A 17 días del inicio de la invasión, los rusos seguían avanzando ayer a Kiev, apoyándose sobre todo en bombardeos aéreos que, en las últimas horas, se han concentrado en alcanzar almacenes de suministros y alimentos, en miras a dañar la logística ucraniana. También aeródromos en distintas partes del país han sido objeto de los ataques rusos.

A pesar de esto, Kherson sigue siendo la única ciudad grande caída a manos de los rusos: Mariupol, Kharkiv y la clave Mykolaiv, punto medio entre Crimea y la ciudad de Odesa, siguen resistiendo las ofensivas. En esta última ciudad siguen sonando las sirenas de aviso de ataque aéreo, mientras que la situación humanitaria empeora en Mariupol, donde la falta de medicamentos y servicios básicos ha llevado a la muerte de civiles.

En tanto, las conversaciones no dan ni para “prometedores avances”: luego de una conversación telefónica de dos horas entre el Presidente ruso, Vladimir Putin; su par francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, estos últimos declararon que el jefe del Kremlin “no tiene intención de parar la guerra”.

Soldados ucranianos caminar por Irpin, al norte de Kiev. Foto: AFP

El asedio a Kiev continúa, y los ataques en las ciudades vecinas se intensificaron ayer. El alcalde kievita, Vitali Klitschko, aseguró que están acopiando medicamentos y comida frente al panorama de una posible invasión. En un aeródromo militar al sur de la capital cayeron misiles y bombas rusas, mientras las fuerzas terrestres del país invasor se reposicionan para cercar la ciudad.

Informes de los servicios de espionaje británicos aseguran que las tropas rusas ya se encuentran a 25 kilómetros de la capital, donde la artillería golpea barrios residenciales sin que la infantería se acerque mucho. Los bombardeos destruyeron un almacén de productos congelados y dos depósitos de petróleo.

Un militar ucraniano sale de un edificio dañado después de un bombardeo en Kiev, el 11 de marzo de 2022. Foto: AFP

Al respecto, el Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, afirmó en una conferencia de prensa que Putin solo podrá tomar Kiev si “arrasa la ciudad hasta los cimientos”. Asimismo, declaró que su Ejército infligió “pérdidas significativas” a las fuerzas rusas.

El alcalde de la ciudad sureña de Melitopol, Ivan Fedorov, fue secuestrado por los rusos mientras estaba trabajando, tomándolo y sacándolo de su oficina con “una bolsa en la cabeza”, según indicó un funcionario del Ministerio de Interior ucraniano.

En un video publicado temprano ayer, Zelensky declaró: “No encontraron colaboradores que quisieran entregar la ciudad en las manos de los invasores. Por esto, pasaron a una nueva etapa de terror en la que están tratando de eliminar físicamente a los representantes legítimos de la autoridad local”.

Soldados ucranianos caminan en un camino improvisado bajo un puente destruido en Irpin, a las afueras de Kiev. Foto: AP

Una novedad de los últimos días han sido los bombardeos sufridos en Lutsk e Ivano-Frankivsk, en el sector oeste del país, que hasta el momento no había tomado mayor parte en la invasión. Cercanas a las fronteras con Polonia y Rumania, estas ciudades recibieron ataques en sus aeródromos y fábricas, en miras a dificultar la logística y transporte de recursos de los países aliados a Kiev.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Riabkov, declaró que las armas entregadas por Occidente serán consideradas “objetivos militares legítimos”. Refiriéndose a “la transferencia irreflexiva de armas”, como sistemas portátiles de misiles antiaéreos y antitanques, el diplomático ruso aseguró en una entrevista televisiva que podría traer graves consecuencias para las potencias occidentales, amenazando con una confrontación directa entre Rusia y la OTAN. A pesar de esto, el Presidente estadounidense, Joe Biden, anunció la entrega de US$ 200 millones para nueva asistencia en seguridad dirigida a Ucrania.

Por su parte, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, declaró en entrevista con el diario El País que el bloque tampoco dejará de otorgar asistencia al país invadido. “Vamos a seguir suministrando armas, todas las que podamos. Sin esta ayuda militar en armas, Ucrania difícilmente podría haber seguido resistiendo”, señaló el funcionario europeo.

Miembros de las Fuerzas Armadas Ucranianas reciben misiles antitanques Javelin, entregados en un avión como parte del apoyo militar de Estados Unidos a Ucrania, en el aeropuerto internacional de Boryspil, a las fueras de Kiev. Foto: Reuters

La situación humanitaria empeora en la ciudad costera de Mariupol, cerca del Mar Negro, a medida que el sitio se mantiene. Si durante la semana un bombardeo alcanzó a un hospital infantil en la ciudad, hoy la zona lleva más de 10 días sin agua ni medicamentos, faltando también alimentos adecuados. Según el consejo de la ciudad, al menos 1.582 civiles han muerto debido al asedio ruso.

Ucrania también acusa a Rusia de haber atacado una mezquita en Mariupol, en la cual se estaban refugiando cerca de 80 civiles. En todo el país, la fiscalía local cifra en 79 los niños muertos por los ataques rusos desde el inicio de la invasión.

Un militar ucraniano camina hacia la línea del frente en la ciudad de Irpin, en el norte de Ucrania, el 12 de marzo de 2022. Foto: AFP

En la ciudad de Peremoha, en la región de Odesa, el Ejército ruso habría bombardeado un convoy de civiles que intentaban evacuar el lugar. Según fuentes ucranianas, en el bombardeo habrían muerto siete personas, incluido un menor, en el camino de un corredor humanitario negociado por ambas partes. “Tras el ataque, las fuerzas de ocupación han obligado al resto de la columna a volver a Peremoha y les impiden la salida de la ciudad”, indicó un comunicado de los servicios de inteligencia locales. A pesar de las imágenes de bombardeos contra hospitales y barrios residenciales, el gobierno ruso niega desde el inicio de la invasión que esté apuntando a objetivos civiles.

En la crisis de refugiados más acelerada en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, la ONU cifra ya en casi 2,6 millones de personas el éxodo causado por la invasión. Zelensky acusó a Rusia de aterrorizar a la ciudadanía y empezar una “guerra de aniquilación” para doblegar la voluntad ucraniana. Cifró en 1.300 los soldados de su país que han muerto por la invasión.

Las conversaciones de paz, por su parte, están lejos de avanzar. En una inusual conferencia telefónica triple, Olaf Scholz y Emmanuel Macron conversaron con Vladimir Putin, y aseguran que, frente a la negativa rusa por detener la guerra, le alertaron que las sanciones europeas podrían llegar al nivel de las aplicadas contra Irán. “El presidente y el canciller lo han puesto contra la pared por no respetar sus compromisos”, indicó el gobierno galo.

Anastasia Erashova llora mientras abraza a su hijo en un pasillo de un hospital en Mariupol, en el este de Ucrania, el 11 de marzo de 2022. Foto: AP

Putin les contesto a los líderes europeos diciendo que las fuerzas “nacionalistas” ucranianas estaban violando el derecho internacional, “interrumpiendo sistemáticamente las operaciones de rescate de la población e intimidando a los civiles cuando intentan evacuar”.

Tanto Scholz como Macron declararon haber conversado con el mandatario ucraniano. Zelensky le habría solicitado ayuda al Presidente francés en relación con la desaparición del alcalde de Melitopol, y un grupo de miembros del Parlamento Europeo, haciendo eco de la solicitud ucraniana, exigió en un comunicado “liberar a Ivan Fedorov de manera inmediata y garantizar que su salud y seguridad se preserven”.

Mientras tanto, Dmytro Kuleba, el jefe de la diplomacia ucraniana, declaró en una conferencia su negativa a rendirse. “Seguiremos luchando. Estamos listos para negociar, pero no vamos a aceptar ningún ultimátum y rendirnos”, apuntó el ministro de Relaciones Exteriores.