“En cada paso del camino me han guiado las palabras que pronuncié desde la primera vez que me paré en la sala de un tribunal: Kamala Harris, for the people”, dijo la actual vicepresidenta al aceptar la nominación durante la Convención Nacional Demócrata, en agosto.
Con un Presidente de 78 años que tiene todo un mandato por delante y múltiples crisis que enfrentar, empezando por las derivadas de la pandemia, ha surgido la duda sobre qué rol cumplirá quien se convirtió el miércoles en la primera mujer en la Vicepresidencia de Estados Unidos.
Entre las tareas que implica este cargo clave se encuentran la de emitir el voto de desempate en el Senado -que actualmente se encuentra dividido con 50 escaños para cada partido-, asesorar al mandatario en privado y ser su portavoz en público. Sin embargo, se espera que Harris adquiera un papel aún más importante dentro de la administración demócrata.
“La decisión de Biden de elegirla fue muy popular dentro de la base liberal del Partido Demócrata, y sigue siéndolo. Además, ella y Biden parecen tener una química real, y con el Senado dividido 50-50, dirimirá cualquier voto empatado, lo que automáticamente le da influencia”, señala a La Tercera Carl Cannon, jefe de la oficina de Washington para el sitio RealClearPolitics.
Otros piensan que debido a la edad con la que asumió Joe Biden, Kamala adquirirá mayor importancia y que desde el primer día se prepararía en caso de que el mandatario no pueda seguir en el cargo. “El papel de vicepresidente ha ido creciendo en los últimos 50 años. Ella tomará asignaciones especiales en áreas domésticas, como inmigración, equidad racial y reforma judicial. Habrá un escrutinio especial de ella, porque será la primera mujer y un modelo a seguir. Sin embargo, sobre todo, debido a la edad de Biden, la prensa la vigilará de cerca y el Presidente la preparará cuidadosamente para que esté lista para asumir la Presidencia”, estima el encuestador y analista estadounidense John Zogby, fundador de John Zogby Strategies.
La familia de “Momala”
Harris creció en Oakland y Berkeley, en el estado de California, y conoció el movimiento de los derechos civiles cuando era muy pequeña. Su madre, Shyamala Gopalan, hija de un diplomático de Chennai, se graduó de la Universidad de Delhi a los 19 años y, para evitar un matrimonio arreglado en India, se trasladó a Berkeley para estudiar Nutrición y Endocrinología. Ahí conoció a Donald Harris, proveniente de Jamaica, que cursaba un doctorado en Economía.
De su madre aprendió a moverse por las causas que la impulsan. “Ella nos decía: ‘No se sienten a quejarse de las cosas, hagan algo’. Entonces hice algo. Dediqué mi vida a hacer realidad las palabras grabadas en la Corte Suprema de Estados Unidos: igualdad de justicia ante la ley”, dijo Harris en su primer discurso como compañera de fórmula de Biden.
Las palabras de su madre no dejaron indiferente a la pequeña Kamala, que creció para convertirse en la primera mujer, negra y estadounidense de origen indio-jamaiquino en llegar a la vicepresidencia de Estados Unidos. Antes de eso, fue la primera mujer negra en ser elegida fiscal general de California y la segunda en llegar al Senado, en 2017.
Tras obtener su licenciatura de la Universidad de Howard -considerada “el Harvard de los afroamericanos”- y una licenciatura en Leyes de la Universidad de California, Harris se convirtió en fiscal de distrito de la ciudad de San Francisco. Entre sus logros en el cargo destaca el programa que inició para brindar a las personas condenadas por delitos relacionados con drogas la posibilidad de obtener un diploma de escuela secundaria y poder encontrar empleo.
Harris, de 56 años, se enfrentó previamente a Biden en la carrera por la nominación demócrata, y desde el comienzo fue una de las favoritas gracias a su sólida formación y experiencia. La vicepresidenta se define como una defensora de las familias de clase media y ha denunciado la brutalidad policial y la muerte de afroamericanos desarmados a manos de las fuerzas de seguridad. “Quería acceder al interior del sistema y no tener que pedir permiso para transformar las cosas”, dijo Harris sobre su cargo de fiscal en una entrevista en medio de las protestas tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de agentes de la policía de Minneapolis, en mayo pasado.
Cita a ciegas
En el plano personal, Harris es una mujer muy unida a sus hijastros, quienes la llaman “Momala”, una mezcla entre madre y Kamala. “He tenido muchos títulos durante mi carrera, y ciertamente el de vicepresidenta sería genial, pero ‘Momala’ siempre será el más importante”, dijo la política demócrata en su presentación como candidata en Delaware.
Harris está casada desde 2014 con el abogado Douglas Emhoff, a quien conoció un año antes en una cita a ciegas. Emhoff había estado casado 16 años con la productora de cine Kerstin Emhoff, de quien se separó en 2008. De ese matrimonio nacieron dos hijos: Cole, de 26 años, y Ella, de 21 años. Mientras el mayor eligió el mundo del espectáculo -trabaja en Plan B Entertainment, una compañía fundada por Brad Pitt y Jennifer Aniston-, la joven apostó por dedicarse a la moda. Vive en Nueva York, donde estudia en la prestigiosa escuela de diseño Parsons y tiene su propia marca de ropa. Aunque se mueven en diferentes círculos, Ella incluso apareció en uno de los videos de campaña de Harris, agradeciéndole por ser la “mejor madrastra del mundo”.
Aunque es muy querida por su familia, las opiniones de los estadounidenses sobre la exsenadora por California están divididas. “Los estadounidenses tienen una amplia diversidad de opiniones, desde los liberales que la adoran hasta los conservadores que la ven como una radical peligrosa, hasta los izquierdistas que la ven como una conservadora respaldada por las corporaciones con pocos principios”, dice Branko Marcetic, biógrafo de Joe Biden.
Cannon ve todo con menos optimismo, basándose en su fallida precandidatura presidencial. “Luchó por encontrar un mensaje, se hundió constantemente en las encuestas, se quedó sin dinero y renunció a mediados de diciembre de 2019, antes de las primeras primarias. Incluso hoy en día, aproximadamente un tercio de los estadounidenses tiene una reacción ‘muy desfavorable’ hacia ella”, dice el periodista.
Otros piensan que es muy temprano para definirlo. “Aún no se ha realizado una prueba adecuada de la opinión pública sobre Harris. No será posible una evaluación justa antes de que hayan transcurrido seis meses del mandato”, señala a La Tercera William Allen, profesor de la Universidad Michigan State.
En cuanto a la figura de Harris y lo que representa, también hay opiniones divididas. “El papel de Harris como primera mujer vicepresidenta será importante solo como una nota histórica al pie de página”, advierte Allen.
Aunque Marcetic reconoce el valor simbólico del género y el origen de Harris, el autor opina que “son mucho menos indicativos de qué tipo de política es, que de dónde obtiene su financiación, su ideología o su historial en el poder. Al mirar eso, podemos ver que Harris es una política ambiciosa que, a pesar de la recaudación de fondos de las grandes empresas, ahora va apelar a la izquierda como una ventaja para su carrera, pero que tampoco tiene problemas para cambiar sus creencias si el poder lo exige”. Sin embargo, los expertos coinciden en que el hecho de que sea una mujer negra e hija de inmigrantes marca un precedente importante.
“Creo que su género es muy importante para las mujeres, especialmente para las liberales y las jóvenes. En términos de su origen étnico, ese es un gran hito, incluso después de la Presidencia de Barack Obama, y uno que es enormemente importante para los estadounidenses de origen indio, y otros asiáticos y afroamericanos. Creo que ya ha dejado una huella duradera: dudo que alguna vez veas a un partido político importante en este país nominar a dos hombres blancos nuevamente. Mi fuerte corazonada es que Donald Trump y Mike Pence serán el último ticket presidencial solo de hombres blancos”, dice Cannon.
Zogby, en tanto, piensa que esto también le puede jugar en contra. “Entre los hombres mayores e incluso las mujeres conservadoras mayores habrá la sensación de que Harris no está preparada. Esas son personas que no apoyarían a ninguna mujer o persona de color, pero deja poco margen de error”, dice el encuestador, aclarando que “ella ha demostrado que puede resistir las críticas simplemente siendo buena en lo que hace”.
Dan Morain, veterano periodista de California y autor de la nueva biografía Kamala’s Way, An American Life, piensa que más allá del trabajo que implica el cargo, “Kamala Harris aportará una perspectiva importante a la administración Biden. Se convertirá en una asesora invaluable del Presidente, y creo que se convertirá en una de las vicepresidentas más importantes de la historia de Estados Unidos. La importancia de Harris trasciende su género, y su origen étnico y racial. El simbolismo de tener una mujer y de color como vicepresidenta deja en claro a todas las niñas y a todas las personas de color en Estados Unidos que no hay límite para lo que pueden lograr”.