Será un momento histórico: desde este domingo, 77 mujeres y 78 hombres comenzarán una tarea contra el tiempo para redactar una nueva Constitución. Su texto final deberá ser ratificado por un plebiscito nacional con voto obligatorio, pero por los próximos nueve meses -y probablemente un año, considerando que pueden pedir una prórroga- serán estas figuras, los integrantes de la Convención Constitucional, sobre quienes estarán las miradas y los análisis de sus posturas en cada uno de los temas que se discutirán para incluir en la Carta Magna.
Desde fines de enero, un equipo de más de 20 personas de La Tercera trabajó en el Match Constituyente, un proyecto que incluía contactar a cada candidato a la Convención para conocer sus definiciones en los asuntos que se anticipan como centrales en el debate. Así, de los 155 convencionales que asumirán su cargo, 127 respondieron el cuestionario.
Y más allá del desglose por listas y bloques -que La Tercera publicó durante mayo y junio pasado-, también existe otra forma de analizar el cuerpo colegiado: considerando las posiciones respectivas en cada pregunta según variables como el género y la edad.
Lo interesante es que ese ejercicio permite ver que también existe, en algunos temas, diferencias generacionales y entre hombres y mujeres en la Convención, más allá de las alineaciones políticas. Algo que puede anticipar lo que ocurra en medio de las conversaciones para dar forma a la Carta Magna, sobre todo considerando la alta cantidad de representantes independientes que tendrá la instancia: 104 de los 155, es decir, dos tercios, no militan en un partido político.
Puntos de distancia
Llama la atención por la diferencia: en una Convención paritaria, mientras el 65,63% de las constituyentes mujeres que respondieron a La Tercera respalda un modelo de Congreso unicameral, la cifra entre los hombres es del 34,92%, siendo mucho más proclives a mantener un modelo de dos cámaras como existe hasta hoy.
Esa distancia entre géneros se da también a la hora de plantear otro punto relevante: la existencia del Tribunal Constitucional. Acá, si bien en ambos géneros la postura dominante es la de hacer fuertes reformas al organismo, entre las mujeres el porcentaje a favor de simplemente eliminarlo y reemplazarlo por uno nuevo es casi el doble que entre los hombres (43,75% contra 22,22%).
Aunque en menor medida, la distancia se mantiene en otros temas vinculados a la organización general del Estado. Así, entre las mujeres hay cuatro puntos más de respaldo a pasar a un modelo federal en vez del unitario que ha predominado en Chile por prácticamente dos siglos de vida independiente (43,75% versus 39,68% de los hombres), y dos puntos y medio más que respaldan la idea de un régimen semipresidencial con un primer ministro (46,88% contra 44,44ª% de los constituyentes hombres).
Y donde la brecha se vuelve a ampliar es en algunos temas sociales. Por ejemplo, el 78,13% de las constituyentes a favor de dar una garantía constitucional a la vivienda digna, mientras en los hombres ese respaldo alcanza el 61,90%.
Si se hace el mismo análisis desde el prisma de la edad, los convencionales menores de 40 años son los que, en la mayoría de los casos, respaldan las posiciones que implican más cambios respecto del actual ordenamiento. El mejor ejemplo es el del Congreso unicameral: es respaldado por el 57,89% de este grupo, pero tanto entre 40 a 54 años como en los mayores de 55 años la postura mayoritaria es propender a un modelo que mantenga las dos cámaras actuales.
Si bien no supera la mitad, también es predominante en este grupo la postura de eliminar al TC (45,61) y de instaurar un sistema semipresidencial (47,37%). Como contraste, en esta misma pregunta sólo el 39,13% de los convencionales mayores de 55 años expresarían su apoyo a este modelo.
Sin embargo, hay algunas excepciones en la lógica. Por ejemplo, en cuanto al modelo de organización del Estado: el grupo donde hay más respaldo a cambiar hacia un modelo federal es entre los representantes electos que tienen entre 40 y 54 años (46,81%). Y, de hecho, los menores de 40 años y los mayores de 55 están prácticamente igual en su proporción, respaldando con el 60% la idea de mantener el Estado unitario, pero dando más atribuciones a las autoridades regionales.