Guillermo Ramírez (44 años) -jefe de la poderosa bancada de 23 diputados de la UDI- reconoce que la mañana del jueves reaccionó “en forma dura” al ver en televisión al ministro Giorgio Jackson dando “una interpretación política” al robo de 23 computadores y una caja fuerte, la noche anterior, desde las dependencias del Ministerio de Desarrollo Social -que dirige desde septiembre del año pasado- y ligándolo al llamado caso convenios.
El “Guille” -como le dicen en su partido- abrió la aplicación de Twitter y escribió con rabia: “En esos computadores estaban los tratos directos. En esa caja fuerte estaban las garantías de esos tratos directos. Lo están tapando todo. Es mentira que quieren llegar al fondo de estos casos de corrupción. La Cámpora versión chilena”.
-Ver al ministro Jackson diciendo que tras el robo existía una intencionalidad política me recordó algunos discursos de Cristina Fernández en los momentos de mayor cuestionamiento a la expresidenta de Argentina. Consideré un descaro que afirmara que detrás del robo había una señal política y que no se dejaría amedrentar, abriendo una sospecha en una gran parte de la ciudadanía, de la cual teníamos que hacernos cargo y no dejar pasar-, señala el abogado la tarde del viernes, aún molesto por lo que considera “una torpeza” del ministro -y fundador de Revolución Democrática- y también del gobierno.
-Pero ese mismo día, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, habló de un delito común. Es decir, el gobierno no continuó con la teoría de un robo con un móvil político.
-Es cierto, pero lamentablemente el ministro, supuestamente víctima del robo, y la vocera -Camila Vallejo-, quien fija la posición oficial del gobierno, hablaron de una intencionalidad política, lo que se instaló en sectores del país.
-¿De ahí nace la idea de su bancada de enviar una carta al Presidente Gabriel Boric exigiendo la salida de Jackson en un plazo de 48 horas?
-Más allá del robo, creemos que el escándalo Democracia Viva y su ramificación en distintas regiones y en distintos ministerios amerita que haya personas que asuman la responsabilidad política. El que todos los ministros continúen en sus cargos genera la sensación de que el gobierno está esperando que esto se olvide, y nuestro rol como oposición es ser la voz de los que exigen que alguien se haga responsable de lo que está ocurriendo. No nos vamos a prestar para que los chilenos crean que aquí hay un negociado entre el gobierno y la oposición para que no caiga nadie.
-Una máxima política dice que cuando la oposición exige la salida de un ministro, lo único que se hace es fortalecerlo.
-Eso sería correcto si solo la oposición estuviera pidiendo su salida, pero hay una parte importante del Socialismo Democrático criticando al ministro Jackson y pidiendo su salida. Por ello, su permanencia en el gabinete no sólo es un problema con la oposición, sino que también al interior del gobierno.
-¿Quién en el Socialismo Democrático está pidiendo su salida? Al contrario, la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, habló de una “fijación casi patológica” de ustedes con Jackson.
-Hay pocas dirigentes del Socialismo Democrático que han sido más duras con el Frente Amplio que Natalia Piergentili. Asumo que el giro en sus declaraciones tiene más que ver con el hecho de que hoy está en una campaña interna en su partido. Yo he escuchado con mucha claridad al senador socialista Fidel Espinoza (pedir su salida) y a varios otros senadores, entre ellos, Juan Luis Castro, decirlo de manera más oblicua. En privado, las críticas del Socialismo Democrático al manejo de la crisis por parte del gobierno son despiadadas.
-¿En qué cambia para ustedes la permanencia o la salida del ministro de Desarrollo Social? No es el titular de Interior, de Hacienda, ni la Segpres...
-Queremos interpretar y al mismo tiempo nos sentimos interpretados por una aplastante mayoría de chilenos que no entiende que, después de todo lo que ha ocurrido, no exista ni un responsable político y sigan todos en sus cargos. Hemos dicho que el ministro Carlos Montes (Vivienda), que bajo sus narices ocurrió todo lo que sabemos, y el ministro Jackson, símbolo de Revolución Democrática, partido que está en el centro de la controversia, deben abandonar el gabinete. Estamos ante un escándalo mayúsculo y el Presidente decide pasar del “caiga quien caiga” a defender a brazo partido a sus ministros.
-Hoy (viernes), Macaya -flanqueado por el resto de la directiva- fue un paso más allá y condicionó el diálogo de la oposición con el gobierno a la salida de Jackson…
-Mucho antes de que explotara el caso convenios, nosotros rechazamos con mucha fuerza la reforma tributaria, porque consideramos que era un proyecto malo para la economía chilena y, por lo mismo, para la clase media y las familias más vulnerables. Le hemos dicho al ministro Marcel que si quiere insistir con esta propuesta, vamos a seguir rechazándola. Pero si quiere cambiarla por una reforma que impulse el crecimiento y la inversión, puede contar altiro con nuestra participación. Nada de eso ha cambiado por estos casos. Mantenemos nuestra línea.
-¿La salida de Jackson y el caso de las fundaciones no son excusas para no asumir ante la ciudadanía el costo de no apoyar una reforma de pensiones de la que ustedes no están de acuerdo y salirse de la mesa?
-Desde marzo que venimos diciendo que esta reforma es mala, y así como está no la vamos a apoyar. Nuestra postura es la que interpreta a la mayoría de los chilenos que, en un 91% -según la encuesta Cadem- cree que las cotizaciones deben ser heredables a la pareja o hijos. Yo desafío a cualquiera a buscar un tema en el que más del 91% de los chilenos esté de acuerdo.
-¿Este es el fin de la doctrina Macaya, que apostó por mostrarse como una oposición constructiva y abierta a alcanzar acuerdos?
-La UDI siempre ha sido un partido duro, pero siempre ha estado dispuesto a llegar a buenos acuerdos, más aún en momentos complejos del país. Eso no ha cambiado. El senador Javier Macaya le dijo hace dos semanas al gobierno que si Jackson no salía del gabinete iba a ser muy difícil que pudiésemos llegar a acuerdos. Y en las últimas dos semanas esto no ha hecho más que empeorar, y lógico es que nuestro discurso se endurezca.
-¿No es una reacción a los recientes llamados del sector más duro de la UDI? El ex senador Víctor Pérez dijo que tanto los parlamentarios como el partido en general debían hacer una oposición política mucho más decidida.
-Para mí, las críticas de Víctor Pérez son incomprensibles. La UDI ha actuado ante este gobierno conforme al estilo que ha tenido históricamente. Si su llamado es a transformarnos en un partido irracional, en donde se critique por criticar y el que nos opongamos por deporte, esa no es la UDI a la que yo entré. Entré a un partido de derecha, duro, con ideas sólidas, pero siempre abierto al diálogo y a llegar a buenos acuerdos para Chile. Si le sacamos esta última característica, la UDI deja de ser la colectividad que el mismo Víctor Pérez ayudó a construir.
-Pero lo cierto es que la UDI aparece hoy siendo más dura que los republicanos...
-No lo sé, porque no estamos en una competencia de quién es más duro con el gobierno. Estamos teniendo la actitud que creemos que las circunstancias ameritan.
-En entrevista con BBC Mundo, Boric reprochó a la derecha “oponerse a absolutamente todo y tratar de desestabilizar al gobierno de manera permanente (…)”.
-Lo que desestabiliza hoy al gobierno no es la oposición, sino que su propia mala gestión. Su incapacidad de ceder en los puntos que los chilenos quieren ante las reformas que han presentado, la oposición interna que se refleja especialmente en los proyectos de ley de seguridad, y las declaraciones inoportunas y salidas de libretos del propio Presidente, que después sus ministros tienen que salir a contradecir, eso es lo que ha desestabilizado a este gobierno. No hemos sido nosotros.
-Otras declaraciones realizadas por el Mandatario esta semana durante su gira por Europa, como las relativas a los 50 años del Golpe, ¿se sumaron al malestar de su partido por el caso convenios?
-La verdad es que no, porque esta semana fueron las de los 50 años, antes fueron sobre el caso convenios, antes de estas, sobre la crisis en seguridad, anteriormente, la justificación de los indultos y las malas reformas que se presentaron… Todas las semanas hemos tenido razones para oponernos a este gobierno. No hay nada nuevo bajo el sol. Si dejara de haber chascarros quizás ahí se movería la aguja.
-Una duda: usted fue compañero de Jackson en el anterior periodo parlamentario, ambos fueron dirigentes de la Feuc, tienen ocho años de diferencia de edad... ¿Usted le ha planteado –cara a cara- todos sus reparos a su gestión?
-No, no he conversado con el ministro. Ni yo le he pedido una reunión, ni él a mí.