En la playa Chauquén, a 20 minutos de Panguipulli, donde cientos de personas capean un fuerte sol en sus apacibles aguas, conversamos el miércoles pasado con Francisco de la Maza, quien se instaló en esta ciudad, de la cual es Hijo Ilustre, y que esta semana se encuentra conmocionada por la muerte del malabarista callejero Francisco Martínez, tras un enfrentamiento con Carabineros.

“Fue una suma de situaciones complejas que muestra una sociedad que es muy frágil y un cuerpo de Carabineros poco entrenado para situaciones frágiles. No sólo lo hemos visto aquí, lo hemos visto en distintos lugares del país y en distintos momentos. Tener un cuerpo de policía entrenado para la situación de fragilidad que existe hoy, y que se va a mantener, me parece que es parte de la pega que hay que hacer urgente en nuestro país”, señala con un tono de resignación.

Sobre la posterior quema de la municipalidad, asegura que no participó gente del pueblo: “He conversado con mucha gente de Panguipulli estos días y no son los que reaccionaron con violencia. Sí reaccionaron en sentimiento, obviamente por los hechos, pero la reacción violenta se produjo con gente afuerina, claramente, que no tiene nada que ver con Panguipulli.

De la Maza es uno de los exsamuráis de la campaña de Joaquín Lavín de 1999, que hoy tiene un rol importante en la nueva batalla del alcalde de Las Condes por La Moneda, 22 años después.

¿Cuál es la diferencia del Lavín del 99 con el de ahora?

La principal es que tiene 22 años más, tiene mucho más carrete y experiencia. Lo veo mucho más tranquilo, más aplomado, más claro con lo que el país necesita hoy. Como te decía, estamos en un momento muy endeble, en una sociedad muy quebradiza, donde se han hecho muchas cosas buenas, pero ha habido muchas otras que han generado descontento y desconfianza. Y eso es lo que Lavín quiere reconstruir y se encuentra trabajando en eso.

¿En qué está hoy Lavín?

Está de vacaciones en la casa de sus padres, pero continúa construyendo equipos para poder profundizar su propuesta presidencial, desde el punto de vista económico, desde la viabilidad, gradualidad y desde el tiempo, porque estas cosas no se construyen de la noche a la mañana. Hay que generar un camino, una bitácora, y él está en eso. Justamente, renunció a la reelección a la alcaldía porque entiende que habrá un tiempo de dedicación muy fuerte para construir este proyecto y sus bases de entendimiento.

Según las encuestas más recientes, las candidatas mujeres aparecen hoy con las mejores preferencias en sus respectivos sectores, ¿cómo enfrentar ese obstáculo?

Parte de los liderazgos políticos es que ven con anticipación lo que mucha gente no ve, y estos procesos electorales son para convencer a las personas qué es lo que necesita Chile y qué persona necesita. Lavín no sólo lee bien lo que está pasando hoy en el país, sino que tiene un proyecto para Chile: de convivencia nacional, de integración y descentralización a través de los municipios y fortalecimiento de los gobiernos locales… Por la estructura de nuestro Estado hipercentralizado ha sido difícil resolver esos problemas sin impulsar un proceso efectivo de descentralización. Y ahí es donde él cree que los gobiernos locales son el pilar para resolver las actuales desigualdades.

¿En qué consiste su plan?

Poder lograr, gradualmente, que todos los municipios tengan un ingreso per cápita equivalente, de manera que los gobiernos locales puedan dar respuesta a los principales problemas que aquejan hoy a las chilenas y chilenos, como son la educación y la salud pública. Que cada comuna tenga sus propios recursos para fortalecer la salud primaria, e incluso poder incorporar salud secundaria a nivel global. Que los gobiernos puedan generar integración social, a nivel de infraestructura, parques, viviendas... Y que incluso las comunas más vulnerables tengan un per cápita más alto. Todo esto requiere de un proceso de acuerdo político y de desarrollo económico en el país para seguir creciendo, generando riqueza, oportunidades y empleo, que es la base más importante de la sociedad. Esa mirada no la ha tenido ningún político hoy en Chile.

Suena bien, ¿pero es factible?

Absolutamente factible y real. Creo que hay mucha gente de todos los sectores que está dispuesta a colaborar en esto. En todos los últimos gobiernos ha habido un abandono de los gobiernos locales respecto de la educación pública y la salud primaria, que son claves para generar igualdad. Incluso, estoy seguro de que se puede integrar la salud secundaria. Fui alcalde de Las Condes, que tenía un per cápita del orden de mil dólares, y resolvimos los problemas de salud pública, educación pública, pero no sólo con recursos económicos, sino con recursos humanos, y es ahí donde hay que generar las condiciones para que las comunas puedan tener profesionales de alto estándar que construyan estos planes de soluciones que la gente espera hoy. La descentralización no es solo equilibrar los dineros, sino gradualizar los recursos humanos. Y en eso, esta pandemia hay contribuido mucho, porque la gente siente que hay menos diferencias… Aquí en Panguipulli hoy se están vacunando todos los chilenos y chilenas por igual, todos juntos, sin diferencias.

A propósito de Las Condes, ¿qué le parece la candidatura de Daniela Peñaloza en esta comuna?

Tuve un encuentro por Zoom con ella, conversamos mucho, me pareció una candidata estupenda y entendí por qué Joaquín Lavín la respalda. Ella es una persona muy preparada, experta en el área social y con mucha capacidad de diálogo. Obvio que su desconocimiento le puede jugar en contra, pero eso es parte del proceso de su campaña que tendrá que enfrentar en los próximos meses.

¿Ve posible un gobierno de unidad nacional liderado por Lavín, porque ha habido críticas de su propio sector a esta idea?

Siempre hay críticas, pero con la situación actual que vive el país la única manera de salir adelante es con el entendimiento, y para que ese entendimiento sea algo concreto y real, necesita una fuerza de mayoría amplia, como en su momento fue la Concertación en sus primeros años.

¿Desde la derecha hasta dónde podría llegar un gobierno de unidad, hasta el PPD por ejemplo?

Yo creo que es perfectamente posible. Aquí, más que etiquetas políticas, lo que se requiere son consensos respecto de lo que hay que hacer en el Chile que viene y ponerse de acuerdo en cinco o seis procesos, que son, lamentablemente, los mismos de hace muchos años, como la educación pública y las pensiones. Poniéndose de acuerdo en cómo enfrentar esos temas, sin egoísmo partidista, sin agenda propia, sino más bien pensando en las nuevas generaciones, es posible. Veo gente en la Concertación o en la ex Concertación que tiene una mirada de país y cree que eso es posible.

En su primer gobierno, Piñera buscó incorporar a ex DC y la experiencia no fue buena; en este segundo período volvió a intentarlo, incluso al asumir habló de emular a la Concertación.

Lo que pasa es que aquí no se trata de invitar a personas, se trata de construir un programa donde se pueda enfrentar y resolver los temas que aquejan a los chilenos y chilenas. Creo que al final de todo, este es un país moderado y la gran mayoría quiere entendimiento, paz, encuentro y creo que ahí es donde Lavín tiene su gran fortaleza.

“Jadue ha sido un buen alcalde”

¿Cómo vislumbra el inicio en marzo de este año electoral?

Será un año electoral diferente, con una pandemia que estará siempre presente, marcando los procesos de campaña, que serán mucho más tecnológicos y menos tradicionales. Habrá mucha información, recordemos que este año tenemos que elegir constituyentes -que van a construir el pilar o primer ladrillo del futuro-, alcaldes, concejales y gobernadores, y después presidente y parlamentarios.

¿Cómo ve a la oposición para enfrentar las presidenciales?

Veo que la oposición moderada existe poco y hay una oposición bastante radical, donde no hay claridad respecto de los ejemplos de desarrollo que les gustaría aplicar en Chile, porque a quienes ellos hacen referencia son países que son o muy oprimidos o muy oprimidos y empobrecidos. Entonces, me parece que ese es un camino que no es para el Chile que se necesita y eso los chilenos y chilenas lo saben.

¿Cómo se entiende entonces el apoyo a Daniel Jadue en las encuestas?

Porque efectivamente él ha sido un buen alcalde, ha hecho cosas muy positivas, ha puesto en el tapete temas muy importantes, como es el de los remedios, que son muy sensibles para la gente y que efectivamente hay que enfrentar en el futuro adecuadamente.

La mayoría de los partidos resolvió en enero su opción presidencial, en cambio, la UDI continúa con Evelyn Matthei y Lavín en carrera.

Todavía queda tiempo: hay que pasar el proceso electoral de las municipales, gobernadores y constituyentes, y creo que a fines de abril o principios de mayo se podrá resolver el nombre que más le convenga a Chile... Es la primera vez en mucho tiempo que tenemos (la centroderecha) tan buenas personas dispuestas a asumir un cargo tan importante como la Presidencia de la República: Matthei, Desbordes, Sichel, Briones, pero yo me quedo con la propuesta de Lavín, porque, sin duda, creo que para estos tiempos tan frágiles es quien tiene el mejor proyecto de unidad nacional.

En la encuesta Cadem, Matthei aparece sobre Lavín.

Pero mira, encuestas hay de diversa naturaleza y lo que yo palpo y las que he leído en las últimas semanas, que son más confiables que la Cadem, que es una encuesta bastante aérea, a mí me dicen que Lavín es la carta más importante del sector, tanto en primarias como en presidenciales.

Y en términos de alternancia, ¿cree que es el momento de un candidato presidencial UDI?

Creo que no tiene que ver con eso. A Lavín cada vez lo veo menos UDI. Una cosa es la militancia y otra cosa es la mirada, la visión política que él tiene y la propuesta de unidad que está construyendo para Chile.

¿De imponerse Lavín como el candidato de la centroderecha, le gustaría ser nuevamente su generalísimo?

Generalísimo no, he colaborado, sigo colaborando y voy a seguir colaborando con él. El 99 tenía 42 años, hoy tengo 63 y hay muchos jóvenes hoy con capacidades, estudios, ideas y energía para asumir ese rol. Más que un generalísimo, lo que importará en esta elección son las propuestas D