Ala derecha de Matteo Salvini, una nueva figura está atrayendo la atención de los focos de la prensa internacional: Giorgia Meloni, la presidenta de Hermanos de Italia. Contraria al matrimonio homosexual, con un discurso antimigración similar al de la Liga, y posicionándose en la oposición del ya extinto gobierno de Mario Draghi, la diputada ultraderechista lleva años en la política, amasando un liderazgo no solo en la península, sino que en el continente.

Coordinando a la extrema derecha de la UE desde el Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos (colectividad que preside desde 2020), la periodista italiana ha participado en distintos eventos, codeándose con miembros de Vox en España y siendo respaldada por políticos como el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki.

Ya en una convención de su partido, en mayo, dejaba claras sus prioridades: detener la migración africana con un bloqueo naval y revisar los objetivos medioambientales, dado que, según ella, “no podemos permitirnos la transición ecológica impuesta por Greta Thunberg”. Esta visión es la que, por el momento, podría llevar a Meloni a ser la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra en Italia.

Sondeos a favor

Romana de nacimiento, Meloni entró a los 15 años al Frente de la Juventud, que eran entonces las juventudes del posfascista Movimiento Social Italiano, fundado después de la Segunda Guerra Mundial por seguidores de Mussolini. Así, pasando por la política estudiantil y universitaria, llegó en 1998 al puesto de concejala de la provincia de Roma. Arribó al Congreso en 2006, y entremedio fue ministra de Juventud durante el último gobierno de Silvio Berlusconi, entre 2008 y 2011. De ahí, junto con Ignazio La Russa y Guido Crosetto, fundaron el partido Hermanos de Italia (Fratelli d’Italia, como el primer verso del himno nacional), del cual se volvió presidenta en 2014.

Pero su protagonismo se alzó en 2021, con la llegada del “Gobierno de Unidad Nacional” de Mario Draghi: en este, tanto los partidos de derecha, representados por Forza Italia y la Liga, como el centroizquierdista Partido Democrático y el populista Movimiento 5 Estrellas, se dieron tregua para armar una mayoría que permitiera gobernar. Y frente a este acuerdo, que parecía transversal, los Hermanos de Italia decidieron ponerse al margen.

A sus 45 años, Meloni ha construido su reputación peleando las “batallas culturales” de la derecha, hablando sobre todo de migración y de su oposición a los derechos de las personas LGBT. Durante un discurso en Andalucía, apoyando a los candidatos de Vox, habló de la “ideología de género”, según la cual se busca “la desaparición de la mujer” y el “fin de la maternidad”. En la misma ocasión, se refirió a la “universalidad de la cruz”, en desmedro de la “violencia islamista”.

Giorgia Meloni, líder del partido de extrema derecha Hermanos de Italia, en Florencia, el 18 de septiembre de 2020. Foto: Reuters

A diferencia de otros líderes de derecha europea, su estrategia hacia Bruselas se caracteriza no tanto por su hostilidad, sino su compromiso -o, al menos, acuerdo- con las instituciones europeas. En ese sentido, con el Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos respaldó a la maltesa conservadora Roberta Metsola como presidenta del Parlamento Europeo. Con eso, Meloni pudo nombrar a un representante de su partido como vicepresidente.

Del mismo modo, algunos medios han leído en sus últimas jugadas un cierto paso “de la radicalidad a la respetabilidad”, en miras a buscar seducir a los votantes de derecha tradicional y centro. Sobre todo luego de la invasión rusa a Ucrania, Meloni no dudó en mostrarse a favor de la OTAN y el país invadido, en algo que usualmente sus correligionarios no abrazaban con tanto entusiasmo. De hecho, es un cambio en su relación con Vladimir Putin, cuya victoria en las elecciones presidenciales de Rusia en 2018 celebró, diciendo que representaba “la inequívoca voluntad del pueblo ruso”.

En miras a las elecciones generales anticipadas que tendrán lugar en Italia, su partido tiene por primera vez la ventaja. Según el portal Politico, que elabora un promedio de todas las encuestas, los Hermanos de Italia concentran el 23% de la intención de voto, contra el 22% del Partido Democrático. La Liga, aliado y a la vez rival por la derecha, ha bajado considerablemente su apoyo durante estos años, llegando al 15%, seguido por el Movimiento 5 Estrellas, que se lleva el 12%.

Junto al partido Forza Italia, que tiene un 8%, los partidos de extrema derecha estarían a las puertas del Palacio Chigi, residencia del primer ministro del país. Y de resultar Hermanos de Italia el más votado, Meloni podría perfectamente llegar a ocupar el puesto del dimitido Draghi.

El exprimer ministro italiano y líder del partido Forza Italia, Silvio Berlusconi, reacciona al final de una reunión con el líder de la Liga, Matteo Salvini, y la líder de los Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, en Roma, el 20 de octubre de 2021. Foto: Reuters

Matteo Salvini, por su parte, parece haber perdido su momento: luego de aliarse con el Movimiento 5 Estrellas en el primer gobierno de Giuseppe Conte, y apoyar desde la Liga al gobierno de Draghi, su discurso más incendiario de extrema derecha se apaciguó. En eso, Meloni entró a llenar ese espacio que Salvini iba dejando.

Ya en septiembre esta rivalidad en miras a alianza se estaba elevando, y en el Forum Ambrosetti, una conferencia económica internacional anual organizada por la Asamblea Europea y celebrada en Italia, Meloni y Salvini escenificaron una curiosa imagen, sonrientes y abrazados frente a un lago, prometiendo gobernar juntos en el futuro. En ese entonces, se estaba decidiendo qué partidos entraban a la mayoría de Draghi: “Tomamos una decisión diferente. Hemos tomado dos decisiones en las que creemos, que son agotadoras para los dos. Uno estando afuera con plenos derechos, el otro prefiriendo quedarse adentro, razonando sobre la reconstrucción nacional. No digo lo que está bien y lo que está mal, los hechos y los italianos lo juzgarán”, dijo entonces el líder de la Liga. Casi un año después, parece que la balanza se inclina del lado de Meloni.

Luego de que el Presidente italiano Sergio Mattarella disolviera este jueves el Parlamento, el camino para las elecciones anticipadas está escrito: el 25 de septiembre tienen que realizarse, en miras a tener un nuevo Legislativo que forme un nuevo gobierno. Y con el viento de su lado, Meloni ya aseguraba en mayo: “Estamos preparados para zarpar. Es un viaje nuevo, el que llevará las ideas de los conservadores al gobierno”.