Desde que la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris entró en la carrera por la Casa Blanca el 21 de julio pasado, tras el paso al costado de Joe Biden, provocó un remezón en la campaña presidencial, tanto a nivel nacional como en el mismo Partido Demócrata. Y, de paso, gatilló un impulso en las encuestas y el financiamiento de campaña. Pero los expertos se preguntan si se trata solo de un auge temporal o puede ser permanente de cara a las elecciones del 5 de noviembre.
“Las campañas presidenciales son un maratón, y este se ha convertido en una carrera de velocidad”, dijo al portal Politico, Neil Newhouse, el principal encuestador de la campaña presidencial del republicano Mitt Romney para 2012. “Y eso tiende a favorecer al candidato que es nuevo en el horizonte”, comentó.
“Con Kamala Harris, es como si hubiera nacido una estrella”, señaló a Politico Mark Mellman, el principal encuestador del entonces senador demócrata John Kerry en la carrera presidencial de 2004. “No es irreal, no es antinatural, no es falso, pero no es necesariamente permanente. Ciertamente puedo imaginar una situación en la que la popularidad de ambos candidatos disminuya un poco”, vaticinó.
Así, en estas semanas, Harris ha conseguido ubicarse a nivel nacional por sobre el candidato republicano, Donald Trump, por un punto porcentual, al conseguir 47,9% de la intención de voto, según el promedio realizado por Real Clear Politics.
La vicepresidenta se encuentra por delante o empatada con Trump en seis de siete estados en disputa o estados clave, según una nueva encuesta publicada el miércoles, borrando las ventajas que disfrutaba el expresidente republicano antes de que Biden abandonara la carrera el mes pasado.
La encuesta de Cook Political Report -realizada por BSG y lGS Strategy Group- en siete estados clave reveló que Harris supera a Trump en Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte y Arizona, y está empatada con el republicano en Georgia. Nevada es el único estado en disputa en el que el exmandatario todavía lidera.
Las ventajas de Harris en tres estados –Arizona, Michigan y Carolina del Norte– están dentro del margen de error, que varía según el estado entre +/- 4,7 puntos porcentuales y 4,9 puntos porcentuales.
En los sondeos del New York Times/Siena College publicadas el pasado fin de semana, el mismo número de posibles votantes de Michigan, Pennsylvania y Wisconsin veía a Harris tanto con buenos ojos (50%) como con malos ojos (48%).
“Sin que se note la menor imperfección, la campaña ha cambiado de rumbo (equivalente a reconstruir un avión en pleno vuelo, dicen expertos en elecciones) y la propia candidata ha asumido la tarea con una facilidad inesperada. Veinte años más joven y mucho más vigorosa que su oponente, ha utilizado contra el propio Trump la que había sido el arma más potente de Trump contra Biden (la edad). Ahora él es el candidato del pasado; ella, el rostro del futuro. No importa que Harris sea un miembro de alto rango de la actual administración, se ha sacudido de encima el peso de la incumbencia (actualmente un factor negativo en la mayoría de las democracias del mundo) y se ha presentado como la opción que dará vuelta la página, con la ayuda de un poderoso eslogan: ‘No vamos a volver atrás’”, escribió el columnista de The Guardian, Jonathan Freeland.
A juicio de los expertos, los resultados de las encuestas sugieren que se han abierto múltiples caminos para Harris para conseguir los 270 votos electorales necesarios para ganar las elecciones, después de que las luchas de Biden en los estados de Arizona, Nevada, Georgia y Carolina del Norte obligaron a su campaña a apostar cada vez más por los llamados estados del “muro azul”: Pennsylvania, Michigan y Wisconsin.
Por ejemplo, el diario USA Today recordó que Trump aventajó a Biden en seis de los siete estados en disputa y empató con Biden en Wisconsin, según una encuesta realizada por BSG y lGS Strategy Group en mayo. Pero Harris ya ha consolidado en gran medida la base demócrata, revela el sondeo, ya que el 91% de los votantes que respaldaron a Biden en 2020 ahora dicen que votarán por Harris, en comparación con el 82% de este grupo en mayo, que aseguró que lo haría por Biden.
Harris supera a Trump en la votación directa entre los votantes independientes en los siete estados en disputa, con un 48% frente a un 40%, mientras que Trump anteriormente se imponía a Biden con un 41% frente a un 38% entre los independientes. Y quizás lo más significativo es que la candidata demócrata lidera entre los votantes que dicen que no les gusta Biden ni Trump por un amplio margen de 30 puntos porcentuales, con un 54% frente a un 24%. Trump también se había impuesto anteriormente en este grupo.
“En muchos sentidos, Harris se ha aliviado de lo que ha sucedido”, escribió Amy Walter, editora y redactora jefa del Cook Political Report, en un análisis de los resultados. “Ella es la actual titular, pero el 56% de los votantes de los estados en disputa dicen que representa una oportunidad de ‘dar vuelta la página de la era Trump/Biden’ y el 59% la ve como representante de una ‘nueva generación de liderazgo’”.
La campaña de Trump ha buscado frenar el impulso de Harris tratando de vincularla con Biden, cuyo índice de aprobación ha rondado el 40% durante gran parte de su mandato.
Según los expertos, Harris, que la semana pasada llevó a cabo una campaña en varios estados en disputa con su nuevo compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota Tim Walz, buscará aumentar su fuerza en las encuestas en la Convención Nacional Demócrata que se inicia mañana en Chicago.
A estos sondeos se suma que el Partido Demócrata ha visto un impulso en las inscripciones para la colectividad. Si durante casi todo el año más personas se registraron como republicanos que como demócratas al inscribirse para votar en Pennsylvania y Carolina del Norte, dos estados en disputa que utilizan el registro partidario y que publican estos datos periódicamente, ahora los demócratas están en una posición notablemente más fuerte en estos estados en disputa, que durante mucho tiempo han sido clave para las victorias (o derrotas) del partido, indicó el diario The New York Times.
Eso sí, Harris y su equipo no pueden cantar victoria, ya que los resultados muestran vulnerabilidades para la demócrata. Los votantes prefieren a Trump cuando se trata de en quién confían para manejar la economía y la inmigración, cuestiones que siguen siendo centrales para la carrera presidencial.
Los números de Harris son un avance para los demócratas en comparación con el desempeño de Biden en esos estados, incluso antes del muy criticado debate que desestabilizó su candidatura. En mayo, el mandatario estaba prácticamente empatado con Trump en las encuestas de Times/Siena en Wisconsin y Michigan. Los sondeos realizados antes y después del debate en julio mostraban que el republicano tenía una estrecha ventaja en Pennsylvania.
Las encuestas ofrecen una primera imagen de una contienda que se transformó en poco más de dos semanas. El torbellino de cambios políticos captó la atención de la nación y revigorizó a algunos votantes que se acercaban a la revancha entre Biden y Trump con un profundo sentido de temor.
“No está claro en qué medida el repunte de Harris en las encuestas se debe al entusiasmo que ha generado su ascenso a la cima de la fórmula o si ese impulso durará. Los candidatos tradicionalmente ganan algunos puntos porcentuales en los días y semanas posteriores al anuncio de su compañero de fórmula”, escribió el diario.
“Aun así, no hay duda de que la sustitución de Biden en la fórmula ha impulsado el entusiasmo demócrata por las elecciones. Entre los demócratas, la satisfacción de los votantes con su elección de candidatos se ha disparado desde que Harris entró en la carrera, aumentando 27 puntos porcentuales en los tres estados clave desde mayo, según los últimos resultados de Times/Siena. Ahora es más probable que los demócratas digan que están satisfechos con sus elecciones de candidatos que los republicanos, un cambio respecto de hace tres meses, cuando se hizo la pregunta por última vez”, añadió.
En todo caso, hay quienes advierten que pese al auge en los sondeos no significa que la tendencia vaya a durar: la campaña de Trump ha lanzado una oleada de publicidad en los estados en disputa, tratando de presentarla como “peligrosamente liberal”. Eso podría mermar sus índices de aprobación, especialmente ahora que el escrutinio de su historial aumenta tras el lanzamiento inicial de su campaña, indicó Politico.
“La imagen es un precursor del cambio en la boleta electoral”, señaló a ese medio Neil Newhouse. “Verán que su imagen cambia antes de que cambie la boleta electoral. Verán que sus no favoritos aumentan”.
En un evento del jueves, Trump arremetió contra Harris y dijo que tenía “derecho a realizar ataques personales” y abordó sus principales temas de campaña, atacando su historial en materia de inflación, delincuencia e inmigración.
“Harris ha tenido un comienzo de ensueño. Trump está tambaleándose, pero es demasiado pronto para celebrar. En otoño (boreal), los estadounidenses volverán a analizar a los dos candidatos como es habitual. Habrá debates televisivos y el duro trabajo de conseguir que los votantes no compartan memes en TikTok, sino que se levanten del sofá y vayan a las urnas. Esta carrera está lejos de terminar, y si la última década turbulenta nos ha enseñado algo, es que siempre es demasiado pronto para descartar a Donald Trump”, escribió Freeland.