“Me acuerdo que ese día yo estaba con un paciente. Me habló una excompañera de la universidad por WhatsApp y me lo comentó. Me puse súper mal. Quedé shockeada”. Rosa Labarca, psicóloga, es una de las compañeras más cercanas que tuvo Francisca Ignacia Sandoval Astudillo (30). Durante la conmemoración del Día del Trabajador el pasado 1 de mayo, la reportera recibió un tiro en el rostro mientras trabajaba para su medio, el Canal 3 de Televisión de la población La Victoria.
El golpe emocional inicial dio paso a los recuerdos. Labarca se hizo amiga de Sandoval el año 2011, cuando eran mechonas de Psicología en la extinta Universidad Arcis. Sandoval llegó a esa casa de estudios luego de pasar por varios colegios, en comunas como La Reina, Providencia, San Miguel y El Bosque. Su enseñanza media la terminó en 2009, validando sus estudios en el Complejo Educacional Felipe Herrera Lane.
Nadya Henríquez, compañera de la misma carrera, también la recuerda de esos años: “Ella era pura alegría, inundaba todo de buena energía. Veía los lados buenos de la vida. Era muy apoyadora de sus amigas, muy empática. Siempre estaba ahí para darte algún abrazo o estar ahí nomás sentada al lado de uno”.
El enfoque de la Arcis, constatan sus alumnas, era el de una universidad que entregaba una formación especial.
“Los profesores tenían una mirada desde la psicología más crítica. Entonces, enseguida tuvimos un pensamiento social más trabajado. Nos organizábamos: hacíamos porotadas, ollas comunes, asambleas. Siempre en pos de buscar algo mejor”, evoca Tamara Montecinos, otra mechona del 2011.
Rápidamente, Sandoval se integró en el ambiente de la facultad y comenzó a frecuentar marchas. Así lo constata Henríquez.
“Recuerdo que la Francisca me enseñó a sacar fotos en una marcha, ella fue observadora de derechos humanos para el año 2012. Siempre fue bien activista, iba a todas las marchas de la Arcis cuando podía. Tenía una conciencia social brutal: era muy profunda. Hacía unos análisis muy duros de la sociedad.
“Me llamó la atención -recuerda Labarca- que ella siempre iba sin miedo. Éramos de ir a protestar por lo que queríamos cambiar, sin tener miedo a lo que pudiera pasar, a que nos pegaran, a las lacrimógenas, al guanaco”.
Marcelo Urra, profesor de Psicología Social de la misma casa de estudios, confirma que Sandoval, junto con sus compañeras, “tenían mucha sensibilidad con los temas sociales”.
En una protesta manifestándose en contra de la Ley de Pesca, en noviembre del 2012, Sandoval fue atropellada por una moto de Carabineros. Según información de Radio Cooperativa, el teniente Nicolás Martini fue el conductor involucrado en los hechos. Se golpeó la cabeza y fue trasladada inconsciente a la Clínica Dávila.
De acuerdo al medio digital La Voz de los que Sobran, Martini arrolló a tres personas en esa ocasión. Fue condenado a 41 días de presidio, pero con el beneficio del cumplimiento de la pena en libertad.
Varias compañeras consultadas por LT Domingo fijan como este el momento en que Sandoval dejó de ir a clases de Psicología. Rosa Labarca, por su lado, teoriza: “Quizás la carrera no le gustaba tanto”. Tamara Montecinos, en cambio, piensa en otra hipótesis: “Después del atropello, se retiró de la carrera en segundo año. Pero seguía yendo. El atropello no fue exactamente la razón, pero fue un cúmulo de cosas”.
Juan Francisco Alarcón, compañero en su tiempo de Sandoval, cree que el episodio del atropello en 2012 fue decisivo para ella. “Francisca tuvo que tener este amargo sabor de la falta de justicia. El carabinero fue sobreseído. La acompañamos en su caso, que fue de los primeros en sentir la falta de justicia en este país”, dice.
El salto al periodismo
El profesor Marcelo Urra cuenta cómo fue que le perdió la pista a su alumna.
“Después de ese semestre no la vi más. Se salió de la universidad. Para el accidente en la marcha ya estaba haciendo periodismo social. No me causó mucha impresión cuando la vi trabajando en un canal, porque sé que era eso lo que le gustaba. Ella tenía esa interacción con la calle”.
Fue entonces que la exestudiante de Psicología comenzó a hacer periodismo. Era un interés que venía hace un tiempo desarrollando.
“Entendió que el periodismo era una herramienta profundamente potente, que te permitía estar ahí. Pero pensábamos antes que, para estar ahí, había que estar expuesto al cubrir. Que era un rol importante sacar registro para tener el panorama de cómo fueron las detenciones e identificar a los agentes del Estado que incurrían en violaciones a los derechos humanos.
Eso la llevó, asegura Alarcón, a tomar una vida activa de años como periodista en el canal Señal 3 La Victoria, medio que siempre ha cubierto en las calles las protestas sociales y que no quiso colaborar con este artículo.
Paralelamente, más cambios fueron apareciendo en su vida: fue madre de una niña llamada Sofía. “Vi todo su periodo de embarazo por redes sociales. Se veía feliz”, festeja Labarca.
El alejamiento con sus compañeras de carrera fue paulatino. Henríquez tiene claro cuál fue la última vez que habló con Sandoval.
“Fue uno o dos meses antes del 1 de mayo. Le pregunté cómo estaba la Sofía. Cómo estaba ella. Sabía que estaba trabajando para el Canal 3. Ella siempre publicaba las cosas que iban a hacer”.
Buscar justicia
El anuncio se dio a los 12 días.
A las 10.58, luego de una “lucha larga, ardua, en la que dio una fuerte batalla”, como anunció el médico Daniel Rodríguez, de la UCI de la ex Posta Central, Francisca Sandoval falleció.
Marcelo Naranjo, quien presuntamente disparó el arma, será formalizado por homicidio consumado, como informa Tania Sironvalle, de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte. El imputado también se encuentra en prisión preventiva. Apodado “El Pestaña”, ya contaba con prontuario previo: porte de armas de fuego y tráfico de drogas, sentenciado el 2007, porte ilegal de arma de fuego el 2011, y tráfico de drogas el 2014.
“Ella fue madre, luchadora, valiente y fuerte. La recordaría de esa forma y, sobre todo, con mucho amor. Porque ella entregaba mucho amor”, explica su antigua compañera Tamara Montecinos.
Su expareja Francisco Fernández subrayó en Mega: “Francisca es una activista social, una comunicadora social, una persona que siempre trabajó para el resto. Ella, teniendo todas las oportunidades y opciones, siempre decidió entregar su vida a la lucha y la justicia social”.
Juan Francisco Alarcón, luego de la muerte de Sandoval, pide que el proceso judicial llegue hasta las últimas consecuencias:
“Como agrupación exigimos que se investigue a cabalidad este caso y que paguen ante la justicia todos los que tengan que pagar. Eso incluye al alto control de mando”.
La noticia del fallecimiento devastó a los Sandoval Astudillo en su hogar en San Miguel. Su padre, Pedro, de 61 años, y su madre, Mireya, de 60, casados desde 1987, no quisieron participar de este reportaje.
Todos ellos, y el resto de su familia, asistieron al velatorio número III del Parque del Recuerdo, en Huechuraba, el viernes 13, a las 15.30.
En un espacio oscuro, pero iluminado con algunas velas, hubo flores y un lienzo de colores colgando en la pared, en la misma sala donde reposaba el féretro de la malograda reportera.
Frente a sus restos se extendía una fila larga. Algunas eran personas que la conocieron, varias otras no. Sin embargo, hubo algo que los unió esa tarde.
Todos sintieron que era importante despedir a una periodista asesinada.