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Stephanie Subercaseaux (38) ya había intentado quitarse la vida. Lo había hecho en enero de 2022, cuando vivía sola en su departamento de Av. Manquehue Sur, en la comuna de Las Condes. Sus familiares y amigos ya estaban al tanto de su depresión diagnosticada en 2017 y de su compleja relación de pareja. Quizás por eso, su madre, Lilian Vergara, alcanzó a socorrerla. Apenas llegó a verla, encontró a su hija viva.

Pero en el departamento también había otra cosa: era una carta, en la que Subercaseaux había escrito que si algún día se hacía justicia por su caso, cualquier antecedente que tuviesen de lo que le había pasado se contactaran con su abogado, Juan Felipe Rojas.

Stephanie Subercaseaux estudiaba Medicina en la UC y corría triatlones cuando conoció a Antonio Cabrera (41), en 2011. Pese a que el deporte empezó como un hobby para ella, la entonces estudiante ya daba señales de su talento: ganó el primer lugar de su categoría en el Ironman 70.3 de Pucón en 2010. A partir de ahí siguió compitiendo, pero de a poco fue dejando la natación y el atletismo para enfocarse de lleno en la bicicleta. Ahí tampoco le fue mal: destacó en varios selectivos nacionales y fue una de las dos únicas chilenas en terminar un mundial de ruta, en el circuito de Innsbruck 2018, donde acabó 75ª.

La relación con Antonio Cabrera comenzó ahí, arriba de la bicicleta. Él, campeón reiteradas veces de ciclismo nacional y doble medalla de oro en los últimos Juegos Panamericanos, tenía dos hijos y vivía en San Fernando, comuna de la que fue nombrado Hijo Ilustre. Por eso, durante los primeros años la relación fue a distancia. Se veían cuando Cabrera viajaba a competir a Santiago. Ahí, él se quedaba en el departamento de Stephanie en Manquehue Sur. Según se relata en los antecedentes de la demanda por violencia intrafamiliar, al comienzo la relación se desarrolló con aparente normalidad. Stephanie Subercaseaux, por ese entonces estudiante de la beca de Radiología en la UC, lo ayudaba económicamente con la pensión alimenticia de sus hijos que tenía que pagar y también con algunos de los implementos que necesitaba para desarrollar su carrera como ciclista profesional.

Quienes conocieron su relación, la cual alcanzó a durar 10 años, cuentan que a partir del tercer año la pareja nunca más fue la misma. Las peleas comenzaron a ser más recurrentes, los celos de parte de Cabrera empezaron a asomar y también el control de parte de este. Empezaron los problemas.

Una de las últimas fotos que Stephanie Subercaseaux se tomó junto a Antonio Cabrera, mientras eran pareja y salían a entrenar.

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La primera vez que Stephanie Subercaseaux pidió asistencia legal fue en compañía de su madre, a principios de 2020. Por ese entonces, ya había terminado definitivamente con Cabrera y llegó hasta la oficina de Problemas.cl, donde Juan Felipe Rojas la recibió. Ahí, entre ella y su madre, fueron relatando lo que había ocurrido en esos 10 años de relación. Subercaseaux habló de sistemática violencia psicológica, física y sexual.

Los conflictos habían comenzado con las escenas de celos de Cabrera. Eso aparece en el escrito de la demanda. “En un momento el denunciado tuvo conocimiento de todas sus contraseñas, lo que le permitía el acceso a todas las redes sociales de mi representada, como así́ también a su correo electrónico”.

Las cosas, acusaba Subercaseaux, comenzaron a escalar hasta que en 2016 llegaron a ser agresiones físicas y sexuales. De hecho, según aparece en el documento, Subercaseaux habría perdido un porcentaje de audición de su oído izquierdo por las supuestas lesiones que habría sufrido por parte de Cabrera. Además, decía que se transformaron en habituales frases como “estás loca”, “enferma”, “perdí́ a mis hijos por una weona loca”, “deja de hacerte la víctima”, “deja la paranoia, loca”, aparece en la denuncia.

Por todo eso, Rojas ingresó el 23 de marzo de 2020 una demanda al Centro de Medidas Cautelares Juzgado de Familia de Santiago, por violencia intrafamiliar.

Por ese entonces, la deportista se desempeñaba como radióloga, analizando, desde su casa, imágenes de órganos de pacientes -en su mayoría con Covid-19- para distintas instituciones médicas. Pese a que diariamente entrenaba para continuar como ciclista, hacía más de un mes que no se subía a una bicicleta. “Tengo un rodillo en casa, pero no me atrevo a usarlo. Ya no sé siquiera si voy a continuar en el ciclismo, recién estoy trabajando en mi terapia psiquiátrica”, dijo en entrevista con La Tercera, siete días después de haber ingresado la demanda.

Cabrera desmintió las acusaciones: “Confío en el trabajo de la fiscalía y de los Tribunales de Justicia para establecer la verdad. No me han notificado aún y la defensa está en manos de mi abogado. Tengo pruebas que serán presentadas ante la justicia”, aseguró en entrevista con El Mercurio en abril de 2020.

La aparición del caso en los medios hizo conocida la historia dentro del mundo del ciclismo, el cual se dividió entre los que apoyaban a Cabrera y quienes le creían a Subercaseaux. En ese tiempo, tanto Subercaseaux como Cabrera acusaron amenazas de lado y lado, mensajes anónimos y persecuciones.

Daniela (43), una ciclista de ruta que prefiere mantener en reserva su nombre por haber recibido -junto a otras mujeres- hostigamientos por parte de Cabrera, había estado algunas veces con Subercaseaux, pero nunca se había dado cuenta de quién era ella hasta leer su historia en los medios.

-Cuando hice el clic, no lo podía creer. Así que conseguí su teléfono y le escribí diciéndole que la apoyaba. De ahí nos fuimos haciendo amigas de a poco, conversábamos harto por mensajes y cada tanto nos juntábamos. Incluso, hubo un WhatsApp de ciclistas mujeres que la quisimos apoyar y defender, porque estaba muy vulnerable -dice.

En abril de 2021 y un año después de que el Ministerio Público no iniciara una investigación porque los hechos “no eran constitutivos de delito”, el abogado de Subercaseaux, Juan Felipe Rojas, interpuso una querella ante el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, por el delito de violencia intrafamiliar. Las interacciones entre la expareja seguían ocurriendo y su representada necesitaba protección y respuestas, explica.

-Se mantuvo el hostigamiento, el contacto por teléfono, las llamadas de noche o los mensajes para juntarse y hablar por parte de Cabrera -dice Rojas.

Tras la querella, el Instituto Nacional del Deporte (IND) suspendió la beca para Deportista de Alto Rendimiento (Proddar) de Cabrera. Es decir, el ciclista no podría seguir recibiendo financiamiento, “en tanto no se dicte una sentencia firme y ejecutoriada por el tribunal correspondiente”, señalaba el documento. Eso, reconocen en su entorno, fue una de las cosas que más le pesaron al ciclista.

Por entonces, se emitió una orden de alejamiento. Pero a pocos días de haber entrado en vigencia la medida cautelar, Cabrera volvió a acercarse. “A eso de las 10.30 horas, el querellado llamó a la víctima indicando que estaba en el edificio donde ella reside, de su conocimiento, pues vivió con ella mientras fueron pareja, pidiendo ingresar, lo que inmediatamente causó pánico y un cuadro nervioso en la víctima”, dice el escrito donde se denuncia el desacato de la cautelar. Desde la defensa, aseguran que eso nunca fue así y que nunca se acreditaron esos hechos.

Antonio Cabrera, corriendo en la madison de Lima 2019. Foto: Bill Torres / Globesport

Todo eso, sumado al revuelo que causó su historia en el ciclismo nacional, terminó por agotar a Stephanie Subercaseaux, quien decidió partir a vivir a Alemania por un tiempo. Desde allá, compitió en el mundial de bicicleta de Bélgica 2021. Su amiga Paola Muñoz, ciclista de pista y ruta que ha representado a Chile en los Juegos Olímpicos y en los Panamericanos, recuerda haber estado con ella en esa carrera.

-Ahí nos contó cómo las cosas ya estaban tensionadas con Cabrera. La vi muy complicada, nos dijo que seguía sufriendo amenazas y que le pedían que retirara las demandas.

Subercaseaux en el mundial de Bélgica 2021.

La insistencia de su contraparte, dicen en su entorno, terminó por doblegar a la ciclista. En marzo de 2022 le pidió a Rojas no continuar con el proceso por su situación emocional. Su abogado asegura que existieron presiones de la defensa de Cabrera para desistir de la causa.

-Fue una reunión por Zoom a principios de enero de Néstor Gómez (abogado de Cabrera), donde le decía que Antonio Cabrera necesitaba continuar con su carrera profesional y no podía hacerlo con esta causa. Que estaba muy asediado por los medios, que su rendimiento había bajado, entonces que, por favor, necesitaban que desistiera de las denuncias.

Ni Antonio Cabrera ni su abogado defensor, Néstor Gómez, quisieron dar declaraciones en este reportaje. Sin embargo, desde su entorno transmiten que si bien esa reunión por Zoom efectivamente existió, el motivo de esta nunca fue convencer de algo a Subercaseaux y que esas presiones jamás existieron.

El 3 de mayo de 2022 se concretó. Sin nuevos antecedentes en la causa, el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago decidió no perseverar en el procedimiento por maltrato habitual en contra de Cabrera, audiencia a la que asistió el abogado de Subercaseaux y estuvo de acuerdo.

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La muerte de Stephanie Subercaseaux no se comunicó temprano. Aunque falleció el 21 de enero en su departamento en Av. Manquehue Sur, tanto el abogado Felipe Rojas como todos los amigos cercanos consultados para este reportaje se enteraron después de cinco días, cuando ya se habían realizado sus funerales. Su amiga Daniela cuenta cómo le avisaron.

-Me llamó una amiga del chat que teníamos para apoyar a Stephanie. Yo estaba manejando y tuve que parar. Me dijo ‘te tengo que contar una noticia terrible, porque tú eres la amiga más cercana’, pero en realidad yo tampoco hablaba tanto con ella últimamente. No entendía nada.

Esa es la sensación que tienen en su entorno. Porque a partir de 2022, todos quienes la conocieron en el mundo del ciclismo dicen que le perdieron la pista.

-Cerró su Instagram, dejó de contestar mensajes, es como si hubiera desaparecido del mapa -dice Daniela Rojas.

Después del primer intento de suicidio a principios de 2022, su madre, Lilian Vergara, se llevó a su hija a vivir con ella. La distancia entre la casa de sus padres y su departamento no eran más de tres cuadras, por lo que a medida que Subercaseaux estaba mejor, comenzó a alojar de manera intermitente en ambos lados.

Pocas personas recuerdan haberla visto o haber conversado con ella el año pasado. Además de su familia, los únicos que supieron algo de ella fue parte del grupo de amigos que tenía de Techo Para Chile, amistades que venían desde 2005, cuando eran voluntarios para la fundación. Francisco Mendoza (38) fue uno de los que la vieron el año pasado.

-Le escribí porque me había enterado de su caso en los medios y nos reencontramos en un almuerzo. Ahí me contó todo lo que le había pasado. La vi mal, con susto, contaba que tenía miedo que la mataran y que no le gustaba salir sola.

Fernando Barrenechea (43) fue otro de ese grupo que supo de ella. Si bien estaba al tanto de toda su situación, él cuenta que prefería juntarse con ella para distraerla de todo.

-Mucha gente le hablaba del tema y yo no quería ser uno más. La sacaba al cerro, nos juntábamos a ver partidos de fútbol, pero en 2022 empezó a haber cada vez más excusas para no vernos.

Antonio Cabrera, en tanto, seguía acusando persecuciones en su contra y en su entorno había transmitido que nunca más vio a Stephanie Subercaseaux desde el quiebre en 2020 y que nunca más hablaron desde fines de 2021. Como el caso había escalado hasta la Unidad de Ciclistas Internacionales (UCI), la Federación Deportiva Nacional de Ciclismo de Chile le había revocado la licencia de ciclista por esta causa de violencia intrafamiliar y otras relacionadas al comportamiento del deportista, como agresiones verbales y amenazas a dirigentes. Pese a que esta fue revocada por la Comisión Nacional de Arbitraje Deportivo, en marzo de 2022, el Tribunal de Honor de la entidad decidió suspenderlo indefinidamente de todo evento de ciclismo.

“Tengo miedo de que me maten, siento que hay una mafia tremenda en el ciclismo”, dijo en una entrevista con La Tercera el 23 de marzo del año pasado. En dicha entrevista también aseguró que nunca lo habían llamado a declarar por la querella que enfrentaba, interpuesta por su expareja. “¿Sabes qué? Hace dos años, desde que me hicieron la funa, hasta el día de hoy, jamás me han llamado para declarar. Jamás. Yo podría decir “esto fue así o así”. Nunca. No he podido presentar ningún testigo, solo la funa en los diarios, pero nada más”.

Luego de la muerte de Stephanie Subercaseaux, el ciclista no ha querido dar declaraciones. Felipe Rojas, el abogado querellante, explica que existe una última instancia para hacer justicia, la cual es abrir una causa por suicidio femicida. Esta última se promulgó como ley hace dos meses y modifica diversos cuerpos legales para mejorar las garantías procesales, tipifica los delitos de inducción al suicidio y el suicidio femicida. El problema es que para avanzar en esto se necesita el consentimiento de la familia de Subercaseaux, quienes optaron por no participar de este reportaje, pues su intención es dar por cerrado el caso.

-Tendría que ser sí o sí una causa nueva, pero eso depende exclusivamente de la voluntad de la familia. Nosotros no estamos habilitados para querellarnos. No podemos sino, en este momento, ser muy respetuosos con el ciclo del duelo -dice Felipe Rojas.

La última vez que Daniela habló con Subercaseaux también fue en 2022. A finales de mayo, ella le escribió para tomarse un café, a lo que la radióloga le contestó que podía el primer fin de semana de junio. Esa cita nunca se concretó.

El 10 de noviembre de 2022, poco más de dos meses antes de que Subercaseaux se quitara la vida, Daniela le volvió a escribir. Este es el último mensaje que aparece en su conversación:

-(sic) Stephi! Holaaaaa!!! ¿Cómo estáas? Cuéntame de ti! Al final nunca nos comunicamos, no veo tu IG. Y nuestro café?

Stephanie Subercaseaux nunca respondió.

¿Dónde recurrir y a quién llamar si tengo un problema de salud mental?

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