Durante los últimos 45 días, no han sido pocas las ocasiones en que la expresidenta y actual alta comisionada de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, se ha desvelado. Pueden ser las tres de la mañana en Ginebra, Suiza, pero ella se queda despierta, atenta a las noticias que le llegan desde Chile. A esa hora, la exmandataria -alejada de los partidos políticos- ya ha terminado sus labores para la ONU, y toma contacto con su familia, amigas, excolaboradores y miembros de su fundación Horizonte Ciudadano para ponerse al tanto de los detalles de la jornada en su país. La diferencia de horarios -cuatro horas más para esa zona de Europa- la ha obligado a esta rutina.

Cuando la crisis se inició, el 18 de octubre, la exmandataria estaba en Boston, Estados Unidos. Ese día dio una charla sobre derechos humanos en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, y desde entonces sigue los acontecimientos del país. Llama por teléfono, recibe WhatsApp y lee a diario la prensa.

A cuatro días del estallido social, el lunes 21 de octubre, Bachelet emitió su primera declaración como alta comisionada, reconociendo preocupación ante los hechos de "violencia, muertes y lesiones en Chile" y exhortó al gobierno del Presidente Piñera a trabajar con todos los sectores para encontrar soluciones. Esa misma semana, el jueves 24, habló con el Mandatario y entre ambos acordaron la necesidad de enviar un misión de la ONU para verificar y examinar las denuncias de violaciones a los derechos humanos. No sería la única vez que hablarían. Piñera volvió a tomar contacto con su antecesora el lunes 11 de noviembre, esta vez en calidad de expresidenta y para conocer su opinión ante la crisis.

https://twitter.com/mbachelet/status/1186309863942578176?s=20

La misión del Alto Comisionado estuvo tres semanas en Chile, visitó siete regiones, estuvo en comisarías, cárceles, hospitales y escuchó cerca de 200 testimonios. Rupert Colville, vocero de la alta comisionada, comenta a La Tercera que aún faltan algunos días para la entrega del informe final de Naciones Unidas. "Lo harán los más rápido que puedan, no puedo decir un día exacto, pero diría en las próximas dos semanas. Obviamente, hay una preocupación respecto de la situación de Chile y una serie de problemas que se están investigando, muchos de los cuales son problemas similares a los (que plantean) Amnistía Internacional y Human Right Watch", señala. Se trata de informes que han reconocido abusos por parte de las policías y una falta a los seguimientos de protocolos al momento de enfrentar las manifestaciones.

Bachelet, de todas maneras, adelantó su impresión al respecto. El lunes 18 de noviembre, en una entrevista concedida durante una visita a la Cambridge Union, en Inglaterra, la alta comisionada fue entrevistada por Carole Concha, una estudiante de magíster e hija de chilenos radicados en ese país. A ella, Bachelet le reconoció que "los protocolos (por parte de las policías) no están siendo seguidos". En esa ocasión, Concha le entregó una carta firmada por más de cien chilenos que viven en Inglaterra. Escrita en inglés y dirigida a ella en calidad de alta comisionada, estudiantes, trabajadores y exiliados le manifiestan su preocupación por la violación a los derechos humanos. Una materia que, sin duda, preocupa a la exmandataria.

Pero que no es lo único que la inquieta por estos días.

Mirada constitucional

No han sido días fáciles para ella. Lejos de su familia, será recién para la celebración de Navidad que podrá estar junto a su madre, Ángela Jeria, de 94 años, y sus hijos y nietos. Estará en el país pocos días y no se descarta que se reúna con sus excolaboradores y miembros de la Fundación Horizonte Ciudadano, tal como lo hace cada vez que visita Chile.

Quienes trabajan con ella comentan que a esas alturas el informe de la ONU ya se habrá dado a conocer, por lo que también será una oportunidad para que la expresidenta constate personalmente el estado de la crisis y tenga mayor información respecto de las definiciones políticas. En su entorno, en todo caso, señalan que ella monitorea todos los avances, entre ellos el constitucional. Así lo demostró el martes 19 de noviembre.

Ese día, luego de una conferencia en el centro de estudios Chatham House, en Londres, la expresidenta compartió -en privado- su opinión respecto del acuerdo constitucional, firmado la madrugada del viernes 15. En particular, Bachelet habría mostrado preocupación por la participación de independientes en la convención constitucional o en la convención mixta constitucional. Esto, porque el acuerdo político estableció que el sistema electoral de los constituyentes sería el mismo que se usa para las elecciones parlamentarias, dificultando la participación de quienes no militan en un partido. Una opción que inquieta a la expresidenta.

[caption id="attachment_921728" align="aligncenter" width="384"]

La Alta Comisionada de la ONU, Michelle Bachelet, durante su presentación en Chatham House, en Londres, el 19 de noviembre.[/caption]

Una opinión que comparte la directora ejecutiva de Horizonte Ciudadano, Valentina Quiroga. "Valoramos el acuerdo, pero hay que asegurarse de que el proceso sea, a ojos ciudadanos, legítimo y eso pasa porque la instancia sea representativa, porque si el 90% terminan siendo militantes de partidos, vamos a tener un problema", advierte.

[caption id="attachment_266180" align="aligncenter" width="456"]

Valentina Quiroga, directora ejecutiva de Horizonte Ciudadano.[/caption]

Rol de su fundación

El viernes 22 de noviembre, en Francia, durante una vista a la Conferencia de la Asociación Internacional de Ciencias Políticas, en la Universidad de París, la expresidenta abordó el fenómeno de las manifestaciones a nivel global y apuntó a las desigualdad como un factor generador del malestar ciudadano. Un tema que ha sido su bandera de lucha y que fue su principal motor en su segundo mandato.

Por lo mismo, una vez que estalló la crisis, Horizonte Ciudadano no dudó en jugar un rol ante los hechos. "La fundación tiene la responsabilidad de ayudar para que Chile avance", afirma Quiroga. Para esto, entre otras cosas, se han estado enfocado en tres áreas: derechos humanos, infancia y una nueva Constitución.

Respecto del primero, la fundación comenzó a trabajar con una productora para registrar las manifestaciones y el actuar de Carabineros. Más adelante, esperan tomar contacto con las personas que han sido víctimas de traumas oculares y ayudar en su proceso de recuperación.

En infancia, la fundación está creando una metodología para abordar la crisis con los niños. Para ello, están generando un plan piloto en Temuco, Antofagasta y en una escuela de La Pintana. En los próximos días, señalan, se podrá conocer el método de trabajo a través de la página web de la fundación.

Respecto de una nueva Constitución, apuntan a incentivar la participación en el plebiscito de abril y están a la espera de los resultados de la comisión técnica, porque una vez conocidas las reglas del juego, la fundación tomará la decisión de si apoya o no un determinado mecanismo de cambio a la Carta Magna. Porque aunque Bachelet debe guardar neutralidad -debido a su cargo en la ONU-, la voz del bacheletismo, anclado en su fundación, se va a hacer escuchar en el proceso que viene por delante para Chile.