Son las 11 de la mañana del miércoles 26 de mayo y el primero en llegar al encuentro es el excomandante en jefe de la Armada y exsenador Jorge Arancibia (81). Viene desde Limache, donde vive desde hace más de 20 años junto a su esposa, y desde donde hace un año que no viajaba a Santiago. Como buen marino, no perdona la impuntualidad ni tampoco la presentación: a la sala entra de punta en blanco, con un traje de dos piezas negro, corbata roja y un prendedor de la bandera de Chile en su solapa derecha. Un poco más tarde lo hace Valentina Miranda (21), exvocera de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios y actual alumna de Administración Pública en la Universidad de Chile. Ninguno de los dos se había visto en persona antes, pero tendrán que conocerse. Los dos ahora son parte de los 155 convencionales electos para redactar una nueva Constitución para Chile.
Aunque no son solo los 60 años que tienen de diferencia los que generan una brecha entre ambos: Arancibia, independiente electo por el distrito de Valparaíso en cupo UDI -en negociación con el Partido Republicano-, es exedecán de Augusto Pinochet, y por años ha estado ligado al sector más duro de la derecha. Miranda, en cambio, va por el distrito 8 y milita en el Partido Comunista desde los 13 años. ¿Qué capacidad de diálogo puede existir entre dos polos etarios y políticos? Al parecer, más del que creíamos, aunque reconocen que no será fácil:
“Para mí es súper difícil estar sentada acá, entendiendo lo que significan los partidos políticos a los cuales usted ha representado”, le dice Miranda a Arancibia.
“Más que nada la diferencia es etaria en lo esencial, yo soy el más viejo y Valentina es la más joven. Y yo creo que si nosotros logramos converger, avanzar en los grandes acuerdos que a este país le hagan bien, el aporte de Valentina y el aporte mío van a producir esa suma”, responde Arancibia.
¿Cuáles fueron sus principales motivaciones para postularse como constituyente?
Valentina Miranda (VM): Más que una motivación personal fue una decisión colectiva. Nosotros veníamos desde el 2016 trabajando desde la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios, cuando la expresidenta Michelle Bachelet hace su primer guiño al cambio constitucional. Ahí entendíamos que había muchas cosas que tenían que ver con la educación que eran estructurales y que necesitaban un cambio constitucional para poder modificarse.
El 2019, cuando se firma el Acuerdo por la Paz, nosotros lo rechazamos de forma automática. Pero entendíamos que era necesario participar y no quedarnos fuera de este proceso que comienza, también, cuando nosotros saltamos los torniquetes, reivindicando los 30 años que se dan de lucha. Si nosotros no lo hubiéramos hecho en octubre, no estaríamos hablando de un proceso constituyente.
La decisión para mí fue sumamente difícil de tomar. Me costó mucho entrar a la universidad, entonces sacrificar dos o tres años de carrera entendiendo que me gané una beca y no la podía perder. Pero también existía la responsabilidad histórica de poder disputar un espacio político que finalmente ha sido históricamente gobernado por hombres mayores de 40 años, cisgénero, heterosexuales.
Jorge Arancibia (JA): Las mías son muy distintas. Yo estaba en una condición de retiro político, dedicado a mis actividades personales y a la empresa portuaria. Cuando se produce la explosión social, los actos asociados a ellos y se llega al acuerdo del plebiscito, yo participo en esa etapa y fui por el Rechazo.
Yo estaba de acuerdo en que teníamos que hacer cambios a la Constitución, pero el momento no me parecía el indicado.
Pero cuando gana el Apruebo, a mí me empiezan a llegar peticiones de participación. Así como con Valentina fue un colectivo que lo definió, bueno, en el caso mío fueron varios los que fueron llegando a invitarme. El primero en llamarme fue el senador Francisco Chahuán, también lo hizo María José Hoffmann, de la UDI. Pero mi actitud inicial no era positiva. Yo estaba en esa zona de confort, a la edad que tengo, y por lo tanto no me era fácil embarcarme en este desafío. Pero fueron tan insistentes los temas que finalmente dije ya, okey, conforme.
La convención hoy representa una diversidad importante, pero ha habido algunas voces que han salido a hablar de que a pesar de esa diversidad, como la derecha no salió tan fortalecida, la centroizquierda tiene la manija de poner la música. ¿Creen que es así?
VM: Creo que hay cosas que no se pueden transar en esta pasada y que tienen que ver con la dignidad de las personas. Cuando la gente vota por nosotros, no vota por lo que dice el candidato, vota por el proyecto político que representa la lista. Entonces, yo creo que aquí va a haber una mayoría al interior de la convención, cuando se empiecen a discutir las cosas, que va a poner las reglas del juego. La columna vertebral de esta nueva Constitución tiene que ver con la dignidad de las personas, y para lograr que las personas tengan una vida digna y un buen vivir hay cosas por las que uno no puede transar y la mayoría de la convención está de acuerdo con eso.
JA: Si lo que vamos a construir aquí es una Constitución que se dice que es la casa para todos y me hablan de que la mayoría que existe en este momento, que es de centroizquierda, establezca en lo absoluto las cosas, no va a ser la casa de todos. Vamos a producir un documento que va a ser la casa de algunos.
Estas posiciones un tanto extremas van en contra del concepto mismo de la convocatoria de la convención. Con mayoría o sin mayoría, lo que tú esperas de una estructura como esta son los acuerdos, las conversaciones, las convergencias. Porque todos queremos un Chile mejor. La dignidad de la persona, como dice Valentina, está en el centro del tema. No hay ninguna duda de que el habitante de este territorio debiera tener el máximo de posibilidades de desarrollo personal, de ser atendido y servido por el Estado como Dios manda. En eso no tenemos ninguna diferencia, ahora cómo se hace eso es donde se pueden plantear algunas discrepancias.
¿Se puede llegar entonces a acuerdos desde la derecha a la izquierda, pasando por la gran fuerza independiente?
VM: Creo que hay cosas mínimas en las cuales no nos vamos a poner de acuerdo y no tiene que ver con un tema personal, tiene que ver con un tema de reconocimiento de lo que ocurra. Nosotros, por ejemplo, estamos en la postura -al igual que en La Lista del Pueblo- de que no podemos avanzar hacia una convención con presos y presas políticas. Es sumamente complicado que en ese tema lleguemos a acuerdos y también con respecto al tema de los DD.HH. Yo también fui víctima de las violaciones a los DD.HH., entonces para mí es un tema que es muy particular, muy emocional y que tiene que ver también con la dignidad de las personas.
JA: Yo voy a la convención a escribir una nueva Constitución, sin condiciones. Voy a buscar los máximos acuerdos. Lo que queremos construir es esa casa de todos, y esa es mi disposición de ánimo. Me parece que el estar cargándole a la Constitución ciertos requerimientos, que pueden ser legítimos, no es propio de la estructura constituyente. Son causas del Poder Judicial, son del gobierno, son de los fiscales, es otro mundo.
De animales, quórums y neoliberalismo
Jorge, usted cuando salió electo publicó un tuit en el que decía que defendería a Chile en la convención. ¿De qué lo va a defender?
JA: Es defender a Chile, a su tradición, a su cultura, a su estructura. Chile es una realidad geográfica, es una realidad política, social, y yo quiero defender esos pilares para que tenga su máximo desarrollo. Mi defensa no es impedir tal cosa, sino que es favorecer esta otra, para que la estructura del país se mantenga.
¿Dentro de la cultura incluye también los emblemas u otras tradiciones, como el rodeo, por ejemplo?
JA: El rodeo es una cosa que puede ser para los animalistas -creo que así se definen como tales- violento respecto del animal que está siendo trabajado en la medialuna. Pero es parte de la tradición nuestra. No tengo una objeción fundamental a eso, a mí me gusta la tradición, me gusta la cultura chilena, me gusta cómo somos, me gusta cómo es la gente. No me gustaría cambiarlo.
VM: Creo que matar a un animal por diversión es una de las cosas más atroces que puede hacer el ser humano. Los animales están porque componen un ecosistema. Por lo mismo, nosotros en campaña firmamos acuerdos con vegetarianos y animalistas para incluirlos en la Constitución, entendiendo a los animales como sujetos y sujetas de derecho. Ahí particularmente no estamos de acuerdo. Hay cosas que tenemos que cambiar y que tienen que ver con la cosmovisión que tenemos nosotros los jóvenes. Y, quizás, suele ocurrir que mientras más viejo, más conservador se pone, porque es lo que me dice mi abuela.
JA: Pero es que si nosotros construimos una Constitución que rompa con esquemas que son queridos por la gente, como su bandera, su escudo, su canción nacional, o el rodeo, probablemente no lo ratifiquen después. Uno de los debates que vamos a tener, cuando tú dices los derechos de los animales. ¿De qué estamos hablando? ¿Hasta dónde llega eso? Porque con la corrida en el rodeo, entiendo qué es lo que quieres decir. Pero cuando es la alimentación nuestra, hay ciertos elementos que consumimos, que son cerdos, pollos, vacuno. Ojo con este derecho de los animales, porque te entiendo, pero me parece difícil normarlo...
VM: Pero es distinto matar a un animal para comérselo que matarlo por entretención.
JA: Es que en el rodeo no se mata al animal, en el rodeo hay unas prácticas en las cuales depende dónde le hagas la atacada tienes más puntos.
VM: Pero igual lo matan al final.
JA: No.
Y en el desarrollo económico, ¿cree, Valentina, que se pueda llegar a acuerdo con la derecha para cambiar el modelo neoliberal?
VM: Cuando hablamos de cambiar el modelo de desarrollo económico, hablamos también de que el mercado de alguna forma ponga a la persona en la discusión. Que el mercado esté para servir a las personas y no nosotros servir al mercado, entendiendo que el Estado es quien se tiene que hacer cargo de cosas particulares como los derechos sociales de las personas. Pero, también, el mercado no tiene por qué asumir la responsabilidad del Estado.
Entonces, cuando hablamos de modelo económico, hablamos de que el Estado se tiene que hacer cargo de las cosas que se tiene que hacer cargo, y que pueda intervenir de una manera mucho más activa en la economía. O sea, controlémosla, entendiendo que no podemos permitir que esto siga avanzando y que algunos se sigan enriqueciendo en base a la explotación de otras personas.
JA: Yo lo que rescato de lo que dice Valentina es que me parece que el Estado tiene que atender ciertas necesidades para igualar la cancha, como en la parte de educación y vivienda. Pero no entrar a competir con la estructura civil, con las organizaciones civiles, con las personas. Porque el Estado está al servicio de las personas.
Tú vas a las clínicas y la parte privada ofrece buenos servicios, y la parte estatal ofrece malos servicios. Esa es más o menos a la conclusión a la que se llega en simple. ¿Queremos aumentar la estatal para que haya más malos servicios? No. Yo lo que creo es que tenemos que hacer un esfuerzo importante para que se desarrolle la sociedad, y los individuos tengan la libertad de actuar, de atenderse aquí, o acá, o más allá.
¿Se deberían modificar los quórums? ¿Quién debería ser el presidente de la convención?
VM: Yo creo que el quórum se tiene que modificar sí o sí. El Poder Legislativo no puede imponer un poder por sobre la convención que es otro poder que nace de la ciudadanía. Y, para la presidencia, creo que la machi Francisca Linconao representa, primero, la autoridad espiritual de lo que es el pueblo mapuche, que ha sido excluido históricamente, y segundo, es mujer.
JA: No, el quórum de dos tercios yo no lo modificaría. Está claro. Yo me presenté a una elección para tener un cargo en un puesto y cumplir una misión que fijaba los 2/3 para lograr los acuerdos. Eso está mandatado de antes, está en la norma de la Constitución vigente.
Respecto de la presidencia, me encantaría que fuera una persona con condiciones. Ahora he estado escuchando iniciativas que dicen que ojalá sea un hombre y una mujer. Me parece súper interesante, así se complementan los dos dentro de esto. Y una persona que tenga los conocimientos, capacidades y cierto liderazgo.
El acuerdo no tiene edad
¿De qué manera aportarán a la convención las experiencias políticas de cada uno? Valentina, usted durante la campaña encaró al exministro René Cortázar diciéndole que la ciudadanía no lo iba a elegir porque representaba el mundo político que llevaba gobernando 30 años para los ricos. Jorge Arancibia viene de ese mismo grupo.
VM: Todas esas experiencias van a aportar en la convención. Creo que si fuimos electos fue por algo, la gente votó, ejerció su derecho como ciudadano y escogió a quienes estimaban pertinentes para poder representar esas voces. Todos vamos a aportar desde distintos puntos de vista, entendiendo los distintos rangos etarios, la orientación sexual, de donde uno proviene, etc.
Yo espero que de este proceso podamos tener una Constitución que no sea una que dure 10 años, sino que permita una gobernabilidad que dure 40 o 50 años, entendiendo que no queremos un segundo estallido social. Y en esa discusión que va a ser profundamente ideológica, creo yo, va a ser sumamente difícil ponernos de acuerdo con un sector en particular, que es el que usted representa. Pero que prime la democracia, creo que eso es lo más importante.
JA: Fíjate que yo cuando estaba hablando Valentina, saqué este instrumento (su celular), porque quiero hacer un comentario: cuando yo tengo un problema serio con él, yo le pregunto a mi hijo o a mi nieto y ellos me ayudan y resuelven el problema. Con esta posibilidad que se nos da hoy día, de juntar al más anciano con la más joven, ustedes ven que se puede conversar. No han visto hoy día agresiones, ni imposiciones, ni dictaduras de ningún lado. Eso yo espero que se produzca al interior de la convención. Porque cuando yo tenga problemas con el teléfono, le voy a preguntar a Valentina cómo resolverlo. Porque ella está viviendo un mundo que para mí es distinto.
Ambos vienen de mundos políticos en los que abundan los estereotipos. ¿De cuál de esos les gustaría despojarse a cada uno?
VM: El que somos enojones y machistas. Esos dos estereotipos me quitaría de encima de manera inmediata.
JA: Yo, que me encasillen en la extrema derecha oligárquica. Yo soy un ciudadano que, tal como te decía, estoy con una disponibilidad de ánimo de ir a trabajar y a encontrar acuerdos. A mí que me consideren un marino.