Nacida en Siria y de origen palestino, la periodista Dima Khatib (52) es directora ejecutiva del servicio digital de la cadena de televisión qatarí Al Jazeera, conocida como AJ+ –que se emite en árabe, inglés, francés y español-, además de una de las mujeres más influyentes en el ámbito de los medios de comunicación del mundo árabe.

Durante años, Khatib fue corresponsal de la cadena Al Jazeera en América Latina, cubriendo importantes eventos de la región, entre los que se encuentran el intento de golpe de Estado en Venezuela en 2002, elecciones en Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua y México. Y en el caso chileno, cubrió el terremoto de 2010, el rescate de los mineros ese mismo año, la elección de Michelle Bachelet y de Sebastián Piñera. “Venía bastante a Chile, hasta que dejé de hacer ese trabajo desde América Latina. Cubrí esos cambios sociopolíticos, económicos en la región. Era muy interesante”, dijo en conversación con La Tercera.

Nuevamente de visita en el país por invitación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para participar como oradora con motivo de las actividades del Día de la Libertad de Prensa, ocasión en la que el Premio Mundial a la Libertad de Prensa Unesco/Guillermo Cano 2024 fue concedido a los periodistas palestinos que cubren la guerra en la Franja de Gaza por “su valentía y su compromiso”.

Cuando se van a cumplir siete meses de la guerra en Gaza, Al Jazeera es la única organización internacional de noticias que se encuentra presente en el enclave de manera ininterrumpida, ¿cuán difícil ha sido cubrir el conflicto?

Claro, Israel no permite a nadie entrar a Gaza y menos a un periodista. Y los únicos periodistas que han logrado entrar con el Ejército desde el comienzo de este genocidio, de esta guerra, han sido monitoreados por el Ejército israelí bajo censura, monitoreo también para ver qué transmiten y qué no, hubo solo muy pocos casos de periodistas que entraron por un día o unas horas con alguna organización y volvieron a salir. Nosotros siempre hemos tenido periodistas en toda Palestina, no solamente en Gaza. Quizás porque Al Jazeera no manda periodistas a Palestina desde otra parte, sino que son personas que viven ahí. Los periodistas palestinos son los mejores para cubrir lo que está pasando en su país, a nosotros siempre nos ha parecido mejor que sean los propios palestinos que cubran lo que está pasando en su país.

El periodista de Al Jazeera, Wael Al-Dahdouh, abraza a su hija y a su hijo mientras asisten al funeral de su hijo, el periodista palestino Hamza Al-Dahdouh, después de que Hamza muriera en un ataque israelí, en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el 7 de enero de 2024. Foto: Reuters

Muchos periodistas han muerto...

Han asesinado a 140 periodistas. Eso hace de este conflicto, literalmente, una guerra contra el periodismo, una guerra contra los periodistas. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) lo ha calificado como el conflicto más sangriento contra los periodistas desde la fundación de ese comité (1981). Es muy grave, porque los periodistas están siendo asesinados y los buscan donde estén . Los periodistas no van a las casas donde se están quedando sus familias. ¿Sabes por qué? Porque los pueden matar. Porque hasta sus familias les dicen: “No vengan, por favor”. Porque saben que si van, puede que sea bombardeada toda la casa. Porque los periodistas son la voz que ha podido humanizar la historia palestina. Desde el comienzo de esta guerra por la ausencia de periodistas extranjeros, los periodistas palestinos y algunos muy jóvenes han tomado esa responsabilidad de transmitir la historia de Palestina, siendo ellos mismos víctimas de las mismas cosas que están sucediendo a todo el resto. Entonces, tú ves al periodista palestino sin poder bañarse durante muchas semanas. Lo ves bajo bombardeo, perdiendo a familiares suyos, lo ves herido, con hambre, sed, desplazado. No es el periodista que tiene protección, que viene con gente que le da comida, hogar. Eso yo creo que ha tocado muchos corazones en el mundo y ha hecho que la gente se movilice, y por eso vemos el movimiento estudiantil en Estados Unidos y en parte de Europa, porque se identificaron con ese sufrimiento.

Y en el caso de los periodistas de Al Jazeera...

Hemos perdido a un colega el 15 de diciembre, se llamaba Samer Abu Daqqa y estaba cubriendo en el sur de Gaza un ataque a una escuela cuando fueron atacados por un dron israelí. Resultó herido en la pierna y no podía caminar. Estuvo sangrando durante cinco horas, nosotros rogábamos para que dejaran llegar la ambulancia y murió sangrando. Un periodista perdió 19 miembros de su familia el 31 de octubre. Se llama Muhammad Ali. Es ingeniero que trabaja en nuestra oficina. Otro, Moamen Al-Sharafi, que perdió 22 miembros de su familia y lo anunció en vivo. Es un precio muy alto. Además de las amenazas, la intimidación que se les hace a ciertos periodistas. Por ejemplo, Youmna ElSayed es corresponsal de Al Jazeera en inglés. Ella recibió llamadas del Ejército israelí diciéndole que tenían que salir, que si no la iban a bombardear junto con su familia. Y en ese edificio había muchas otras familias y solo ellos recibieron una llamada. Es una situación casi normalizada. El periodista se levanta en la mañana y sabe que ese puede ser su último día.

Un mural de la periodista asesinada de Al Jazeera Shireen Abu Akleh, quien fue asesinada a tiros durante una incursión militar israelí en la ciudad de Jenin, en Cisjordania, adorna un muro en la ciudad de Gaza, el 15 de mayo de 2022. Foto: Archivo

Con respecto a la situación en Cisjordania, en mayo de 2022 la periodista de Al Jazeera Shireen Abu Akleh murió tras recibir un disparo del Ejército israelí. ¿Qué resguardos se pueden tomar?

En el caso de Shireen, por ejemplo, ellos sabían exactamente dónde estaba, porque ella tomó todas las medidas de seguridad. ¿Cómo protegemos a los periodistas? Pues siempre tomamos todas las medidas de seguridad que hay que tomar para protegerlos. Shireen se presentó en el checkpoint y el Ejército israelí sabía que ella iba dentro con su equipo. Que era periodista y tenía el chaleco antibalas, que tenía el casco y era muy famosa. Y ellos sabían quién era y sabían a dónde iba. Esa zona estaba rodeada por el Ejército israelí. Ese día, en el campamento de refugiados de Jenin, nosotros sí tomamos todas las medidas de seguridad. Lo que hay que hacer ahora no es tomar medidas de seguridad, es llegar a tomar sanciones contra los que matan a los periodistas, porque eso no va a parar. Si no hay sanción, no va a parar la matanza de periodistas que ahora ocurre tan frecuentemente en Palestina, pero también en otras partes del mundo. Eso no va a parar si nosotros no tomamos como estructura internacional, política, jurídica, legal, medidas para hacer que los que hacen eso tengan que pagar un precio, una consecuencia política. Entonces eso es lo que nosotros estamos abogando. Estamos de verdad trabajando con otros socios internacionales para que haya castigo, porque esta impunidad quiere decir que ningún periodista está protegido. Cualquier Estado puede ahora mandar a un Ejército a matar a periodistas. ¿Y si Israel puede hacerlo? Pues yo también lo puedo hacer. Estados Unidos lo hizo en Irak cuando mató a nuestro periodista Tarek Ayyoub en 2003. Un avión estadounidense bombardeó el edificio de Al Jazeera en Bagdad y mató a nuestro periodista. Y tampoco hay sanciones. Tampoco hay consecuencias.

¿Cómo ven que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, haya señalado que quiere cerrar las operaciones de Al Jazeera en Israel?

Estamos muy acostumbrados a que nos cierren corresponsalías, nos prohíban hablar. Será como cualquier gobierno que nos hace eso. Si nos han hecho eso tantas veces. Eso no parará nuestro trabajo jamás. Pero eso no ha sucedido. No sabemos más de eso.

En el caso de Cisjordania, ¿hay ocasiones en que los periodistas han sido intimidados?

Siempre andan en peligro, por supuesto. Y son atacados. Tenemos muchos videos donde nuestros periodistas están siendo atacados por las fuerzas de seguridad, por colonos armados. Por ejemplo, cuando hubo el intercambio de detenidos entre Israel y Palestina y salieron muchos palestinos de las cárceles israelíes, no dejaban a nuestros periodistas filmar la alegría de la familia. Entraban a las casas las fuerzas de seguridad para sacar a nuestros periodistas y a la cámara para no filmar la alegría de la familia recibiendo al detenido liberado. Lo ves y eso es con bastante fuerza que te empujan, que gritan al periodista y a veces detienen.

¿Qué recuerda de reportear la Primavera Árabe?

Fue muy importante, como la guerra en Irak y la guerra contra Afganistán. Fue una época muy importante para nosotros, a pesar de la represión que hubo, a pesar de las pérdidas, también. En Siria, por ejemplo, perdimos periodistas en la cobertura de la guerra que vinieron después de la revolución. Yo estuve en Egipto, en Libia. Fue como el rol que estamos jugando ahora en Palestina, que les damos voz a los que menos tienen.

Usted ocupa un cargo directivo en Al Jazeera, algo que pareciera ser no muy usual en el mundo árabe siendo mujer. ¿Cómo ha cambiado el rol de la mujer en los países árabes?

Es difícil para mí. Yo no puedo hablar en nombre de todas estas mujeres. Creo que sería pretencioso y peligroso. Es que hay de todo. Hay países árabes donde la mujer ha logrado hacer muchas cosas y otros países donde está haciendo menos. Hay tendencias, de hecho, muy contradictorias en este momento en el mundo árabe de un lado y otro.

Y dentro de Al Jazeera...

Creo que nosotros hemos sido pioneros. Hemos, más bien, abierto la puerta. Fuimos los primeros que tuvimos a una mujer como corresponsal de guerra. Como fue el caso de Shireen, que comenzó hace muchísimos años, en 1997, a ser corresponsal en Palestina. Entonces, era corresponsal de guerra. Eso no existía antes. La mujer periodista no cubría guerras, y después de Shireen llegaron muchas más. No solo en Palestina, también en Irak y Afganistán. Y creo que ese camino ha sido muy importante para la mujer en el periodismo. Pasar de ser una cara a hacer todo. La mujer en Al Jazeera hace todo lo que hace el hombre desde siempre. Yo llevo allí desde 1997. Siempre hemos tenido desafíos, por supuesto. Yo como mujer pasé por muchos desafíos, porque en una sala de redacción tú tienes básicamente una minisociedad de lo que hay afuera. Y nosotros tenemos una diversidad increíble en AlJazeera de todos los países árabes, de todas las ideologías, y entonces lo que vas a enfrentar en una sala de redacción como mujer es lo que enfrentas en cualquier otra parte. Yo creo que he sentido que las oportunidades están allí. Ahora, para llegar a a ocupar puestos altos ejecutivos, eso sí es bien difícil. Y lo digo porque realmente todavía lo es, no solamente en el mundo árabe, sino en el mundo entero.