A casi una semana de que los chilenos vayan a las urnas para votar en el plebiscito de salida, La Tercera presenta una versión actualizada del Match Constituyente.
En este nuevo lanzamiento nuestro medio se asoció con la empresa de investigación de mercados y estudios de opinión pública Criteria, quienes realizaron una encuesta con las 16 preguntas del Match Constituyente, sumando un grupo de preguntas adicionales respecto del debate constitucional y, construyendo con esos resultados, “clústers” de votantes. Así, el Match continúa arrojándoles a los lectores el porcentaje de afinidad que tienen con la propuesta de nueva Constitución, pero, además, asigna a cada persona un perfil que refleja su ánimo o actitud frente a la propuesta y la votación del próximo domingo.
Más allá de la polarización
Uno de los objetivos de esta nueva versión del Match Constituyente apunta a poder reflejar la diversidad de posturas que existen frente a la decisión que hay que tomar de cara al plebiscito. “El riesgo es que una lógica polarizante ‘Apruebo-Rechazo’ nos haga olvidar esta realidad diversa y compleja de percepciones y posiciones ciudadanas. Un antídoto en contra de este riesgo de polarización es mantener alto nivel de conciencia sobre el hecho de que existen divergencias entre personas que tienen pensado votar lo mismo, que existen puntos en común entre personas que van a votar distinto y que existe, en definitiva, una multiplicidad de miradas en juego que se cruzan y mezclan”, comenta el director de proyectos especiales de Criteria, Matías Chaparro.
Para poder reflejar eso, Criteria aplicó el mismo set de preguntas de la primera versión del Match, pero sumó otras más. Algunos de esos temas complementarios fueron la evaluación de la Constitución vigente, opinión sobre el desempeño de los convencionales, visión sobre el impacto que podría tener en el país la nueva Constitución, nivel de interés en el tema, modo en que se votó en el plebiscito de entrada, posición frente al plebiscito de salida, disposición emocional frente a resultados posibles del plebiscito de salida y mirada sobre los escenarios políticos posplebiscito. Para entender mejor desde dónde hablan los distintos grupos, se indagó también acerca de su sentir sobre la marcha del país y su visión en temas valóricos y económicos.
“En Criteria quisimos conocer la complejidad de posturas frente al nuevo texto constitucional, y para eso preguntamos a la población general por los mismos 16 debates que se preguntan en el Match Constituyente de La Tercera. Básicamente, una postura es un patrón de respuesta. Se trata de personas que responden de una manera similar entre sí y distinta a la manera en la que responden otros. Identificamos cuatro grupos que llamamos ‘entusiastas incondicionales’, ‘indecisos expectantes’, ‘críticos distantes’ y ‘detractores duros’”, explica el gerente general de Criteria, Cristián Munita.
Los resultados para cada grupo se pueden apreciar en la infografía y las características que definen a cada clúster se pueden leer con detalle al final de esta nota.
Todo esto fue aplicado en un estudio cuantitativo no probabilístico a través de encuestas autoadministradas en un panel online certificado. La muestra fueron mujeres y hombres de 18 o más años, de los grupos socioeconómicos A, B, C y D de las principales ciudades del país. En el panel participaron 1.512 personas y la aplicación se hizo entre el 22 y el 26 de julio.
Los cuatro perfiles de cara al plebiscito
Entusiastas incondicionales
Se trata de personas que tienen una muy buena evaluación del eventual nuevo texto constitucional. Lo que despierta más apoyo en este grupo es que la Constitución declare que Chile es un Estado social y democrático de derecho y, en particular, que consagre el derecho a una vivienda digna. Lo segundo que despierta más apoyo en los entusiastas incondicionales tiene que ver con medioambiente.
Otros temas que ocupan un lugar protagónico en la lista de prioridades constitucionales de los entusiastas incondicionales son el aborto y el sistema de salud. Respecto del primero, la gran mayoría está de acuerdo con que se trata de un derecho reproductivo que debe estar presente en la Constitución. Ahora bien, en lo que respecta al sistema de salud, las posiciones están divididas: una mitad opina que la cotización obligatoria debe ser administrada en su totalidad por un órgano público, mientras que la otra mitad opina que debe ser administrada por una aseguradora privada o pública, para que haya libertad para elegir. Este es el único debate constitucional en donde el apoyo de los entusiastas incondicionales al nuevo texto es débil. Se trata de un tema, además, que no despierta el apoyo de ningún grupo.
Es el único grupo que no tiene una evaluación negativa sobre la Convención Constitucional. Ellos creen que logró acuerdos importantes y que trabajó bien, a pesar de los obstáculos.
Son el grupo que más informado se siente sobre el texto de la eventual nueva Constitución y que está más interesado en votar en el plebiscito de salida: prácticamente todos declaran que, definitivamente, votarán ese día y la gran mayoría tiene “muy decidido” su voto.
En el plebiscito de entrada de octubre de 2020 la mayor parte de los entusiastas incondicionales (90%) dice que votó Apruebo.
Indecisos expectantes
También se trata de un grupo que tiende a evaluar positivamente el eventual nuevo texto constitucional. Lo que más les gusta es la declaración de un Estado social y democrático de derecho y la consagración del derecho a una vivienda digna. Lo segundo que más valoran es que la naturaleza sea titular de derechos y que el agua sea un bien inapropiable.
Donde se producen los mayores reparos es en la plurinacionalidad, la existencia de sistemas de justicia especiales -pluralismo jurídico- y los escaños reservados para pueblos indígenas. Esta es la diferencia más sustantiva que tienen con los entusiastas incondicionales y lo que tienen en común con el resto de los grupos: todos tienden a rechazar estas propuestas.
Son el grupo que se siente menos informado sobre el texto de la eventual nueva Constitución. También muestran un nivel relativamente bajo de decisión sobre su voto. En el plebiscito de entrada la mayor parte de los indecisos expectantes (58%) dice que votó Apruebo. Un número bastante menor que los entusiastas incondicionales. Lo mismo ocurre con su visión retrospectiva, en donde poco más de la mitad (54%) piensa que el Apruebo era la mejor opción para Chile en ese momento.
Lo que más les molesta es que, según su mirada, los convencionales perdieron tiempo en asuntos que escapan al rol para el que fueron elegidos. Son capaces de reconocer impactos positivos potenciales de la eventual nueva Constitución, pero nada los convence demasiado. El único beneficio que ven con claridad es que, según ellos, permitirá una mejor protección de la naturaleza. En general, lo que domina son las dudas. Incluso, existe cierta inclinación a reconocer el riesgo de inestabilidad política y debilitamiento de la economía en el caso de implementarse la nueva Constitución.
Críticos distantes
Se trata de un grupo que tiene una evaluación más bien negativa del eventual nuevo texto constitucional. En general, toma una posición de rechazo en casi todos los debates clave.
Consagrar el derecho al acceso a una vivienda digna es la propuesta de norma que más valoran, pero a diferencia de los otros grupos, los críticos distantes no comparten la idea de que la Constitución tenga que declarar que Chile es un Estado social y democrático de derecho. Este es uno de los rasgos más significativos de este grupo. Casi se podría decir que lo define.
También, al igual que los otros grupos -menos los entusiastas incondicionales, por supuesto-, los críticos distantes tienen importantes reparos con la plurinacionalidad, el pluralismo jurídico y los escaños reservados.
Tienen una buena evaluación de la Constitución vigente. Lo más positivo es que, según los críticos distantes, permitió que el país se desarrollara económicamente. No le reconocen ningún elemento positivo al desempeño de la Convención. Por el contrario, tienden a compartir una evaluación negativa en todos los aspectos. Los críticos distantes no visualizan impactos positivos en el caso de aprobarse el nuevo texto constitucional. Por el contrario, solo ven consecuencias negativas, principalmente inestabilidad política y debilitamiento de la economía.
Junto con rechazar la idea de que la Constitución tenga que declarar que Chile es un Estado social y democrático de derecho, el bajo interés es otra de las características más significativas de los críticos distantes. Son el grupo que menos convencido está de que las constituciones son fundamentales para el desarrollo de los países y los menos interesados en el plebiscito de salida. Son también el grupo en donde la declaración “definitivamente sí votaré” es menor.
Detractores duros
Se trata de personas que tienen una muy mala evaluación del nuevo texto constitucional. Lo particular de este grupo es que toman una postura muy dura en contra de la plurinacionalidad, la existencia de sistemas de justicia especiales -pluralismo jurídico- y de escaños reservados para pueblos indígenas.
Sin embargo, en el contexto de una evaluación muy negativa, evalúan algo más positivamente que la propuesta de nueva Constitución consagre el derecho a acceder a una vivienda digna. En esta misma línea, valoran que la eventual nueva Carta Magna declare explícitamente que Chile es un Estado social de derecho. Estos temas -vivienda y derechos sociales- ocupan un lugar protagónico en la lista de prioridades constitucionales de este grupo.
La evaluación que tienen de la Convención es mala. Piensan que la Convención fue incapaz de procesar diferencias de opinión y que actuó poco democráticamente. En fin, según este grupo, la Convención no estuvo a la altura del desafío. Los detractores duros piensan que este texto refleja la visión política de solo una parte del país. Además, opinan que propone un sistema de gobierno poco resolutivo y que atenta contra la unidad de la nación.
Solo la mitad de los detractores duros se siente bastante o muy informado sobre el contenido de la eventual nueva Constitución. Sin embargo, están convencidos de que las constituciones son fundamentales para el desarrollo de los países y, por lo tanto, están muy interesados en votar en el plebiscito de salida. La gran mayoría dice que definitivamente sí votará el 4 de septiembre y, además, que tienen “muy” decidido su voto. Ante la eventualidad de que gane el Rechazo, la principal emoción que sentirían es confianza. Y, en segundo lugar, dicen que sentirían alegría y optimismo.