Me voy con mucha pena, pero creo que la municipalidad, la comuna queda en grandes manos”. Con esa frase la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, cerró la campaña a alcalde de Jaime Bellolio (UDI).

El despliegue de la abanderada presidencial de la UDI en las campañas municipales y regionales obligó a que varios días en el último mes solicitara permisos administrativos para ausentarse de sus labores en la alcaldía.

Matthei viajó a la región del Biobío, a Valparaíso y ha pasado por comunas de la RM como San Ramón, Huechuraba, Ñuñoa, Puente Alto y Calera de Tango.

En Chile Vamos, particularmente fuera de la UDI, han valorado que Matthei no tuviera reparos en respaldar a candidatos de Evópoli o de RN. En esta última colectividad, existe un sector que ha sido reticente a dar el debate sobre si respaldarla antes de los resultados de la elección municipal.

Matthei también acompañó a la candidata por Puente Alto, Karla Rubilar, a una entrevista en una radio comunal, y a Mario Desbordes en una última reunión de cierre con adherentes. El eventual triunfo en la comuna capital sería el más simbólico. Incluso, si Desbordes gana, la presidenciable se trasladaría a Santiago para celebrar con el exministro de Defensa, junto a las directivas de Chile Vamos.

En el Partido Republicano, sin el compromiso que tenía Matthei con su cargo, José Antonio Kast se desplegó por todo el país. Incluso algunas regiones las visitó en más de una ocasión, acompañando a candidatos de su colectividad.

Junto al jefe de campaña, Martín Arrau, lideró un masivo cierre de campaña en Arica, donde los republicanos apuestan a tener un buen resultado.

Durante las últimas semanas, Kast doblegó esfuerzos con las candidaturas de la RM, acompañado por su postulante a la gobernación capitalina, Macarena Santelices. Recorrió Conchalí, Maipú, Lo Barnechea, Talagante, El Monte, El Bosque, Macul, Cerrillos y San Bernardo. Esta última comuna, junto con Valparaíso y Concepción son sus principales objetivos en alcaldías, que de ganar darían al partido un balance más que satisfactorio. De todas formas, entre los republicanos la mayor apuesta es en concejales para consolidar la “marca” del partido y su fuerza territorial.

Del resto de “presidenciables” de la derecha, el alcalde de La Florida, el independiente ex-UDI Rodolfo Carter, quien se ha postulado a La Moneda, ha apoyado a su “delfín” en La Florida, Daniel Reyes, y al candidato a la gobernación metropolitana, Francisco Orrego (RN).

Otra carta presidencial que se baraja en la oposición es la senadora Ximena Rincón, respaldada por Demócratas, el partido que preside, quien tuvo un amplio despliegue con los candidatos de Demócratas, en regiones como el Maule, La Araucanía, Antofagasta, el Biobío y la Metropolitana.

El caso del oficialismo es distinto, puesto que los nombres que más suenan como candidatos presidenciales prefieren esconder sus aspiraciones de llegar a La Moneda o bien han descartado una carrera, por ahora.

Ese es el caso de Michelle Bachelet (PS), quien es una de las figuras mejor posicionadas en sondeos de opinión para convertirse en candidata presidencial.

Sin embargo, la exmandataria no estuvo en Chile durante la recta final de la campaña.

En todo caso, la expresidenta estuvo muy involucrada en la composición de relaciones del oficialismo con miras a las elecciones y estuvo disponible para participar en grabación de videos para difundir en redes sociales y tomarse fotos con candidatos.

La ministra Carolina Tohá (PPD), otra presidenciable del oficialismo, tuvo un rol incluso más distante de las campañas.

Si bien la titular de Interior no ha cerrado la puerta a una candidatura, ha evitado reconocer si será su próximo paso cuando se lo han preguntado. En el PPD hay dirigentes que están decididos en que es su mejor carta, a pesar de que algunos la cuestionan y argumentan que hoy tiene una carrera muy compleja.

El problema de Tohá es que sus responsabilidades en el Ministerio del Interior han consumido su tiempo. Además de la crisis migratoria y de seguridad, tema por el que fue acusada constitucionalmente, en las últimas semanas ha debido enfrentar un escándalo político inesperado con la denuncia de violación contra el exsubsecretario Manuel Monsalve.

Un rol distinto asumió el alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic (Frente Amplio), quien a pesar de que ha descartado energéticamente tener interés en ser candidato presidencial, sigue siendo visto con buenos ojos por su partido para asumir ese desafío.

También está el caso de Claudio Orrego, quien en julio dijo que “no digo que nunca más a una candidatura presidencial, pero hoy mi plan uno, dos y tres es ser gobernador de Santiago”. Pese a su postura, hay quienes en la alianza de gobierno -y particularmente en el PS- lo proponen como alternativa presidencial en la eventualidad de que Tohá siga estancada y no puedan convencer a Bachelet.

Esa idea podría ser reforzada: hay quienes creen que Orrego podría ganar en primera vuelta y, de esa forma, consolidarse como un liderazgo indiscutible dentro de la izquierda y la centroizquierda, con un bolsón de al menos dos millones de votos bajo el brazo.

Por ahora, el único dirigente del oficialismo que ha reconocido su interés de llegar a La Moneda ha sido el diputado Vlado Mirosevic, del Partido Liberal.