Santiago solicita apoyo para gestión de helicóptero a EMCO para Valparaíso por correo”, se lee en la última mención al tema en las bitácoras.
Finalmente, dos helicópteros de la Fuerza Aérea, denominados “Fox 1″ y “Fox 2″, llegaron a apoyar el combate de las llamas recién a las 13.20 horas del sábado 3 de febrero, según quedó registrado en las bitácoras de Conaf. Consultados por la tardanza en enviar las aeronaves, desde el EMCO declinaron responder “al ser información donde se ven involucradas operaciones y aeronaves militares”. Mientras que en Senapred y en la cartera liderada por Maya Fernández explicaron que las únicas dos aeronaves disponibles estaban el 2 de febrero combatiendo los feroces incendios forestales que había en la localidad de Lonquimay, en la Región de La Araucanía.
18.25: las alertas SAE y la descoordinación con bomberos
Los primeros reportes de que el fuego se acercaba peligrosamente a la ruta Las Palmas y, con ello, quedaba a metros de las viviendas, fueron a las 18 horas. Diez minutos más tarde, las llamas alcanzaban también la Troncal Sur, vía que conecta con Quilpué y Villa Alemana. Pese a esa situación, a las 18.14 horas la delegada presidencial (S) de Valparaíso, Paula Gutiérrez, aseguró en ese momento a Radio Cooperativa que “no hay ningún tipo de riesgo por ahora de afectación de viviendas”.
Luego, a las 18.22 horas se produjo el primer gran corte de energía que dejó a amplios sectores de Valparaíso, Viña del Mar y Quilpué sin electricidad. Se trató de una “operación automática de protección bajo instrucciones de Senapred”, comentaron desde la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, debido a que la línea de transmisión “San Luis-Agua Santa” corría peligro por el fuego. Con ello, comenzarían graves problemas en los sistemas de comunicaciones radiales y telefónicos.
A las 18.25 horas se comenzaron a desencadenar una serie de mensajes de alerta SAE para evacuar distintos sectores de Quilpué y de la parte alta de Viña del Mar: a las 18.25 horas Patagual y Lo Hidalgo, en Villa Alemana; a las 18.28 horas, Los Pinos, Colinas de Oro, Teniente Serrano, Calichero, Pompeya, Canal Chacao, Los Lunes y Villa Olímpica, en Quilpué; a las 18.37 horas, Villa Hermosa, Villa Dulce, Canal Beagle, El Olivar y Jardín Botánico, en Viña del Mar.
Una de las grandes dudas que busca responder la auditoría que realiza el Ministerio del Interior a la respuesta ante la emergencia, y que también está siendo investigada por la Fiscalía de Valparaíso, es saber si la Conaf, organismo técnico a cargo del combate y la proyección del incendio, entregó a tiempo a Senapred la información necesaria para activar las evacuaciones. “De las 47 alertas por mensajes SAE, menos de 10 surgieron por reportes de Conaf. Todas las otras vinieron de bomberos, personal en terreno o, incluso, por lo que aparecía en televisión”, asegura una alta fuente de Senapred. De manera oficial, la institución señaló que el tema está en investigación, pero que “siempre estuvimos presentes en los puestos de mando de Quilpué y Valparaíso, manteniendo coordinaciones necesarias con aquellas instituciones que estaban trabajando en la emergencia”.
Quienes estaban en terreno durante esos momentos críticos eran los voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar. Patricio Brito, su comandante, reconoce que “en esta emergencia yo no supe nada de Conaf ni nos comunicamos con Senapred Valparaíso”. También agrega que “nosotros somos autónomos, Conaf no nos manda. Nosotros trabajamos en base a nuestra experiencia de trabajo. Cada uno hace su trabajo, son trabajos diferentes”. Senapred, por su parte, respondió que las coordinaciones se realizan “a través del punto focal operativo regional del Sistema Nacional de Operaciones de Bomberos”, el que, a su vez, organiza los recursos bomberiles.
19.35: Bomberos sin comunicaciones y antenas caídas
Minutos más tarde del envío de los primeros mensajes SAE se produjo un segundo corte masivo de electricidad. Ahora, fue una baja automática por riesgo de sobrecarga de una subestación en el sector industrial de Viña del Mar. En total, según datos entregados por la SEC, 394 mil personas quedaron sin energía eléctrica en las comunas afectadas por el fuego.
El apagón complicó las comunicaciones para las personas, pero también para los equipos de emergencia. Uno de los más afectados fue el Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar. Su comandante, Patricio Brito, asegura que pasada las 18.30 horas “estuvimos mudos en algún momento. No tuvimos comunicación de radio, tuvimos que haber estado unos 30 minutos en que no teníamos comunicación con nadie, ni entre nosotros mismos”.
Eso no era todo. El 20 de enero, 13 días antes del histórico siniestro, ya había zonas de Viña del Mar donde no llegaba la señal radial de los bomberos de la comuna. “Ese día nos robaron un equipo repetidor Motorola FLR-5100 VHF en el paradero N°8 de Achupallas”, reconoce Brito. El equipo, que toma la señal radial y la retransmite a zonas más allá de su alcance inicial, es vital en terrenos irregulares, como son los cerros de Viña del Mar, afirman desde los equipos de emergencia.
En el caso de Bomberos de Valparaíso, vivieron una caída de sus comunicaciones telefónicas. Por contar con un sistema radial más robusto, mantuvieron esa vía, pero “los equipos de radio también tienen zonas muertas, donde no hay cobertura”, afirma su comandante, Vicente Maggiolo. La caída masiva de las antenas de telefonía celular por el corte de electricidad es uno de los aspectos que hoy están revisando en la auditoría que realiza el Ministerio del Interior.
Según información proporcionada por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), entre los días 2 y 3 de febrero pasado, “por la magnitud del siniestro se llegó a tener involucradas en la catástrofe más de 300 antenas de las principales empresas de redes móviles de las compañías Entel, Movistar, Claro VTR y WOM”. “El sistema está pensado para que si la antena de una compañía está caída, las otras puedan absorber la demanda, pero si no hay antenas activas no se va a transmitir el mensaje SAE”, explica Alfie Ulloa, presidente ejecutivo de Chile Telcos, gremio que agrupa a los operadores.
Por normativa, algunas instalaciones definidas como “infraestructura crítica” de telecomunicaciones, entre ellas algunas antenas, deben contar con respaldos de energía de 24 horas o 48 horas, dependiendo de su criticidad. “La falla del servicio no sólo se debe al corte de energía y al agotamiento de los respaldos de energía, sino también a los cortes de fibra óptica que soportan el tráfico de las antenas”, complementan desde Subtel. Lo único cierto es que la hipótesis a despejar es si la falla masiva pudo o no haber impedido que los habitantes de las zonas siniestradas pudieran recibir los mensajes SAE con alertas de evacuación.