A las 14.58 horas del jueves 14, el diputado UDI Jaime Bellolio sorprendió al escribir un tuit en el que señalaba que "si hacer un plebiscito es lo que nos separa de salvar a nuestro país, tenemos que estar dispuestos a hacerlo". Dos horas después insistió: "Necesitamos llegar a un acuerdo que permita generar paz social y más democracia. Si la condición para ello es un plebiscito con dos mecanismos bien definidos, con quórums, con elecciones universales y bien garantizadas, entonces hay que estar disponibles".
Sus palabras dieron cuenta de las primeras señales de apertura desde la UDI al acuerdo transversal suscrito la madrugada del viernes.
Usted fue el primer UDI en señalar públicamente que estaba dispuesto a un plebiscito con dos mecanismos. ¿Qué lo hizo acceder a esta fórmula y plantearla?
Quienes participamos de esto dejamos armaduras, trincheras y desconfianzas de lado y estuvimos disponibles a poner por delante el interés general y generar concesiones de ambas partes. Esa pudo haber sido mi contribución, estaba un poco entrampado el acuerdo. La ciudadanía quería que llegáramos a un acuerdo. Que la solución fuera política es refundacional tanto para la izquierda, como para la derecha. Ponerse de acuerdo es una fórmula política que nos permite convivir en paz social y en democracia. Y ahí es donde pude haber contribuido mínimamente en decir '¿sabe?
Estamos enfrascados cada uno, tratemos de soltar esas amarras, tratemos de soltar la trinchera'. Y eso implicaba, por ejemplo, que nos abriéramos a la posibilidad de un plebiscito que decidiera dos alternativas definidas.
En concreto, ¿qué tuvo que ceder la UDI?
Muchas cosas. Si hace 35 días preguntabas en la UDI si íbamos a firmar un acuerdo donde se dan alternativas de cambiar la Constitución a través de dos mecanismos, la respuesta unánime era un no. Y probablemente hubiese pasado algo similar en Evópoli y en RN. Lo acordado significa una cesión de tu posición previa. Y dada la crisis política y social que podría profundizarse, había que revaluar no tus convicciones, sino tu estrategia para poder llegar a tus convicciones finales. Y como estoy convencido de que compartimos en el Congreso, mayoritariamente, una convicción democrática, es que se pudo llegar a este acuerdo .
¿En qué momento se convenció de que era necesario tener una nueva Constitución?
Durante muchos años me he dedicado a perfeccionar la Constitución, pero insistíamos en que no teníamos que partir desde cero. Lo que ocurre es que la Constitución que nos rige hasta el día de hoy tuvo un ciclo que permitió que Chile redujera la pobreza, permitió el crecimiento económico, mejoras en la calidad de vida. Pero ese ciclo ya se agotó. Se generó el diagnóstico de que 'da lo mismo quién salga electo, las cosas no cambian'. Ese diagnóstico que era compartido y otras tantas más es que el ciclo de la Constitución de 2005 se agotó.
Hay una razón no menor para ustedes: la Constitución de 1980 fue creada por Jaime Guzmán, fundador de la UDI. ¿No se afecta la identidad de su partido?
No, porque la identidad del gremialismo no es estática. No es de museo. No es con la vista fija en el espejo retrovisor como si la historia ya hubiese ocurrido y hay que tratar de preservarla como una pieza arqueológica. Por definición, una Constitución es un conjunto de ideas que permite gobernabilidad y la actual Constitución se ha modificado en más de 35 reformas, es decir, ya ha sido plenamente modificada. La pregunta es si nos podemos dar una nueva Constitución para un nuevo ciclo. ¿Cómo uno se para frente a esta nueva Constitución? A mí me entusiasma la idea de poder convocar a millones de personas que les gustan estos tres principios: dignidad como condición inherente a las personas; libertad, cuyo límite termina en la dignidad del otro, y una sociedad civil plural y diversa, que contribuya al bien público.
¿Habrá entonces una transformación del militante UDI a partir de ahora?
Yo creo que sí. La UDI fue un proyecto exitoso en los 90 no porque fuera pinochetista o conservador, yo no soy ninguna de esas dos cosas, sino porque fue capaz de cambiar la lógica con la cual se hacía política, de conectar con el mundo popular, esa clase media que estaba emergiendo. Por esto mismo, el 2019 más que la disputa de izquierda o derecha tradicional es la disputa de lo social, y ahí es donde me gustaría cooperar desde mi posición. Más que nueva UDI, nuevo RN o nuevo Evópoli, esto hace que nuestras conversaciones políticas se hagan distintas. Puede que no necesariamente uno diga que es nuevo porque se agotó todo lo anterior, pero la hacen distinta y la hacen desde una perspectiva de futuro. No en la perspectiva de lo que se hizo en el pasado. Creo que ese es un cambio fundamental.
La senadora y timonel de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, anunció que su voto será para no cambiar la Constitución. ¿Usted cómo votará?
Ella dijo que iba a hacer campaña por el No. En el mismo momento que nos tocó discutir por la incorporación de esta pregunta, yo dije 'haré campaña por el Sí'.
¿Mecanismo?
Comisión mixta, por dos razones: el poder constituyente, que es el ciudadano, se lo delega a un cuerpo de colegiados que es el Congreso Nacional. Y este Congreso acaba de ser electo democráticamente, pero para hacer una nueva Constitución también se requiere salir de las paredes de la política tradicional e incorporar a la sociedad civil en igualdad de condiciones.
En la UDI hay varios que temen que esto genere una fuga de militantes hacia el partido de José Antonio Kast...
José Antonio fue militante de la UDI, pero él tomó un camino fuera de Chile Vamos. Al interior de RN y de la UDI habrá personas que dirán no al cambio de Constitución y otras que vamos a decir sí, eso no implica una fractura en Chile Vamos que imposibilite tener un proyecto político. Dentro de nuestra coalición hay personas que votaron por el Sí y otras por el No el año 88.
Usted ha representado a la disidencia en su partido. ¿Hay más personas en la UDI que quieren una nueva Constitución?
Estoy seguro de que sí, aunque no tengo idea cómo será la correlación de fuerzas. Pero ocurrió algo que creo vale la pena remarcar y es que, a pesar de que he tenido evidentes diferencias con la presidenta del partido y parte de su directiva en esto, estuvimos en la misma posición luego de haber debatido nuestras distintas alternativas. Hubo generosidad de todas las partes. Aquí no estaban primero las diferencias internas, todo eso estaba aislado, porque teníamos clarísimo que nuestro capital político estaba sobre la mesa.