La semana del 23 de octubre, Irina Karamanos tomó una decisión clave para el futuro de la relación sentimental que mantenía con el Presidente Gabriel Boric. Por esos días, la cientista social de 34 años retiró sus últimas pertenencias de la casa que compartía con el Mandatario en el barrio Yungay, en el centro de Santiago, donde ambos se trasladaron en marzo de 2022, cuando Boric inició su mandato en La Moneda.
Este jueves 16, casi un mes después y luego de casi cinco años de relación, el Mandatario oficializó la ruptura desde San Francisco, Estados Unidos, a través de una publicación en su cuenta de Instagram.
“Es doloroso”, dijo Boric, asumiendo el quiebre con Karamanos, quien durante su paso por el gobierno puso término a la institución de la primera dama luego de traspasar las fundaciones dependientes de la coordinación sociocultural de La Moneda a distintos ministerios y abandonar las amplias oficinas en Palacio que ocupó hasta diciembre del año pasado.
Boric y Karamanos comparten militancia en Convergencia Social y se conocieron en 2016, durante sus respectivos pasos por el Movimiento Autonomista, antesala del hoy partido del Presidente.
Ambos llevaban menos de dos años de relación (su primera foto en Instagram como pareja data del 20 de septiembre de 2019) cuando Karamanos cumplió un rol decisivo para convencer a Boric de asumir la candidatura presidencial del Frente Amplio -Beatriz Sánchez y otros como Fernando Atria habían declinado el desafío- y enfrentar a la carta del PC, Daniel Jadue, en las primarias de la izquierda.
La cientista social se encargó -incluso- de la primera etapa de la exitosa recolección de firmas que posibilitó la inscripción de la candidatura presidencial de su entonces pareja. Teléfono en mano, Karamanos convenció directamente a desconocidos para dar su patrocinio al diputado.
El triunfo de Boric en las primarias también cambió el destino de Karamanos, cuyo rol desde entonces pasó a ser parte de las decisiones colectivas de la campaña.
Lo fue su irrupción pública en la segunda vuelta de 2021, que se transformó en un álgido debate en el comando, ya que Boric necesitaba dar señales de estabilidad en su vida personal frente al candidato de la centroderecha José Antonio Kast. Y también lo fue tras el triunfo del 19 de diciembre de ese año, donde Karamanos ocupó un lugar destacado en el escenario en el que se celebró la victoria respecto de si asumiría el rol de primera dama.
Este último tema no se trataba sólo de que la pareja presidencial no estuviera casada, sino que de una convicción más profunda de Karamanos, entusiasta adherente feminista.
La decisión política colectiva fue que se instalaría en La Moneda, pero con el objetivo de poner término en dos años al tradicional cargo que ocuparon las esposas de los presidentes, y en el caso de Michelle Bachelet una persona de su confianza y durante su segundo mandato su hijo mayor, Sebastián Dávalos.
“He decidido asumir el rol tradicionalmente llamado primera dama con el compromiso de reformularlo”, anunció en enero de 2022.
Los planes -sin embargo- debieron alterarse tras errores provocados por la inexperiencia de las nuevas autoridades: a mediados de junio, en redes sociales comenzó a circular un dictamen en que se cambiaba el nombre del equipo de primera dama por “Gabinete Irina Karamanos”.
Las críticas al “personalismo” de Karamanos no se hicieron esperar y aceleraron su salida de La Moneda, la que se produjo el 29 de diciembre de ese año, cuando la pareja del Presidente abandonó el Palacio tras un proceso administrativo en el que se trasladaron las fundaciones dependientes de su cargo a distintos ministerios.
La influencia de Irina
La influencia que ejerció Karamanos durante su corto paso por La Moneda fue objeto de comentarios en las filas oficialistas.
Ya en el comando, la cientista social opinaba de diferentes temas de la campaña y -una vez que Boric resultó electo- se hizo cargo del cambio de mando y de ceremonias como el tedeum religioso.
Su mano se notó también en nombramientos del equipo presidencial, particularmente en Cultura, cartera que inicialmente fue liderada por Julieta Brodsky, militante de Convergencia, y por Andrea Gutiérrez como subsecretaria, a quien incluso apoyó públicamente tras su salida en medio del lío de platas, un escándalo de corrupción que hasta ahora golpea al gobierno.
Además, Karamanos es cercana a la jefa de Estudios del Segundo Piso, Luna Follegati (también del Frente Feminista de CS) y al embajador de Chile en España, Javier Velasco, y su pareja, Manola Pérez -a quien visitó en el último año junto a la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler y la diputada Karol Cariola, ambas comunistas y dos de sus grandes amigas-.
En sus últimas intervenciones, la cientista social jugó un rol clave en el nombramiento de la actual ministra de Culturas, Carolina Arredondo. Fue la primera en preguntarle por su disposición para asumir el cargo en el último cambio de gabinete, en agosto.
Karamanos se involucró, además, en temas vinculados a pueblos originarios, cultura y feminismo. Fue, por ejemplo, la impulsora de la conmemoración del Día de la Visibilidad Trans el 31 de marzo en La Moneda, en el que se izó la bandera de esa comunidad. En la actividad sorprendió con un discurso público desde Palacio.
En el caso del Mandatario, en el entorno presidencial señalan que su influencia en las decisiones era incluso superior a la de la mayoría de los asesores del Segundo Piso y que también cumplía un rol de contención fundamental.
“A veces el futuro personal se me llenaba de tormentas en las que ella siempre fue un faro para no encallar”, escribió el Presidente este jueves, día en que hizo público el fin de su relación.
Las señales del distanciamiento entre ambos comenzaron a notarse hace varias semanas. La última actividad pública en que se mostraron juntos fue el 18 de septiembre. Boric participó ya en solitario en la entrega de dulces de Halloween, la inauguración y cierre de los Juegos Panamericanos y la Teletón.
Quienes conocen a la expareja sostienen que mantienen contacto y que -de hecho- comieron juntos el 28 de octubre en el restorán La Chipriota, en el barrio Yungay, días después de que la cientista social abandonara la casa que compartieron por poco más de un año.
Karamanos, en tanto, por estos días busca trabajo para participar de investigaciones universitarias y, desde esta semana, volvió al cargo que tenía en Convergencia Social en la misma época en que Boric asumía sus primeros pasos como candidato presidencial -coordinadora general para el fortalecimiento de la participación política de las mujeres-, puesto que ahora es remunerado. Además, participa de charlas TED donde esboza sus críticas al rol de primera dama y planea abrir una cafetería.