“Gabriel Boric comienza a ser Presidente de Chile el día en que representa las ideas de quienes están en la calle y, además, de las personas que están en casa. Es el Presidente del que marchó en la marcha más grande y del que se quedó en casa. Siempre es más gente la gente que no marcha y eso es un punto que hay que considerar para gobernar”.
Con esa reflexión se inició el pasado viernes la charla que dio el dirigente español de Más País, Íñigo Errejón, frente a más de 200 adherentes del Frente Amplio, y que también contó con espectadores de otros países de la región. La instancia se realizó de forma telemática y fue organizada por el diputado de Convergencia Social (CS) Diego Ibáñez, uno de los nombres que se perfilan para presidir la colectividad en la que milita el Mandatario.
En el encuentro, Errejón recibió preguntas de quienes se conectaron y abordó principalmente el proceso de llegada a los espacios más institucionales como el Ejecutivo y la relación con las bases militantes una vez que las coaliciones están instaladas en el poder.
Sin embargo, y en medio de la recta final del proceso constituyente en el país, Errejón no se marginó de tocar ese tema. “No ganamos cuando aprobamos una ley, ganamos cuando una parte de nuestros adversarios tiene que asumirla y esa es una tarea muy cuidadosa con el enemigo. Un gobierno democrático tiene que fijarse una o dos batallas y contra esos ir hasta el final, pero con el resto tiene que pactar e integrarlos. Hay una parte del adversario que tiene que entender que en nuestro orden le va a ir mejor compitiendo dentro de las reglas del juego que por fuera”, analizó.
En ese mismo argumento, Errejón reiteró la importancia de que los adversarios políticos de la izquierda se sientan parte de esta nueva redacción.
“La nueva Constitución que se apruebe en Chile será exitosa -y sé que decirlo parece de derecha, pero es al revés, es revolucionario- y será más revolucionaria cuanto más la asuman los adversarios. No puede ser una Constitución ‘de parte’, no puede ser la Constitución de las izquierdas, porque entonces durará tanto como dure el gobierno de izquierda”, advirtió el dirigente español.
Así, planteó que más allá del plebiscito, el desafío es que la nueva Carta Magna haga sentido también a esos sectores. “El reto no es aprobarla, el reto es que forme parte del régimen de la vida cotidiana también para una parte del adversario. Yo sé que hay una parte golpista, que nunca va a reconocer, que siempre va a jugar a la desestabilización y a esa parte nada. Pero hay una parte a la que tenemos que integrar dentro”.
Expectativas de gobierno
El dirigente español atendió preguntas de los militantes y al escucharlas afirmó que percibió entre las bases un temor “a la moderación” por parte del gobierno.
En ese punto, Errejón aconsejó que “lo más radical es permanecer. Un gobierno revolucionario de dos años es menos revolucionario que uno de 25 años. Y eso no significa hipotecarlo todo por permanecer, pero es más radical 10 pasos de mil personas que mil pasos de 10 personas. Nuestras transformaciones tienen que venir para quedarse”.
Por mientras, y en el camino a cambios más estructurales planteados por el gobierno, el político español planteó que se deben conciliar las expectativas entre la militancia y el resto de la ciudadanía.
“El FA no ha ganado por militantes, sin los militantes no habría ganado nunca, pero con los militantes no basta. Uno no puede gobernar para contentar a los militantes. Esa parte mayor, más quieta, más silenciosa, conviene preguntarse qué espera. ¿Todo el mundo que se emociona con nuestras consignas en la plaza quiere decir lo mismo? No lo digo para moderar nuestros sueños, pero conviene no engañarse”, sentenció.