En 1998, Ian Bremmer fundó una pequeña consultora sobre riesgo político que operaba al interior del World Policy Institute, en Nueva York. Hoy, 21 años después, Eurasia Group tiene oficinas en ocho ciudades del mundo, entre ellas Londres, Tokio y Sao Paulo, y su creador no solo es uno de los más reconocidos consultores internacionales, sino que The Economist lo denominó el "gurú" de la geopolítica mundial. Autor de una decena de libros, entre los que destaca La curva J, una nueva forma de entender por qué ascienden y caen las naciones y Nosotros vs. Ellos, el fracaso de la globalización, el analista y creador del término G-Cero conversó con La Tercera desde Nueva York sobre su visión de lo que ha sido la década que termina y los riesgos y posibilidades que esconde la que se inicia.

La actual década comenzó con la Primavera Árabe y termina con protestas masivas en Hong Kong, en varios países de América Latina -incluido Chile- y en Medio Oriente, entre otras. ¿Hay elementos comunes entre estos fenómenos?

Creo que hay varios elementos comunes. En la base está el hecho de que la globalización avanzó de manera extraordinaria y sin precedentes por generaciones y generó una enorme cantidad de logros, pero también creó una significativa desigualdad dentro de los países y una mentalidad de "el que gana se lo lleva todo" entre aquellos que están cerca del poder al interior de esos países. Entonces, la conexión es que una gran cantidad de personas de clase media y trabajadora de diferentes países siente que el sistema está en contra de ellas y que las élites con acceso al poder son las que se están aprovechando de las ganancias económicas y no las están compartiendo. Esto crea democracias menos representativas alrededor del mundo y se presenta de distintas maneras en cada país. En Estados Unidos y en Europa, por ejemplo, hay mucha oposición al libre comercio, porque evidentemente mucho trabajo se fue a los mercados emergentes. En México y Brasil, el tema es la corrupción, porque esos países se benefician del libre comercio. En Estados Unidos hay un fuerte sentimiento antiinmigración, pero en Alemania es aún más fuerte, porque en Alemania la economía está funcionando bastante bien para la clase trabajadora, pero esta no quiere que todas esas nuevas personas lleguen y hagan que Alemania sea menos "Alemania", desde su perspectiva. Creo que si bien los subcomponentes de esta rabia son distintos de un país a otro, existen elementos subterráneos que son consistentes a lo largo de todo el tablero.

Las redes sociales tuvieron su explosión en esta década. ¿Qué rol jugaron en estos procesos?

Todos esos problemas son potenciados por las redes sociales, que polarizan todo, porque la gente ahora es capaz de recibir información solo de lo que le gusta, de los temas sobre los cuales está de acuerdo y eso vacía el centro político.

Es decir, ¿hay una responsabilidad directa de las redes sociales en este clima de descontento?

Absolutamente, porque las están aprovechando los políticos que saben cómo usarlas mejor. Lo vemos con Bolsonaro en Brasil de la misma manera como lo vemos con Trump en Estados Unidos o con Salvini en Italia.

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Ian Bremmer, presidente de Eurasia Group.

Foto Andres Perez[/caption]

Pero ¿la clave de la década es, según usted, el fracaso de la globalización?

El principal problema, diría yo, es la reacción a las consecuencias no intencionadas o las consecuencias secundarias de la globalización. La globalización ha hecho muchas cosas maravillosas. Tenemos una mejor alfabetización, tenemos una menor mortalidad infantil, tenemos dietas mejores, tenemos menos pobreza extrema. Pero hay también numerosos impactos secundarios y muchos de ellos no son solo sobre distribución de la riqueza, sino también sobre la tendencia de aquellos cercanos al poder de aprovechar los beneficios de la globalización sin compartirlos con los demás. En los últimos cinco o 10 años eso se ha intensificado, en parte, porque estás sacando el trabajo de la ecuación del capital. Hay muchos trabajos que ya no se necesitan y las personas ya no tienen mucho peso. Los sindicatos no son lo que eran, entonces es difícil para ellos plantear las demandas en el contrato social, porque si deciden hacer una huelga no mucha gente se verá afectada como sí pasaba después de la Segunda Guerra Mundial o en los 70 y 80.

¿Esto es lo que ha potenciado el ascenso de los populismos y esta suerte de "guerra" entre el pueblo y las élites que estamos viendo?

Sin duda.

¿Y dónde cree que nos va a llevar este fenómeno y hasta cuándo va a durar?

Creo que va a empeorar antes de ponerse mejor y por una razón obvia. En los últimos 10 años, la economía global ha venido creciendo de manera muy robusta, es el rebote de la mayor recesión que vivimos desde la gran recesión. Pero ahora estamos empezando a ver que la economía global se está ralentizando. Si bien la economía de Estados Unidos aún es robusta -aunque muchos prevén que el riesgo de una recesión es real en uno o dos años-, esto no sucede en muchos mercados emergentes. Miremos India: Modi llegó al poder con la esperanza de tener un crecimiento del 8% y ahora es del 4,5%. Modi está cambiando, se está enfocando en el sentimiento antimusulmán, antiinmigrante, y tiene a gente protestando a lo largo de todo el país. Y eso es parecido a la situación en el Líbano. Tenemos la situación en Chile. Esto está pasando a lo largo de todo el mundo y en países con democracias. Creo que es un gran problema.

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El primer ministro, Narendra Modi, sobre la prueba realizada con éxito de un misil antisatélite en Jammu (India). FOTO: EFE[/caption]

Usted acuñó el término G-Cero, que hace referencia a un mundo sin un liderazgo claro, con un Estados Unidos en retirada y un vacío de poder. ¿Es eso lo que estamos viendo ahora?

Sí. Estados Unidos no quiere ser más el líder global que fue históricamente, o el sheriff global en términos de seguridad, o el arquitecto del libre comercio, o el promotor de valores como los derechos humanos o la democracia, por ejemplo. Estados Unidos claramente no quiere seguir haciendo esas cosas o no con la fuerza que lo hacía, porque hay fuertes divisiones al interior de su sistema político sobre los valores americanos. Pero no es solo eso. Los aliados de Estados Unidos son más débiles, están claramente más divididos, y el desequilibrio de poder entre EE.UU. y sus aliados está creciendo en favor del primero. Los chinos, a su vez, son mucho más poderosos de lo que eran, pero también están construyendo alternativas a las que ofrece Estados Unidos. Y los rusos, si bien son más débiles y están en declive, actúan activamente para socavar el sistema mundial, haciendo todo lo que pueden no solo para debilitar a Estados Unidos a nivel global, sino también aprovechando las divisiones en su interior y en otros países, como lo hemos visto en las recientes elecciones. Creo que todas estas cosas ayudan a entender por qué estamos viendo cada vez más un mundo G-Cero a un nivel que ni siquiera yo imaginaba cuando escribí sobre eso hace casi una década.

El orden mundial surgido tras el fin de la Segunda Guerra Mundial parece haber llegado a su fin en esta década. ¿Cómo será el nuevo orden o ese nuevo orden es lo que usted define como G-Cero?

El G-Cero es un interregno. Es un punto de detención, es un vacío geopolítico del orden mundial, es lo que yo llamo una recesión geopolítica. La geopolítica tiene ciclos igual que la economía, que tiene ciclos recesivos y luego booms económicos y estos pasan con bastante rapidez, un promedio de uno cada siete años desde la Segunda Guerra Mundial. La geopolítica también tiene recesiones, aunque no pasan con mucha frecuencia. Hoy, este G-Cero es el centro de una recesión geopolítica que no creo que dure para siempre, pero sí por al menos otros 10 años, pero las consecuencias todavía no las conocemos, no sabemos cómo será el mundo post orden mundial americano. ¿Trabajarán los chinos y los estadounidenses juntos para crear un nuevo orden mundial? ¿Entraremos en una nueva Guerra Fría? ¿Habrá otros países relevantes? Esas son preguntas interesantes.

¿Cómo ve a China en ese nuevo orden mundial?

Hoy parece que China y Estados Unidos serán los poderes dominantes en el nuevo orden, porque los chinos están por encima de muchos otros mercados emergentes en términos del tamaño de su economía, sus capacidades tecnológicas, sus capacidades militares. Nadie más está cerca de eso. Mientras, Estados Unidos es mucho más dominante que sus aliados como productor de energía, de alimentos, por lejos es la nación más avanzado en temas tecnológicos entre las democracias, y por lejos es el mayor poder militar. Y en geopolítica, Estados Unidos está en una mejor posición en el hemisferio occidental. Entonces, parece que Estados Unidos y China y ningún otro país dominarán el nuevo orden. Pero no creo que podamos decir hoy si la emergencia de ese nuevo orden será confrontacional o habrá una cohabitación entre ambas potencias, ni tampoco si los Estados serán los principales actores o habrá otros actores que se volverán más importantes en el escenario mundial. Hay muchas corporaciones que son hoy muy importantes y también actores supranacionales.

Trump

¿Cree, por lo tanto, que tendremos otros 10 años de "desorden mundial"?

Sí, eso creo. Esta situación durará al menos otros 10 años. Creo que es lamentable, pero es hacia donde nos dirigimos.

Hoy vemos un mundo donde la tecnología parece acelerar todos los procesos, ¿cómo cree que esto afectará o alterará la evolución de este "desorden mundial"?

El desarrollo de la tecnología en los últimos 10 años ha ayudado a relevar la bipolaridad en el mundo. Los europeos, los canadienses, los japoneses están muy lejos si se los compara con Estados Unidos, mientras que los chinos han emergido con fuerza. Entonces, la disputa es realmente entre esos dos países. Hay otros poderes, como los europeos, que son muy fuertes en regulaciones a nivel de la UE, pero en términos de poder el tema es la tecnología, el tema es Estados Unidos y China. Y esto es importante, porque los chinos, en parte presionados por Estados Unidos y en parte porque ellos mismos lo vienen pensando hace tiempo, están activamente desacoplándose de Estados Unidos y de Occidente en términos de tecnología. Entonces, la tecnología es una de las cosas que más están llevando al mundo hacia la confrontación. Hay mucho comercio entre Estados Unidos y China y eso va a seguir pasando, porque ambos países están integrados; una guerra comercial los afecta a los dos. En cambio, en la tecnología, si desacoplamos los dos sistemas y hay una guerra tecnológica, Estados Unidos va a querer que China pierda y los chinos, que Estados Unidos pierda, y todo se vuelve una suma cero. La tecnología está guiando al mundo hacia una confrontación más peligrosa, mientras que la globalización de la economía lo mantiene unido. Y cuando hablo con las personas que realmente saben sobre tecnología, los CEO de las grandes compañías, ellos realmente no tienen claro quién va a ganar dentro de 10 años esta disputa, si China o Estados Unidos.

Pero quien gane esa confrontación terminará liderando el mundo.

Sí, pero no sé si realmente veremos una definición sobre eso en los próximos cinco o 10 años. Y no es claro para mí que tenga que ser confrontacional. Hasta ahora no hemos hablado del clima, pero el cambio climático es un área donde chinos y estadounidenses deben trabajar juntos o si no será peor para todo el mundo. En tecnología no es tan claro. Los chinos querrán mantener su sistema intacto y puede ser verdad que necesiten un sistema distinto que Estados Unidos. Eso puede llevar hacia una Guerra Fría, pero en el caso del clima, si quieres mantener tu sistema debes trabajar juntos, con todos. Por eso, no está claro todavía.

Putin dijo recientemente que consideraba que las democracias liberales estaban obsoletas. ¿Está de acuerdo con eso? ¿Cree que en esta década las democracias liberales entraron en crisis?

No creo que la democracia esté obsoleta, pero sí es más débil de lo que fue y la razón es lo que expliqué al comienzo. Sin duda, el modelo de la democracia americana hoy es menos saludable como para que otros la sigan como ejemplo, y el modelo chino está siendo cada vez más atractivo para otros países, incluyendo India, y eso es muy preocupante. Por eso, lo que veremos en los próximos 10 años es mucha más competencia entre estos dos modelos. Algo muy distinto a cuando los soviéticos colapsaron y todos dijeron que era el triunfo de la democracia. No será así en los próximos 10 años, sino que será el fin de la idea de un sistema único. No habrá una única economía de libre mercado, habrá un sistema híbrido. No habrá un solo modelo de democracia, habrá sistemas híbridos y eso llevará a más confrontación y también llevará a una menor eficiencia y beneficios económicos en general. Creo que eso es bien claro.

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Putin es cercano a los líderes de la Iglesia ortodoxa. GETTY IMAGES[/caption]