Eric Chinga y Katerine Montealegre tienen algo en común: ambos, desde hace un mes y medio, son formalmente parte de los 155 constituyentes cuya tarea es redactar una nueva Carta Magna para Chile. Pero, de alguna manera, representan los dos polos opuestos de la Convención Constitucional. El primero llegó por cupo del pueblo diaguita a la instancia, y la segunda ingresó como representante de la UDI por el distrito 26, que abarca buena parte de la región de Los Lagos. Y, según un análisis a partir de las primeras votaciones de la instancia, serían los constituyentes más a la izquierda y más a la derecha entre todos los que la integran.

El ejercicio tiene cierta historia. Antonio Díaz-Araújo, gerente general de Unholster, explica que en la década de 1980, dos cientistas políticos estadounidenses, Keith T. Poole y Howard Rosenthal, diseñaron un algoritmo con el fin de estudiar las votaciones en el Congreso de ese país, y determinar a partir de ellas quiénes eran los legisladores más liberales y los más conservadores.

La técnica, conocida como el “nominate score”, fue aplicada por la firma de big data en el marco de su proyecto Scanner Constituyente, considerando las 145 votaciones en diversas materias registradas en la Convención entre el 13 de julio y el 12 de agosto, prácticamente el primer mes completo de la instancia, y se reflejó en un análisis hecho por Díaz-Araújo, Cristóbal Huneeus, quien es el director de Data Science de Unholster, y Alexander Galetovic, senior fellow de la Universidad Adolfo Ibáñez.

“El método es que, a partir de las preferencias de los convencionales reflejadas en sus votaciones, los ordena dependiendo de su posición política: en un extremo se ubica la derecha más conservadora, en el otro, la izquierda más radical. Expuesto en un gráfico, la cercanía entre los convencionales manifiesta mayor o menor cohesión en el voto”, puntualiza Díaz-Araújo.

Puntos medios y bloques de interés

En el caso de la Convención Constitucional, el análisis permite además mirar el mapa general del cuerpo en momentos en que se empiezan a configurar las primeras alianzas. Algo clave considerando el quórum de dos tercios que se requiere para aprobar las normas, y que ningún grupo o alianza tiene por sí mismas.

Sólo como ejemplo, así como Chinga y Montealegre están en los extremos de izquierda y derecha, si hubiera un “punto medio” en cuanto a los convencionales de acuerdo con sus votaciones, éste se ubicaría en el abogado Daniel Stingo (FA): él ocupa la posición 78 en el ránking según los votos, aunque su “nominate score” es de -0,31, lo que significa que sus votaciones han sido de todas formas más acordes con el bloque a la izquierda.

Quien representaría la posición intermedia ideológica entre izquierda y derecha, en tanto, sería Miguel Ángel Botto, electo bajo el bloque de Independientes No Neutrales, pero que esta semana se unió a un nuevo grupo, denominado Colectivo del Apruebo. Con un score de 0,0, lo interesante es que a la izquierda de él hay 112 convencionales y hacia su derecha hay 42; es decir, más de dos tercios de los representantes han votado con posiciones que son más vinculadas hacia el primer extremo.

Pero también el análisis permite mirar dónde hay más unidad y dónde existe más dispersión entre los distintos bloques. Como ejemplo, Huneeus pone a los convencionales electos por La Lista del Apruebo: “Se evidencia que al interior de algunas listas hay una dispersión muy fuerte; si analizo a constituyentes como Renato Garín y Felipe Harboe, se ve que a pesar de estar en el mismo pacto sus votaciones entregan lecturas distintas”, señala. Algo que es refrendado por el análisis: excluyendo al Colectivo Socialista, de los nueve cupos restantes electos por La Lista del Apruebo tres tienen un score mayor a 0 -es decir, cargado hacia la derecha- y seis menor a ese dígito, lo que muestra cercanía ideológica mayor con la izquierda.

Díaz-Araujo puntualiza que esto es distinto en otros grupos. “En cuanto a los pactos, en un extremo está la UDI y en el otro, la Lista del Pueblo. El modelo calza con la percepción ciudadana de los extremos (UDI y Lista del Pueblo), pero encontrar el centro ya es más difícil”, indica. “En el equilibrio actual mientras mayor la distancia entre los extremos, y superior la distancia desde el extremo y el centro, más lejos estamos de un acuerdo. Si se mantiene el contexto actual, está difícil lograr los dos tercios”, es su mirada.

Galetovic, a su vez, refuerza un detalle que se refleja en el agregado de las votaciones y que reafirma la percepción que se ha dado a partir del debate público en varias iniciativas: la separación, en términos de conducta, del bloque del Frente Amplio y el del Partido Comunista, pese a que ambos concurrieron en conjunto a las elecciones para la Convención como bloque Apruebo Dignidad y que además tienen una candidatura presidencial conjunta decidida en primarias, en que Gabriel Boric superó a Daniel Jadue.

“La aplicación del ‘nominate score’ a las votaciones de la Comisión Constituyente revela que el Frente Amplio hasta ahora ha votado acercándose a los bloques más moderados dentro de la Convención: los integrantes del Colectivo Socialista, la lista del Apruebo y los de Nueva Constitución”, señala el académico de la UAI.

De hecho, en cuanto a cercanía ideológica según las primeras votaciones, lo que se aprecia es que los pueblos indígenas han formado un grupo en que sus 17 representantes han votado constantemente con las posiciones más hacia la izquierda de la Convención, lo mismo que los constituyentes del PC y los electos como parte de La Lista del Pueblo. En estos tres grupos, el promedio del “nominate score” de sus constituyentes va entre -0,74 y -0,76, apenas dos centésimas de diferencia y sumamente cercanos entre sí; entre los convencionales electos por el FA, en cambio, el promedio es -0,38, dejándolos más próximos al Colectivo Socialista (-0,17) que a sus socios formales de pacto.

Sobre la Lista del Pueblo, además, aparece un punto de interés: pese a las múltiples defecciones en las últimas semanas -con nueve de sus 27 convencionales tomando distancia-, no se aprecia que haya habido cambios aún en cuanto a la forma en que ellos están votando, manteniéndose en la misma vereda ideológica que hasta ahora.