Vengo de una familia de periodistas. Mi mamá, una tía... Y mi papá, Gerardo Ayala, se dedicó al periodismo deportivo en diferentes radios. Luego de que yo no quedara en Teatro en la Universidad Católica, él me motivó a estudiar esta carrera. Previo a los años de universidad, lo acompañé al estadio a reportear partidos, donde al principio lo ayudaba con el café, y ya al final, me dejó usar el micrófono y entrevistar al público.
Me costó compatibilizar la universidad con el trabajo en la radio. Me tenía que ir antes de clases o a veces no lograba llegar. Los profesores no entendían mis ganas de trabajar, eran de la idea de que primero tenía que estudiar. Pero mi papá siempre me dijo que los periodistas se hacen en la calle. Así que estuve varios años como reportera en Colo Colo: conferencias de prensa, entrenamientos. Trabajar tan joven me permitió equivocarme.
Un día, el relator no llegó a la hora y tuve que tomar las riendas. Estaba a cargo de las transmisiones de los partidos cuando, para uno de Colo Colo con Cobresal, el relator llegó media hora tarde. Sufrí, pero, sobre todo, quedé con la sensación de que no me la había jugado. Entonces me dije: "Tengo que aprender para tener las herramientas necesarias en caso de que vuelva a pasar".
Era la única mujer en la escuela de Claudio Palma. Y soy la única que ha pasado hasta ahora por esa clase. La primera tarea era escribir un partido y después relatarlo en voz alta frente a todos. Ensayé mucho, hasta me grabé, y me gustó lo que escuché. Cuando relaté frente a mis compañeros sentí orgullo, porque lo hice bien y porque era novedoso escuchar a una mujer.
Sigo definiendo mi estilo. Lo que más me gusta es cómo parto: "Comenzó, empezó, partió, ya rueda la pelotita en el estadio x". También trato de dar harto contexto, resaltar las historias de las futbolistas. Por ejemplo, en el primer partido que transmití en CDF por la Copa Libertadores femenina, entre Santiago Morning y UAI Urquiza, una de las jugadoras era doctora y otra tenía 18 hermanos. Son cosas que, en el caso del fútbol femenino, son interesantes de contar, porque no hay mucha información futbolística.
Me contactaron del CDF hace tres semanas. Llevaba un año relatando partidos y me contactaron del canal para una prueba: hacer un relato de 60 minutos sola, sin ningún apoyo. Estaba nerviosa, pero lo pasé muy bien, porque hice la transmisión que me gusta hacer. Al día siguiente me llamaron y me dijeron: "Rocío, te queremos a ti".
Me felicitaron muchas personas antes y después de la transmisión en el canal. Me sentí muy empoderada al darme cuenta de que ser la primera y única mujer en Chile es una gran responsabilidad, sobre todo el tener que hacerlo bien y así motivar a otras futuras relatoras. Yo no tenía a nadie y armé mi camino por instinto. Creo que está resultando.
Estoy acá y seguiré acá. Ahora que se toma en cuenta a la selección femenina no quiero que se olviden de mí. Me gustaría en un futuro relatar partidos de la selección femenina, como las clasificatorias a los Juegos Olímpicos o una futura Copa América. Y también quitar la idea de que porque soy mujer solo debo relatar partidos de mujeres. Ojalá alguna radio me diga "ya, Rocío: démosle con partidos de hombres y de mujeres".
[caption id="attachment_867680" align="aligncenter" width="640"]
Foto: CDF[/caption]