El semblante de Giorgio Jackson tras las dos votaciones en secuencia que la Cámara de Diputados tuvo el pasado lunes en la noche no era el de un triunfo ni un alivio. Tampoco de una derrota. Era cierto que el gobierno había huido del peor escenario, y que sus gestiones habían ayudado a evitar que se lograran los 93 votos para aprobar un quinto retiro de libre disposición de fondos previsionales impulsado por un grupo de parlamentarios. Pero en el retrovisor quedaban muchos antecedentes que hacían aplicable al momento el concepto de “victoria pírrica”, que se usa cuando un triunfo deja demasiados heridos y costos en el camino.
Uno de ellos fue el hecho de que para lograr ese rechazo el ministro de la Secretaría General de la Presidencia tuviera que negociar con la derecha, en especial con la UDI, el envío de una reforma constitucional que consagre de manera explícita en la Carta Magna que los fondos previsionales de los trabajadores son inexpropiables, un tema con alto apoyo ciudadano según las encuestas.
Otro costo fue la desalineación al interior de las “dos coaliciones” oficialistas, con múltiples defecciones de diputados en el PPD y el Partido Socialista que apoyaron el retiro parlamentario, entre otras cosas, enrostrando al gobierno y al propio Jackson la falta de negociación previa con ellos. Un argumento que también esbozó la DC, colectividad que pese a no ser oficialista y no tener el poder en cargos de antes, es pieza clave con sus ocho diputados y cinco senadores para cualquier proyecto que el gobierno intente pasar en el Congreso. Salvo Alberto Undurraga, los diputados democratacristianos no apoyaron el proyecto del gobierno, lo que evidenció la fría relación que hay con el exlíder estudiantil. “A nosotros el ministro Jackson nos aseguró que tenía los votos para aprobar el proyecto del gobierno. Y no los tenía. Entonces hay un poco de petulancia y exageración de confianza en su relación con el Parlamento”, acusa el diputado DC Ricardo Cifuentes.
Pero quizás lo más doloroso para La Moneda fue que el proyecto del retiro presentado por los diputados logró más votos a favor (70) que la alternativa que el ministro de la Segpres se jugó por respaldar, con un retiro enfocado básicamente en el pago de deudas para intentar mantener más a raya la inflación, y que tuvo 68 respaldos, lo que hizo que pese a que se necesitaba sólo mayoría simple (78 de los 155 diputados) no lograra pasar a un nuevo trámite.
PC resiente el golpe y bancada se divide en duros y blandos
El PCfue uno de los partidos que más resintieron el golpe, ya que el propio Jackson había convencido a sus diputados de no apoyar el retiro universal, asegurándoles la concreción del retiro parcial. Desde la bancada comunista hubo diversas reacciones, desde la solicitud de Karol Cariola de considerar “transferencias directas” (es decir, dinero que vaya al bolsillo de las personas), lo que está descartado por Hacienda, hasta el llamado del senador Daniel Núñez a reponer el mismo proyecto en la Cámara Alta. “No estamos tranquilos con lo que está pasando en el país”, advirtió.
La diputada PC Daniela Serrano, en cambio, resta dramatismo a lo ocurrido el lunes y descarta un daño en la relación de ellos con el titular de la Segpres. “Es parte del aprendizaje del gobierno y en ningún caso una derrota del ministro Jackson. Sí se debe mejorar el trabajo prelegislativo y nuestra coordinación con las otras bancadas que apoyaron el programa de gobierno, como la del PS y del PPD”, agrega Serrano, quien preside las Juventudes Comunistas.
Por todo lo anterior y más allá de los cálculos positivos macroeconómicos que se podían sacar, una señal alertó de un inesperado flanco para Boric: en la primera votación emblemática, con poco más de un mes en el gobierno, Jackson no había conseguido unificar una mayoría parlamentaria en la Cámara que supuestamente es más proclive a la nueva administración, considerando que si en el Senado se excluye a la DC, cuentan con 20 de los 50 parlamentarios. Aún más preocupante fue el aumento de quienes entregaban una cuota directa de responsabilidad al estilo del exdiputado, quien, pese a venir de ocho años en el Congreso, hoy se enfrenta a pasillos y oficinas en Valparaíso que lo reciben con cierta distancia y desafecto.
“Resulta que los mismos que aprobaron el proyecto en la Comisión de Trabajo, luego lo terminaron rechazando en la sala. Es una situación difícil de entender”, afirmó Jackson la medianoche del lunes 18 consultado por el rechazo de su proyecto.
Pero así como hay un sector que en público y en privado salió a cuestionar el actuar del ministro de Revolución Democrática, también hay un importante grupo de parlamentarios oficialistas que destacan que haya conseguido el objetivo final del Ejecutivo, que era evitar un quinto retiro del 10% y cerrar por ahora la puerta a otros. Subrayan, además, que logró alinear a todo Apruebo Dignidad tras su iniciativa acotada.
“Fue un triunfo a lo (Carlos) Bilardo”, comenta un senador oficialista, en referencia al entrenador argentino campeón en México 86, cuyo estilo dejaba de lado el buen fútbol buscando el resultado.
Boric interviene y agenda reuniones con parlamentarios
Pero más allá del partido jugado esta semana, son varias las debilidades de la Segpres en su conexión con el Parlamento que quedaron al descubierto en estos días, según los parlamentarios del bloque de gobierno, y que preocupan a Boric, según personas que conversaron el tema con él.
A Jackson se le reprocha, por ejemplo, no haberse acercado antes a los seis diputados del Partido de la Gente, quienes votaron a favor el primer proyecto y rechazaron el segundo. Recién este jueves recibió en su despacho al diputado Rubén Oyarzo, quien asistió a título personal tras recibir una invitación.
“Faltan más tés y más cafés”, advierte la senadora DC Ximena Rincón, quien agrega que -como bancada- no se reunirán con ministros sectoriales hasta tener una conversación con el propio Presidente, la que ya solicitaron. “Eso se lo hicimos saber al ministro Jackson”, dice.
El reclamo más reiterado es la falta de una sintonía más fina con los legisladores. De ahí que Jackson se haya abierto a contar con “enlaces” entre él y las principales bancadas, conocidos en su momento como “operadores políticos”, y a los que han echado mano todos los gobiernos sin excepción a través de la División de Relaciones Políticas de la Segpres, quien los contrata.
Muchos también cuestionan su estilo menos amable y empático que el de sus antecesores y que algunos califican de “soberbio”. En Chile Vamos y en la ex Concertación reiteran, además, que como diputado no cultivó relaciones cercanas con parlamentarios de esos bloques, lo que hoy le estaría pasando la cuenta.
Otra de las críticas planteadas el miércoles al propio Jackson en una reunión con los comités de senadores oficialistas -y que fue la que más dolió en el gobierno- fue la ausencia de una agenda legislativa propia más allá del proyecto del sueldo mínimo.
Así, en medio de un diseño que busca evitar su alta exposición, ha sido el propio Boric el que ha empezado a dar señales de buscar puentes con las colectividades, un rol que tradicionalmente ha recaído en quien encabeza la Segpres.
El martes, a las 8 AM, Boric recibió en La Moneda al senador Juan Luis Castro (PS), quien le reveló una serie de falencias políticas que, a su juicio, han quedado expuesta este primer mes. Según cercanos a Castro, este le planteó al Presidente que los senadores socialistas pudieran tener una línea directa con él, lo que en otras palabras significaba saltarse a Jackson.
El jueves, también a primera hora, Boric se reunió con la directiva DC, que integra Yasna Provoste, quien ha comentado que nunca ha recibido un llamado o se le ha acercado un ministro a conversar.
Buscando poner un dique de contención a los cuestionamientos a su mano derecha, Boric cerró la semana descartando una sequía legislativa, apurando un paquete de medidas de ayudas sociales relativas a los precios de la canasta básica y las deudas de pensiones alimenticias, y llamando a su gabinete a enfrentar con mayor unidad la agenda legislativa. “La directriz que he dado es que todos los ministros apoyen a todos los ministros, porque somos un equipo”, señaló el jueves el Presidente en La Serena.
Un rato antes, el propio Jackson había adelantado el enfoque. “El trabajo y el diálogo con los parlamentarios y parlamentarias desde el gobierno no puede estar tan sólo radicado en la Segpres y eso se les ha informado a los ministros y ministras”, dijo.
Reforma pensiones de Piñera, la arremetida que afina la derecha
Pero más allá de eso, en el mundo político se ve como inevitable que lo que ocurra con las propuestas e intereses del gobierno en el complejo Congreso actual tendrá como primer responsable a Jackson. Tiene aún cartas para jugar: nadie pone en duda su tándem político con Boric y se entiende que hablar con él es hacerlo con el Mandatario.
Más aún, su peso en el comité político no está en duda: si en otros gobiernos el titular del Interior también era protagonista en las grandes negociaciones legislativas, los problemas que Izkia Siches ha tenido en su debut y las más bien escasas redes políticas con las que cuenta en el Congreso hacen que no haya podido asumir roles de relevancia con los parlamentarios en discusiones como las de los retiros, algo que por ahora no se anticipa que vaya a cambiar.
Considerando todo eso, el resultado de la agenda que La Moneda buscará impulsar en las próximas semanas será un nuevo balance de la muñeca del exdirigente de la Feuc. Más aún cuando la derecha busca aprovechar el clima que dejó la discusión de los retiros y reponer el proyecto de ley de pensiones presentada por Sebastián Piñera a fines de 2021. Ello, en medio del inicio -el próximo martes en la U. de Chile- de los diálogos sociales para la reforma tributaria.