El departamento de la ministra del Interior, Carolina Tohá, en el sector del Parque Forestal, en Santiago, fue uno de los lugares donde en el verano se reunieron en reserva figuras históricas del PS y del PPD, intelectuales y dirigentes políticos para hablar sobre el futuro del Socialismo Democrático y su continuidad. Había preocupación.
Sobre la mesa estaba la necesidad de relevar su identidad y levantar nuevas ideas, que permitan recuperar la influencia perdida a manos del Frente Amplio (FA) y el Partido Comunista (PC). Una tarea que urge de cara al tren electoral y sobre todo ante el proceso de unificación del FA, que busca revitalizar la marca y el programa que los llevó a ganar La Moneda en 2021.
Pero también, a la élite del Socialismo Democrático le importaba plantear otra cosa: quién puede encarnar las ideas del conglomerado. Es ahí donde la propia Tohá ha ido tomando fuerza como la figura que podría asumir ese desafío y convertirse en opción presidencial de ese sector para la elección que se librará en 2025.
Detrás hay un principio de estrategia política. Se trata de la necesidad de inaugurar un mecanismo de alternancia en el poder entre las dos almas del oficialismo. Un engranaje que es visto como clave para mantener la unidad y proyección de la centroizquierda, en un símil al modelo instaurado por la ex Concertación.
Según sostienen en el PS y en el PPD, esta idea ha ido permeando en La Moneda e incluso en el propio Presidente Gabriel Boric, que en privado ha reconocido que la ministra del Interior PPD es la mejor aspectada de su equipo para enfrentar el relato que instalará la derecha en la presidencial a través de sus probables candidatos: Evelyn Matthei o José Antonio Kast.
Así las cosas, y sin una carta del FA que sea competitiva, Tohá es vista como una vía para proyectar el progresismo y un posible traspaso de la posta presidencial a seguidores de su signo.
Hasta ahora, Tohá -una de las figuras ícono del Socialismo Democrático- se ha resistido a abrir el tema. Senadores y dirigentes del SD le han expresado abiertamente la necesidad de empezar a poner las bases de una candidatura. Quienes han sido testigos de esos diálogos aseguran que la respuesta de la ministra es tajante: abrir precipitadamente la carrera a La Moneda no solo la expone a los golpes de la oposición, y también al fuego amigo del FA y el PC, donde no tiene pocos detractores a su gestión.
Así, frente a las consultas se remite a responder que su rol está en ser ministra del Interior y que para la presidencial resta demasiado tiempo.
Pese a ello, la jefa del gabinete no se ha excluido de esta suerte de brainstorming del SD para una nueva etapa. La casa del analista Alfredo Joignant y de la exministra de Desarrollo Social, Jeannette Vega (PPD), también han sido el punto de encuentro de la élite del SD, representada por Paulina Vodanovic, presidenta del PS; Jaime Quintana, presidente del PPD; Ricardo Solari (PS); los PPD Guido Girardi y Sergio Bitar, y el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde (PS), entre otros, que aportaron ideas para la redacción del Manifiesto del Socialismo Democrático, documento de nueve páginas que plantea “tácticas y estrategias” para resguardar la preeminencia de ese conglomerado.
La primera fase fue el lanzamiento -el 2 de abril- de ese documento. No obstante, la tarea apunta a una meta más ambiciosa.
“Nosotros estamos trabajando con seriedad. Este no es un problema de rostros, es un problema colectivo. Primero vamos a tener un proyecto para el Socialismo Democrático. Sin eso, no hay nada. En segundo lugar, vamos a elaborar un programa para el Chile del siglo XXI. Y, en tercer lugar, vamos a definir al candidato o candidata. Y ahí, sin duda, Carolina Tohá es uno de los nombres relevantes que tiene nuestro sector para representar ese proyecto país”, dice Girardi.
Al interior del PS y del PPD el análisis es crudo. Se admite que el Socialismo Democrático ha pagado altos costos al haberse sumado como coalición al gobierno; que requiere con urgencia -desde el progresismo- desplegar sus propias banderas identitarias y que necesita ampliar su base electoral, porque los porcentajes hasta ahora no dan para metas ambiciosas.
Ante ese diagnóstico fue que estos dirigentes empujaron que el SD diera la señal de que tiene un proyecto país de centroizquierda, especialmente ante el proceso de fusión del Frente Amplio en la búsqueda de posicionarse como conglomerado, y frente a la estrategia de una parte de la derecha por capturar el centro político.
También se reconoce que las encuestas no favorecen a sus principales figuras. En la última Cadem, Michelle Bachelet aparece como la mejor posicionada, con un 4% -lejos del 25% de Evelyn Matthei y del 12% de José Antonio Kast-; Camila Vallejo, con un 3%, y Tohá, con un 2%.
La pulsión, sin embargo, es a cuidarla.
“Carolina tiene cualidades de sobra para ser candidata presidencial. Ella puede trascender al Socialismo Democrático, hacia la izquierda y al centro. Sin embargo, no es el momento. Lo primero es lograr un éxito en las elecciones municipales y de gobernadores y en la complejísima tarea de mejorar la seguridad de todos los chilenos. Ella está abocada a eso y, conociéndola, estoy seguro de que, por ahora, no se va a desviar de esa prioridad”, dice Bitar.
En los partidos prima la idea de que cualquier definición de Tohá debe darse después de los comicios de octubre. Y aunque los tiempos para levantar una figura son estrechos -las elecciones son el 27 de ese mes, noviembre es de análisis de esos resultados, diciembre está perdido por Navidad y Año Nuevo, al igual que enero y febrero, por la época estival-, el análisis es que el acelerador se tiene que apretar en marzo, con miras a las primarias del 6 de julio y la primera vuelta del 23 de noviembre. En medio de ese cronograma hay una fecha adicional: los ministros que quieran participar en la presidencial deben renunciar -según el Servel- al momento de inscribir la candidatura, es decir en agosto del próximo año (el nonagésimo día anterior a la elección, según el artículo 7° de la Ley de Votaciones y Escrutinios).
En los pasillos del Congreso no hay temor a lo ajustado de los plazos. Se esboza la experiencia de la presidencial Boric-Jadue en 2021, en la que en seis meses se dio vuelta el tablero.
De este modo, lo que se evalúa es que si se apura una nominación de Tohá solo la expondría a ataques anticipados, especialmente en un tema tan sensible como el de la seguridad. Esta semana, incluso, la bancada de Renovación Nacional le pidió al Presidente Boric que evalúe su salida del gabinete por el asesinato del teniente Emmanuel Sánchez en Quinta Normal.
En el intertanto -al menos en el PPD- planean que el rostro de Tohá no esté ajeno a la municipal. “Nadie puede impedir que nuestros candidatos quieran incorporarla a sus afiches”, dice un dirigente. Tampoco descartan que los acompañe a alguna actividad en terreno fuera del horario laboral.
Lo mismo sucede con Michelle Bachelet. Porque si bien tiene una nutrida agenda internacional -actualmente se encuentra en Guatemala en un encuentro con mujeres y luego va a Montreal y Nueva York-, su decisión es apoyar a los candidatos del sector para obtener un buen resultado electoral. Y contribuir a la unidad de la centroizquierda y de los centros de pensamiento del progresismo.
En su fundación, Horizonte Ciudadano, se asegura que si bien no ha habido una reunión Bachelet-Tohá, ambas tienen línea directa. “Hay una alta valoración de la Presidenta Bachelet por Tohá y también una alta estima”, dice una fuente.
Por lo pronto, en el Socialismo Democrático existe la convicción de que el Presidente Boric ya tiene a Tohá en su lista de sucesión. Se destaca en ese sentido la sintonía y la confianza alcanzadas con ella, y la comunicación permanente entre ambos.
El dilema
Si bien el nombre de la ministra se ubicó como carta presidencial desde que llegó a Interior, el 6 de septiembre de 2022, la pesada agenda de seguridad le ha jugado en contra en varios episodios. De ahí que algunos empujen la idea de que inmediatamente después de la municipal deje el gabinete, para evitar un mayor desgaste político. Otros, en cambio, son partidarios de que espere a consolidar los logros en su agenda de seguridad, para salir del gabinete con éxitos concretos que mostrar.
Quienes están a su alrededor son tajantes en sostener -en todo caso- que es el momento de potenciar su figura, dado su perfil moderado, de centro, con carácter y su condición de mujer. La observan como una pieza clave para enfrentar en algún momento a Matthei.
Por ahora, esas aguas entre ambas están semiquietas. El viernes, la alcaldesa -aunque no compartió lo que está haciendo el gobierno en materia de seguridad- afirmó en Mega que “no voy a salir a pegarle a la ministra Tohá”, luego de que la Fiscalía afirmara que detrás del crimen del teniente (R) venezolano Ronald Ojeda hubo un móvil político, hecho que ha tensionado aún más las relaciones con Venezuela, especialmente después de que el gobierno de Nicolás Maduro negara la existencia del “Tren de Aragua”, punto que Tohá no dudó en calificar como un “insulto” y como algo “inaceptable”.
El problema -dicen- es que la crisis de seguridad que vive el país y la tramitación de leyes complejas en el Congreso -como la Ley Nain-Retamal, la convocatoria al Cosena para enfrentar la delincuencia, la tramitación del proyecto sobre usurpaciones y las medidas contra la migración ilegal- la han obligado a mostrar un perfil duro, sin carisma. Y a enfrascarse -de paso- en duras negociaciones e intercambios verbales, incluso, con integrantes de las coaliciones de gobierno, donde se ha granjeado varios detractores. Aunque, según un parlamentario del PPD, cuando llegue el momento, todos van a estar alineados con ella. “No hay otra opción realista”, resume.
En el socialismo todavía se está a la espera de poder levantar una figura de esas filas. No se pierde la esperanza en Bachelet. Pero ahí Tohá también concita adeptos. No solo por su trayectoria como parlamentaria, alcaldesa y ministra, sino también porque la sienten de ese mundo, por ser hija de José Tohá, exministro del Interior y de Defensa de Salvador Allende.
“Es una de las figuras más relevantes que tenemos en el Socialismo Democrático. Ha hecho un gran trabajo como ministra del Interior, lo que ha sido un desafío tremendo. Pero hasta ahora no hemos abordado con ella el tema presidencial, pues está abocada en un 100% a su cargo”, dice Raúl Leiva, diputado PS.
Las decisiones no están a la vuelta de la esquina, según el diputado PS Leonardo Soto, aunque advierte que “Tohá es una figura muy valorada y querida por el socialismo chileno”.
Los resultados de la municipal podrían, no obstante, remecer la estantería.
Porque si bien en mención espontánea aparecen los nombres de Bachelet, Tohá y Vallejo, la duda es qué va a pasar el 27 de octubre.
Para Francisco Vidal (PPD), todo va a depender del resultado que obtenga el RD Tomás Vodanovic en Maipú -aunque ha insistido que esa incursión no está en sus planes-, y con Claudio Orrego como gobernador en la Región Metropolitana, quien competirá como independiente en un cupo DC. “Porque si Orrego obtiene el 50% o el 55% de los votos, con un apoyo transversal, al otro día va a estar instalado como candidato presidencial”, advierte.
De acuerdo a su análisis,en todo caso, hasta ahora todo se encamina hacia Tohá, “porque no hay nadie más”. Pero alerta que es riesgoso adelantar la carrera. “Con todas las dificultades que tenemos, que la Carola Tohá, además, se ponga en la mochila que es candidata, o que su partido la quiere como candidata, le dificulta más el camino, tanto con los aliados y, para qué decir, con los adversarios. Lo mismo ocurrió en su momento con Ricardo Lagos en Obras Públicas; con Michelle Bachelet en Defensa y con Soledad Alvear en la Cancillería”, sostiene.
Lo único claro -según se afirma en el círculo de la ministra- es que hasta ahora el diseño de Tohá es postergar el tema, pues cualquier decisión solo la tomará con los resultados de la municipal en mano.