La relación del Presidente Gabriel Boric con Luis Maira tiene ya muchos años y no se ha interrumpido desde que su joven amigo llegó a La Moneda. De hecho, hace pocas semanas, mientras el exfundador de la Izquierda Cristiana se recuperaba de una intervención médica, el Mandatario llegó a verlo de sorpresa a la clínica, el día anterior al último cambio de gabinete.
Figura insigne de la izquierda chilena, Luis Maira le ha seguido la pista a Boric desde que era un rebelde estudiante universitario. Con los años, forjaron una amistad personal y política. Se dice que Maira es un consejero en las sombras.
Abogado, diplomático, exmilitante del Partido Socialista, ha dedicado su vida a estudiar los fenómenos políticos y sociales de América Latina. Vivió 18 años en México y es reconocido como uno de los intelectuales más lúcidos de su época.
El Presidente entró a su segundo año y ya se evidencia una alta tensión con su coalición original. ¿Está solo Gabriel Boric?
No, no lo siento solo. Está instalado con un equipo que lo acompaña. Creo que es un líder muy asertivo para enfrentar las dificultades.
Sin embargo, eso no se ve reflejado ni en las encuestas -donde tiene baja aprobación- ni en el acompañamiento de su mundo político…
Este primer año le ha tocado extremadamente difícil. Ha tenido que ir haciendo un aprendizaje que, habitualmente, los políticos mayores hacen en forma previa, pero encuentro muy interesante la rapidez y la agudeza con que lo ha hecho.
¿Gabriel Boric o toda su generación?
Él como Jefe de Estado y como líder político. Su gestión ha estado marcada por momentos muy diferenciables y en cada uno ha ido aumentando su capacidad de conducción respecto de su vacilante comienzo.
Sin amenazas
La gobernabilidad se mide por saber navegar tiempos difíciles y también por ordenar sus fuerzas políticas. ¿Podría darse ahí la mayor dificultad?
En la transición siempre hubo dos almas. En un sentido político más descriptivo, siempre hubo dos equipos políticos con influencia en el interior de un solo gobierno, y siempre fue el Presidente el que tuvo que hacer el arbitraje sobre las cuotas de poder y la capacidad de decisión de cada uno de estos grupos.
Aquí hay también un tema generacional. El Frente Amplio no sólo es su coalición, es su mundo de referencia. Si eso se tensiona, sí podría quedar solo...
Pienso que la gran habilidad política de Boric es que ha establecido una relación plural y de empatía con el conjunto de la sociedad chilena. Al final, la suma de esas relaciones y el afecto van estableciendo el contacto directo, le han dado un margen de gobernabilidad muy superior al que parecía tener al comienzo…
Sus críticos ponen dudas sobre eso…
Bueno, yo no las tengo. Comparativamente, y siendo el más joven, el con menos experiencia de los jefes de Estado que hemos tenido, Boric ha mostrado una notable capacidad de diálogo y de construcción de acuerdos. No recuerdo a ningún Presidente que viajara a una región y que en el transcurso del mismo día se instalara a conversar con cinco o más grupos distintos.
¿No?
Nunca vi que presidentes con más experiencia, ni Aylwin ni Lagos, por dar un ejemplo, establecieran relaciones tan directas y con tanta naturalidad como lo ha hecho Boric. Él tiene un tipo de interlocución que le permite tener un liderazgo cercano para construir acuerdos que a veces no parecen posibles.
¿No existe el riesgo de que pueda terminar siendo un quinto gobierno de Concertación más que del Frente Amplio?
No creo que eso esté en el ánimo del elenco humano con el que él trabaja ni del propio Boric. No veo que en este tiempo el Frente Amplio haya perdido su carácter transformador en el ejercicio del poder. Ha hecho acomodos tácticos, alianzas puntuales, pero lo esencial se mantiene. Me refiero a la decisión de disminuir las injusticias y las desigualdades en el país, que es el rasgo central de cualquier proyecto de izquierda.
Gobernar implica hacer renuncias. ¿Tendrán que hacerlo?
La labor de gobernar siempre implica hacer muchas renuncias. Eso es lo que le ha dado al país un capital de estabilidad y continuidad que hace posible construir entendimientos para manejar las coyunturas concretas. Al final, todos los actores políticos están condenados a dialogar y llegar a acuerdos. Sea el viejo elenco o los nuevos.
En el fondo, es la realidad la que manda.
En Chile, la realidad siempre crea una capacidad de entendimientos y consensos que son parte esencial del sistema. En ese sentido, creo que Boric ha demostrado entender muy bien las raíces profundas de este país. Y en la medida en que él persevere, aunque el diálogo sea difícil, va a ir ganando confianzas en sectores que inicialmente no le entregaban credibilidad ni respaldo…
No es muy claro eso en el debate político actual…
El Boric que la gente ve hoy día no levanta preocupaciones ni amenazas de cambios indeseables. La gente puede estar de acuerdo o no con lo que el Presidente propone, pero no hay nada que pueda ser a una amenaza para los valores que otro sector de la sociedad considera indispensables.
¿Boric no tiene ya la imagen de joven revolucionario?
Ya no existe la imagen de un Boric que esté fuera del consenso nacional. Al revés. Su capacidad de escucha, su disposición a relacionarse con todos los actores del país es un capital que cualquier otro gobierno querría.
El beneficio de los 30 años
En esta evolución que describe, ¿Boric no puede terminar siendo más hijo del socialismo que de la nueva izquierda?
La gracia de Boric es que, a su manera, ha dado lugar a una forma original para acercarse a la idea de un gobierno que impulse cambios sociales, con más equidad y con un rechazo claro a los privilegios que caracterizaron al periodo inicial de la transición. Que se haga cargo de ese pendiente es una aspiración de la mayoría de la sociedad.
¿No cambió la agenda del país? ¿No hubo un giro en el país que Boric llegó a gobernar…?
No es mi impresión. Sin dudas que él ha enfrentado dificultades mayores. Probablemente, de las más complejas que tuvieron muchos de sus antecesores en La Moneda, pero lleva recién un año. Aún queda tiempo para realizar las tareas que estaban en su agenda inicial.
La discusión sobre las leyes de seguridad incomoda a la izquierda. ¿Cuánto puede afectar al Presidente en su capacidad para gestionar esta crisis?
Los diversos gobiernos posteriores al régimen militar tuvieron serias dificultades con las Fuerzas Armadas y policiales. Luego se fue dando un ajuste gradual, pero se fue construyendo escalón por escalón. Aylwin cumplió las etapas iniciales y el Presidente Frei y Lagos ayudaron a darle forma a esa nueva relación. Creo que en algún sentido, el Presidente Boric se ha beneficiado de estos 30 años tan sorprendentemente descalificados. Últimamente hay una mirada más benévola de la que hubo al comienzo del gobierno.
El propio Boric impugnó los 30 años.
Sí, pero Boric ha resultado ser un actor político extremadamente ágil en sus percepciones. Aprendió mucho más rápido de lo que uno hubiera podido esperar.
Hay sectores de izquierda que lo acusan de haberse moderado demasiado. ¿Lo ve un poco así?
Creo que él ha caminado en la misma dirección que lo han hecho muchos presidentes de izquierda de la región. Es decir, partir con una mirada más radical y lentamente empezar a ver la necesidad de construir alianzas y acuerdos. Es una especie de regla general que se da en Chile y en América Latina.
¿Boric fue dejando atrás esa radicalidad?
Por decirlo de alguna manera, Boric llegó al poder casi prematuramente. Ser una opción de poder a los 33 o 34 años es una situación desconocida en la política chilena. Y eso significa que su trayecto ha estado atravesado por la incertidumbre y por retos muy altos. Le costó mucho al comienzo. Fue duro. Pero ha tenido un progresivo dominio de las políticas públicas y de una mayor capacidad de conducción. Si tomas un comparado de los varios jefes de Estado que hemos tenido, Gabriel Boric estaría en el listado de los que más rápido aprendieron a convertirse en un estadista.
Claramente, tiene una mirada muy positiva de lo que ha sido este primer tiempo del Presidente Boric, pero no es muy compartida esa apreciación…
Es que siempre hay que mirar la película completa. Él la tenía más difícil que cualquiera. Y si mides las etapas del gobierno por los equipos que lo han acompañado, Boric también ha logrado una progresión, una superación en sus equipos de gobierno, que es muy impresionante.
¿En relación a qué?
A lo que fue su primer gabinete. En este complejo primer año y fracción, Boric ha consolidado un equipo de gobierno enormemente más competente que el que tuvo al comienzo.
“Inicialmente, el Presidente parecía destinado a trabajar sólo con su gente más cercana, todos los cuales tenían menores calificaciones que él”.
¿La llegada de Carolina Tohá marcó el cambio más importante?
Todas las llegadas de los nuevos ministros. Inicialmente, el Presidente parecía destinado a trabajar sólo con su gente más cercana, todos los cuales tenían menores calificaciones que él. Ese fue el rasgo del primer gabinete. En ese sentido, Boric combina el haber tenido el más débil de los gabinetes -que fue su primer equipo- y tener ahora el más fuerte. Por eso digo que es muy impresionante su progresión.
¿Un gabinete más fuerte que el que tuvo Aylwin? ¿O Lagos con un José Miguel Insulza y un Nicolás Eyzaguirre?
Yo creo que sí. Cuando llegaron a gobernar, muchos de ellos no tenían la experiencia ni el prestigio. Hoy, Insulza es 10 veces más que el ministro de Relaciones Exteriores que asumió en el gobierno de Frei. Era bastante desconocido en ese entonces. El gabinete que Boric ha remodelado combina un número sorprendente de personas con alta experiencia y un alto grado de legitimidad en la sociedad. Piensa en las personas insustituibles que tiene…
¿Mario Marcel…?
Bueno, ¿qué Jefe de Estado ha tenido un ministro de Hacienda como Marcel? ¿Una ministra del Interior como Carolina Tohá? ¿Un ministro en el área social como Carlos Montes o una figura que tenga la inmensa visibilidad comunicacional que tuvo Camila Vallejo en sus años de dirigente juvenil? Vas sumando atributos, capacidades y te das cuenta de que se trata de un gabinete que tiene muy pocas piezas sueltas…
¿Cuáles?
No quisiera dar ejemplos, pero creo que hay dos o tres personas que podrían ser reemplazadas sin problemas, en un ajuste mínimo. Pero en lo esencial, el número de ministros con peso sustantivo, con reconocimiento nacional, es la gran mayoría del gabinete.
También es cierto que el nuevo gabinete respondió a la realidad que se impuso después del plebiscito más que a una idea original…
Bueno, sí. Pero los buenos políticos son los que entienden la realidad que les toca enfrentar. Y Boric ha entendido muy bien todas las precariedades, dificultades y retos que rodearon su etapa inicial en La Moneda. Cualquier otro político con menor sagacidad, probablemente habría tenido enormes dificultades en su primer semestre y no habría podido salir de ahí.
¿Y para eso ha tenido que traicionarse a sí mismo?
No. No ha tenido que negarse a sí mismo, que es lo más importante. Ha podido dialogar siendo el mismo de siempre y teniendo los mismos valores que uno le reconocía.