Justo cuando la Convención Constitucional cumplió tres meses de funcionamiento desde que se instaló el 5 de julio, el órgano anotó un importante avance en su camino para proponer al país una nueva carta fundamental.
Pese a todos los problemas y obstáculos iniciales para echar a andar el trabajo de los convencionales, el 23 de septiembre la Convención dio inicio al proceso de votación de las indicaciones a los cuatro reglamentos que regularán su funcionamiento interno: el reglamento general, de ética, de participación y consulta indígena y el de participación popular. El pleno estuvo casi dos semanas revisando un total de 1.128 indicaciones.
Además de despachar el reglamento general, pieza clave para definir el trabajo de fondo de la Convención, el órgano pudo establecer cuáles serán las reglas de participación ciudadana vinculante que marcarán todo el proceso constituyente.
Uno de los aspectos más controversiales fue la aprobación de un plebiscito intermedio dirimente. La idea fue aprobada por 107 votos a favor, 42 preferencias en contra y cuatro abstenciones. El artículo establece que este eventual plebiscito es único y solo se activa cuando una norma de la futura Constitución se someta a votación en el pleno y no alcance los dos tercios, pero sí logra tres quintos de las preferencias en una segunda votación.
Pese a no tener la facultad para establecer estas disposiciones, la Convención aprobó que de concretarse, este plebiscito será con voto obligatorio para todos los ciudadanos con residencia en el territorio nacional y en el extranjero. Además se agregó que los adolescentes entre los 16 y 18 años podrán participar y tendrán voto voluntario.
Por ahora esto es solo una declaración de voluntad por parte de la Convención, ya que el único órgano que tiene la palabra para darle factibilidad a este plebiscito es el Congreso. El asunto necesita de una reforma constitucional y otras modificaciones legales.
Los mecanismos de participación aprobados por la Convención abren la interrogante sobre cuál será la respuesta de la ciudadanía ante la posibilidad de incidir de manera vinculante en la redacción de la nueva constitución.
Esta tercera entrega de los resultados de la Encuesta Zoom de ReConstitución -realizada por La Tercera, Criteria y la Cámara Chilena de la Construcción- da algunas pistas sobre este asunto.
Amplia disposición a participar
A los encuestados se les preguntó qué tan dispuestos estaban a, por ejemplo, participar en consultas ciudadanas para entregar su opinión. Los resultados son categóricos. Un 63% respondió que estaba dispuesto o muy dispuesto y un 21% dijo estar poco o nada dispuesto.
Al analizar en detalle este asunto, se puede apreciar que la mayoría de las personas que están dispuestas a participar, un 55%, se concentra en los jóvenes entre 18 y 29 años. Además, un 84% se identifica con la izquierda y el 72% votó apruebo en el plebiscito.
Esta cifra es coincidente con otros resultados de la medición. A los participantes se les consultó si estaban de acuerdo o no con la posibilidad de que la Convención tenga mecanismos de participación vinculante. Ante dicha pregunta, un 62% aseguró estar de acuerdo, un 17% manifestó su desacuerdo y un 21% respondió que no sabían.
Otro aspecto llamativo es la buena valoración que se hace de instancias virtuales de participación. Por ejemplo un 47% consideró que realizar consultas ciudadanas virtuales con sistema de votación electrónico es un mecanismo muy “apropiado” para incidir.
Además un 43% apoya la idea de implementar una plataforma virtual abierta a ciudadanos para comentar las discusiones.
El interés no solo está en la virtualidad, sino que también en la presencialidad. Un 42% de los encuestados también encontró apropiado que se hagan sesiones abiertas con participación libre de la ciudadanía. (Ver el resto de los resultados en la infografía).
El análisis de los expertos
El abogado, académico de la Universidad de Chile y experto en participación ciudadana en procesos constituyentes, Francisco Soto, considera que la disposición de los chilenos a la participación en la redacción de la nueva Constitución va en la misma línea que los procesos de otros países.
Una característica de los procesos constituyentes desarrollados en el mundo en las últimas décadas es la demanda por participar de manera incidente. La gente ya no está dispuesta a que su Constitución la elabore un grupo de representantes por más eruditos y bien inspirados que sean. Este ánimo por participar se refleja en la última encuesta donde más de un 63% se declara dispuesto o muy dispuesto a participar. Esperando en un 62% que esta participación sea incidente.
Francisco Soto
Por eso, a juicio del académico uno de los desafíos de la Convención es que pueda darle rumbo a esta disposición: “La Convención tiene el enorme desafío de estructurar mecanismos de participación que sean vistos como incidentes por la ciudadanía y revertir de alguna manera la imagen que se tiene del otro órgano generador de normas, el Congreso, cuya labor se ve como lejana y con poca posibilidad de incidir”.
Soto dice que por eso es que, según los resultados de la encuesta, “la ciudadanía espera contar con mecanismos presenciales en su territorio (41%) y en menor medida utilizar plataformas virtuales (24%) y también que se les permita ir acompañado y comentando el debate generado por la convención (41%)”.
Para la politóloga e investigadora del Albert Hirschman Centre on Democracy (Suiza), Yanina Welp, “que un tercio de los encuestados se muestren dispuestos o muy dispuestos a intervenir, como surge de varias preguntas, es un dato elevado si ponemos la experiencia en contexto”
Welp lo ejemplifica con lo siguiente: “Las experiencias más intensas de presupuesto participativo no logran superar el 10% de participación a nivel local, o sea que aquí la expresión de interés es notable”.
La politóloga también destaca que exista alta disposición a distintos tipos de incidencia en la Convención.
Otro dato interesante que surge es que la gente da aval a los espacios abiertos de intercambio y mira con buenos ojos los territoriales. Se ve también con buenos ojos la participación digital. Finalmente, el 62% que está a favor de mecanismos que obligaran a la Convención a discutir las propuestas de la ciudadanía que cuenten con algún respaldo da cuenta de la profunda desconfianza imperante. No es novedad, pero supera con énfasis la expresión de interés por participar en otros espacios consultados en la misma encuesta y reconfirma el interés por mantener cierto margen de control sobre las decisiones.
Yanina Welp
Una opinión similar tiene la politóloga y académica de la Universidad de Chile, María Cristina Escudero.
Lo que muestra la encuesta es que los mecanismos de participación al final son elementos que la ciudadanía considera bien importantes para acercarse a la Convención. De hecho los acepta como un vehículo para manifestar sus preferencias y que la Convención efectivamente los utilice en el proceso de toma de decisiones.
María Cristina Escudero
Escudero agrega que “es interesante la valoración positiva de las instancias no presenciales como consultas y comentar propuestas” ya que a su juicio “estas fórmulas permiten a las y los interesados ajustar sus tiempos al trabajo de la Convención”. En esa misma línea, la académica complementa diciendo que “las semanas territoriales pueden ser un buen instrumento para cumplir con estas expectativas”.
Ahora que la Convención se acerca a dar inicio a la discusión de fondo tendrá que echar a andar sus mecanismos de participación. La mayoría de ellos depende de los propios convencionales. Sin embargo para más adelante estará por verse la disposición que tenga el actual Congreso o el futuro Parlamento de aprobar los proyectos de ley necesarios para darle viabilidad al eventual plebiscito dirimente.