El lunes, en el primer comité político de abril en La Moneda, la vocera Camila Vallejo pidió la palabra.
–Tenemos que hacer un cambio de énfasis. De anuncios a acciones. Terminar con este mes de instalación y avanzar. Hay que hacer pasar las cosas. Darle más vértigo al gobierno–, dijo la ministra de la Secretaría General de Gobierno .
La exdiputada se mostró preocupada por darle un tono distinto al gobierno en las próximas semanas y la respuesta de los representantes de los partidos fue en la misma línea.
–¿Cuál es la agenda? Hay que mostrar los pasos que marcan la agenda y los hitos asociados a eso–, apuntó Natalia Piergentili, presidenta del PPD, quien ha insistido con ordenar la planificación del gobierno, una de las principales críticas que ha recibido el Presidente Gabriel Boric en sus primeras semanas de mandato.
En esa discusión, Jorge Díaz, de la Federación Regionalista Verde Social, a quien pocos conocían por ser su primer comité en reemplazo de Marta Molina, también quiso decir su opinión:
–El Presidente tiene que aparecer- sentenció.
Nadie le respondió.
–¿Quién es él?, preguntó en secreto un representante de uno de los partidos, generando disimuladas risas.
A varios de los presentes la opinión de Díaz, por el tono, los descolocó. Pese a que admiten que tenía un punto válido. Porque durante marzo, Gabriel Boric se mantuvo al margen de la luz pública y evitó opinar de los temas y errores que han hecho que el arranque de su gobierno sea, cuando menos, acontecido. Así lo hizo con el fallido viaje a La Araucanía de la ministra del Interior; con la violencia permanente de los viernes en Plaza Baquedano y la crisis de seguridad en Chile; con las críticas que recibió a la interna por los nombramientos en cargos públicos (como el anuncio de Javier Velasco, su amigo, como embajador de España); por las insistencias de parlamentarios por el “quinto retiro”; por la demora en la designación de seremías; y con los cuestionamientos al proceso constituyente.
A esto último sí se refirió el martes, en medio de la primera gira presidencial en Argentina, luego de que varios parlamentarios del oficialismo abogaran porque el Presidente sacara la voz.
“Por supuesto que me preocupa”, dijo Boric cuando fue consultado por el alza del “Rechazo” en las encuestas sobre el plebiscito de salida de la Convención Constitucional, en la conferencia de prensa que dio tras recorrer el sitio de memoria ubicado en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Y continuó:
“La discusión no es solamente comunicacional, no se le puede echar solamente la culpa a lo externo, también hay responsabilidades de quienes creemos en el proceso, y ahí, mi llamado es a buscar la mayor transversalidad y amplitud posible para construir una Constitución que sea un punto de encuentro y que el plebiscito de salida sea un punto de encuentro entre los chilenos y chilenas”.
Sus palabras fueron valoradas, sobre todo entre los miembros de Socialismo Democrático que son más críticos con el proceso constituyente. De hecho, el tema lo conversó largamente con el senador Álvaro Elizalde en la misma gira a Buenos Aires.
¿Cuánto protagonismo debe tener el Presidente? La estrategia era que en la fase de instalación los ministros pudieran darse a conocer y que el Mandatario no quedara expuesto directamente por los errores iniciales. De hecho, en la reunión de presentación de la Secretaría de Comunicaciones (Secom) que se realizó el 19 de marzo en el edificio Bicentenario, el director Pablo Paredes advirtió a todos los jefes de prensa de las carteras:
–La instrucción del Presidente es que hay que darles protagonismo a los ministros.
También en la cita se insistió en la importancia de mantener una agenda y de que los jefes de cartera no se salgan de guión para mantener un orden estratégico.
En la Secom han sido insistentes en cuidar las declaraciones. Tanto, que durante los primeros días de gobierno los jefes de prensa de algunos ministerios reclamaban que “había que pedir permiso para todo”. Pero con el correr de las semanas se soltó el control de las vocerías y se levantó la prohibición de que los ministros hablaran en off the record con la prensa.
En el caso de la ministra Camila Vallejo, sus vocerías han sido más esporádicas que las de gobiernos anteriores y fija un límite de preguntas para sus conferencias de prensa.
El plan
La estrategia del gobierno es que el 20 de abril sea el fin de la etapa de instalación. El foco en este tiempo ha estado en las reuniones del equipo de asesores del Segundo Piso con los equipos técnicos de los ministerios para hacer diagnósticos, además de las reuniones con la Segpres que dirige Giorgio Jackson.
Esa es la metodología que hoy está en curso. Revisión de instalación en cada ministerio y luego el Presidente tiene bilaterales con sus ministros y subsecretarios.
Pero ahora, tal como dijo Vallejo en el comité político, el plan es terminar ese ciclo y comenzar las bajadas de línea de cada sector. El horizonte es la cuenta pública del 1 de julio, donde tendrán que presentar avances concretos, y lo que coincidirá con la fecha de entrega del proceso constituyente (5 de julio). Ahí se abrirá paso a una nueva etapa de gobierno, donde la agenda estará consumida por el plebiscito de salida del 4 de septiembre. Tras eso vendrá un nuevo proceso marcado por el resultado.
En ese diseño estaba contemplado que el Presidente tuviera en marzo tiempo para hacer su propio periodo de instalación y adaptación en La Moneda, lo que tuvo una buena evaluación desde el equipo de asesores. Ahora, eso sí, se espera que el Mandatario comience a aparecer más a la luz pública.
El análisis del gobierno es que la clave para las primeras apariciones está en entregarle al país seguridades económicas, donde el ministro de Hacienda, Mario Marcel, juega un rol clave: si se logra contener la inflación y mejorar el empleo, el resto vuela solo.
Por eso estaba previsto que el jueves Boric y Marcel debutaran con un anuncio económico que calmara los gritos por un “quinto retiro” que, admiten en el comité político, ha sido claramente el tema más abordado en las reuniones de los lunes. Entre los dirigentes de partidos han insistido en que la única forma de frenar la polémica medida, y de tranquilizar a los parlamentarios, es anunciando soluciones y con una agenda clara.
De esta forma, el plan del gabinete era que el paquete de soluciones económicas, denominado “Chile Apoya”, fuera un gran golpe comunicacional y que los 14 ministros que forman parte de las propuestas tuvieran un espacio de visibilidad.
Pero el miércoles nuevamente el plan del gobierno cambió.
En la comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, la ministra Izkia Siches denunció que durante el gobierno anterior un avión con migrantes expulsados de Chile retornó al país con todos sus tripulantes.
A las 21:00, cuando Marcel, Vallejo y Paredes preparaban el manejo comunicacional de la presentación del plan de reactivación económica en las oficinas de La Moneda que se lanzaba el jueves, el exministro del Interior Rodrigo Delgado salió a desmentir la información.
El Presidente, que recién había llegado de su viaje a Argentina, ya se había retirado de La Moneda y toda la comunicación fue por teléfono.
Horas después, en la madrugada del jueves (00.35), Siches reconoció que entregó información falsa y pidió disculpas en su cuenta de Twitter.
Los errores de Siches
Boric, que originalmente esperaba dar un golpe contra el “quinto retiro”, se vio obligado a cambiar su planificación. Y antes de poder hacer el anuncio se reunió con la ministra, al igual como lo había hecho el jueves 17 de marzo, en la primera semana de gobierno, tras el fracaso del viaje a La Araucanía.
“Me mintieron, Presidente”, le dijo Siches a Boric, sobre su performance en la Cámara Baja.
Tras la reunión entre ambos, desde Presidencia decidieron ocupar una estrategia diferente. Esta vez admitieron que el Mandatario reprendió duramente a su jefa de gabinete, pero que no corría peligro su cargo.
“Cuenta con toda mi confianza. Yo no trabajo con ultimátum”, comentó el Presidente en medio de la actividad que se realizó en la junta de vecinos Villa Almirante Blanco Encalada, en Maipú.
En el lugar las vecinas le gritaban: “¡Presidente! Hace tiempo no lo vemos, ni en la tele”. La misma idea la reforzó cuando volvió a La Moneda, y entró caminando por donde la prensa lo esperaba.
-Ante los errores, uno tiene dos alternativas: hay quienes miran para el lado y se hacen los lesos, y hay quienes los enfrentan y los enmiendan. El caso de la ministra es el segundo-, dijo.
Pero la muestra de apoyo del Presidente a Siches no fue replicada por la vocera Camila Vallejo y tampoco por Giorgio Jackson, quienes no salieron a hacer declaraciones públicas tras el error.
De hecho, los primeros en salir a defender a la ministra del Interior fueron los senadores socialistas José Miguel Insulza y Álvaro Elizalde, lo que también intensificó dudas de la relación de Siches con el resto del gabinete.
Varios de los ministros quedaron preocupados tras el impasse de Siches. Sobre todo porque les habían advertido de la importancia del anuncio del jueves, donde esperaban ordenar las prioridades del gobierno y que fuera un punto de partida importante para sus carteras.
Por el atraso en el nombramiento de cargos, como las seremías, algunos ministros están preocupados por acelerar el arranque, que ya se había entorpecido por otros errores como el viaje a La Araucanía, donde el fallo de Siches eclipsó la presencia de otros cinco jefes de cartera.
Con todo, la sensación tras el anuncio del plan de “reactivación inclusiva” fue que ya el foco estaba puesto en otra parte.
De hecho, cuando el Presidente abandonó el lugar algunos vecinos gritaron: “¡Quinto retiro!”.
Un Congreso difícil
En paralelo, y liderado por Giorgio Jackson, el gobierno ha tenido que protagonizar un conflicto aparte en el Parlamento, donde la negociación por evitar el “quinto retiro” se ha convertido en el principal problema.
El 25 de marzo el Presidente realizó un encuentro con todos los parlamentarios oficialistas en Cerro Castillo para limar los roces internos. Ahí expuso sobre su aspiración de construir una sola coalición.
“No hay partidos de primera y segunda categoría”, aseguró el Mandatario. Pero en lo concreto, reclaman en Socialismo Democrático, no ha sido así.
-Nos dijeron “anticipemos los problemas, trabajemos juntos”. Pero hace una semana traté te ponerme en contacto con el subsecretario de Desarrollo Regional, Miguel Crispi, y me dijo que me iba a llamar. Esperé una semana y no pasó nada. Ningún mensaje-, critica Jaime Araya, diputado independiente con cupo PPD.
Araya, junto a varios diputados PPD, forma parte de la denominada “bancada por el quinto retiro” y ha ejercido como vocero de ese grupo. Según confiesa, ningún diputado de su partido se ha reunido con Jackson, quien ya ha tenido roces con senadores del Socialismo Democrático, por diferencias que venían del pasado.
Algunos dicen que Jackson “se está aferrando al prestigio de Marcel” para evitar el quinto retiro y que esa estrategia le puede resultar.
Pero Marcel también ha recibido críticas en la coalición, por parte del excandidato presidencial del PC, y alcalde de Recoleta, Daniel Jadue.
La relación con el Partido Comunista es otro problema que la Secretaría General de la Presidencia ha debido enfrentar. Pese a que la ministra Vallejo integra el comité político, y ha tenido una buena evaluación, los militantes de su partido no se han logrado alinear.
De todas formas, en el gobierno tenían claro, y lo han repetido tanto Jackson como Vallejo, que “no iba a ser fácil”.
Es más, en el gobierno analizan que no es malo que se acabe pronto la “luna de miel”.
-El éxito es un mal aliado y, mientras más dure, el guatazo después es más fuerte-, dicen en el Palacio Presidencial.