El 27 de julio, para el aniversario número 104 de la Cámara de Comercio de Santiago, en el Centro de Eventos Metropolitan Santiago de Vitacura, el lobista Pablo Zalaquett se acercó a la ministra del Trabajo, Jeannette Jara. No se conocían. Pero el exalcalde aprovechó la oportunidad para invitarla personalmente a uno de los conversatorios que, desde el estallido social de 2019, realizaba casi mensualmente en su casa.
Los encuentros se concretaron entre agosto y octubre. A la primera reunión -según información que Jara entregó a Ciper la semana pasada- acudió Jaime Munita y Juan Carlos Chomalí, gerente general y presidente de AFP Capital, respectivamente, y Andrés Merino, presidente de AFP Provida. Pero hubo dos más. Una segunda, en la que participó Ricardo Mewes, presidente de la CPC, y Óscar Hasbún, vicepresidente de la Sofofa, y una tercera con Andrés Trivelli y Andrés Bulnes, de la gestora de inversiones Larraín Vial.
En esos meses, la propuesta que había puesto La Moneda sobre la mesa era un 4% a solidaridad y un 2% a cuentas individuales, como mecanismo de distribución del 6% adicional en las cotizaciones. Pero las negociaciones estaban entrampadas. No solo por el rechazo de la oposición a la fórmula, sino porque la UDI se había retirado de la mesa técnica, en demanda de la renuncia del ministro Giorgio Jackson, tras el robo de computadores de las oficinas del MDS en medio del lío de platas del Estado y las fundaciones.
Dos fuentes distintas -que participaron en estas citas con Jara- aseguraron a este diario que Zalaquett los llamó para invitarlos y que, al hacerlo, este les dijo que era la ministra quien quería conversar con ellos. Consultado por La Tercera, el exalcalde se limitó a señalar que “jamás entregaría detalles sobre lo planteado por mis invitados”. Mientras que desde el entorno de la secretaria de Estado negaron que hubiera sido ella quien solicitó reunirse con representantes de las AFP.
Como sea, los nuevos antecedentes que a cuentagotas han ido apareciendo sobre los “puntos de encuentro” -como los llama Zalaquett-, han ido en escalada y catalizaron un brusco vuelco al interior del gobierno. Porque si la semana pasada el Presidente Gabriel Boric respaldó a los ministros que acudieron a esos conversatorios, señalando que “hay que dialogar hasta que duela” y que “no ha habido ningún incumplimiento de ley”, este viernes les ordenó transparentar, de una vez, tanto los asistentes como el contenido de las citas.
Boric, dicen en Palacio, está molesto tanto por las reuniones como por la forma en que sus ministros han salido a explicarlas. El primer indicio lo dio el martes, en la reunión que tuvo con la directiva del Partido Socialista. En esa oportunidad, no sólo les comunicó que no haría un ajuste de gabinete y que Miguel Crispi, jefe de los asesores del segundo piso, seguiría en su puesto. Uno de los asistentes confidencia que se mostró “visiblemente molesto” con las reuniones en la casa de Zalaquett y con el mal manejo de la información que hubo desde La Moneda.
La inquietud fue en aumento luego de que la Contraloría General de la República oficiara a los 6 ministros participantes -Alberto van Klaveren (RR.EE.), Nicolás Grau (Economía), Maisa Rojas (Medio Ambiente), Esteban Valenzuela (Agricultura), Jeannette Jara (Trabajo) y Carolina Tohá (Interior)- a pronunciarse en un plazo de 10 días, el que vence a fines de la próxima semana. Y, también, por la oleada de críticas a nivel político, que salpicaron al director de la Secom, Pablo Paredes, y al jefe de gabinete del Presidente, Carlos Durán, por no hacer un rápido control de daños.
En ese contexto, el jueves por la noche, el mandatario citó a una reunión extraordinaria a sus colaboradores más directos -Tohá (Interior), Álvaro Elizalde (Segpres), Camila Vallejo (Segegob) y Luis Cordero (Justicia)-, donde se hizo un análisis técnico de los encuentros. En ese espacio, Cordero habría explicitado la diferencia entre las exposiciones y las conversaciones con empresarios de rubros regulados por las respectivas carteras. Estas últimas estarían, según estimó, en el límite del lobby y, en ellas, caerían 5 secretarios de Estado.
Ese análisis terminó por encender las alertas. Y, por eso, en la antesala del cónclave oficialista del viernes en Cerro Castillo, el Jefe de Estado llamó por teléfono a cada uno de los ministros que asistieron a las polémicas reuniones. A todos ellos les ordenó evaluar los registros por Ley de Lobby y responder antes del plazo los oficios enviados por la Contraloría. La excepción fue Tohá, porque se consideró que su exposición en la casa de Zalaquett fue genérica sobre la situación política y de seguridad del país y no caía en la categoría de lobby, por haber hablado, además, ante representantes de Falabella, Sky Airlines y BCI.
Tohá fue enfática en sentenciar que “no hubo elementos de lobby” en la cita a la que ella acudió. Y que ella no la inscribiría en esa plataforma, marcando una diferencia con Grau, Van Klaveren, Valenzuela, Rojas y Jara, que lo habían hecho o estaban en proceso. Aunque, de acuerdo a expertos en transparencia, el acto es solo simbólico, ya que está fuera de plazo.
“Nosotros seguimos sosteniendo que aquí no hay ninguno de los requisitos, elementos del lobby, por eso no la vamos a inscribir (dijo en su caso). Pero creo que ha sido necesario hacer este ejercicio, porque ha habido mucho interés en este tema, ha generado polémica”, enfatizó la jefa del gabinete.
Esquirlas en La Moneda, en el PC... y en los empresarios
Por qué seis ministros de la administración Boric asistieron a estos encuentros y hasta qué punto sabía La Moneda de estas reuniones, es algo que aún no se termina de despejar del todo. El miércoles 10, en el Congreso, los ministros Grau y Rojas admitieron que no avisaron al Presidente Boric antes de concurrir a la casa de Zalaquett, donde se reunieron con seis representantes de la industria del salmón.
Pero este no había sido el primero. En junio, la ministra Tohá había sido una de las primeras en asistir a la casa del exalcalde, invitada por él mismo, a un encuentro cuyos asistentes aún la jefa de gabinete no ha transparentado, a pesar de la petición formal hecha por este medio. Quienes conocen de las reuniones que siguieron a esta, afirman que, en el caso de Rojas y Grau, ambos sabían que otros ministros ya habían asistido y que por eso se aceptó esa invitación.
En el entorno de Zalaquett agregan que los términos de la cita con ambos ministros fueron tratados con la jefa de Medio Ambiente, quien habría solicitado que no hubiera presidentes de gremios de los salmonicultores presentes, a fin de que se tratara de una conversación general y que no cayera en el ámbito del lobby.
Sin embargo, esta cita -de la cual Grau y Rojas entregaron versiones confusas- unida a las tres a las que acudió Jara, son las más complejas en términos de un eventual incumplimiento de la legislación de lobby, por haberse reunido con actores regulados.
En el caso de la titular del Trabajo -quien esta semana debió sumirse en la reforma previsional, tema sobre el que mañana La Moneda hará un anuncio oficial-, en su entorno se admite que una de las cosas que más le han afectado han sido las fuertes recriminaciones en su propio partido, el PC. La más dura fue la diputada de esa colectividad Lorena Pizarro, quien afirmó: “¿Qué hacen en la casa del otrora alcalde UDI, implicado en más de un caso de corrupción..? A tal nivel hemos llegado que tanto el cocinero como los comensales justifican su festín y hasta se jactan de él”.
La molestia interna del Partido Comunista -según se confidencia- radica en que desde el inicio del gobierno ningún militante de ese partido había aparecido involucrado en una polémica. Y que ahora se ven obligados a enfrentar cuestionamientos por Jara, a quien acusan de tener un exceso de autonomía.
Pero las esquirlas de este caso no se circunscriben solo al gobierno y sus filas. Al menos entre los pesqueros, generó molestia que uno de sus gremios representantes -el Consejo del Salmón- sostuviera reuniones informales con los ministros, en momentos en que las relaciones se encontraban tensas con La Moneda tras la discusión del proyecto que creó el Servicio Nacional de Biodiversidad y Áreas Protegidas, y que terminó por implementarse en octubre de 2023.
Lagos, el único expresidente
Los alcances y convocatoria de las citas en la casa de Zalaquett aún no están del todo claras. El exalcalde ha explicado -en privado y públicamente- que en su domicilio ha realizado dos tipos de reuniones. Unas de análisis político, a las cuales ha invitado a analistas y parlamentarios, y otras como las que sostuvieron los ministros de la administración Boric. Y, según su versión, no ha cobrado por ninguna de ellas.
Como parte del primer tipo de encuentros, el 15 de marzo de 2023, el expresidente Ricardo Lagos participó en una cita en la que -ante unos 15 a 18 empresarios- se refirió a los desafíos de futuro que enfrentaba Chile, a la importancia de contar con una Constitución que respondiera a las necesidades del siglo XXI y al imperativo de generar grandes consensos a nivel político para recuperar el liderazgo de las recientes décadas.
Lagos es el único exmandatario que ha llegado hasta la casa de Zalaquett, en Lo Barnechea. El contacto lo hizo el exdiputado del PPD Jorge Insunza, quien dos semanas antes había ido a las oficinas del exjefe del Estado, en la Fundación Democracia y Desarrollo de Providencia, a extenderle personalmente la invitación.
Por esos días, el país no solo estaba en plena definición de las candidaturas de consejeros constitucionales para los comicios del 7 de mayo, sino que las coaliciones base del gobierno de Boric ya habían resuelto enfrentar esa contienda en listas separadas -tras la derrota del 4-S por un 62%-, hecho que las había envuelto en un clima de tensión.
La otra expositora fue la entonces presidenta del PPD, Natalia Piergentili, quien se refirió al momento político y explicó las razones por las que su partido decidió el 3 de febrero enfrentar el proceso junto al PR y la DC, en una lista aparte a la levantada por el Partido Socialista con Apruebo Dignidad y el Partido Liberal.
Insunza ha sido una pieza clave en el engranaje que el exalcalde montó en 2019 para realizar los “puntos de encuentro”. Como se sabe, el exedil lo fichó poco antes del plebiscito del 4-S, después de las exposiciones que este había hecho en las reuniones de Zalaquett sobre la propuesta PPD “Aprobar para Reformar”. El exdiputado ha sido quien le ha abierto ciertas puertas del Socialismo Democrático: de hecho, admite haber invitado al canciller Van Klaveren, al exPresidente Lagos y al senador Lagos Weber. Zalaquett, además, monitorea posibles invitados con el exministro PS, Osvaldo Andrade.
Piergentili, en tanto, habría contactado a la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, quien también acudió a una de las reuniones. Sin embargo, el viernes Ciper publicó que, tanto Insunza como Piergentili habrían recibido pagos de Zalaquett por la realización de charlas sobre coyuntura ante empresarios, distintas a los conversatorios en los que han participado ministros, parlamentarios y analistas. Y que, en el caso de Piergentili, esos pagos se habrían realizado a través de una sociedad de Zalaquett (Asesorías, Inversiones e Importaciones PZ).
“Los he invitado (a Insunza y Piergentili) a dar charlas en conjunto conmigo -porque a mis clientes les gusta que haya un ping-pong con alguien del otro lado-, y por esas charlas yo les he pagado. No por las comidas”, admitió Zalaquett a ese medio.
La vicepresidenta del PPD -cuya continuidad en el cargo será vista mañana en la reunión de directiva- sostiene que esos recursos corresponden a una asesoría a un dirigente gremial que inició en noviembre, que no tendrían nada que ver con las charlas, por las que -asegura- nunca ha cobrado. “Como Pablo tiene una asesoría anterior con esa organización, le pedí que el pago fuera a través de él. Para cuidarnos”, fue la explicación de Piergentili al mismo medio.
Amplia convocatoria
Con todo, la cita en la que estuvo Lagos fue una de las más importantes logradas por Zalaquett desde que inició las reuniones -unas 40 hasta ahora- después del estallido social de 2019.
Desde esa fecha han pasado por su casa -según se sabe hasta ahora- seis ministros, al menos once senadores (Juan Antonio Coloma, Ximena Rincón, Matías Walker, Paulina Vodanovic, Álvaro Elizalde, Rodrigo Galilea, José Miguel Insulza, Sergio Gahona, Ximena Órdenes, Ricardo Lagos Weber y Jaime Quintana), cinco diputados (Guillermo Ramírez, Francisco Undurraga, Juan Santana, Eric Aedo y Alberto Undurraga) y un alcalde (Rodolfo Carter). Ninguno de ellos registró las reuniones en la plataforma de lobby.
También estuvieron en ese lugar al menos tres exministros de Sebastián Piñera (Joaquín Lavín, Jaime Bellolio y Gerardo Varela); el expresidente de la DC, Fuad Chahín; y ocho analistas políticos (Alberto Mayol, Lucía Dammert, Carlos Correa Bau, Claudio Alvarado, Daniel Mansuy, Sylvia Eyzaguirre, Eugenio Tironi y Roberto Izikson).
Esto, además de una quincena de empresarios, dirigentes gremiales y ejecutivos, cuyos nombres han sido dados a conocer, entre los que se cuentan Sady Delgado y José Guzmán Vial (Aqua Chile), Cristián Sweet y José Ramón Gutiérrez (Multiexport), Andrés Santa Cruz y Rodrigo Sarquis (Blumar), Óscar Hasbún (Sofofa), Susana Jiménez (CPC), los representantes de las AFP y Larraín Vial que se reunieron con la ministra Jara, y Juan Sutil (ex CPC).
Este último admitió a La Tercera que estuvo en dos encuentros antes del 4-S. Uno, con José Miguel Insulza y Gerardo Varela, en que se habló del proceso constitucional, y un segundo en que compartió con el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, con motivo de los incendios forestales. “Por transparencia este tipo de encuentros debieran quedar registrados en la plataforma de lobby, dado que la forma es tan importante como el fondo. Esta obligación recae en la autoridad y no en el privado”, dijo Sutil.
Lo cierto es que, independientemente de la decisión de La Moneda de intentar dar vuelta la página a este impasse, este caso sigue impactando a los integrantes del gabinete y a los partidos. Al pronunciamiento de la Contraloría se agrega, además, el de la comisión de ética de la Cámara de Diputados, y la definición de la del Senado respecto de si tendrá algo que decir sobre los parlamentarios que fueron donde Zalaquett. Por mientras, el exalcalde ha reiterado que seguirá con sus “puntos de encuentro” en marzo.