“Les envío mis mejores deseos para mañana (hoy) con la esperanza de que la historia registrará no solo su éxito, sino también el espíritu, el compromiso y el orgullo con los cuales se han desenvuelto”.
El párrafo anterior es un extracto de la carta que la Reina Isabel envió a Gareth Southgate y la selección inglesa un día antes de la final de la Eurocopa. La hazaña de los Tres Leones tiene a un país paralizado por completo con la esperanza de que “el fútbol vuelva a casa”.
Y hay razones de sobra para que estén ilusionados, para que vivan el partido de hoy como un hito en la historia de su país. Desde el Mundial de 1966 que Inglaterra no disputaba una final adulta de fútbol de varones. Son 55 años de sequía que han calado hondo en la nación que dio origen al deporte más popular del mundo.
No solo la oportunidad de hacer historia ilusiona, sino también el hecho de que existen fundamentos futbolísticos potentes para poder lograrlo. Nadie podría discutir que en Wembley, ante 65 mil personas, se enfrentarán las dos mejores escuadras de la Eurocopa. Tanto Italia como Inglaterra llegan a la final invictos y habiendo demostrado los desempeños más sólidos durante el campeonato. Jordan Pickford, arquero inglés, solo ha concedido un gol en los seis partidos; Gianluigi Donnarumma, su par italiano, solo tres.
En conferencia de prensa, Southgate confesó que tras la victoria ante Dinamarca en la semifinal solo podía pensar en una cosa: “Tenemos que lograr esto ahora. Sé que no será suficiente ni para mí ni para el resto de los jugadores y cuerpo técnico si es que no ganamos el torneo”.
En el frente italiano también existe expectación. La nación se ha vuelto a enamorar de la Azzurri gracias a Roberto Mancini y todos quieren coronar este reencuentro con un título. La posibilidad para redimirse del desastre de 2018 está ahí, a la vuelta de la esquina.
No obstante, más allá de lo que pase ante Inglaterra en la final, Mancini ya cumplió la promesa que le hizo al país antes del inicio del torneo a través de una carta abierta: “Les prometo momentos de alegría que, al menos por un segundo, nos hagan olvidar el año por el que hemos pasado”.
La solidez táctica de su Selección, así como el fútbol de ataque que no mostraban en años, los tiene para muchos como la gran favorita para quedarse con un trofeo que no ganan desde 1968.
“A nivel físico son más fuertes, pero el fútbol se juega con el balón en el suelo. A veces gana el más pequeño y esperemos que seamos nosotros los ganadores, tenemos que darlo todo”, declaró Mancini ante los medios.
¿Al fin el fútbol regresará a casa o la gloria volverá a irse con otra Selección? El mundo encontrará la respuesta desde las 15.00 horas en la Catedral del Fútbol.