El jueves 12 -cerca de las 13 horas- la plana mayor de Chile Vamos se reunió en la sede de la UDI. La agenda original de la cita era poner el acelerador a la estrategia con que enfrentarán la elección de nuevos constituyente, el próximo 7 de mayo, cuyo plazo para inscribir candidatos -lunes 6 de febrero- se le viene encima.
Sin embargo, el nuevo clima instalado en la oposición contra el Presidente Gabriel Boric y su decisión de indultar a 12 condenados en el marco del estallido social, además del exfrentista Jorge Mateluna, terminó por tomarse gran parte de la reunión-almuerzo en la casona de calle Suecia.
En eso coincidían todos mientras saboreaban los sándwiches lomito-palta con que los recibió el dueño de casa: se estaba instalando un segundo tiempo en la relación con el Ejecutivo. Un ciclo que no logró abrir el contundente triunfo del Rechazo en septiembre pasado, ya que apenas disfrutaban la victoria cuando se sentaron a negociar los términos de un nuevo proceso constituyente. El empujón alcanzó incluso para intentar un Acuerdo de Seguridad con la ministra del Interior, Carolina Tohá, la mujer fuerte de la nueva etapa de la administración Boric.
“Los indultos de alguna forma derribaron los dificultosos acuerdos y acercamientos políticos que se habían logrado después del tsunami del plebiscito de septiembre. El gobierno asestó una bofetada a la oposición dialogante, y de paso fortaleció a la más dura. Un error grave, sin duda, que le está costando caro”, explica Roberto Méndez, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica
El anuncio de los indultos -atizados por la serie de desprolijidades y bochornos que rodearon el proceso- no abrió una brecha sino un socavón entre el Gobierno y Chile Vamos y atizó las presiones de parlamentarios y dirigentes de los respectivos partidos por un cambio de tono.
Esa tarde, presidentes, secretarios generales y jefes de bancada de Renovación Nacional, la UDI y Evópoli adoptaron definiciones tras una semana de aprietes internos y públicos.
La primera decisión será actuar como bloque en las acciones anunciadas por sus parlamentarios para invalidar -o revocar- los indultos e intentar revelar la verdadera historia que los rodeó. La idea es arrebatar el protagonismo que buscan tomar los republicanos en el tema.
Así, RN y Evópoli se sumarán al requerimiento hecho a Contraloría por legisladores de la UDI el martes pasado para que se revise la legalidad de los indultos y -también- se cerrará filas con la impugnación de algunos de los decretos ante el Tribunal Constitucional (TC) que un equipo de abogados gremialistas tiene bastante avanzado.
Además apoyarán en bloque la comisión investigadora a las condonaciones que presentará mañana RN y que podría conducir a una acusación constitucional contra el Mandatario, que se sumaría a la presentada en contra la exministra de Justicia, Marcela Ríos.
El impacto en los comicios de mayo
Al momento del café, los dirigentes entraron de lleno al tema que los convocaba: la representatividad de cada colectividad en la comisión de 24 expertos y la elección–con voto obligatorio- de los 50 miembros (25 mujeres y 25 hombres) del nuevo Consejo Constitucional.
Según fuentes presentes en la reunión, se analizaron los dos escenarios: el más probable hoy, que es competir con dos listas, pero también se abrió el debate a la posibilidad de ir en una lista única con Republicanos.
El timonel de la UDI, Javier Macaya, señaló que él era partidario de ir en una sola lista, pero que había sectores de republicanos que no están por el éxito del nuevo proceso, lo que hacía muy difícil la unidad.
Otros, según las mismas fuentes, reflexionaron sobre que los indultos habían vuelto a poner en sintonía a las fuerzas políticas que apoyaron el Rechazo y había que aprovechar este efecto colateral, incluso, invitando a Amarillos y Demócratas a la campaña.
Aunque hoy parece difícil se analizó un escenario en que una intervención de Boric (con un cambio de gabinete antes de fin de mes, ver páginas 12-13) pudiera aglutinar a los partidos de Apruebo Dignidad, Socialismo Democrático más la Democracia Cristiana. Y había que estar preparado para cambiar el plan y competirles de igual a igual, es decir, también con una lista única.
“El error del gobierno en torno a los indultos generó unidad en el rol opositor, que es difícil que cambie de aquí a la elección de convencionales”, afirma el analista político Gonzalo Müller, ex encargado de la UDI en franja del Rechazo.
Los “duros” sacan la voz
Un efecto poco deseado para los líderes opositores respecto de los indultos fue la aparición de los sectores más duros del bloque, que hasta ahora sus presidentes habían logrado aplacar y que esta semana “salieron competir por ser la oposición más dura frente a un gobierno muy mal evaluado”, como advierte un dirigente del sector.
Hasta ahora, la bajada de línea hacia las bases y autoridades locales había sido que debían marcar un contraste con la rudeza que el actual oficialismo enfrentó a la administración anterior de Sebastián Piñera. Y de paso, diferenciarse de una derecha más radical liderada por José Antonio Kast.
“Nosotros estábamos comiendo cabritas mirando de fuera, pero si nos dejan la pelota picando al lado del arco, obviamente que vamos a pegarle un chute”, comenta el diputado de RN Miguel Mellado, uno de los impulsores de una acusación constitucional contra Boric, quien encargó al abogado constitucionalista Jaime Arancibia explorará jurídicamente los antecedentes. Y que también ha pedido asesoría al exministro Teodoro Rivera.
“Siempre dijimos que seríamos una oposición constructiva, pero para serlo, se requiere la colaboración del gobierno, y lamentablemente en las últimas semanas hemos visto una cadena de errores que nos han llevado a tomar acciones más concretas que buscan revertir decisiones que le hacen muy mal a los chilenos, como tener a peligrosos delincuentes en libertad”, explica Macaya, para justificar el endurecimiento.
“Más allá de lo que han calificado como desprolijidades, que es un adjetivo relativo a la forma, los indultos fueron un mensaje de fondo de la autoridad, justificando formas de violencia. De ahí el fuerte impacto que han tenido y lo complejo que serán sus efectos”, su par de Evópoli, Gloria Hutt.
El fin del fair play también se reflejó esta semana en un tono opositor mucho más agresivo hacia el Presidente, que hasta ahora no se había visto. “El Presidente no sabe formar equipos, no sabe mandar, no sabe -yo creo- lo que él mismo quiere, porque unas veces se va para un lado y otras veces se va para otro lado, no sabe en quién delegar…”, afirmó en un foro la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei.
Un intento de rebelión
Cuando la diputada por Copiapó, Sofía Cid (RN), vio el video de Luis Castillo Opazo saliendo de la cárcel de su ciudad reivindicando la insurrección -momentos después de ser indultado por el Presidente- quedó “shockeada”, cuenta.
Su perplejidad –continúa la vicepresidenta de su partido- se convirtió en rabia al ver días después el reportaje en Canal 13 donde se mostraban imágenes inéditas de Castillo atacando la oficina del Registro Civil de la capital de la Región de Atacama y varios otros con lugares del centro con inusitada violencia.
“Soy copiapina y sé lo que significó para nuestra gente estar dos años sin oficina del Registro Civil, con sus funcionarios trabajando en un improvisado salón sin calefacción en invierno y muy caluroso en verano, con cuatro computadores portátiles y filas de una y dos cuadras de personas que, en plena pandemia, necesitaban sacar su clave única que era un requisito para muchos trámites”, señala Cid, quien confiesa que la “indignación” que sintió y una cierta “desilusión” de Boric la llevó a votar en contra de la reforma constitucional para habilitar el segundo proceso para escribir una nueva Constitución, que fue aprobada el miércoles en la Cámara.
“Cuando has actuado como una oposición colaborativa, aportando en la mesa de seguridad, y ves estas cosas, te preguntas, ¿el gobierno irá a cumplir con la ejecución de una nueva Constitución si no les gusta el resultado?”, señala la la subjefa de la bancada de RN.
Cid, junto a sus pares de RN, Catalina Del Real, Camila Flores y Jorge Durán; Francesca Muñoz (exRN), Marlene Pérez (Ind. UDI), Christian Matheson (cercano a Evópoli), además de toda la bancada republicana, fueron parte de los 37 votos en contra, que en todo caso estuvieron lejos de impedir que se habilitara un nuevo proceso constitucional que requería de una mayoría simple de los diputados presentes en Sala, que en cierto modo estaba asegurada por los partidos que habían suscrito el acuerdo.
Sin embargo, la confesión de la vocera Camila Vallejo -quien el lunes dijo que la “situación sería distinta” si el Presidente hubiera tenido todos los antecedentes sobre la mesa al momento de decidir los indultos- provocaron una mini rebelión en algunos diputados de Chile Vamos que, aunque fue rápidamente aplacada por los presidentes de los partidos, requirió de varias conversaciones cara a cara y otras gestiones mediáticas.
La noche del martes mientras el timonel de RN, Francisco Chahuán, hacía gestiones para convencer a sus diputadas rebeldes, el secretario general, Diego Schalper, hacía un ejercicio parecido a través de un Live en Instagram, intentando separar el acuerdo del enojo generado en las bases con los indultos.
“Sé que el acuerdo genera incomprensión en algunas personas, pero yo tengo la convicción que la devolverá estabilidad al país. Y quiero ser súper claro, si en el plebiscito de salida (del 17 de diciembre) gana el ‘en contra’ (al nuevo texto), tengan la claridad absoluta que se mantendrá la Constitución actual. Algunos trabajaremos para que le vaya bien y les pido que tengan el beneficio de la duda de que podemos construir algo mejor”, señaló el diputado.