Una sardina de género de 80 metros de largo se movía entre las 35 mil personas que la tarde de ayer llegaron hasta la plaza de San Giovanni, en Roma, para sumarse a Las Sardinas, nuevo movimiento social italiano cuyo objetivo es acabar con la "agresividad de la política", combatir el racismo y la discriminación, además de promover una apertura hacia la inmigración. En conversación con La Tercera, el portavoz de Las Sardinas, Mattia Santori, explica que el movimiento "va en contra de la intolerancia y del populismo de la derecha. Nosotros estamos en contra de un cierto tipo de lenguaje político. Nuestra propuesta es un modo serio y cool de hacer política".

Todo salió como estaba previsto y la plaza de San Giovanni, un lugar que trae a la memoria recuerdos de los conciertos de cada 1 de mayo, se llenó de sardinas de colores entonando Bella ciao, la conocida canción de la resistencia antifascista italiana. "He venido hasta aquí con mi nieta solo para cantar juntos Bella ciao", decía emocionado uno de los participantes.

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FOTO: EFE[/caption]

Y es que la plaza de San Giovanni no es cualquier sitio. Para los romanos se trata del lugar donde históricamente se han reunido los trabajadores y los sindicatos, pero también es la plaza donde el pasado 19 de octubre se reunían en un mismo escenario los líderes de la derecha bajo el eslogan "orgullo italiano": Silvio Berlusconi (Forza Italia), Giorgia Meloni (Fratelli d'Italia) y Matteo Salvini (Liga del Norte) se presentaban juntos delante 50 mil personas que acudieron a escucharlos.

Para comprender quiénes son Las Sardinas hay que retroceder hacia el pasado 14 de noviembre, cuando cuatro jóvenes italianos, Mattia, Roberto, Giulia y Andrea, esperaban inquietos el resultado de la convocatoria que habían realizado por redes sociales. El objetivo era preciso: reunir en la plaza principal de Bolonia, norte de Italia, a seis mil personas; querían ganarle a Matteo Salvini que ese mismo día tenía programado un comicio en el polideportivo boloñés. A la cita en la plaza llegaron miles de personas, la meta la superaron con creces y en Italia nacía un nuevo fenómeno social que en nada más que un mes ha logrado que italianos y extranjeros se unan bajo una consigna que va contra "el odio instaurado por la ultraderecha", afirman desde el movimiento.

Sin banderas políticas

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Ese mismo día, el líder de la ultraderecha comprendía que la atención mediática cambiaba foco y que su equipo de comunicación, conocido como La Bestia, de ahora en adelante iba a tener que lidiar con ciudadanos cansados del tono exacerbado de la política en Italia.

La experiencia de Bolonia comenzó a repetirse en numerosas ciudades italianas, y en lo que va de este mes, según las cifras del movimiento de Las Sardinas, cerca de 500 mil personas han concurrido a las plazas principales de ciudades como Milan, Turín y Florencia, sin banderas políticas y armadas solo con sardinas de cartón de colores. "Lo que buscamos es ser un puente para el diálogo entre la política y los ciudadanos", afirma Roberto Morotti, uno de los fundadores de movimiento.

La primera etapa del movimiento finaliza con la convocatoria en Roma, "lo primero era ver cuánta gente estaba con nosotros. Después de esta manifestación en Roma comenzaremos a dividirnos el trabajo con los referentes regionales para ver cómo distribuiremos esta energía en el territorio y cómo la usaremos para llegar a nuestro objetivo, es decir, frenar la ola populista", dice Mattia Santori.

Después de la manifestación en Roma, la concentración de Las Sardinas estará puesta en las próximas elecciones por la presidencia de la región Emilia-Romaña, que tendrán lugar el 26 de enero. Santori explica que la cita electoral regional se presenta como un "laboratorio interesante. Se trata de un momento político muy importante para Italia, ya que veremos si todavía habrá esperanza".

La región de Emilia-Romaña ha sido el territorio histórico de la izquierda italiana, pero donde la Liga del Norte se ha ido ganando espacio y su candidata, Lucia Borgonzoni, le pisa los talones al actual presidente Stefano Bonaccini, del Partido Democrático, quien busca un segundo mandato en la región.

Las Sardinas han llenado plazas y piensan seguir haciéndolo, pero explican que "la nuestra es una revolución a medida de niño. Nuestro mensaje es un rechazo a la violencia. No hay espacio para eso en nuestras manifestaciones. Queremos que todos puedan ir a la plaza y manifestarse sin miedo". Pero Las Sardinas no se quedaron solo en Roma. Durante la tarde de ayer ciudadanos de diferentes países de Europa se reunieron en las plazas de París, Berlín y Bruselas llevando consigo solamente sardinas de colores.