Cuando el 24 de octubre Carolina Goic anunció en La Tercera que no aprobaría un cuarto retiro de fondos de las AFP, jamás pensó que su votó sería el que inclinaría la balanza en contra de la idea de legislar, como ocurrió el martes pasado. En un efecto secundario, la declaración de Goic propinó un duro golpe a su camarada Yasna Provoste que, para muchos, complicó aún más su camino para acceder a la segunda vuelta presidencial.
Goic cuenta que nunca imaginó la reacción visceral que pudieran tener algunos de sus camaradas, quienes le enviaron duros mensajes, unos con mucho odio. Pero tampoco esperaba las decenas de felicitaciones y muestras de apoyo por su actuar, entre ellos -cuenta- de los hijos del exdiputado Andrés Aylwin, una de las figuras emblemáticas de la DC.
“Eran miradas completamente antagónicas”, relata aún sorprendida. “En la Democracia Cristiana hay una fractura muy profunda y después de estas elecciones vamos a tener que enfrentarla. No podemos seguir como si nada pasara”, advierte la senadora por Magallanes (quien no va a la reelección), anticipando tiempos complejos para el otrora partido más poderoso del país.
Ese mismo martes, el apoyo mayoritario de los legisladores democratacristianos a la prórroga del Estado de Excepción Constitucional en la Macrozona Sur, medida que le permite al gobierno mantener militares en zonas de conflicto, también dividió a la colectividad. “O la DC se recicla o no tengo nada que hacer en este partido”, afirmó el senador Francisco Huenchumilla, quien también habló de una “fractura profunda” en la tienda y “pérdida de liderazgo”.
La paradoja es que el próximo domingo, si Provoste pasa a segunda vuelta se abrirá una gran puerta para que la DC pudiera regresar a La Moneda tras dos décadas y, en ese mismo instante, las diferencias internas pasarían a un segundo plano y se guardarán debajo de la alfombra.
La presidenta del partido, Carmen Frei, afirma que tiene “plena certeza y confianza” en que Provoste pasará a segunda vuelta. “Y lo digo porque en los últimos días hemos visto un apronte de lo que son los extremos, que justifican dictaduras, restringen libertades y no son promotores de la paz social que necesitamos”, dice Frei, refiriéndose a las recientes declaraciones del republicano José Antonio Kast, sobre el régimen de Pinochet y a la carta firmada por el Partido Comunista y otros movimientos en que defienden las cuestionadas elecciones realizadas en Nicaragua hace una semana, misiva que el viernes Gabriel Boric y figuras del propio PC rechazaron.
Por estos hechos que ocurren en estos días previos a las elecciones del domingo próximo, Huenchumilla vaticina otra “derrota” de las encuestas: “La elección se mantiene abierta y sigo creyendo que Yasna Provoste tiene una oportunidad real y ella pasará a segunda vuelta”.
La senadora Goic también cree que cambiará el escenario en esta última semana: “Existe un voto oculto por Yasna Provoste muy grande en todo el país. Boric ha ido perdiendo fuerza en estas últimas semanas, y si bien Kast ha subido, muchos no lo ven como el próximo presidente de Chile”.
La batalla que ya muchos imaginan
Pero de no pasar la senadora al balotaje, como han pronosticado diferentes encuestas, todos coinciden que el partido enfrentará tensas semanas, en que chocarán dos batallones internos que ya han iniciado conversaciones informales con sus huestes.
A un lado estarán los partidarios de que la DC apoye públicamente -y con prontitud- a Gabriel Boric, e incluso pudiera sumarse a su campaña en la recta final. Esta sería la postura que adoptaría el consejo nacional de la colectividad ante un posible enfrentamiento del diputado con Kast, bajo el argumento de impedir que la “extrema derecha” gobierne, prevén en la colectividad.
En este escenario adverso para el falangismo, la interrogante es si Apruebo Dignidad los invitará a sumarse a la segunda vuelta o a un futuro gobierno. Hasta ahora ni Boric ni su jefe político, Giorgio Jackson, han sido claros. Sí lo fue este miércoles el presidente del PC, Guillermo Teillier. “Nunca hemos dejado de conversar con la DC... Hay que pensar en un acuerdo para apoyarnos en torno a la segunda vuelta”, dijo el también postulante al Senado por la RM, en una nueva versión del ciclo de Debates LT y radio Duna.
Al otro lado del campo se ordenarán quienes creen que, sea Boric o Kast quien llegue a La Moneda, la DC debe definirse antes de la elección final del 19 de diciembre, como “un partido de oposición”.
“Si se diera esa situación, en ambos casos, seremos oposición (...). Me preocupa que por algunos cargos en el gobierno, un ministerio y un par de subsecretarías, la DC entré a un gobierno junto a un Partido Comunista que está en una lógica muy distinta a la que tenía en el segundo gobierno de Bachelet (2014)”, advierte Goic.
En la misma línea de ser un partido de oposición, está el expresidente Ignacio Walker, quien apuesta por un rearme del falangismo hacia el centro. “El centro esta huérfano de representación política y la centroizquierda está quedando como un casillero vacío, ambos espacios existen, pero hay que recrearlos”, señala el exsenador, agregando que a diferencia de elecciones anteriores, esta vez ninguno de los presidenciables -incluida Provoste- apuntó a ese gran electorado de centro que existe en nuestro país.
Respecto a cómo enfrentar un eventual triunfo de Boric, hay algunos dirigentes democratacristianos que ya hablan de “colaboración crítica”, término impulsado por Revolución Democrática al inicio del segundo mandato de Michelle Bachelet -en 2014-, cuando incorporó al PC a su coalición y llegaba con la promesa de reformas profundas.
El diputado Gabriel Silber va más allá y señala que, independiente del resultado del partido en los próximos comicios, la DC debe “refundarse”.
“Debemos tener una nueva épica y crear un nuevo referente político, moderno, con un proyecto de centroizquierda que busque convergencia con fuerzas similares y que incluso cambie de nombre”, señala Silver, quien compite al Senado por Santiago.
Toda esta discusión estaría cruzada, además, por las elecciones internas, que deberían ser convocadas por la directiva de Frei en enero próximo y donde ya se vaticina un choque entre las senadoras Ximena Rincón y Carolina Goic.
La calculadora
En todos los sectores de la DC coinciden en que el futuro del partido dependerá mucho de los números: del porcentaje de votos que obtenga Provoste y la cantidad de diputados y senadores electos. Para continuar siendo una bancada relevante en el Congreso, coinciden todos, el partido debería obtener un mínimo de 10 diputados, considerando que hace cuatro años obtuvo 14, pero algunos renunciaron, como Pablo Lorenzini y Raúl Soto. Y mantener sus cinco senadores.
A la hora de hacer este análisis, el académico de la U. de Talca Mauricio Morales dice que hay que recordar lo que ocurrió en 2017, cuando la candidatura de Carolina Goic -en primera vuelta- obtuvo prácticamente la mitad de los votos que obtuvieron los parlamentarios DC en esa oportunidad.
“Lo que se espera para estas elecciones es que Provoste logre al menos aglutinar a todo el voto democratacristiano y a gran parte del voto del Nuevo Pacto Social (DC, PS, PPD, Partido Liberal, Nuevo Trato y Ciudadanos), que en la pasada elección de concejales obtuvo cerca de dos millones de votos”, dice Morales.
Justamente la esperanza de un buen resultado se fundamenta en que a la DC le fue bien en las recientes elecciones municipales y de gobernadores (realizadas el 15 y 16 de mayo), obteniendo cinco de los 16 jefes regionales (incluida la RM), 54 alcaldes y 310 concejales, que sumaron más de 700 mil sufragios.
En las mismas elecciones, la coalición que apoya a Provoste obtuvo el 45% de los concejales del país, 10 de los 16 gobernadores y sus alcaldes hoy gobiernan un tercio de Chile.
¿El fin del eje PS-DC?
Lo que sí se ha ido dilucidando en las últimas semanas es que, de estar Boric con Kast en la papeleta final, el Partido Socialista llamará la misma noche de la elección a votar y a trabajar por el diputado puntarenense. “Lo que venga después, se irá dando de forma natural”, señala un dirigente socialista, quien agrega que “Boric necesitará al PS_para poder balancear al PC si es presidente”.
Por eso, en la centroizquierda les preocupa un posible fin del eje PS-DC que para muchos “ha dado estabilidad política al país” desde la recuperación de la democracia, en 1990.
Esta discusión ya se ha dado en diferentes instancias, entre ellas, la Fundación Chile 21, desde donde se comenzó a delinear un documento titulado Convergencia de progresismo: un mandato histórico, presentado hace un par de semanas.
“El proceso constitucional en marcha y la perspectiva de un gobierno progresista abren una oportunidad histórica única que no podemos desperdiciar”, señala el texto que llama a la unidad del sector, firmado por exministros de la Concertación y la Nueva Mayoría, como Nicolás Eyzaguirre Carolina Tohá, Álvaro García, Carlos Mladinic, Carlos Ominami y Juan Gabriel Valdés, entre otros, además de asesores de Boric como Daniel Hojman y Stephany Griffith Jones, y de Provoste, como Guillermo Larraín y Roberto Zahler, entre otros.
Pero el analista Mauricio Morales advierte que el eje DC-PS “ya se encuentra muy fracturado” y recuerda que hace pocos meses el PS intentó sin éxito un pacto con el Frente Amplio y el PC para las primarias recién pasadas. “Y si a eso le añadimos la evidencia clara de que parte importante de la base socialista y de algunos dirigentes y representantes del partido hoy están con Boric y no con Provoste, entonces esos dos argumentos son suficientes para declarar como herido de muerte a este eje histórico”.
“Yerran los que ven la derrota del centro como un triunfo antineoliberal, porque no está dentro de las fuerzas democráticas el rival inmediato, ese no es el dilema a resolver”, señaló esta semana el vicepresidente del PS, Camilo Escalona, en una columna.
El futuro de la Democracia Cristiana -y de los partidos de la ex Concertación- depende hoy del resultado que obtenga la senadora por Atacama, quien cerrará su campaña en un acto en la Región del Biobío y, al igual que en la pasada consulta ciudadana (donde se impuso ampliamente a Paula Narváez), el próximo domingo no esperará los resultados en la sede de su partido en Alameda, junto a sus camaradas, tampoco con sus aliados socialistas en su sede de calle París. Lo hará en su casa, en Vallenar, junto a su familia.