Lunes 28 de noviembre
Idea frenteamplista enciende alertas
Enterados de la presión que por esos días estaban ejerciendo los senadores socialistas -en particular Álvaro Elizalde- para que el Presidente Gabriel Boric diera una señal en favor de un órgano constituyente mixto, y destrabara las tratativas, el Frente Amplio (FA) irrumpió con una idea completamente inversa: “Aplazar los tiempos” del proceso constituyente 2.0.
La propuesta respaldada en bloque esa tarde por los representantes de Revolución Democrática (RD), Convergencia Social (CS) y Comunes, tras el comité político ampliado en La Moneda, apuntaba a patear las elecciones para elegir a los nuevos convencionales para septiembre u octubre de 2013 (en las conversaciones siempre ha estado sobre la mesa que deberían ser a más tardar en marzo).
La bomba lanzada por el FA alertó inmediatamente al PPD, a los senadores del PS y a los sectores de centroizquierda que apoyaron el Rechazo que, inmediatamente, pensaron que la idea podría contar con la venia del Presidente. Más aún, si el primero en hablar de ella había sido el presidente de su partido, Diego Ibáñez, quien ha mantenido una postura rígida en favor de una instancia redactora 100% electa.
En la derecha tampoco hubo dobles lecturas: el FA buscaba ganar tiempo conscientes de que la dura derrota del Apruebo sigue muy presente entre los chilenos. Ello, sumado a la compleja situación económica que los expertos prevén no mejorará durante el primer trimestre de 2023 complicaría a sus candidatos.
En todos los sectores se comenzó a instalar la duda sobre la real postura que tenía Boric: ¿Estaba con Apruebo Dignidad, que no ha cedido en la idea de un órgano 100% electo? ¿O con el pragmatismo del socialismo moderado, que estima que de no abrirse a una fórmula mixta la negociación seguiría entrampada? ¿Estaba alineado son sus ministros políticos?
Martes 29
Senadores PS-PPD piden intervención de Boric
“A tres meses del plebiscito las conversaciones están a un paso de llegar a un punto muerto y la llave la tienen el Presidente y Apruebo Dignidad”, fue el mensaje enviado por los senadores del PS y el PPD a La Moneda.
Esa mañana, mientras los matinales mostraban a los trabajadores de la Municipalidad de Providencia reponiendo el pasto en Plaza Italia (despojado desde el estallido social que desencadenó el acuerdo por una Nueva Constitución), en Palacio se convencían de que el Mandatario debía asumir un rol más activo y alinear a su coalición dividida ante la forma de seleccionar a los nuevos convencionales.
Con un tono especialmente optimista esa mañana, el senador Javier Macaya dijo en radio Duna que tenía “esperanza” en que iban a cerrar el tema de buena manera. “Esta semana es clave”, agregó.
Esa tarde, la ministra Ana Lya Uriarte (Segpres) entra al juego (hasta ahora la postura era dejar el tema en los partidos) y transmitió a varios parlamentarios en Valparaíso –entre ellos el PPD Raúl Soto- que Boric asumiría un rol más activo como jefe de la coalición y daría una señal para desatar el nudo en que habían caído las conversaciones, sin entregar detalles.
“Estamos en horas decisivas para que el Mandatario dé una señal de que es posible que sus coaliciones coincidan en flexibilizar la posición de tener un órgano 100% electo a tener uno de composición mixta”, manifestó esa tarde el senador Juan Luis Castro (PS). “Ante la imposibilidad del Congreso y los partidos de ponerse de acuerdo, parece oportuno empujar una salida desde el Ejecutivo”, remarcó su par del PPD Jaime Quintana.
Las alertas ahora se encendían en Apruebo Dignidad y comenzaron los llamados para saber qué estaba planeando Boric. Pero pocos conocían el plan con que el Presidente buscaría salir jugando.
Miércoles 30
Un acuerdo que duró horas
Aprovechando la inauguración de la estatua del expresidente Patricio Aylwin frente a La Moneda y el grato clima de unidad que se vivió en la ceremonia, pues asistieron los exmandatarios Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, el Presidente Boric se reunió en su despacho con el presidente de la UDI, Javiera Macaya.
Según conocedores de la cita, en la que estuvo presente una tercera persona, Boric tenía la intención de alcanzar un principio de acuerdo para echar a andar definitivamente un nuevo proceso constituyente y terminar el año con un pendiente más rayado en su agenda.
Boric y Macaya conversaron sobre un mecanismo que podría dejar satisfechos a todos: un grupo de expertos que redactara un anteproyecto y que esta base fuera trabajada por un órgano 100% electo. Una vez listo ese proceso, la propuesta sería visada por el Congreso con un quórum de 4/7 antes de irse a un plebiscito de salida.
La confianza del Presidente y el senador de la UDI -que han construido una relación de franqueza que incluye línea directa- se sustentaba en que por un lado se respetaba una Convención 100% electa (lo que dejaría contentos a Apruebo Dignidad), y por otro lado, el Congreso sería un “seguro” ante una propuesta con intención refundacional, lo que agradaría a la derecha. Pero la fe de ambos duró muy poco.
Esa tarde se filtró el encuentro, lo que no cayó nada bien en Chile Vamos, especialmente en Renovación Nacional. Su presidente, Francisco Chahuán, le reprochó a Macaya pactar un fórmula sin conversarla previamente con ellos y Evópoli. Menos si lo que se había conversado hasta ese minuto era emplazar al oficialismo a fijar una postura y acusarlos de querer dilatar el acuerdo constitucional. “Convención mixta o nada”, fue la respuesta de la directiva de RN, que comenzó a elaborar una propuesta mixta.
Jueves 1 de diciembre
Los “duros” sacan la voz
Javier Macaya despertó temprano el jueves con decenas de mensajes -y solicitudes de prensa- en su teléfono. A esa altura ya sabía que su principio de acuerdo con Boric no tenía piso en Chile Vamos y tampoco en los sectores más conservadores de su patrtido.
Ello lo corroboró a las 10:00 horas cuando sostuvo una reunión -por Zoom- con varios pesos pesados del gremialismo, que le señalaron con meridiana claridad que no estaban de acuerdo con la propuesta conversada con el Presidente y que no tendría un buen recibimiento en la centroderecha.
Menos de 24 horas después de salir de La Moneda creyendo que tenía en sus manos la llave para destrabara la negociación, Macaya tenía al frente -en la pantalla de su computador- a dos “coroneles” -Andrés Chadwcik y Juan Antonio Coloma- que le decían diplomáticamente que había dado un paso en falso. Pero que en ningún caso ello significaba una crítica a su conducción del partido y a su rol en las tratativas.
En el Zoom también participaron el diputado Guillermo Ramírez, Darío Paya y el abogado y analista Gonzalo Cordero, quienes comentaron, entre otras cosas, que no podían correr el más mínimo riesgo de abrir una puerta para que se volvieran a elegir convencionales poco preparados como ocurrió en 2021. Y que una nueva convención “le regalaría nuestros electores” a Republicanos y el PDG.
Esa mañana se reunió la directiva del PS que acordó -contra la postura de sus senadores- seguir defendiendo un órgano elegido en su totalidad. El secretario general, Camilo Escalona, ha advertido con fuerza que las bases socialistas no aceptarían un acuerdo con convencionales elegidos a dedo.
Buscando salidas, esa tarde también se reunió la presidenta del PPD, Natalia Piergentili ,con los diputados Diego Shalper (RN) y Ramírez (UDI).
Viernes 2
La arenga que mantuvo el empate
El viernes a las 11:00 horas, Boric se reunió con sus partidos en La Moneda para hablar del tema constituyente, y pedirle quienes pidió dos cosas que, a simple vista, parecen contradictorias.
Primero, les solicitó sentidamente -incluso recordando cuando se jugó todo su capital político al firmar el acuerdo del 15-N- llegar a un acuerdo a la brevedad para echar a andar un nuevo proceso constituyente.
Según los presentes, les pidió “facilitar” los diálogos y “apurar” el ritmo. Ello, pese a que días antes su partido (Convergencia Social) había propuesto postergar los tiempos.
Con la misma fuerza, el Presidente pidió a sus dos coaliciones seguir dando la pelea por un órgano 100% electo, el cual la derecha ha dicho en todos los tonos que no apoyarán.
Por ello, a nadie le sorprendió mucho lo que ocurrió horas más tarde, cuando todos los partidos volvieron a reunirse en el Congreso en Santiago.
Tras varias horas, ninguna de las fuerzas políticas cedió en lo central de sus posiciones y el empate se mantuvo.
Mientras RN defendió con dientes y muelas un órgano mixto que redacte la nueva Carta, en la alianza de gobierno el diputado Ibáñez no soltó el órgano 100% electo.
Hasta ahora, hay cuatro propuestas oficiales de mecanismo sobre la mesa: órgano de 99 electos (oficialismo y la DC), instancia redactora de 50 personas electas como el Senado (Chile Vamos), órgano de 60 integrantes electos (Demócratas) y una instancia redactora de expertos designados por el Congreso (Amarillos).
Esa tarde, los más optimistas aseguraban que el acuerdo “está en la puerta del horno”. Sin embargo, en la otra orilla afirman que “el momento constituyente ya pasó”. Tras conversar con sus huestes, los partidos vuelven a reunirse mañana.
En el marco de la Cuenta Pública de Participación Ciudadana del gobierno realizada en Quinta Normal, Boric ayer insistió en una “convención electa” y volvió a pedir celeridad a los partidos. “Esto se tiene que cerrar, no se puede seguir dilatando eternamente”, dijo.