“Como fui mamá joven, ella era como un apéndice, andaba conmigo para todos lados. Entonces, cuando me acompañaba a grabar, ella se arrancaba y se engrupía a los directores para que le dieran un papel, siempre quiso. Fuimos creciendo juntas en esto de la televisión y las comunicaciones”.
Maite Pascal, madre de Maite Orsini, en entrevista en el programa de YouTube Televidentes en La Hora.
Hay algo que persigue a la vida adulta de Maite Orsini: mientras su paso por el mundo del espectáculo le ha abierto puertas para volverse conocida y -en conjunto con su trabajo político territorial- conseguir ser electa en comicios populares, de tanto en tanto se le vuelve en contra.
La abogada de 35 años, diputada electa dos veces por el distrito 9, que abarca las comunas de Conchalí, Renca, Huechuraba, Cerro Navia, Quinta Normal, Lo Prado, Recoleta e Independencia, hoy enfrenta una polémica que recorre las páginas de la farándula, las judiciales y las de política. Se trata de una serie de contactos que Orsini realizó ante las máximas autoridades de Carabineros para alertar de un presunto acto ilegal y arbitrario en contra del exfutbolista Jorge Valdivia.
Fue al mediodía del lunes 6 de marzo que la parlamentaria, vestida con una blusa negra, de pelo corto y moreno, realizó un sobrio punto de prensa en el Congreso Nacional para reconocer que efectivamente había realizado una llamada a la generala de Carabineros Karina Soza. Pero agregó: “Descarto tajantemente haber intentado favorecer a la persona de alto conocimiento público que me contactó, descarto tajantemente haber intervenido en favor de un tercero, es más, la llamada fue para intervenir a favor de las policías”, expresó.
Orsini venía de declarar ante el fiscal Patricio Cooper por una autodenuncia que la propia diputada interpuso en Fiscalía para demostrar que ella no habría intervenido ante autoridades por el control de detención de su cercano amigo deportista Jorge Valdivia. Es decir, descartar que hubiese cometido tráfico de influencias al llamar a los funcionarios policiales, como la generala Soza, quien el viernes 10 de marzo prestó declaración en la investigación para aclarar los hechos. Sin embargo, de constituirse ese delito y dependiendo de diversos factores, la legisladora arriesgaría desde 541 días a cinco años de cárcel.
Luego de salir de su cita con Fiscalía y dar su conferencia de prensa en el Congreso, había algo que la diputada no sabía hasta ese entonces: que días más tarde el caso escalaría tras publicarse que, en realidad, el primer contacto suyo con la institución había sido más arriba: con el propio general director de Carabineros, Ricardo Yáñez.
Más allá de los conflictos personales que esto le pueda traer, el episodio vuelve a dejar una sensación amarga en Revolución Democrática, un partido en el cual Orsini se ha erguido como una de las figuras más conocidas, pero que, según advierten en el anonimato, nunca saben muy bien cómo enfrentar las polémicas en que la parlamentaria aparece como protagonista. Alguna pista de eso revela la respuesta de la secretaria general de Revolución Democrática, Araceli Farías, consultada frente a una eventual sanción del partido a la diputada. “Dado que ella inició un procedimiento penal mediante la autodenuncia, y que nuestro reglamento suspende cualquier procedimiento interno hasta que se resuelvan las causas penales, debemos esperar que el Ministerio Público o el tribunal de garantía resuelva para añadir esos antecedentes a una eventual denuncia”, dijo a La Tercera.
La versión de los hechos que Orsini dio en su partido fue una que en RD apoyaron y que, hasta el día de hoy, la dirigencia del partido sostiene. Sin embargo, el presidente de la colectividad, Juan Ignacio Latorre, reconoce que la polémica no llegó en el mejor momento. El Congreso Estratégico que se desarrolló el fin de semana pasado, las gestiones del cambio de gabinete en el gobierno y la previa del inicio de la campaña de candidatos al Consejo Constitucional colmaban las agendas del partido. Por eso, el senador Latorre le hizo el punto:
-Le dijimos que como directiva no íbamos a estar en función del caso Valdivia, porque teníamos otras prioridades. (…) En política uno tiene que priorizar a qué le da tiempo y energía y hay límites en las capacidades humanas de cómo podemos hacernos capaces de todo.
Que la diputada esté envuelta en polémicas ligadas al mundo de la farándula no es sorpresa. Las luces del espectáculo siempre han estado puestas en ella. Mucho antes de que fuese electa como diputada, la hija de la actriz y cantante Maite Pascal creció bajo las lógicas de la pantalla grande. Su mamá ya lo había contado el año pasado en una entrevista: que su hija partió a los seis años participando como actriz en teleseries y a los 12 años ya era animadora en programas para niños. Fue en ese tiempo, también, cuando Orsini comenzó a ver la cara difícil de estar en pantalla. En un video de finales de 1999 que empezó a circular en redes sociales estas últimas semanas, se ve al exanimador Kike Morandé forcejeándola en vivo para que no se fuera del escenario después de incomodarla con preguntas sobre su vida amorosa.
Por la carrera televisiva que habían hecho juntas es que a Maite Pascal le sorprendió la decisión de su hija de entrar a estudiar Derecho. A esa altura, Orsini era famosa; había estado en el programa juvenil Yingo y había protagonizado, también, una de las polémicas más recordadas de esos años: Orsini estuvo en el caso Arañitas VIP, cuando en 2010 escaló hasta el departamento de su amigo y rostro Mario Velasco, cuestión que la hizo enfrentar la justicia y ser formalizada por violación de morada.
Pero, por otro lado, la decisión de Maite le hizo sentido a su madre. Pascal intuía que detrás de su carrera televisiva había un interés por los problemas sociales y la política. La primera aproximación de Orsini al mundo de la política activa fue a través de su expareja, el entonces senador PS Fulvio Rossi. Fue a través de él, recuerdan en su entorno, que la diputada comenzó a ampliar sus redes con el mundo de la centroizquierda.
En eso estaba cuando entró a hacer su práctica a la Fiscalía Metropolitana Centro Norte. A través de su participación en asambleas en la Universidad Finis Terrae se enteró de que había un partido de izquierda juvenil en formación que venía de la Universidad Católica y que se llamaba Revolución Democrática.
Orsini decidió entrar.
La candidata
El ingreso de Orsini a RD no estuvo exento de dudas. En ciertos sectores del partido su figura, en principio, generó resistencias por el hecho de que viniera de la farándula.
-Era inevitable la conversación de que venía de la tele, pero ella tenía eso de que quería demostrar que podía militar, de revelar su lado político y luchar contra el estigma -dice un miembro de la colectividad.
En esa impronta, se fue ganando un espacio: participó de la primera campaña a diputado de Giorgio Jackson y estuvo en Comisión de Reformas Políticas Estructurales. Pero la tarea más importante que logró sacarla de las primeras dudas fue su trabajo territorial en Huechuraba, comuna en la que vivía por ese tiempo.
-Hay que ponerse en el contexto de un partido que, en ese momento, tenía un solo dirigente y el resto eran todos voluntarios. En ese espacio se fue ganando un respeto, porque les dedicó mucho tiempo a esas actividades territoriales, por lo que su ascenso fue rápido -dice un exmiembro de la colectividad.
De hecho, en sus redes sociales de 2014 publicaba fotos participando en actividades de RD en su comuna, constituyendo juntas de vecinos y representándola en marchas. También hay imágenes de ella en la Escuela de Formación Política del partido escuchando al entonces fundador -y ahora embajador de Brasil- Sebastián Depolo y en congresos ideológicos. A sus cercanos les transmitía que su paso por la televisión era algo que quería dejar atrás.
Las redes que fue creando al interior del partido en ese tiempo también la ayudaron a transformarse en una figura de peso, tanto, que llegó a ser parte del Tribunal Supremo del partido. También fue pareja de Miguel Crispi, el hoy jefe de asesores del Segundo Piso en La Moneda -que en 2012 y 2013 fue presidente de la colectividad- y concuñada del hoy ministro Giorgio Jackson. Con este último se hizo muy cercana, a tal punto de ser parte del lote de los “Terceristas”, que eran quienes estaban con el fundador en todas las decisiones y materias de discusión política.
Según transmiten en su entorno, parte de sus mentoras, sobre todo en materia de feminismo, fue la exsecretaria general de la colectividad Marcela Sandoval, quien asumió como diputada en el cupo de Renato Garín después de que salió del Congreso para ser convencional constituyente.
Ya ad portas del inicio de la campaña para las parlamentarias en 2017, Orsini vivió en una casa en Providencia junto a otros militantes, entre los que estaban Rodrigo Echecopar, que ese mismo año era el dirigente de la colectividad y que hoy integra el equipo de asesores del Segundo Piso en La Moneda.
En esa campaña, su nombre apareció para diputada por el distrito 9. Entre los que impulsaron su carrera parlamentaria estaba Pablo Paredes, el hoy director de la Secretaría de las Comunicaciones en La Moneda, con quien se hizo muy cercana. El problema es que en la interna del partido aún seguían las dudas.
-’¿Quién es ella? ¿Está capacitada para representarnos?’, eran las preguntas que surgían, de manera muy sutil, a la hora de analizar su candidatura, porque encontraban que no era lo que RD debía proyectar -dice una fuente de la colectividad.
El tema era que, les gustara o no, el hecho de que Maite Orsini fuera conocida tenía un activo fuerte que Enzo Morales, militante que compitió con ella como precandidato a diputado en julio de 2017 para las elecciones primarias, resume así:
-Todos veíamos en Maite que tenía un conocimiento previo de parte de la gente mucho mayor que los otros.
Esa ventaja no era muy distinta a la que habían usado otros partidos, tanto de izquierda como de derecha, para traer personas conocidas de la televisión al Congreso. De alguna manera, era una estrategia que funcionaba.
Por eso, en agosto de 2017 y después de ganar la primaria de su partido, Orsini inscribió su candidatura para entrar al Congreso. Fue ahí que la abogada tuvo sus primeros roces con alguno de los militantes, como con el ex RD Pablo Vidal. Pese a que eran muy cercanos en la formación territorial del partido, cuando llegó el momento de saltar al Congreso comenzó la distancia. Finalmente, luego de que Javiera Parada tuviera que bajar su candidatura por presiones del partido por chocar en estado de ebriedad, Vidal fue por el distrito 8 y ambos salieron electos como parte de la primera camada del Frente Amplio. Orsini con la primera mayoría en su distrito.
Los desmarques
Hay algo que siempre han resentido al interior de Revolución Democrática desde que Orsini asumió como diputada. Y es que, pese que es una de las parlamentarias que más polémicas acumulan en el partido, sus acciones nunca han tenido una sanción.
Tras el episodio de estos días, en RD han recordado otra de las imprudencias de la parlamentaria que han puesto a todo un partido en cuestión.
En noviembre de 2018, Maite Orsini junto al entonces diputado Gabriel Boric viajaron a Palestina, a una gira parlamentaria. Fue en medio de su vuelta a Chile que hicieron una parada en París para encontrarse con Ricardo Palma-Salamanca, el exmiembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez condenado por el asesinato del fundador de la UDI, Jaime Guzmán.
El problema para el partido no era sólo el descuido de que ella se hubiera juntado con un exfrentista prófugo de la justicia, sino también haberse enterado por sorpresa:
-Nos enteramos por los medios. Ese momento fue duro y marcó harto, no entendíamos por qué no le había dicho a nadie en el partido -dice un militante de RD.
Los desmarques en votaciones al interior del Congreso también han generado incomodidad. Pasó cuando discutió con la entonces presidenta del partido, Catalina Pérez, para la aprobación en el Congreso del acuerdo histórico de la noche del 15 de noviembre de 2019. Orsini fue la única de su partido que se abstuvo, argumentando que no votaría a favor de un acuerdo que no incluía la paridad entre los requisitos para escoger a los constituyentes. Pese a que Pérez le explicó que ese tema vendría después, no hubo forma de convencerla. Esa decisión, transmiten quienes conocieron de cerca el episodio, habría significado “una travesía por el desierto” para cualquier otro parlamentario.
La votación de la Ley Antisaqueos en diciembre de 2019, en medio del estallido social, es otro ejemplo de las veces que RD ha tenido que responder por Orsini. Horas antes de que se aprobara en general el proyecto que buscaba modificar el Código Penal, para tipificar como delito la alteración de la paz pública a través de la ejecución de actos de violencia, -y pese a que lo había votado en contra en la Comisión de Seguridad- ella fue una de las que luego defendió la idea de votar a favor del proyecto. Tras conocerse que el Frente Amplio lo había aprobado, las críticas no tardaron en llegar. Tanto Giorgio Jackson como Gabriel Boric tuvieron que subir videos y hacer entrevistas pidiendo disculpas y reconociendo que habían cometido un error.
No son pocos en RD los que creen que esa suerte de impunidad se debe a su cercanía con el hoy ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, y las confianzas que ha ido construyendo con los fundadores del partido. Además del grupo de los “terceristas”, también ha entablado amistades con el ex subsecretario de Salud Pública Cristóbal Cuadrado y el asesor de la exministra de Salud Begoña Yarza, el médico Jaime Peña.
-Tiene esto de que de repente se lanza con algunas decisiones, comete errores, le cuesta pedir disculpas y hay cierta incomodidad, porque el partido tiene que responder por ella, pero nunca le pasa nada -comenta un militante de la tienda.
Pese al carácter que resienten al interior de la colectividad, la diputada ha sabido tejer redes dentro y fuera del Congreso, tanto en los partidos de izquierda como de derecha. La parlamentaria comunista Karol Cariola y la socialista Daniella Cicardini son algunas de sus pares más cercanas. En el período legislativo pasado, conocida era su amistad con el exsocialista y diputado por Unir Marcelo Díaz. Y en la derecha, Orsini no ocultaba las confianzas que tenía con la diputada y luego senadora de RN Marcela Sabat.
Con esta última realizaron un fuerte trabajo legislativo en materia de igualdad de género, uno de los temas fuertes de la parlamentaria frenteamplista, quien hoy integra las comisiones permanentes de Trabajo, Seguridad Ciudadana, Ética y Transparencia y Mujeres.
Quienes conocen de cerca su labor en el Congreso señalan que es aplicada a la hora de estudiar los proyectos y realizar sus intervenciones en el hemiciclo. Algunas de las cuales parecen ser más rígidas, pues, muchas veces, las memoriza. Lo mismo ocurre con sus puntos de prensa. De las veces que más han reconocido su trabajo fue en su intervención para analizar la acusación constitucional contra la ministra de Educación Marcela Cubillos, en octubre de 2019.
-Es bien obsesiva con los temas, le gusta saber harto y yo creo que tiene algo que ver con esto de que ha tenido que lidiar permanentemente con el prejuicio de venir de la tele -dice una fuente que ha conocido de cerca su militancia y trabajo legislativo en RD.
La refundación de Carabineros ha sido otra de sus improntas políticas, algo que se encargó de marcar especialmente durante el estallido social con sus interacciones en redes sociales. Por eso sorprendió tanto en RD como en todo el mundo político esta polémica con Carabineros.
Está claro que la diputada -que no quiso hablar para este reportaje- ha bajado la guardia con las policías. Lo que no tienen claro en Revolución Democrática es la eterna duda que asoma cada vez que la vida de Orsini fuera del hemiciclo le trae problemas:
-¿Es ella quien vuelve a la farándula o es la farándula la que vuelve a ella?
*Este texto fue actualizado el lunes 20 de marzo a las 10:10 horas.