El 12 de julio del año pasado, la Cámara de Diputados rechazó una acusación constitucional contra la entonces ministra del Interior Izkia Siches -por su gestión en los primeros 100 días de trabajo- levantada por la bancada del Partido Republicano, que por esos días desplegaba una agresiva oposición para diferenciarse de la UDI, partido que optó por no sumarse a la destitución de Siches.
Este miércoles, un año exacto después, la oposición volvía al ataque de un ministro. Esta vez, con una acusación al titular de Educación, Marco Antonio Ávila, en un escenario que era inmejorable para cumplir su objetivo político: un gobierno golpeado por las investigaciones por presuntas irregularidades en el traspaso de fondos públicos a fundaciones ligadas al oficialismo,un secretario de Estado debilitado-incluso cuestionado en su propio sector- y militante de Revolución Democrática (RD), el partido que hoy está en el ojo del huracán por su relación con la cuestionada fundación Democracia Viva.
Como si esto fuera poco, el oficialismo en la Cámara sufrió tres bajas repentinas que no se encontraban pareadas: la diputada socialista Danisa Astudillo, quien debió viajar por motivos personales; el DC Héctor Barría, internado de urgencia en el Hospital de Osorno y Catalina Pérez, quien se encuentra con licencia médica y a quien su partido (RD) le suspendió su militancia.
Pese a todo el viento a favor, la acusación a Ávila fue rechazada con votos de Evópoli (Francisco Undurraga y Jorge Guzmán) y uno de la UDI (Joaquín Lavín), dejando al descubierto -una vez más- las diferentes visiones que conviven hoy en la oposición y la incapacidad de sus partidos para enfrentarse con un relato común a un gobierno que, en un año y medio, no ha logrado afirmarse.
En el sector coinciden que esta acusación partió mal desde un inicio, cuando fueron las diputadas del Partido Social Cristiano -Francesca Muñoz y Sara Concha- quienes tomaron la iniciativa a fines de mayo, denunciando la actualización de la guía del Mineduc sobre “sexualidad afectiva” con ejercicios para niños de kínder.
Este argumento -según las mismas fuentes- nunca convenció a la derecha más liberal, ya que Gabriel Boric había sido claro en su campaña en que fomentarían una educación no sexista.
Así lo señaló Gerardo Varela -exministro de Educación del segundo gobierno de Sebastián Piñera- quien el martes en Radio Duna se mostró en contra de la acusación y dijo que esta era una oportunidad para que la oposición terminara con el abuso de este instrumento.
“No considero que la gestión de Ávila haya sido una buena, pero él ha llevado adelante la agenda por la que los chilenos votaron, entonces me parece que no corresponde acusarlo constitucionalmente”, dijo Varela.
Sin embargo a la UDI y RN no le quedó más remedio que sumarse al texto de las diputadas conservadoras agregando una serie de otros capítulos que no lograron imponer en la agenda.
Pero, más allá de este último trago amargo tomado por la oposición, este era la cuarta acusación presentada por la derecha en lo que va de este gobierno (Siches, Giorgio Jackson, Marcela Ríos y Ávila) que fracasaba y que el sector enfrentaba divido.
La paradoja opositora
¿Por qué la centroderecha no logra consensuar una estrategia para pararse ante un gobierno debilitado? ¿Por qué no han logrado capitalizar sus triunfos electorales (plebiscito y elecciones de constituyentes)?
Un dato no menor que retumba en el sector y que demuestra la ineficacia del bloque en temas de fiscalización, es que fue la diputada Yovana Ahumada (exPDG) la que destapó el caso Democracia Viva, al cual se han tenido que ir subiendo a través de una serie de acciones individuales y sin mucha coordinación.
Desde dentro mencionan múltiples factores para explicar este contrasentido, entre ellos, el descontrol que hay entre los parlamentarios, una DCcada día más oficialista, la ausencia de los actuales liderazgos presidenciales y la decisión pendiente en la UDI y RN sobre qué hacer con Republicanos.
“La sensación es que aquí no manda nadie”, señala un diputado, que advierte que esta semana volverán los recelos y la tensión cuando se sienten a definir la estrategia con que enfrentarán la elección de las nuevas autoridades de la Cámara Baja.
Para entender el desorden político, agrega, hay que repasar el momento en que se encuentra cada colectividad.
La inhibición de Republicanos
La prioridad hoy de Republicanos es lograr un buen acuerdo en torno a una propuesta constitucional que sea respaldada en el plebiscito del 17 de diciembre.
La instrucción del líder del partido, José Antonio Kast, a sus parlamentarios fue bajar los decibeles en el tono opositor y evitar involucrarse en polémicas que puedan obstaculizar el trabajo del Consejo Constitucional. Esta actitud, reconocen en la UDI y RN, los ha descolocado.
“La pelea es entre Chile Vamos en el Congreso. A nosotros nos toca liderar el Consejo y ahí está todo ordenado”, señalan desde Republicanos.
Paralelamente, Kast inicio esta semana un ambicioso plan de trabajo con estudiantes de 3° y 4° medio, cuyo objetivo es “meterse” en las distintas universidades del país y comenzar disputar las federaciones a la izquierda.
La UDI entre Matthei y Kast
Para los sectores más conservadores de la UDI, a la directiva liderada por el senador Javier Macaya le ha faltado más firmeza para enfrentar al gobierno, dejando abierto un flanco para que Republicanos siga engordando.
A ello se suma el golpe anímico que ha significó para Macaya el que su padre se encuentre en prisión preventiva acusado de cometer cuatro delitos de abuso sexual infantil, los que él ha señalado son falsos.
Sin embargo, el exdiputado Felipe Salaberry -identificado con el ala dura- resta dramatismo a estos cuestionamientos, señala que el resultado del proceso constitucional le dará la razón a Macaya y recuerda que en distintos momentos de su historia a la UDI se le ha tildado de “traidora” por buscar acuerdos “en momentos álgidos del país”.
La decisión -para algunos anticipada- de ponerse detrás de la candidatura de Evelyn Matthei también chocó con un sector que es partidario de suscribir cuanto antes una alianza electoral con Kast, de cara a las próximas municipales.
“Lo que nuestro electorado espera es que, quienes compartimos las ideas de base podamos trabajar en conjunto, para enfrentar a este gobierno de ultraizquierda”, afirma la expresidenta Jacqueline van Rysselberghe.
RN en plena campaña interna
Tras el mal resultado obtenido en las elecciones del 7 de mayo (lograron solo cuatro consejeros), en RNcoinciden que la dupla Francisco Chahuán- Diego Schalper -que comanda la colectividad desde 2021- llegó a su fin.
Este jueves (20) termina el plazo para inscribir las listas que buscan presidir la colectividad en una elección que estará muy marcada por la postura que adoptará el partido ante Kast y el tipo de oposición que harán a Boric.
Hasta ahora hay tres listas: una liderada por el senador por el Maule Rodrigo Galilea, Andrea Balladares, como secretaria general, y el senador José García Ruminot como vicepresidente. Aunque se han mantenido al margen, en el partido aseguran que cuenta con el respaldo de Chahuán y Schalper.
Otra está encabezada por la senadora Paulina Núñez, que irá acompañada por Samuel Valenzuela como secretario general, Mario Desbordes y Germán Codina como vicepresidentes, quienes se mantuvieron en la disidencia a la actual directiva y prometen un cambio en la conducción.
Y una tercera liderada por Francisco Orrego –una de las figuras emergentes de RN- que también tiene a dos figuras fuertes en las vicepresidencias:el expresidente de RN Carlos Larraín y la diputada Camila Flores.
El abogado y panelista de radio y televisión ha señalado que RN y Republicanos comparten su declaración de principios por lo que es obvio que se sienten a conversar.
Evópoli mira al centro
Fuentes de RN, el partido que quedó más dolido con el rechazo de dos diputados de Evópoli a la acusación de Ávila, aseguran que tras esta actitud se esconde una estrategia de desmarcarse de los sectores más conservadores y una apuesta por una futura alianza con un discurso más liberal, donde podrían sumar fuerzas con Amarillos, Demócratas y un conjunto de diputados que han renunciado a sus partidos y que hoy buscan una nueva identidad.
Otra señal en esa línea -señalan en Chile Vamos- fue la declaración de su presidenta, Gloria Hutt, quien el miércoles sorprendió a sus socios al señalar que estaban dispuestos a considerar que parte del 6% adicional de cotización (que sería financiado por el empleador), vaya a solidaridad en la reforma previsional del gobierno.
“No negocie sola Gloria Hutt”, le respondió el senador Iván Moreira (UDI).
Los cálculos de los presidenciables
En este escenario revuelto, muchos echan de menos –y critican en privado- la ausencia de las figuras de la derecha que hoy lideran las encuestas y, como nunca antes, se encuentran en la pole position presidencial.
Kast se encuentra sumergido a la espera del desenlace constitucional y con sus manos atadas para opinar, más allá de lo que hace diariamente en Twitter.
Cercanos a Matthei cuentan que, en su calidad de alcaldesa de Providencia, y al contar -hasta ahora- con solo el apoyo presidencial de la UDI, no tiene el margen para intervenir más decididamente en el sector y diariamente debe transitar por una delgada línea.
El lunes, por ejemplo, en la antesala de la votación de la acusación contra Ávila, Matthei se manifestó a favor de reponer la pena de muerte (abolida en Chile en 2001) al ser consultada por el ataque que sufrió su par de Zapallar, Gustavo Alessandri.
La Moneda rápidamente recogió el guante. “En una semana hemos visto a la derecha retroceder en su apoyo al Golpe, retroceder en promover la pena de muerte y retroceder en justificar la homofobia”, señaló la ministra del Interior, Carolina Tohá.
Quizás por ello, solo hizo gestiones privadas en el tema la acusación a Ávila.
Por su parte, el alcalde de La Florida, Rodolfo Carter, es un liderazgo más bien solitario que no cuenta el respaldo de un partido político lo que dificulta su accionar en el bloque.
No obstante, el viernes hizo un enérgico llamado a formar una nueva coalición en la derecha tras la crisis de esta semana. “Frente a un muy mal gobierno, Chile no merece tener una mala oposición”, dijo el edil.
Sebastián Piñera -quien aún aparece en las encuestas como uno de los líderes del sector- se encuentra fuera del país con una cargada agenda de invitaciones -en su calidad de exmandatario- que pidió a su equipo mantener en reserva.
Desde su entorno señalan que, si bien está disponible para apoyar a los partidos de Chile Vamos, cree que hoy es el momento que Kast, Matthei y Carter ejerzan sus liderazgos e intenten ordenar a un sector que, una vez más, encuentra en la desunión su propio karma.