“En la cocina de nuestra casa se reunían personas que años después fueron líderes de mi país. Siempre disfrutaba mucho de sus discusiones y me dejaban participar como oyente de ellas”, decía en una entrevista hace un tiempo Kaja Kallas, que se convirtió el martes en la primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra en Estonia, un pequeño país báltico de 1,3 millones de habitantes.
Kallas nació en 1977 en Tallin, la capital de Estonia, y desde niña vivió la política de cerca. Es hija de Kristi y Siim Kallas, un famoso político estonio que fue vicepresidente y comisario de Administración, Auditoría y Lucha contra el Fraude en la Comisión Europea y más tarde Comisario de Transportes. Además, se desempeñó como presidente del Banco de Estonia, ministro de Asuntos Exteriores, ministro de Finanzas e incluso llegó a ser primer ministro de su país entre 2002-2003. A mediados de los noventa, Siim Kallas fue uno de los fundadores del Partido de la Reforma.
Pese a que a esas alturas conocía muy bien el ambiente político, no tenía interés en involucrarse. “Cuando empecé la universidad no quería saber nada de la política para que nadie me comparara con mi padre, por eso decidí dedicarme a la abogacía”, explicó Kallas al sitio Politico.
Tras especializarse en Derecho de la Competencia Europeo y Estonio y en Mercado de la Energía, Kallas ejerció como abogada en varios estudios de su país, llegando a ser socia y jefa de departamento de Derecho de la Competencia en Borenius Attorneys. También fue socia de la firma Luiga Mody Hääl Borenius y Tark & Co, y trabajó como coach ejecutiva en la Estonian Business School.
En 2010 dio su primer paso en política, al decidir unirse al Partido de la Reforma. Un año después, se convirtió en la presidenta de Asuntos Económicos del Riigikogu -el Parlamento unicameral de Estonia- donde estuvo hasta 2014.
Ese año se postuló como eurodiputada para el Parlamento Europeo, y fue vicepresidenta de la delegación EU-Ucrania del Comité de Asociación Parlamentario, miembro del Comité de Industria, Investigación y Energía y delegada de la Asamblea Parlamentaria Euronest durante cuatro años.
En diciembre de 2017, el líder del Partido de la Reforma, Hanno Pevkur, anunció su retiro y propuso a Kallas como su reemplazo. Así, en abril de 2018 se convirtió en la presidenta de su partido, pasando a la historia también como la primera mujer en ocupar ese cargo.
Para sorpresa de todos, el Partido de la Reforma ganó las elecciones en 2019. “Tengo que admitir que tenía preparados dos discursos”, dijo Kallas en esa oportunidad a sus partidarios. Sin embargo, no consiguieron formar un gobierno, ya que fueron bloqueados por una alianza de tres partidos de derecha. Pese a este revés, la llegada de Kallas al gobierno era cuestión de tiempo.
Hace una semana, el Partido de la Reforma -de centroderecha- y el Partido del Centro -de tendencia izquierdista- llegaron a un acuerdo para formar un nuevo gobierno, reemplazando así a un gabinete golpeado por un escándalo de corrupción.
Con la Presidenta Kersti Kaljulaid (51), la representación femenina en el nuevo gobierno llega a una cifra récord. Incluida Kallas, hay siete ministras en el gabinete, que representan un 46,7%. Además, dos mujeres estarán al mando de ministerios importantes. Keit Pentus-Rosimannus será ministra de Finanzas, y la diplomática Eva-Maria Liimets será ministra de Relaciones Exteriores.
“Para mí es un honor y una gran responsabilidad asumir la jefatura del gobierno”, dijo Kallas durante su acto de nombramiento el martes. “Volveremos a construir nuestras relaciones con nuestros aliados, nuestros vecinos, y trataremos de restaurar nuestro nombre como un buen país en el que invertir”, agregó la nueva jefa de gobierno. La Presidenta Kaljulaid, en tanto, afirmó que la nueva administración era una “oportunidad importante” y que “abre la posibilidad de convertir lo malo en bueno”.
Runner, golfista y bailarina
Kallas es muy activa en redes sociales, las que utiliza no sólo para mostrar su vida pública, sino también partes de su vida privada. La política de 43 años estuvo casada con Taavi Veskimägi, que fue ministro de Finanzas entre 2003-2005. Tras casarse en 2010, tuvieron un hijo. Sin embargo, la pareja se separó cuatro años después.
Tras su divorcio, Kallas se concentró en su carrera política y el cuidado de su hijo, con quien sube fotos a Instagram regularmente. Incluso durante el confinamiento, cuando la política decidió autoaislarse, mostraba algunas videollamadas del niño junto a sus abuelos.
En septiembre de 2018, Kallas se casó con el emprendedor Arvo Hallik. “Lo nuestro fue amor a primera vista. Es difícil que algo así ocurra pasados los 40 y con una familia formada anteriormente, pero a nosotros nos sucedió”, dijo Hallik tras el matrimonio.
La pareja se conocía desde el año 2000 por amigos en común, pero se reencontraron en 2016 y decidieron empezar a salir. “Kaja es en todos los sentidos la mujer de mis sueños, y ni los miedos lógicos porque era una figura pública pudieron frenar lo que siento por ella”, señaló el empresario al medio estonio Eesti Ekspress.
El segundo marido de Kallas no se mueve en los mismos círculos que el primero. Hallik estudió Finanzas Internacionales en la Universidad Concordia International de Estonia, y luego hizo un máster en Economía y Negocios en la Universidad de Tartu. Trabajó como auditor en Deloitte y luego como project manager y analista de inversiones en compañías como East Capital o Superia Corporate Finance. Actualmente es socio de la empresa de capital de riesgo Decacorn Capital, y miembro del comité de supervisión e inversiones de la compañía de bienes raíces Hammerhead.
Europeísta, feminista y liberal en lo económico, en su tiempo libre Kallas disfruta saliendo a correr todos los días, practicando golf los fines de semana, esquiando y dando largas caminatas por el campo junto a su marido. Además, desde niña que le dedica mucho tiempo al baile, también toca la batería y le gusta leer y hacer puzzles junto a su hijo.
La política también es políglota. No solo habla estonio, sino también inglés, finlandés, francés y ruso.
La primera tarea de Kallas será manejar la crisis derivada de la pandemia. Según datos de la Unión Europea, el país registra una incidencia acumulada de 521 casos por cada 100 mil habitantes.
“Las tasas de infección recientes se han estabilizado, pero la amenaza no ha desaparecido”, dijo Kallas recientemente, agregando que su objetivo es “mantener Estonia lo más abierta posible para que la gente pueda ir a trabajar, los niños puedan ir a la escuela y las actividades económicas puedan continuar”.
“La vacunación será la tarea más importante del gobierno en los próximos meses. Necesitamos negociar, tanto a nivel europeo como con los distintos fabricantes de vacunas, para acelerar la obtención de dosis de vacunas. Todo el mundo debería saber cuándo se vacunará “, señaló la premier.
Sin embargo, esto forma parte de un desafío mucho mayor. Durante mucho tiempo, Estonia ha sido una de las historias de éxito más grandes del mundo, convirtiéndose en líder en gobierno digital, tecnología e innovación.
Pese a los logros que le han dado buena fama a la pequeña nación, la presencia del Partido Conservador del Pueblo de Estonia (EKRE) -de extrema derecha- en la coalición gobernante durante los últimos dos años ha afectado fuertemente la imagen internacional del país.
Así, con el EKRE fuera del poder, Kallas tendrá la difícil tarea de restaurar la imagen de Estonia como un país progresista, tolerante, defensor de los valores europeos y promotores de la transformación digital.
Rompiendo con el gobierno anterior, Kallas se comprometió a no gastar más dinero público para apoyar la industria de combustibles fósiles de Estonia -uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero per cápita en la UE- y poner fin a la minería de esquisto bituminoso para 2040. “Tenemos que atraer inversiones (en la región de esquisto) para emplear a las personas que trabajan allí, con el fin de prevenir la crisis socioeconómica”, dijo Kallas.
“Estonia tiene la fuerza para volver a convertirse en un país más grande que sus fronteras, lo que se valora en términos de apertura y tecnología innovadora. Queremos vivir en un país con visión de futuro, que goza de una buena reputación tanto en Europa como en el escenario mundial en general”, ha señalado la nueva premier.
Estonia celebrará sus próximas elecciones generales en 2023. La joven política tiene hasta entonces para hacer que, al escuchar su apellido, los estonios piensen en ella en lugar de su padre.