La noche del domingo 27 el celular de Mario Desbordes (RN) no paró de sonar. Escasos minutos después de que se ratificara su triunfo como alcalde de Santiago, recibió -además de los de su propio sector- llamados del Presidente Gabriel Boric, la ministra Carolina Tohá y la alcaldesa Irací Hassler. Con todos ellos pactó reunirse en los próximos días.

Para el exministro, el holgado triunfo en el que se impuso a la carta del PC con el 51,08% de los votos -y que concedió a la oposición una de las victorias más esperadas de la jornada- tiene, sin embargo, un sabor más íntimo. “Es una revancha en lo humano más que en lo político, porque vengo hace dos años trabajando lo más ajeno posible a las peleas internas de RN o a las peleas de la coalición”, comenta.

En esta entrevista, Desbordes aborda las razones de su triunfo, el desafío para su sector político y profundiza en el diseño que implementará al mando de la Municipalidad de Santiago.

¿A qué atribuye su triunfo?

El perfil necesario era uno con más experiencia de Estado, más canas y, además, vinculado a los temas que apremian a los vecinos, como la seguridad.

¿Le favoreció la crisis del gobierno por el caso Monsalve y su pasado como carabinero?

Mi pasado de carabinero, mi experiencia en seguridad y como subsecretario de Investigaciones, de haber trabajado en Gendarmería, de ministro de Defensa, es decir, mi currículum relacionado a la seguridad fue muy valorado. Lo de la crisis del gobierno es relativo, porque hay comunas donde el Frente Amplio y el PC lograron ganar.

Se dice que el voto inmigrante le favoreció, porque usted fue más “garantista” con ellos. ¿Qué medidas piensa implementar en esa área?

Esa es una caricatura que quiso plantear la izquierda y desde un sector de la extrema derecha. Cuando los vecinos me preguntaban, siempre les respondí: bienvenido al migrante legal que viene a aportar, que entra por la puerta. Siempre me he opuesto a la migración ilegal. Y, por lo tanto, no gané porque hubiera tenido el voto inmigrante. Ahora, bienvenidos los venezolanos que votaron por mí, que son personas de esfuerzo y que vienen escapando de la narcodictadura de Maduro. Pero mi posición contra la migración ilegal se mantiene y vamos a tomar medidas para enfrentar algunas consecuencias que ésta tiene.

¿Cuáles medidas?

Por ejemplo, desincentivar el que migrantes ilegales, incluso recién llegados, tengan a veces preferencia en servicios públicos por sobre el ciudadano chileno o extranjero residente.

Podrían acusarlo de discriminación…

En absoluto, se trata de ponerse a la fila. Es al revés. Donde hay discriminación es cuando te saltas la fila.

Seguridad fue uno de los ejes de su campaña. ¿Con qué piensa partir?

Lo primero, tengo que ordenar las finanzas del municipio. Hoy día, en palabras de los propios trabajadores municipales, hay una enorme cantidad de personas que llegaron a la actual administración, un récord histórico. No sé si son 1.500 o 2.000, porque la cifra nunca se ha transparentado. Pero creo que es urgente enfrentar las incivilidades, mejorar la calidad del espacio público, iluminar, pintar, limpiar, barrer, etc. Reponer la presencia del Estado y recuperar el espacio público.

¿Va a pedir la presencia de militares?

Siempre he sido contrario a que el militar haga labores de orden público (…). En infraestructura puede ser perfectamente, pero lo que urge es fortalecer la musculatura municipal y sobre todo las policías.

¿Ahí cuál es su plan?

Tenemos un plan de trabajo para recomponer las capacidades del municipio en materia de seguridad, incorporando tecnología, retomando proyectos de cámaras de televigilancia, de contratación de personal especializado, presencia del municipio, etc. Conversé con el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, nos vamos a juntar.

¿Quiere una policía municipal?

No, no es una policía municipal, pero sí es personal municipal que colabore con el rol de la policía y que pueda, por ejemplo, enfrentar el primer minuto cuando se comete una infracción.

¿Y de cuánto sería la dotación?

No quiero dar cifras, porque la verdad que es un misterio el nivel del forado económico financiero que tiene la comuna.

Ya anunció sus primeras medidas respecto de los liceos emblemáticos y hubo una dura reacción del Colegio de Profesores. ¿Qué le pareció?

El Colegio de Profesores tiene que entender que tiene que ser parte de la solución y no del problema. Tenemos que recuperar los establecimientos, sobre todo los emblemáticos, son una herramienta de movilidad social donde las familias sienten que ingresando sus hijos ahí, pueden tener un mejor futuro. Y eso hoy día no está sucediendo. La matrícula está en los niveles más bajos de la historia (…). Yo espero que los jóvenes que resultaron quemados en el INBA se recuperen, que no tengan secuelas. No es aceptable la respuesta de la rectora que dice que este es un problema puntual.

Usted dijo que iba a pedir su renuncia…

Estamos viendo qué hacer en este caso específico. Ella está por ADP, entiendo que está próxima a cumplir su periodo, pero es evidente que si alguien me dice semejante barbaridad de que esto es un problema puntual, o ella no tiene idea de lo que pasa en su establecimiento, o ella es parte del problema. Entonces, no está en condiciones si es que esa es su visión. Ahora, si se retracta y dice “mire, la verdad es que aquí hay un problema grave”…

¿Si se retracta no buscará sacarla?

No lo sé. Habrá que discutirlo.

¿Va a invocar Aula Segura? Hassler evitó usarla.

(Felipe) Alessandri alcanzó a usarla solo hasta antes de la pandemia. Cuando ellos dicen que fracasó, no es cierto. Voy a decirlo en términos suaves: voy a usar Aula Segura, por supuesto que sí. Pero también voy a usar el Código Penal cuando lo que ocurra supere el marco de Aula Segura.

Usted endureció el tono y habló de enviar a los estudiantes a la cárcel, al Sename. ¿No es partir en pie de guerra con ellos?

Lo dije antes de la campaña. No estoy partiendo en pie de guerra. El alumno problemático tiene todo mi apoyo, las comunidades con problemas tienen todo mi apoyo. Pero el overol blanco que lanza una molotov es un delincuente. Y, por lo tanto, más que expulsarlo, voy a tratar de que se vaya preso. O al Sename, o a una cárcel si es mayor de edad.

¿Cree que la mano dura es la solución?

No es mano dura, es mano justa. Porque, vuelvo a insistir: el que lanza una bomba molotov a un carabinero, a una micro o a quien sea, sabe que lo puede matar.

Se tiene que implementar el SLEP de Santiago y ahí el director lo escoge el Presidente. ¿Cómo piensa administrar esa convivencia?

Yo espero no entregar los establecimientos a los SLEP. Tengo una responsabilidad de corazón con la educación pública.

¿Cómo va a evitar el traspaso?

Hay varias posibilidades que estamos estudiando. No quiero adelantarlas.

¿Pero alguna opción?

Primero que todo, proponer con los parlamentarios un freno al famoso sistema creado durante el gobierno de la Presidenta Bachelet. Hay un acuerdo transversal bastante amplio. He conversado con parlamentarios de gobierno que están totalmente de acuerdo con que el sistema no funciona.

De las medidas que impulsó la alcaldesa Hassler, ¿hay alguna que quiera retrotraer?

Hay que conversar una vez instalado, pero evidentemente mi énfasis va a estar en seguridad desde la perspectiva de la teoría de las ventanas rotas, que es la que yo sigo hace décadas, en términos de recuperar el entorno, los espacios comunes y de enfrentar las incivilidades.

¿Y hay alguna medida que vaya a suspender?

Vamos a poner término al gasto enorme que hay en la oficina de la igualdad, donde entiendo hay 100 personas haciendo estudios de género en circunstancias que, en paralelo, no hay plata para hacer mamografías, por lo tanto, eso se termina. No le corresponde al municipio estar haciendo estudios de género y esa oficina va a tener un giro en su orientación.

¿Qué giro va a tener esa oficina?

Vamos a trabajar para las mujeres de la comuna, emprendedoras, para las que quieren trabajar y que no tienen dónde dejar sus niños. Vamos a iniciar una serie de acciones que permitan aumentar la cantidad de jardines, entre otros.

¿Por qué esos estudios no se justificaban?

Porque no son parte del rol del municipio. Uno creería que son necesarios sólo cuando otras necesidades ya están cubiertas. Si tengo cubierta la necesidad de salud y en seguridad, podré destinar recursos a otras cosas.

¿Va a hacer auditorías internas?

Absolutamente. Siempre hay que hacer auditorías, incluso cuando uno asume una alcaldía que estaba en manos del propio sector.

¿Ya definió a su equipo?

Estamos planteando perfiles más estrictos. Queremos tener gente con experiencia. Y vamos a agregar estándares en probidad altos. Vamos a revisar y a exigir que la persona que nos acompañe en estos equipos no tenga causas penales vigentes, no haya sido condenado en algún ilícito por mal uso de recursos públicos, violencia intrafamiliar, etc. Y, además, estamos evaluando que los equipos directivos pasen por el test de drogas antes de asumir los cargos.

Un acuerdo en la derecha

Su triunfo, y el de otras comunas, ayudó a la consolidación de Chile Vamos. ¿Cuál es su diagnóstico?

RN retoma el sitio del partido más grande, más votado, y eso nos tiene que llenar de orgullo, pero también es una tremenda responsabilidad. Tenemos que preguntarnos por qué pasó eso. Y, en mi opinión, tiene que ver con que la gente prefiere opciones, sobre todo habiendo voto obligatorio, dialogantes, moderadas. Chile Vamos salió bastante bien parado, pero también hay que aprender de la lección de no haber logrado un acuerdo más amplio en las candidaturas, previo a la inscripción.

¿Con republicanos?

Con republicanos, con socialcristianos, con el centro democrático. Tenemos que buscar una fórmula para evitar una pelea fratricida entre toda la oposición en las parlamentarias y en la presidencial del próximo año.

¿A quién le atribuye más responsabilidad en esta falta de acuerdo? Republicanos se justificó diciendo que son un proyecto distinto.

No quiero responsabilizar a personas en específico. Me tocó negociar, es muy difícil. Yo lo que pido es que en adelante intentemos llegar a más acuerdos, porque hay muchas comunas del país que podrían haber cambiado de signo o las hubiésemos podido mantener si hubiésemos ido unidos. Y eso es una muestra de que en adelante hay que actuar con más responsabilidad (…). Hay que ser prácticos y mirar lo que pasó con el PP en España y Vox y Ciudadanos hace años. Entonces, reconociendo que es legítima la posición de que es un proyecto distinto, tenemos que partir por dejar la guerrilla entre nosotros y terminar de una vez por todas con estas frases de hablar de ultraderecha o de la derechita cobarde para referirse unos a otros. Eso lo único que hace es beneficiar a la izquierda.

¿Pero en una misma coalición o cada uno con su proyecto?_

Podemos llegar a acuerdos instrumentales. No necesitamos ser una misma coalición. Es sano también para las oposiciones mantener un abanico amplio.

Los resultados, dicen algunos, dan cuenta de que el “péndulo” en las elecciones llegó a su fin. ¿Cree que eso se mantendrá en el tiempo?

El ciclo electoral chileno se inicia con la elección de gobiernos locales y termina con la presidencial y parlamentaria. Por lo tanto, vamos a tener el panorama completo recién el próximo año. Es un poco apresurado sacar esas conclusiones ahora. Lo mismo que es apresurado pensar que el próximo gobierno va a ser sí o sí de centroderecha sólo porque tuvimos un buen resultado en la municipal.

Santiago siempre es el predictor de las presidenciales, pero usted dice que un triunfo no está asegurado. ¿De qué depende?

Ojalá sea el predictor, pero cantar victoria después de la municipal del domingo sería un tremendo error, hay que ser humildes.

¿De qué depende que a la derecha le vaya bien?

De múltiples factores. Primero, de terminar el canibalismo, y eso significa terminar de pelear entre nosotros. Ojalá lograr un proceso de diálogo que termine con algún acuerdo instrumental que nos permita avalar una primaria amplia de toda la oposición para llegar con un solo candidato o con el mínimo de candidatos posibles a la primera vuelta.

¿Eso incluye a republicanos?

Hay que ver, ojalá pudiesen incluirse republicanos, y si ellos dicen que no, tampoco generar un conflicto con eso. Ojalá hacer una primaria que incluya a todos los liderazgos que tienen reales posibilidades presidenciales en la oposición.

¿Se justifica una primaria si se mantiene el escenario actual, donde Matthei lidera con amplia diferencia?

Lo que pasa es que una cosa es el pragmatismo de decir que tenemos una persona que está disparada en las encuestas y otra cosa es la voluntad finalmente de las coaliciones de proyectarse, afirmar sus listas parlamentarias. A mi juicio, sería negativo que termináramos con cuatro o cinco candidatos que representan a la centroderecha, a la derecha y al centro en la primera vuelta.

Por eso mismo, ¿es necesaria una primaria?

La primaria es una herramienta, pero no el objetivo final. Si la primaria es súper asimétrica y terminamos haciéndola sólo dentro de Chile Vamos, uno corre el riesgo de que se termine metiendo gente de otros sectores a influir en tu primaria.

¿Cree que Chile Vamos se debe cuadrar con Matthei si no hay candidatos competitivos?

Ese es uno de los escenarios a evaluar después de marzo. Tenemos que evaluar si vamos a primaria o si vamos todos detrás de Matthei. No quisiera meter presión, pero quiero ser súper claro en esto: la UDI fue súper pragmática y apoyó a Piñera antes que a RN en el 2009. Y después apoyó a Piñera en el 2016, también antes que RN. Entonces, ya hay precedentes de que uno de los aliados apoya al candidato del otro partido cuando es la carta más evidente. Ese dato hay que tenerlo sobre la mesa. Tenemos que cuidar a Evelyn Matthei, su liderazgo. Pero eso no significa ningunear a un Rodolfo Carter. Ambos son liderazgos súper positivos del sector.

¿Pero, más allá de Carter, cree que hay que cuadrarse con Matthei?

No descarto ese escenario, es una posibilidad. En lo personal, creo que las primarias tienen sentido cuando hay simetría entre los candidatos, o sea, cuando son igualmente competitivos.

Hasta ahora, ¿Matthei es su candidata?

Si tuviera que decidir hoy, no hay duda de que Matthei es la carta presidencial de Chile Vamos. Pero vuelvo a insistir: el único liderazgo que veo dentro de Chile Vamos, con posibilidad de decir yo también, es Rodolfo. Pero, considerando que Demócratas quiere llevar a Ximena Rincón, y los socialcristianos quieren llevar a Rojo Edwards, bueno, no descartemos la posibilidad de hacer una primaria para tener un candidato único. Si no se logra ese objetivo, el pragmatismo indicaría que hay que cuadrarse con la figura de Evelyn Matthei, porque cuando uno analiza las encuestas está muy disparada en el punto que uno tiene que mirar hoy día: la mención espontánea.