A las 5.15 horas del 1 de noviembre, Alexandra Abt (25) gritaba desesperada en la Villa Juanita Aguirre de Conchalí. Minutos antes había saltado de un taxi en el que la habían asaltado, golpeado e intentado violar. Un testigo que la encontró se acercó a ella e intentó contenerla. Mientras, otros vecinos del sector salían de sus casas para ver qué sucedía. Uno de ellos llamó a Carabineros. Abt les contó lo sucedido a los uniformados: tras salir de Banana, una fiesta realizada en el centro de eventos Hilaria, en Ciudad Empresarial, había subido a un taxi. A dos minutos de comenzado el viaje, otro hombre subió al vehículo. Ahí comenzó su infierno.
La noche, en todo caso, no había partido así. El martes 31 de octubre, Abt junto a sus amigas se reunieron a las 22.30 en una casa en San Carlos de Apoquindo, para tomar unos tragos antes de partir a la fiesta. Era Halloween, así que iban disfrazadas. Cerca de la 1.00 pidieron un Uber y se dirigieron al lugar. Una vez allá, Abt consumió dos piscolas. A las 3.40 salió a tomar uno de los taxis que circulaban en las afueras, para regresar a su casa. Minutos después, una segunda persona entró en el auto y la golpeó en su cara.
“Me pegó varias veces, me pidió mis cosas y las contraseñas de mis tarjetas. Me llevaron a un cerro donde estaba todo oscuro y me trataron de violar. Me dijeron que me sentara encima de uno de los sujetos y que me bajara los shorts”, cuenta hoy Abt.
Este tipo de delitos ya era conocido en la 54 Comisaría de Carabineros de Huechuraba. El comandante Rodrigo Pérez comenzó a ver este modus operandi a principios de este año. Por esa razón, hicieron un levantamiento de información. Según explica, solo en 2023 han tenido 22 denuncias similares a la de Abt en su comisaría.
De hecho, existe un informe de Carabineros que describe el mecanismo: siempre se originan en los exteriores de centros de eventos. Además de la modalidad, el horario de la denuncia de Abt también correspondía a lo detectado por la institución. Según el documento, este tipo de situaciones se repite entre las madrugadas de los días viernes, sábados y domingos, entre las 0 y 7.59, a la salida de los centros de eventos de la comuna de Huechuraba.
Por estas características, fueron bautizados como “taxichorros”.
El triángulo de las Bermudas
Ciudad Empresarial es un barrio financiero de la comuna de Huechuraba. Comenzó siendo un recinto privado, un condominio con acceso restringido. Sin embargo, poco a poco fue creciendo y decidieron abrirse a todo público. Hoy es una comunidad que acoge alrededor de 700 empresas, donde no se ven delitos en el día a día. De hecho, según estadísticas del lugar, durante este año han sufrido un portonazo y 10 hurtos: cifras muy por debajo del promedio nacional.
Esto motivó a varios centros de eventos a establecerse ahí. Son cuatro los que hoy están funcionando en Ciudad Empresarial: Hilaria, Bosque Luz, Los Domos y Bunker. Además, saliendo una cuadra del perímetro, se encuentra Espacio Riesco. Más allá de la seguridad, cuenta con la ventaja de una buena accesibilidad al sector. Giovanni Vecchio, académico del Instituto de Estudios Urbanos de la UC, explica que “es un lugar que está bien conectado, pueden llegar personas de distintas partes de Santiago, como también de otras regiones cercanas”. Todo eso lo convierte en un lugar muy atractivo.
Sin embargo, la noche tiene un perfil distinto. Según explica el director general de Ciudad Empresarial, Patricio Santelices, a pesar de la cantidad de seguridad con que cuentan, la masividad de las fiestas, sumado al estado de ebriedad en que salen los asistentes, son la mezcla perfecta para los taxichorros. Así se les denomina a aquellos delincuentes que asaltan a sus víctimas cuando suben a sus taxis, aprovechando que se encuentran en un estado vulnerable.
“Esta cuestión a nosotros nos complica. No por los centros de eventos, sino porque se va a decir que Ciudad Empresarial no es un lugar seguro. En estos casos los delincuentes buscan la vulnerabilidad de la víctima, no buscan a la persona que está más activa o la persona que está más lúcida: buscan a la persona que está en peor estado y esa es la persona que abordan”, explica Santelices.
Según datos del directorio de Ciudad Empresarial, el promedio mensual de personas que ingresan al sector ronda las 506.000. En el mismo periodo de tiempo, 74.800 vehículos transitan por la propiedad. Gran parte de estas cifras son producto de las fiestas que se realizan. Buena parte de estas visitas, según Carabineros, se explicarían por las fiestas de Bosque Luz, Hilaria y Espacio Riesco, siendo este último el más masivo.
Desde este último centro de eventos, instalado en el lugar desde hace 23 años, aseguran que llevan tiempo trabajando con las autoridades para este tema y que esta es una realidad que se vive a nivel país. Argumentan que han realizado importantes mejoras al interior de sus eventos, como la instalación de detectores de metales y un aumento en la cantidad de guardias. Por otro lado, dicen que optaron por reducir el número de fiestas que realizan al año y han priorizado los eventos corporativos. Pasa, admiten al final, que la situación delictiva “se fue de sus manos”.
Felipe Ramírez, uno de los socios fundadores de Hilaria, también se muestra molesto:
“A principios del año 2019 se inauguró el tema delincuencial y estuvo siempre controlado por la seguridad de Ciudad Empresarial. Sin embargo, el aumento de la delincuencia está en línea con lo que pasa en Chile desde que asumió el actual gobierno”, señala.
Desde el centro de eventos Bosque Luz no quisieron referirse al tema.
Golpiza a bordo
Pedro del Río (22) vivió una experiencia similar a la de Alexandra Abt, meses antes. El 26 de julio asistió, junto a su polola, a una fiesta en Bosque Luz. A las 3.00 decidieron irse del lugar y pidieron un Uber. Pasaron 20 minutos y no lograban que ningún conductor tomara el viaje. En eso, un hombre se les acercó y les ofreció llevarlos: era taxi. Caminaron hasta el vehículo y, en ese momento, el conductor les dijo que se subieran al auto que estaba estacionado detrás de él. No sospecharon nada y le hicieron caso. Ya en marcha, y avanzadas un par de cuadras, el taxi se desvió de la ruta. Del Río le llamó la atención y el taxista le contestó que había pinchado una rueda. En el momento en el que se detuvo, tres sujetos entraron en el auto y pusieron un paño en la cara de Del Río. Él comenzó a sentirse mareado y perdió la visión. Le pegaron varias veces y le sustrajeron su billetera y celular. A su pareja, en tanto, no la tocaron.
“Me sorprendió que fueran tan agresivos de entrada. Nos amenazaron todo el tiempo, se notaba que estaban nerviosos”, cuenta hoy.
El modus operandi se repitió, tal como le sucedió a Abt: tras varios golpes, los bajaron en una población. Del Río no recuerda cuál. Su polola, quien había escondido su celular dentro de su pantalón, pudo llamar a un familiar de su novio. Él los pasó a buscar y llevó al joven a la Clínica Universidad de los Andes. Durante dos semanas, Del Río quedó con visión limitada en su ojo izquierdo producto de los golpes.
A pesar de que desde Carabineros aseguran que este tipo de situaciones habían dejado de ocurrir desde agosto, cuando se tomó detenido a Wilder Larrosa, un ciudadano peruano a quien se acusa de ser el líder detrás de una banda de taxichorros, la preocupación regresó.
A través de una carta a El Mercurio, un padre acusó que su hijo fue asaltado cuando tomó un Uber luego de una fiesta en Ciudad Empresarial, el 5 de noviembre. Era la cuarta denuncia del tipo que se registraba desde octubre.
A pesar de que Uber confirmó que el veinteañero nunca se subió al auto que la aplicación le había asignado, dan algunas sugerencias para tener un viaje más seguro: como utilizar la verificación con código PIN, disponible en la interfaz.
Desde la empresa recomiendan especialmente esta última función, ya que permite confirmar, a través de un código que tiene el usuario y el conductor, que se está tomando el auto correcto.
Sumado a estas medidas, desde Ciudad Empresarial aseguran que contabilizan un total de 679.053 controles de patentes durante este año para fiscalizar los movimientos dentro del perímetro. Además, desde la municipalidad, su alcalde, Carlos Cuadrado, cuenta que desde hace un mes está funcionando una iniciativa llamada Taxi Seguro. Junto con Ciudad Empresarial y Carabineros implementan esta iniciativa: son cerca de 50 taxis que, de forma voluntaria, entregaron sus datos, como cédula de identidad, licencia de conducir, características de sus vehículos, antecedentes penales, entre otras, para recibir un sticker y chaqueta que dice “taxi seguro”. De esta forma se pretende entregar una alternativa más confiable a los visitantes del lugar.
El comandante Rodrigo Pérez, de la 54 Comisaría de Carabineros de Huechuraba, llama al autocuidado y enfatiza que todos los involucrados deben poner de su parte:
Alexandra Abt entiende eso, pero dice también que de esta experiencia sacó un aprendizaje aún más duro: “Uno se da cuenta de que ya no puede andar sola”.