Cada cinco años, cuando se realizan las elecciones presidenciales, Perú se convierte en un rompecabezas. O en un terremoto político, como aconteció en el último quinquenio. Desde las elecciones de 2016 han pasado cuatro mandatarios por el Palacio Pizarro: Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino y Francisco Sagasti. A los que en los próximos días debería sumarse Pedro Castillo.
Si bien se espera que la proclamación oficial de Castillo como presidente electo por parte del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ocurra la próxima semana, Manuel Rodríguez Cuadros ha sido uno de los políticos que más han sido fotografiados por la prensa visitando al “profe”, como es conocido el candidato del izquierdista partido Perú Libre entre sus allegados. Las tertulias entre ambas figuras son largas y, según fuentes cercanas a Castillo, hay mucha empatía entre ambos debido a que tienen muchos amigos en común. Además, comparten el hecho de no haber nacido en Lima. Rodríguez Cuadros lo hizo en Cuzco, hace 72 años.
Debido a esta afinidad, el diario limeño Perú 21 asegura que Rodríguez Cuadros “parece ser el fijo en la Cancillería”. Además, contaría con la aprobación del propio Vladimir Cerrón, el fundador de Perú Libre y padrino político de Castillo, apunta el periódico.
Luego de esas largas reuniones, el que fuera canciller entre 2003 y 2005 en el gobierno de Alejandro Toledo (2001-06) ha señalado que el profesor Castillo “no es comunista”. “No hay ningún elemento de juicio que permita decir que él es comunista”, como aseguró en una entrevista con el diario limeño El Comercio.
También ha referido que la “estabilidad macroeconómica”, como la que buscaría impulsar el virtual mandatario, “no tiene ideología (…) no es ni de izquierda ni de derecha” y que Castillo “no tiene o ha tenido una militancia en ninguna agrupación orgánica de la izquierda peruana”. “Su militancia política ha sido en Perú Posible”, dice en alusión a la colectividad fundada por Toledo, quien espera en Estados Unidos ser extraditado en el marco del caso Lava Jato, acusado de recibir sobornos de las constructoras brasileñas OAS y Odebrecht.
“Yo sí soy optimista, en el sentido de que, una vez que el profesor Castillo sea proclamado, lo que todo indica va a ser en los próximos días, la crispación nacional, como una burbuja, descienda”, dijo el excanciller de Toledo.
Rodríguez Cuadros ha tenido una larga carrera como político y diplomático, donde ha sufrido de lo bueno, de lo malo y de lo peor: en 1992 fue destituido del servicio diplomático durante la razzia que se realizó durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) tras el autogolpe que el mandatario realizó junto a su brazo derecho, Vladimiro Montesinos, el 5 de abril de ese año. Ese hecho no le impidió hacer carrera en Naciones Unidas y ser parte del grupo de diplomáticos que regresó al servicio cuando cayó Fujimori, tras renunciar por fax desde Tokio en noviembre de 2000.
El 6 de junio pasado, Castillo se impuso a Keiko Fujimori, la hija del exmandatario, por más de 44 mil votos en el balotaje. Sin embargo, la candidata del derechista partido Fuerza Popular declaró en un mitin el 11 de julio en Lima que no aceptará “que se consume un fraude en mesa” en su país, como considera que sucederá si se proclama al izquierdista como ganador de las elecciones.
La no aceptación del resultado electoral es algo inédito en Perú desde el regreso a la democracia en 1980 y abre un tiempo de tensiones dentro y fuera del país. Este escenario convierte el papel del experimentado diplomático en “clave e imprescindible”, según los allegados a Castillo. De hecho, hasta antes de que el candidato de Perú Libre se inclinara por Rodríguez Cuadros como su eventual canciller, lo tuvo entre sus opciones como primer ministro, señalan en su entorno.
Para Rodríguez Cuadros es claro que Castillo busca impulsar “el cambio social” en Perú. “Creo que a las puertas del bicentenario tenemos la oportunidad de hacer un país con un sistema democrático más inclusivo”, destaca. “La historia ha querido que a los 200 años de la independencia (…) un ciudadano peruano de origen campesino, de cultura andina rural, urbano provincial, maestro, llegue a la Presidencia de la República. Eso es simbólico y significativo”, dice.
En la entrevista con El Comercio, Rodríguez Cuadros se refirió a la visión de la política internacional que tiene Castillo. “La política exterior tiene que inspirarse en la realidad nacional; la política exterior, y eso sí lo ha señalado el profesor Castillo, va a ser nacional. Esto quiere decir que las decisiones se toman en función de las aspiraciones, los intereses peruanos y de la realidad peruana. Segundo lugar, la política exterior será autónoma, la deciden los peruanos. En tercer lugar, pienso que será una política exterior popular o social, en el sentido de que el Presidente americano, (Joe) Biden, dijo en su discurso que la política exterior iba a representar los intereses de las clases medias”, detalló el excanciller, quien aseguró que “las prioridades de la política exterior serán con los principales socios comerciales. Igual en el ámbito de la defensa nacional”. En su cuenta de Twitter, el embajador en retiro ya proyecta que en un gobierno de Perú Libre se tendrá “las mejores relaciones de amistad y cooperación con Estados Unidos”.
Delimitación con Chile
Durante su etapa al mando del Ministerio de RR.EE., Rodríguez Cuadros se convirtió en el gran impulsor de la delimitación marítima con Chile. El gobierno peruano sostenía que dicho límite no había sido fijado en tratado alguno, mientras que La Moneda defendía que la frontera fue definida en dos convenios pesqueros suscritos en la década de 1950, recuerda la Agencia Andina.
En julio de 2004, a través de una nota diplomática, Rodríguez Cuadros invitó a la entonces canciller de Chile Soledad Alvear a iniciar negociaciones diplomáticas formales para solucionar el caso.
Tras negarse Alvear a este pedido, según fuentes familiarizadas con el diplomático, Rodríguez Cuadros obtuvo el agotamiento de las negociaciones diplomáticas, lo que era el requisito previo para poder recurrir a la Corte Internacional de Justicia para delimitar la frontera marítima luego de la Guerra del Pacífico.
En la Cumbre XVIII de Río de Janeiro, en noviembre de 2004, según las mismas fuentes vinculadas al político peruano, Rodríguez Cuadros logró suscribir con el canciller Ignacio Walker de Chile una declaración en la que expresaron que “el tema de la delimitación marítima entre ambos países, respecto del cual tenemos posiciones distintas, es una cuestión de naturaleza jurídica y que constituye estrictamente un asunto bilateral que no debe interferir en el desarrollo positivo de la relación entre Perú y Chile”.
“En este documento por primera vez en la historia, Chile reconoció que la frontera marítima estaba pendiente de delimitar”, señalaron fuentes.
Pero ante la negativa de Chile a negociar el tema, en enero de 2008, ya bajo el gobierno del Presidente Alan García, Perú interpuso una demanda marítima ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en la cual exigió el reconocimiento de derechos soberanos sobre una superficie que estaba siendo explotada económicamente por Chile.
Finalmente, el tribunal falló el 27 de enero de 2014, reconociendo el Hito 1 como punto de referencia para trazar la frontera marítima entre ambos países. “En un juicio en el que Perú ganó 50.000 km de mar, el excanciller Rodríguez Cuadros fue abogado de Estado de Perú”, destacaron las fuentes.
En la víspera del fallo, Rodríguez Cuadros señaló en declaraciones a la Agencia Andina: “La mejor manera de recibir la sentencia de La Haya es ser constructivos en la perspectiva de afirmar el curso de las relaciones bilaterales, que son de cooperación, mucho respeto y beneficio recíproco”.
Sin embargo, la decisión de La Haya no se manifestó sobre el terreno conocido como “triángulo terrestre”. Al respecto, Rodríguez Cuadros afirmó en febrero de 2014 que esa zona es “indiscutiblemente” peruana conforme al Tratado del 1929. El excanciller, quien integró el equipo jurídico ante la Corte de La Haya, no descartó que, con el paso del tiempo, el gobierno de Chile pueda reconocer “lo que es evidente y obvio: que el triángulo terrestre es peruano”, según declaró a la emisora RPP.